11-16-2015, 07:21 PM
Un artículo infelizmente vigente, que escribí en enero pasado, cuando Charlie Hebdo....
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LA FRANCIA, USUALMENTE PRO ARABE, TOMO DE SU PROPIA Y AMARGA MEDICINA?
Por Javier Bonilla
Si el verdadero hombre es siempre un disidente, gustosamente soy el malo de la película! A cortar con tanta dulzura y sorpresa fingida! Más allá del protagonismo galo en 1860 en la partición de Siria y Líbano (defendiendo a los cristianos maronitas y ortodoxos masacrados por musulmanes), París albergó fuertes tendencias antisemitas y anti estadounidenses en los últimos 150 años.
Unas, ejemplificadas en el vergonzoso caso Dreyfuss -durante cuyo desarrollo salían miles de personas a la calle, presididas por obispos y sus comparsas gritando “muerte a los judíos” , y a veces matando alguno- o en la II Guerra, en los campos de concentración de Struthof-Natzweiler o Drancy y el colaboracionismo, tan oculto como real…
Otras, representando el anti liberalismo y el complejo de inferioridad, además de la ingratitud francesa frente a unos Estados Unidos que salvaron a Europa y al mundo dos veces en menos de 40 años, y que, si de ellos dependía, no se hubiera firmado el ominoso acuerdo de Versalles, potencial generador de la II Guerra…
En tal contexto, uniendo ambos postulados, una suicida postura pro árabe creció en los últimos 45 años, tras la mauvaise conscience de la Guerra de Argelia. Desde De Gaulle hasta la estrella del gabinete de Chirac, Dominique de Villepin, últimamente de gira en Irán para limpiarle imagen ayatolhesca, pasando por el pro palestino canciller de Giscard, Michel Jobert o por el de Miterrand, Roland Dumas-este justificando la piratería aérea para “golpear a la indiferencia internacional”- los grupos islámicos radicales agarraron viento en la camiseta. Con Chirac, frecuentemente predicando contra los “anglosajones”, y aconsejando reservacamente a Arafat no firmar la paz en Camp David, casi se llegó al súmmun de las pretensiones del Quai D” Orsay de ser “potencia alternativa”, algo imposible para Francia desde hace 100 años…
Si bien el sentido común y occidentalismo de Sarkozy frenó estos delirios y hasta prohibió el velo, la llegada de Holland al poder, apenas asumido institucionalizando la alimentación Halal en la administración pública y otros gestos pro islámicos, fueron una vuelta al camino equivocado, creyendo que esta gente interpretaría estos gestos, como una actitud conciliadora y no como una simple capitulación, por quienes, al igual que nuestros terroristas vernáculos muerden las manos tendidas…
Jean-Marc Ayrault, su premier en 2012 siguió abriendo espacio para los árabes y casi hasta la intervención en Mali, creció aún más la influencia de estos, hasta en la semántica de los medios oficiales, que dejaban de tratar de terroristas o extremistas a quienes sí lo eran, y volvían al cínico “activistas” o “militantes”…
Y, como siempre, sobran en París los “intelectuales” y relativistas culturales, apoyando o minimizando las posturas pro musulmanas, a las que suelen ver con una fascinación casi afeminada, más o menos como algunos uruguayos (los que nos traen los indeseables de Guantánamo o lo festejan…), digamos de paso…
En tal contexto, no es raro que 12 periodistas hayan sido masacrados por los terroristas. Lo extraño es que aún no hayan volado la Torre Eifell, la Opera o el Arco de Triunfo...
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LA FRANCIA, USUALMENTE PRO ARABE, TOMO DE SU PROPIA Y AMARGA MEDICINA?
Por Javier Bonilla
Si el verdadero hombre es siempre un disidente, gustosamente soy el malo de la película! A cortar con tanta dulzura y sorpresa fingida! Más allá del protagonismo galo en 1860 en la partición de Siria y Líbano (defendiendo a los cristianos maronitas y ortodoxos masacrados por musulmanes), París albergó fuertes tendencias antisemitas y anti estadounidenses en los últimos 150 años.
Unas, ejemplificadas en el vergonzoso caso Dreyfuss -durante cuyo desarrollo salían miles de personas a la calle, presididas por obispos y sus comparsas gritando “muerte a los judíos” , y a veces matando alguno- o en la II Guerra, en los campos de concentración de Struthof-Natzweiler o Drancy y el colaboracionismo, tan oculto como real…
Otras, representando el anti liberalismo y el complejo de inferioridad, además de la ingratitud francesa frente a unos Estados Unidos que salvaron a Europa y al mundo dos veces en menos de 40 años, y que, si de ellos dependía, no se hubiera firmado el ominoso acuerdo de Versalles, potencial generador de la II Guerra…
En tal contexto, uniendo ambos postulados, una suicida postura pro árabe creció en los últimos 45 años, tras la mauvaise conscience de la Guerra de Argelia. Desde De Gaulle hasta la estrella del gabinete de Chirac, Dominique de Villepin, últimamente de gira en Irán para limpiarle imagen ayatolhesca, pasando por el pro palestino canciller de Giscard, Michel Jobert o por el de Miterrand, Roland Dumas-este justificando la piratería aérea para “golpear a la indiferencia internacional”- los grupos islámicos radicales agarraron viento en la camiseta. Con Chirac, frecuentemente predicando contra los “anglosajones”, y aconsejando reservacamente a Arafat no firmar la paz en Camp David, casi se llegó al súmmun de las pretensiones del Quai D” Orsay de ser “potencia alternativa”, algo imposible para Francia desde hace 100 años…
Si bien el sentido común y occidentalismo de Sarkozy frenó estos delirios y hasta prohibió el velo, la llegada de Holland al poder, apenas asumido institucionalizando la alimentación Halal en la administración pública y otros gestos pro islámicos, fueron una vuelta al camino equivocado, creyendo que esta gente interpretaría estos gestos, como una actitud conciliadora y no como una simple capitulación, por quienes, al igual que nuestros terroristas vernáculos muerden las manos tendidas…
Jean-Marc Ayrault, su premier en 2012 siguió abriendo espacio para los árabes y casi hasta la intervención en Mali, creció aún más la influencia de estos, hasta en la semántica de los medios oficiales, que dejaban de tratar de terroristas o extremistas a quienes sí lo eran, y volvían al cínico “activistas” o “militantes”…
Y, como siempre, sobran en París los “intelectuales” y relativistas culturales, apoyando o minimizando las posturas pro musulmanas, a las que suelen ver con una fascinación casi afeminada, más o menos como algunos uruguayos (los que nos traen los indeseables de Guantánamo o lo festejan…), digamos de paso…
En tal contexto, no es raro que 12 periodistas hayan sido masacrados por los terroristas. Lo extraño es que aún no hayan volado la Torre Eifell, la Opera o el Arco de Triunfo...