02-09-2023, 10:16 PM
El artículo de Búsqueda que pedían
La negociación de Uruguay por buques oceánicos noruegos abre la posibilidad de adquirir aviones y helicópteros a través de la OTAN
Por Redacción
“Al borde de la indefensión”. La frase ha sido usada en repetidas ocasiones por el ministro de Defensa Nacional, Javier García, para referirse al debilitado equipamiento de las Fuerzas Armadas. Lo dijo antes de ser parte del gobierno, previo a asumir su cargo y ahora que lidera la gestión. El ministro es particularmente alarmista sobre la Armada, carente de buques de alta mar que le permitan defender la soberanía del narcotráfico, la pesca ilegal o el contrabando.
El objetivo era tener dos barcos nuevos para febrero de 2025, antes de que Luis Lacalle Pou entregue la banda presidencial. Y hasta hace pocas semanas las señales apuntaban a que la estatal China Shipbuilding & Offshore International (CSOC) iba a fabricarlos.
El 31 de enero, sin embargo, el Ministerio de Defensa Nacional dio un giro y anunció que por motivos económicos declaraba desierto el proceso para comprar los patrulleros oceánicos de la clase OPV que tenía a China con la mejor evaluación técnica. La alternativa pasó a ser una opción más barata: la negociación con Noruega por buques usados. Esta oferta —que según García es “explorada seriamente”— allanó el terreno para incluir a futuro equipamiento para el Ejército y la Fuerza Aérea Nacional (FAU), como aviones y helicópteros, dijeron a Búsqueda fuentes militares.
“La idea que tenemos no es invertir menos, bajo el razonamiento de que al gastar menos conseguimos lo que estamos buscando y dejamos de lado otras necesidades”, afirmó García el miércoles 1º en rueda de prensa al explicar que la compra con Noruega es cercana a los US$ 100 millones, el monto que el gobierno pretendía gastar en un inicio, mientras que la compra china iba a ser de US$ 160 millones. “Los mismos fondos que iban a ser utilizados en la licitación para adquirir dos buques y para los que todavía nos faltaba dinero, podemos utilizarlos para estos buques y además invertir en otras capacidades de defensa. Es decir, con el mismo dinero que teníamos previsto, renovar mucho más y adquirir mucho más material de diferente tipo”, adelantó.
El mismo día, entrevistado por Búsqueda, el ministro había dicho que la Fuerza Aérea debía seguir “reforzándose” con equipamiento, principalmente con aviones de combate, en el que Uruguay tiene “un retraso muy importante”. Para cumplir esas expectativas, el gobierno pretende “seguir avanzando” en los próximos meses con compras concretas. “El tema no está congelado”, indicó.
A través del decreto 327/020 que reglamentó la llamada ley de derribo, la Fuerza Aérea está autorizada desde 2020 a realizar disparos de advertencia y disparos directos para impedir la continuidad de vuelos irregulares en el espacio aéreo uruguayo. Es una herramienta contra operativas de narcotráfico, entre otras.
De todas formas, la FAU carece de aviones modernos con capacidad de fuego y maniobras militares avanzadas; los actuales con los que cuenta la institución —Cessna A-37 Dragonfly y Pilatus PC-7U Turbo Trainer— esperan ser sustituidos en un plan de renovación. Los aviones que la Fuerza Aérea ha estudiado como reemplazo tienen un costo de entre US$ 80 millones y US$ 100 millones.
En cuanto al Ejército, el Ministerio de Defensa tiene pendiente modernizar vehículos multipropósito desplegados en la frontera y sistemas y plataformas exigidos por las Naciones Unidas para sus misiones de paz.
