12-13-2015, 06:48 PM
Batalla naval del Rio de la Plata
Un día como hoy de 1939 se produce la batalla del Río de la Plata, uno de los encuentros navales más legendarios de la segunda guerra mundial. En esta, el acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee se enfrentó valientemente contra tres cruceros de batalla ingleses en aguas uruguayas.
Al igual que buena parte de la flota alemana en altamar, el Graf Spee se hallaba en altamar al momento de estallar la guerra, sin embargo, dadas su preparación y éxito de su misión se supone que estaban al tanto de la inminencia de la guerra.
Su habilidad para camuflarse, la velocidad y capacidad para perderse en al inmensidad del océano le hizo ser un buque tremendamente exitosos, acreditándose nueve hundimientos en menos de tres meses desde iniciada la guerra.
Desgraciadamente para el acorazado alemán, la gran cantidad de fuerzas franco-británicas distribuidas por todo el Atlántico se pusieron en alerta máxima y pronto le dieron caza. Un grupo de tres cruceros de batalla ligeramente más rápidos que él le dieron alcance frente a la costa uruguaya.
Naturalmente, los alemanes no se intimidaron y entablaron batalla, infortunadamente, el capitán Hans Langsdorff, famosos por su agresividad e ímpetu, cometió un error de cálculo, pues en vez de retroceder un poco y ganar tiempo cargó frontalmente contra la formación inglesa que le rodeó cruzó su fuego con facilidad.
La certera puntería del acorazado alemán hacía suponer que en una batalla de larga distancia gozaría de ventaja frente a los ingleses, por lo que al intentar alejarse de ellos, pudo dañar gravemente a alguno y sacarlo de la batalla antes de que pudiera unir su fuego al de sus compañeros y quizá tener una batalla menos desigual.
Aun así, la puntería de los alemanes fue letal y dejó gravemente deñado al más pesado de los cruceros aliados y le causó bajas que le impidieron continuar el combate, desgraciadamente, con el acortamiento de distancias, los disparos de los cruceros enemigos se fueron haciendo más certeros y ante la potencialmente grave situación, el Spee se retiró hacia el puerto de Montevideo, el resto, fue historia.
Un día como hoy de 1939 se produce la batalla del Río de la Plata, uno de los encuentros navales más legendarios de la segunda guerra mundial. En esta, el acorazado de bolsillo Admiral Graf Spee se enfrentó valientemente contra tres cruceros de batalla ingleses en aguas uruguayas.
Al igual que buena parte de la flota alemana en altamar, el Graf Spee se hallaba en altamar al momento de estallar la guerra, sin embargo, dadas su preparación y éxito de su misión se supone que estaban al tanto de la inminencia de la guerra.
Su habilidad para camuflarse, la velocidad y capacidad para perderse en al inmensidad del océano le hizo ser un buque tremendamente exitosos, acreditándose nueve hundimientos en menos de tres meses desde iniciada la guerra.
Desgraciadamente para el acorazado alemán, la gran cantidad de fuerzas franco-británicas distribuidas por todo el Atlántico se pusieron en alerta máxima y pronto le dieron caza. Un grupo de tres cruceros de batalla ligeramente más rápidos que él le dieron alcance frente a la costa uruguaya.
Naturalmente, los alemanes no se intimidaron y entablaron batalla, infortunadamente, el capitán Hans Langsdorff, famosos por su agresividad e ímpetu, cometió un error de cálculo, pues en vez de retroceder un poco y ganar tiempo cargó frontalmente contra la formación inglesa que le rodeó cruzó su fuego con facilidad.
La certera puntería del acorazado alemán hacía suponer que en una batalla de larga distancia gozaría de ventaja frente a los ingleses, por lo que al intentar alejarse de ellos, pudo dañar gravemente a alguno y sacarlo de la batalla antes de que pudiera unir su fuego al de sus compañeros y quizá tener una batalla menos desigual.
Aun así, la puntería de los alemanes fue letal y dejó gravemente deñado al más pesado de los cruceros aliados y le causó bajas que le impidieron continuar el combate, desgraciadamente, con el acortamiento de distancias, los disparos de los cruceros enemigos se fueron haciendo más certeros y ante la potencialmente grave situación, el Spee se retiró hacia el puerto de Montevideo, el resto, fue historia.
“Dulce et decorum est pro patria mori”