01-12-2019, 01:09 AM
Vázquez designó en el Esmade a Alfredo Erramun
Vázquez designó en el Esmade a Alfredo Erramun, cuestionado por ir al entierro de Gregorio Álvarez en un coche oficial Armada perdió la posibilidad de mandar en el Estado Mayor de la Defensa y el Ejército tendrá un general más Luego de un año de fuertes tensiones con el Ejército por el nuevo sistema de retiros, el presidente Tabaré Vázquez decidió no innovar y mantuvo el cargo de jefe del Estado Mayor de la Defensa (Esmade) en manos de la fuerza de tierra, que pasará a contar con un general más, confirmaron a Búsqueda fuentes del Poder Ejecutivo.
La vacante que deja, por retiro obligatorio, el general de Ejército Juan Saavedra en el cargo de jefe del Esmade, que es el de mayor jerarquía militar según el protocolo, será ocupada por Alfredo Erramun Pozzo, hasta este mes al mando de la estratégica Reserva General de Ejército y antes de la Casa Militar del presidente Vázquez. Erramun, un oficial que hizo su carrera en el arma de Artillería, fue ascendido en febrero de 2015 junto con Gerardo Fregossi, Gustavo Fajardo, José González y José Alcain.
En diciembre de 2016 fue criticado públicamente por Vázquez por haber usado un auto oficial de Presidencia para asistir, a título personal, al entierro del exdictador Gregorio Álvarez. Fuentes del Poder Ejecutivo confirmaron a Búsqueda que la intención original era rotar, ya que después de que el primer jefe del Esmade —entre 2010 y 2012— fuera el excomandante de la Fuerza Aérea (FAU) José Bonilla, todos sus sucesores provinieron del Ejército.
Aunque la ley solamente especifica que debe ser un oficial general en actividad, en efecto, luego de que Bonilla fuera relevado al cumplir el plazo reglamentario, todos los jefes del Esmade fueron del Ejército: Daniel Castellá, Milton Ituarte, Nelson Pintos y Saavedra, mientras que el cargo de subjefe fue alternado entre oficiales generales de la Armada y la FAU. La falta de poder real del jefe del Esmade, por más que contara con respaldo político, desestimuló a algunos oficiales para ocupar ese cargo, entre ellos al contralmirante Ricardo della Santa, actual comandante de la flota, cuyo nombre fue manejado por ser el de la derecha de su fuerza, indicaron fuentes militares.
Otros informantes afirmaron que a pesar de que el jefe de la Armada, Carlos Arbilleira, expresó al ministro de Defensa, Jorge Menéndez, la intención de que la vacante fuera cubierta por un almirante, finalmente ese criterio no fue el seguido por el presidente porque no se encontró al candidato en la Armada y tampoco en la FAU, y por eso el cargo recayó de nuevo en un general.
El Esmade, que existe en muchos países con diferentes denominaciones, en Uruguay comenzó, con sus características actuales, con la promulgación de la Ley Marco de Defensa (18.650) de 2010, aunque el propio Gregorio Álvarez tuvo como primer destino de general el Estado Mayor Conjunto (Esmaco) que condujo las operaciones contra los tupamaros.
Fuentes del Poder Ejecutivo indicaron que a pesar de que se reconoce el papel que debe jugar este Estado Mayor asesor del Ministerio de Defensa para la elaboración de una doctrina del empleo conjunto de las fuerzas, que incluye una logística común y la gestión de los recursos humanos, en la práctica resulta difícil romper con la cultura institucional previa.
El Esmade comenzó a trabajar oficialmente en la Torre Ejecutiva cuando Eleuterio Fernández Huidobro era el ministro de Defensa en el gobierno de José Mujica, y luego fue trasladado a la vieja sede de la inteligencia militar, en Luis Alberto de Herrera y Monte Caseros. Antes aún, el brigadier Bonilla organizaba actividades en su propia casa o en el Club de la Fuerza Aérea.
Las dificultades fueron enormes y cuando se puso bajo su mando la antigua Dirección Nacional de Inteligencia del Estado (Dinacie), que pasó a llamarse Dirección de Inteligencia Estratégica, los oficiales que llegaron se encontraron con las oficinas peladas, incluso sin los artefactos de la corriente eléctrica, contó una fuente.
Aunque la idea del gobierno era acompañar el crecimiento y dotar al Esmade de una nueva sede en el proceso de modernizar las fuerzas armadas, finalmente el proyecto quedó parcialmente detenido. Con todo, el Esmade logró avances en asuntos como la “ley de fronteras” o el estudio de temas estratégicos. Pero, los viejos proyectos de Fernández Huidobro de crear una sola gran división en el centro del país o unificar las escuelas militares quedaron, por ahora, en los papeles.
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