Significativamente
El llamado para adquirir los patrulleros OPV fue hecho a fines de 2020 en Torre Ejecutiva con la presencia de García y Lacalle Pou. De los oferentes, quien recibió mayor puntaje fue CSOC, que se comprometió a entregar el primer barco para junio de 2024 y a fabricar ambos, nuevos, con un valor más económico que las ofertas presentadas por la holandesa Damen y la francesa Kerhsip. A fines de año pasado el proceso estaba encaminado hacia China, pero según fuentes oficiales, Estados Unidos ofreció otras soluciones de equipamiento a Uruguay, entre ellas la de enviar dos OPV en desuso por sus Fuerzas Armadas. Otra posibilidad planteada por los norteamericanos era adquirir patrulleros oceánicos noruegos vía la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Tras algunas semanas con la compra en suspenso, el 31 de enero el ministerio comunicó oficialmente desierto el llamado internacional para la compra de las OPV “en virtud de que las ofertas recibidas superan significativamente los montos previstos por el gobierno”. Anunció además que iba a avanzar en la opción noruega. García dijo que Estados Unidos no medió ya que la propuesta fue realizada directamente por el país europeo a la Embajada de Uruguay en Suecia. De todas formas, las últimas conversaciones mantenidas con Estados Unidos y la eventual compra de los barcos noruegos abrieron a Uruguay un nuevo vínculo con la OTAN que le permitirá negociar con miembros de esa organización más equipamiento militar.
Por el momento la negociación es con Noruega por dos o tres buques de la clase Nordkapp, de 3200 toneladas y 105 metros de eslora, utilizados para manejar conflictos de pesca, expediciones a la Antártida y misiones durante la Guerra del Golfo. En diciembre, Mario Baldi, capitán de navío perteneciente al Comando General de la Armada, viajó a la ciudad portuaria de Alensund para inspeccionar uno de los barcos, el Kv Andenes.
A fines de enero partió a Noruega una delegación oficial integrada por el director general del ministerio, Fabián Martínez, el agregado naval en el Reino Unido, Frederick Fontanot, y un integrante de la Cancillería en servicio en la embajada en Suecia. El informe de esa visita será entregado a García esta semana con conclusiones positivas para la compra. En ese viaje, además, la misión uruguaya planteó informalmente generar un acuerdo de cooperación en defensa entre ambos países.
La negociación de Uruguay por buques oceánicos noruegos abre la posibilidad de adquirir aviones y helicópteros a través de la OTAN
Por Redacción
“Al borde de la indefensión”. La frase ha sido usada en repetidas ocasiones por el ministro de Defensa Nacional, Javier García, para referirse al debilitado equipamiento de las Fuerzas Armadas. Lo dijo antes de ser parte del gobierno, previo a asumir su cargo y ahora que lidera la gestión. El ministro es particularmente alarmista sobre la Armada, carente de buques de alta mar que le permitan defender la soberanía del narcotráfico, la pesca ilegal o el contrabando.
El objetivo era tener dos barcos nuevos para febrero de 2025, antes de que Luis Lacalle Pou entregue la banda presidencial. Y hasta hace pocas semanas las señales apuntaban a que la estatal China Shipbuilding & Offshore International (CSOC) iba a fabricarlos.
El 31 de enero, sin embargo, el Ministerio de Defensa Nacional dio un giro y anunció que por motivos económicos declaraba desierto el proceso para comprar los patrulleros oceánicos de la clase OPV que tenía a China con la mejor evaluación técnica. La alternativa pasó a ser una opción más barata: la negociación con Noruega por buques usados. Esta oferta —que según García es “explorada seriamente”— allanó el terreno para incluir a futuro equipamiento para el Ejército y la Fuerza Aérea Nacional (FAU), como aviones y helicópteros, dijeron a Búsqueda fuentes militares.
“La idea que tenemos no es invertir menos, bajo el razonamiento de que al gastar menos conseguimos lo que estamos buscando y dejamos de lado otras necesidades”, afirmó García el miércoles 1º en rueda de prensa al explicar que la compra con Noruega es cercana a los US$ 100 millones, el monto que el gobierno pretendía gastar en un inicio, mientras que la compra china iba a ser de US$ 160 millones. “Los mismos fondos que iban a ser utilizados en la licitación para adquirir dos buques y para los que todavía nos faltaba dinero, podemos utilizarlos para estos buques y además invertir en otras capacidades de defensa. Es decir, con el mismo dinero que teníamos previsto, renovar mucho más y adquirir mucho más material de diferente tipo”, adelantó.
