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La gesta del Alcazar de Toledo
#28
Fallece Federico Fuentes Gómez de Salazar, último defensor del Alcázar de Toledo
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Ha fallecido en Toledo, a punto de cumplir los 100 años de edad, el general de Brigada Federico Fuentes Gómez de Salazar, último combatiente del Alcázar de Toledo.

"Para mí fue una obligación, un deber, un honor estar en el Alcázar de Toledo y defenderlo con mi pequeña colaboración. Jamás se me podrá olvidar, lo viví desde dentro, aunque no soy muy partidario de manifestar mi historia. Cada vez que lo miro, tan bonito como lo han dejado, tan bonito como era y tan trasto como quedó al terminar el asedio, es difícil olvidar lo ocurrido. Pero Dios es grande, y nos da fuerzas para seguir viviendo. A aquellas personas que no conocen esta gesta, les animo a que la estudien y a quienes la manipulan, que están equivocados. Fue algo Grande en la Historia de España".
General de Brigada Federico Fuentes Gómez de Salazar

Federico tenía 17 años cuando los avatares de aquella contienda fraticida le llevaron al Alcázar, donde se presentó voluntario para luchar por su bando, el de su familia, el de varias generaciones de militares, una detrás de otra…, «y yo, claro, quería ser militar, era mi vocación».

Poco podía imaginar aquel jovenzuelo enjuto, fibroso y con unos ojos azules que atraían las miradas femeninas, que el día que entró en el recinto militar iba a ser el primero de un encierro de 72 días, los mismos que transcurrieron hasta que el bando vencedor liberara la fortaleza y con ella a las cientos de personas entre civiles y militares que resistieron a los casi dos meses y medio de tiroteos, primero, y bombardeos sin tregua después por parte de las tropas del otro bando, «el enemigo», como en todo momento, en lenguaje castrense, se refirió el general a los milicianos gubernamentales del Frente Popular.



Semblanza del guerrero

En aquel verano de 1936, Federico Fuentes entró en el Alcázar a pesar de la oposición de su madre, quien, no obstante, «comprendía que era mi deber». A lo largo de toda la conversación, al general se le humedecían los ojos al hablar de aquellos tristes hechos: «Una guerra civil es lo peor que puede existir».




Mientras se declaraba el estado de guerra en Toledo, Federico entró de los últimos en el baluarte cuando ya casi se adivinaba el silbar de las balas. Fuera dejaba una novia y a gran parte de su familia, residente en el número 5 de la Bajada del Pozo Amargo. El cartel de «Puesto de socorro» que colgó hábilmente en el balcón uno de los vecinos, médico de profesión, los salvó de ser capturados por las tropas republicanas. Federico permaneció 72 días preocupado por su familia, de la que tan sólo le separaban «180 metros contando desde una esquina del Alcázar».

En campo enemigo
«Los bombardeos venían de dos frentes, y nos tiraban hasta del mismo Zocodover, nos tenían rodeados», contó. La experiencia fue dura y su audacia, patente. Vestido de paisano, con sólo una pistola, era de los pocos que se atrevían a salir a las calles internándose en el campo enemigo para volver con algo de comida ante la enorme escasez de los alimentos más báscos. «Organizábamos salidas nocturnas, faltaban muchos víveres; íbamos con mucho cuidado porque al menor ruido comenzaban a disparar».

El hambre llevó a los asediados a comerse algún caballo o algún mulo que eran sacrificados para luego repartirse la carne entre tantos: «Estaba riquísimo, pero tocábamos a poco». Federico fue herido en una ocasión y también trasladó a otros compañeros heridos hasta los sótanos del Alcázar, donde estaba el botiquín. «Yo no fui un héroe sino un voluntario que me apuntaba a todo.

¿Valiente? …pues sí, y es que tenía 18 años, lo mejor de mi vida, eso ya lo tengo grabado para los restos. Pero tengo un recuerdo agridulce por haber cumplido con un deber de patriota y triste por lo que ocurrió en uno y otro bando, porque también ellos me daban pena», decía el general con un atisbo de lágrimas en los ojos.
Cuando el 27 de septiembre de 1936 las tropas nacionales entraron en el Alcázar y lo liberaron, «aquella noche me fumé 18 cigarros de los gordos». Y es que a los dos días de iniciarse el asedio se agotó el tabaco dentro y Federico y sus amigos se fumaban las hojas secas de los árboles.

[Imagen: 17_D_a_170118.jpg]


Big Grin Big Grin Big Grin
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
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Mensajes en este tema
La gesta del Alcazar de Toledo - Terminus - 08-31-2015, 02:18 AM
RE: La gesta del Alcazar de Toledo - Terminus - 02-26-2018, 06:22 AM
RE: La gesta del Alcazar de Toledo - Tosk - 03-19-2020, 07:03 PM

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