No se ustedes, yo, lo aplaudo de pie!!!
Senador Javier Garcia Duchini
En lo personal me pregunto: ¿en qué país del mundo las Fuerzas Armadas custodian el perímetro de las cárceles? Sólo en Uruguay.
¿En qué país construyen casas –...como ocurre aquí, en el Plan Juntos– dedicándose a ser obreros de la construcción? ¿En qué país del mundo los soldados –aclaro que todo esto es por $ 12.000– se dedican a darle una mano de pintura a una escuela de campaña o a arreglar un puente en cuestión de horas cuando hay inundaciones?
¿En qué país del mundo ayudan a niños con capacidades diferentes? En la mayoría de los cuarteles del interior se hace equinoterapia. ¿En qué país del mundo se cumplen las misiones que tienen acá las Fuerzas Armadas? ¿Imaginan a un soldado de otro país custodiando el perímetro de las cárceles?
Esto parece paradójico, pero es un tema ideológico. Tengo la tentación de preguntar si la visión de la señora senadora Moreira es la de todo el Frente Amplio. