03-20-2019, 05:10 AM
18 de marzo de 1314
El 18 de marzo de 1314, en París, Francia; el célebre Jacques de Molay, último gran maestro de los Caballeros Templarios, es quemado en la hoguera y dará inicio a su famosa maldición. De Molay fue un destacadísimo noble francés que se convirtió en el 23° maestro de los Caballeros templarios, la célebre orden religioso-militar que participo en las Cruzadas.
Desde finales del siglo XIII, la Iglesia y el rey de Francia venían sospechando del enorme poder de la orden de los Templarios por sus tesoros y la capacidad de financiar la construcción de catedrales y templos en toda Europa, por lo que para la Iglesia estos podían considerarse que ya eran casi como un estado paralelo y que desafiaba enormemente las riquezas y el prestigio de los nobles.
Por ello, en total secreto, tanto la Iglesia como la corona francesa armaron una causa para poder detener y juzgar a los templarios. Dijeron, que los caballeros Templarios tenían vínculos directos con la herejía, alababan al demonio y ensuciaban al cristianismo; bajo esta excusa, la Iglesia detuvo más de 100 caballeros templarios, a los cuales torturaron y condenaron en su gran mayoría, mientras gran parte de las riquezas eran expropiadas por la Iglesia y solo una pequeña parte escaparía en embarcaciones rumbo a lo desconocido.
De Molay fue condenado por hereje, y ejecutado en la hoguera, pero antes pronuncio sus célebres palabras finales: “Dios sabe quién se equivoca y ha pecado y la desgracia se abatirá pronto sobre aquellos que nos han condenado sin razón. Clemente (por el Papa), y tú también Felipe (por el Rey de Francia), traidores a la palabra dada, ¡os emplazo a los dos ante el Tribunal de Dios!... A ti, Clemente, antes de cuarenta días, y a ti, Felipe, dentro de este año...”.
Acto seguido, 32 días más tarde, el papa Clemente fallecía abruptamente, mientras que en noviembre de ese mismo año, el rey de Francia, también fallecía cumpliendo la célebre maldición.
“Dulce et decorum est pro patria mori”