El mismo día, entrevistado por Búsqueda, el ministro había dicho que la Fuerza Aérea debía seguir “reforzándose” con equipamiento, principalmente con aviones de combate, en el que Uruguay tiene “un retraso muy importante”. Para cumplir esas expectativas, el gobierno pretende “seguir avanzando” en los próximos meses con compras concretas. “El tema no está congelado”, indicó.
A través del decreto 327/020 que reglamentó la llamada ley de derribo, la Fuerza Aérea está autorizada desde 2020 a realizar disparos de advertencia y disparos directos para impedir la continuidad de vuelos irregulares en el espacio aéreo uruguayo. Es una herramienta contra operativas de narcotráfico, entre otras.
De todas formas, la FAU carece de aviones modernos con capacidad de fuego y maniobras militares avanzadas; los actuales con los que cuenta la institución —Cessna A-37 Dragonfly y Pilatus PC-7U Turbo Trainer— esperan ser sustituidos en un plan de renovación. Los aviones que la Fuerza Aérea ha estudiado como reemplazo tienen un costo de entre US$ 80 millones y US$ 100 millones.
En cuanto al Ejército, el Ministerio de Defensa tiene pendiente modernizar vehículos multipropósito desplegados en la frontera y sistemas y plataformas exigidos por las Naciones Unidas para sus misiones de paz.
Significativamente
El llamado para adquirir los patrulleros OPV fue hecho a fines de 2020 en Torre Ejecutiva con la presencia de García y Lacalle Pou. De los oferentes, quien recibió mayor puntaje fue CSOC, que se comprometió a entregar el primer barco para junio de 2024 y a fabricar ambos, nuevos, con un valor más económico que las ofertas presentadas por la holandesa Damen y la francesa Kerhsip. A fines de año pasado el proceso estaba encaminado hacia China, pero según fuentes oficiales, Estados Unidos ofreció otras soluciones de equipamiento a Uruguay, entre ellas la de enviar dos OPV en desuso por sus Fuerzas Armadas. Otra posibilidad planteada por los norteamericanos era adquirir patrulleros oceánicos noruegos vía la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Tras algunas semanas con la compra en suspenso, el 31 de enero el ministerio comunicó oficialmente desierto el llamado internacional para la compra de las OPV “en virtud de que las ofertas recibidas superan significativamente los montos previstos por el gobierno”. Anunció además que iba a avanzar en la opción noruega. García dijo que Estados Unidos no medió ya que la propuesta fue realizada directamente por el país europeo a la Embajada de Uruguay en Suecia. De todas formas, las últimas conversaciones mantenidas con Estados Unidos y la eventual compra de los barcos noruegos abrieron a Uruguay un nuevo vínculo con la OTAN que le permitirá negociar con miembros de esa organización más equipamiento militar.
Por el momento la negociación es con Noruega por dos o tres buques de la clase Nordkapp, de 3200 toneladas y 105 metros de eslora, utilizados para manejar conflictos de pesca, expediciones a la Antártida y misiones durante la Guerra del Golfo. En diciembre, Mario Baldi, capitán de navío perteneciente al Comando General de la Armada, viajó a la ciudad portuaria de Alensund para inspeccionar uno de los barcos, el Kv Andenes.
A fines de enero partió a Noruega una delegación oficial integrada por el director general del ministerio, Fabián Martínez, el agregado naval en el Reino Unido, Frederick Fontanot, y un integrante de la Cancillería en servicio en la embajada en Suecia. El informe de esa visita será entregado a García esta semana con conclusiones positivas para la compra. En ese viaje, además, la misión uruguaya planteó informalmente generar un acuerdo de cooperación en defensa entre ambos países.
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".