08-08-2017, 07:34 PM
7 de agosto de 1944
El 7 de agosto de 1944, en Varsovia, Polonia; se produce la brutal matanza de civiles conocida como la masacre de Wola, donde 50.000 partisanos y civiles polacos fueron asesinados en un plazo de 72 horas por una brigada de las SS.
Resistencia polaca en Varsovia
El hecho se produce en el marco del levantamiento de Varsovia iniciado una semana antes por distintos grupos milicianos de la capital que deseaban poner fin a la presencia alemana en su ciudad. Para causar terror a la población y un efecto devastador psicológicamente en los alzados, los alemanes tramaron una brutal masacre contra civiles a fin de causar la rendición rápida de los combatientes para evitar un exterminio total. El nombre de la matanza nace del barrio trabajador e industrial de Wola dentro de la capital.
Allí, la brigada de las SS ‘Dirlewanger’, arribó con un contundente objetivo: asesinar a la mayor cantidad de partisanos y civiles posibles en aquel barrio. En cuestión de escasas horas, miles de hombres, mujeres y niños fueron arrastrados de sus hogares y trasladados a edificios más amplios donde se realizó una separación de esas familias (como ocurrió en Lidice en 1943).
Sin mediar palabras, durante 72 horas el barrio quedó como una “zona liberada” para una de las masacres más brutales que nos dejó el siglo XX. Oskar Dirlewanger, el encargado de la brigada confesó a sus compañeros haber ordenado el fusilamiento y la ejecución de 35.000 partisanos y civiles aunque aseguró que algunos subalternos de él pudieron exceder esa cifra. En 72 horas, se estima que entre 35.0000 y 50.000 personas fueron ejecutadas en el barrio de Wola, no quedando casi ningún habitante en pie.
El general alemán, Heinz Guderian realizaría un informe personal a Hitler contando las atrocidades que estaban cometiendo Oskar Dirlewanger y sus hombres. Este último seria apartado de la fuerza poco después y la matanza directa solo cesó cuando Hitler ordenó que los sobrevivientes fueran a los brutales campos de concentración de Treblinka y Mauthausen. La brutalidad cometida en Wola alcanzó solo los niveles de Babi Yar en 1941 en plena Unión Sovietica, siendo esta masacre la mayor de la historia de Polonia y cuyos restos aún siguen vigentes puesto que hasta 2014 siguieron encontrándose fosas comunes de aquella brutal acción.
Oskar Dirlewanger, uno de los peores asesinos nazis
Tras la guerra, en junio de 1945, en un acto de “justicia por mano propia”, un grupo de oficiales polacos torturaron y ejecutaron a Oskar Dirlewanger, cerebro de aquel brutal hecho.
“Dulce et decorum est pro patria mori”