Foros de Uruguay Militaria

Versión completa: Para reflexionar
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El arte de la política es sumar voluntades y votos.
Esa creo que es la explicación.
(06-25-2021, 08:07 PM)Krody2 escribió: [ -> ]Parece de ciencia ficción que un partido como Cabildo Abierto repudiado y odiado por todo el FA, el cual tiene como principal integrante al ex CJ que fue obligado a retirarse por el gobierno del FA, porque les decía la verdad que no querían escuchar,  ahora veo que en muchos temas juntan sus votos .

No es tan disparatado, ya varios politólogos habían señalado que parte de los votantes de Cabildo Abierto eran votantes de izquierda y aunque no lo crea, del MPP que estaban descontentos con el gobierno y que no votarían ni al PC ni al PN, la política tiene esas cosas. Antes era impensado que un Colorado votara a un Blanco y viceversa, 150 años estuvieron que se sacaban la piel. Hoy en día te venden balconeras con la imagen de Batlle y Ordoñez estampada sobre la bandera del PN y la de Saravia sobre la colorada.
Veo que la TV esta invadida de series donde le hacen culto a los delincuentes, como Casa de Papel, Chicas Buenas, Ejercito de Ladrones, etc. Tal parece que las series hacen que veamos a los delincuentes con buenos ojos, torciendo deliberadamente los valores correctos.
Lo mismo están haciendo con las familias, base de la sociedad. Actualmente la familia se esta "desvalorizando" trayendo como consecuencia una reducción de los valores de la familia y bajando como consecuencia la natalidad (una de las múltiples causas).

Había escuchado hace algún tiempo una muy loca "teoría conspirativa" que no creí como cierta, la cual indicaba de intereses de algunos en hacer esto de a poco y a propósito para poder cumplir con sus metas, ahora no estoy tan seguro de no creer en que esto sea cierto.

Está en nosotros, las personas con valores de no permitirlo en medida que nos sea posible, porque lo único que pueda rebatir estas "talas de valores" es la gente que aún los tiene, porque lo peor que podemos hacer es no hacer nada.
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(12-15-2021, 02:34 PM)Terminus escribió: [ -> ][Imagen: FGpSZr_XwAcZfsa?format=jpg&name=900x900]
Impecable!
Nunca más vigente...
Ojalá me equivoque

La columna de Andrés Danza


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Nº 2152 - 9 al 15 de Diciembre de 2021


