[Terminus]

DESAYUNOS INFORMALES, o “como mantener el veneno activo 48 años”.
La crisis del periodismo es la prueba contundente del deterioro social y cultural que ahora despunta en el escenario de la República. Más allá de cuestiones conceptuales, la falta de preparación de quienes asumen el papel de periodistas, enseñando una sorprendente e incomprensible parcialidad, pinta la crisis que hoy atraviesa nuestra sociedad.
La necesidad de competir con el entrevistado, los lleva a perder maravillosas oportunidades para explorar, entender y comprender otros puntos de vista. Y eso es grave, desde que enseña el poco respeto por esa otra forma de ver las cosas...
Los rostros descompuestos ante afirmaciones claras, respetuosas y contundentes de la Sra. Mercedes Vigil, constituyen la imagen con la que me quedo luego de asistir al bloque central de un programa que en realidad puede definirse como liviano y con pretensiones...

Repasar lo sustancial de la entrevista arroja un resultado desolador: los panelistas no están informados acerca del tema que abordan. Luego insisten en un relato parcial al detenerse, con insistencia, en fallos de la Suprema Corte de Justicia que se ajustan a su discurso, ignorando aquellos que también existieron, y que resultaron adversos.
No permitieron desgranar la esencia del discurso de la Sra. Vigil, que no es otro que el de la reconciliación. Claramente tergiversaron los hechos para sostener que es necesario mantener con sal la herida, y sangrando.

Por momentos parece que temen quedarse sin material para escribir u organizar sus programas, tanto en televisión como en radio... Mantienen un discurso basado en la necesidad de mantener la grieta abierta, de hecho, la apuntalan con afirmaciones temerarias que no pueden sostener con pruebas, documentos, o hechos.

La iniciativa del grupo cuya cara visible es Vigil, no toma partido y procura la sana distancia que nos permitirá como sociedad sobrevivir y superar los trágicos momentos ocurridos hace ya 48 años.
Mi reflexión personal, luego de asistir al triste espectáculo de la televisión es claro y simple: el relato de la izquierda se sostiene solo en la medida en que el veneno que trasmite se mantenga activo...

A los muchachos del programa mi comprensión, pues no saben lo que dicen, no saben lo que hacen.
A ellos también los alcanzará el perdón, cuando este llegue...
PD: ME LLEGÓ ASÍ, ANÓNIMO!