Lo peor de todo es la educación, la primaria y la secundaria. Pasan los gobiernos, cambian los partidos a cargo del poder, se modifican los problemas, se registran revoluciones ruidosas, como las de las telecomunicaciones, y otras más silenciosas, como la de los derechos de las minorías, y escuelas y liceos siguen ahí, postergados, como en eterna penitencia. Todos, absolutamente todos tienen algo para decir al respecto. Prometen grandes reformas, cambios en el ADN, dar batallas hasta las últimas consecuencias, pero siempre terminan siendo promesas incumplidas.
El problema es que los niños no votan. Apostar por ellos no tiene réditos electorales a corto plazo. Ocurre algo muy extraño además porque, por más que están fuera del padrón, todos se disputan su padrinazgo en las campañas proselitistas. Aparecen en las publicidades, en los discursos, en las propuestas, pero casi nunca en las acciones. Mientras, ellos siguen avanzando en un sistema educativo que hicieron sus padres y sus abuelos y que está anclado en el siglo pasado. La constante es el cambio en el mundo que les toca vivir, menos en las aulas.
El problema es que los niños no saben de grietas, grietitas o cualquier cosa que se le parezca. Ellos no son de izquierda o de derecha, socialistas o liberales, reformistas o conservadores, aperturistas o proteccionistas. A lo sumo algunos se definen como de Nacional, de Peñarol o de otro equipo de fútbol, influenciados por sus padres, y así van entendiendo que la mayoría de los adultos se sienten más cómodos con las divisiones y con eso de poner de un lado a los buenos y del otro a los malos.
El problema es que los niños no protestan. No pertenecen a esos grupos que pueden llegar a influir mediante la presión. No saben cómo hacerlo. Están obligados a integrarse al sistema educativo, lo cual está muy bien, pero en la mayoría de los casos son simples espectadores o destinatarios de lo que resuelven los mayores. No hay partido político, ni sindicato, ni colectivo que los represente y mucho menos que los ponga antes que todo. No pueden sacar ni poner a nadie en el gobierno porque para eso están los grandes, que son los que dicen defenderlos.
El problema es que los grandes no logran ponerse de acuerdo. Transcurren los gobiernos, las décadas, las distintas autoridades, los sindicatos, las generaciones y siguen discutiendo y tirando cada cual para su lado, como si la educación de sus hijos o de las nuevas generaciones fuera el botín de una disputa a los gritos, cada vez más irracional. No logran abstraerse, salir del barro y darse cuenta de que el destino es uno solo y que depende de lo que se haga hoy.
Entonces, la educación se transforma en un tema más, como el de qué hacer con las empresas públicas, quién trata mejor o peor a la Policía y logra bajar los delitos o quién es más o menos contemplativo con los ricos y con los pobres. Y no es un tema más. Debería ser otro tema. Aparte. Por fuera de la disputa de todos los días y de los perfilismos. Pero no ocurre. Lo que se termina imponiendo casi siempre es la política más chiquita, esa que dificulta cualquier avance.
Lo más irónico de esto es que todos los partidos que ganan las elecciones y acceden al poder llegan convencidos de que van a lograr reformar la enseñanza de los más pequeños. Todos hacen grandes anuncios que después terminan en casi nada. Lo último que puede ser considerado como una reforma fue encabezado por Germán Rama en el segundo gobierno de Julio Sanguinetti y ocurrió a fines del siglo pasado.
¿Cuál fue la principal virtud de Rama? Hacer, sin estar preguntando todo el tiempo ni intentando dejar a todos contentos. ¿Cuál fue su ventaja comparativa? Su carácter apabullante y emprendedor y su independencia del sistema educativo local, por haber estado muchos años en el exterior. ¿Su error? No haber sido un poco más ambicioso y haber conservado una estructura educativa muy centralizada en el padrinazgo del Estado y lejísimos de la autonomía necesaria.
Luego de Rama, hubo gobiernos de los tres principales partidos políticos. Primero otro del Partido Colorado, encabezado por Jorge Batlle. Lo que se hizo en educación en ese período fue poco pero estaban todavía muy frescos los cambios de la administración anterior, así que no hubo grandes reclamos en ese sentido.
Después obtuvo el poder el Frente Amplio por primera vez en la historia uruguaya. Llegó anunciando que haría “temblar las raíces de los árboles” y con la educación como una de sus principales banderas. Pero ni sacudidas hubo. Terminaron los cinco años y las reformas fueron la tributaria, la de la salud y otra vinculada a un nuevo ministerio, el de Desarrollo Social. La enseñanza no integró la lista.
Quizá por eso, cuando José Mujica asumió como presidente el 1º de marzo de 2010, repitió tres veces la palabra educación ante la Asamblea General del Poder Legislativo, dejando muy claro que sería su prioridad. Cinco años después, reconoció públicamente su fracaso en esa área. Contó que había hecho un intento, pero que le habían ganado la pulseada algunos dirigentes del Frente Amplio y los sindicatos, a quienes intentó sin éxito sacar del camino. Hasta el día de hoy lo sigue asumiendo como su principal fracaso.
Lo sucedió Vázquez y asumió su segundo período de gobierno anunciando un “cambio de ADN” en la educación. A poco de asumir, en medio de una huelga decretó la “esencialidad” de la enseñanza, lo que generó un gran conflicto interno en la izquierda local y uno de sus primeros fracasos importantes. A su vez, dio prioridad a los jerarcas políticos y se deshizo de los más técnicos, que eran los que realmente promovían los cambios. Desde entonces, lo único que logró es que ese ADN del siglo pasado se hiciera cada vez más fuerte.
Por ese y otros motivos, la mayoría de la población votó un cambio en 2019 y asumió la presidencia Luis Lacalle Pou acompañado por una coalición multipartidaria. Sin embargo, en educación el cambio no llegó. Es cierto que la pandemia de coronavirus no dejó espacio para casi nada. Pero ahora, una vez superado lo peor, el gobierno ha anunciado al 2022 como “año clave” para la reforma educativa que tiene en mente y asegura que está dispuesto a enfrentarse con los sindicatos para concretarla. Ojalá me equivoque pero me cuesta ser optimista. Me cuesta porque ya fueron varios los años y los períodos que se definieron como claves y nada pasó. Me cuesta porque la mayoría de los cargos gerenciales de la Administración Nacional de Educación Pública se mantienen desde hace muchos años y están abrazados al status quo. Me cuesta porque las actuales autoridades educativas, empezado por el presidente del Codicen, Robert Silva, tienen aspiraciones electorales para las próximas elecciones y ya han dicho en reserva que prefieren seguir el camino conciliador. Me cuesta porque el próximo año se vienen problemas importantes para el gobierno, como el referéndum contra la LUC, una escalada sindical, discusiones con los países vecinos y muchos otros, y es probable que los niños vuelvan a quedar en un segundo plano. Me cuesta porque el costo político puede ser muy alto y por lo del principio: los niños no votan, no participan en divisiones y no presionan. Otra vez: ojalá me equivoque. Pero me cuesta creerlo.

El problema son los radicales de izquierda en la enseñanza.
Son los que quieren formar individuos "críticos" al statu quo. Los que rechazan que UPM propicie cursos para formar sus técnicos.
Son los que dominan las ATD y reclaman ser los que hacen los cambios. Se pasaron 11 años y no pudieron impulsar la Universidad de la Educación porque desean la autonomía universitaria. Una autonomía en la Universidad de la República, dicho de paso que muchas veces sirve para moverse en forma autónoma en una "guerritas" de la izquierda por espacio de poder. Dudo que la mayoría de los Ordenes de los Concejos de Facultad se ocupen de lo que deben hacer: velar por estudiantes, docentes y egresados.
Son los que tienen delegados sindicales para otorgarles horas libres para faltar impunemente y que el FA defiende en forma vergonzosa. No puede atacar a un aliado objetivo.
El fallecido Tabaré Vázquez proponía unificar primaria y primer ciclo. Nadie le llevó el apunte.
Deben haber más horas de idioma, informática, matemática. Menos de historia, geografía, literatura. Como dijo Jorge Batlle hace veinte años, eso se aprende en internet.
¿Pero claro que hacemos con los cientos de profesores que se quedan sin laburo? Lo lógico es que se reciclen como todo el mundo...
Mientras no se supere el corporativismo de los gremios de profesores y maestros no vamos a conseguir mucho.
No dudo que a los gremios de maestros y profesores les importa la educación y la formación propia y de sus alumnos, no dudo tampoco que les importa más su statu quo, sus meses de verano intocables. No olvidemos que los maestros rechazan el plan Ceibal y reclamaban que ese dinero fuese para arreglos de edificación escolar...¿Sin palabras, no?
La informática es una muy buena herramienta, siempre y cuando esté bien utilizada (como todas las herramientas).

Si todos los niños tienen una computadora pero los maestros no saben utilizarla para enseñar con ellas correctamente, si los niños no tienen como enchufarla en sus escritorios o se les rompe y no todos los niños logran tener su equipo en clase, no sirven de nada.

Lo que hace falta es que los maestros y profesores sean muy bien instruidos y capacitados, además que la enseñanza se aparte de lo ideológico (no tienen nada que ver). Además los buenos maestros y profesores deben dictar clases en todos los institutos por igual, me refiero a los de las buenas y no tan buenas zonas POR IGUAL.
En líneas generales los docentes se han adaptado en forma adecuada al plan Ceibal. Por supuesto hay gente que está muy complicada económicamente y les cuesta acoplarse.
Los docentes eligen donde dan clase por escalafón. Eligen los más capacitados y experientes primero. La mayoría elige zonas no problemáticas. Para redireccionar a las áreas complicadas habría que pagarles compensaciones que hagan diferencia.
(12-18-2021, 02:46 AM)Voluntario2 escribió: [ -> ]En líneas generales los docentes se han adaptado en forma adecuada al plan Ceibal. Por supuesto hay gente que está muy complicada económicamente y les cuesta acoplarse.
Los docentes eligen donde dan clase por escalafón. Eligen los más capacitados y experientes primero. La mayoría elige zonas no problemáticas. Para redireccionar a las áreas complicadas habría que pagarles compensaciones que hagan diferencia.

Si, ese es uno de los problemas que habría que solucionar, pero no estoy de acuerdo que sea de esa forma.

Yo sacaría el escalafón de la ecuación, deben saber ser docentes en todos lados y los niños deberían tener las mismas oportunidades.
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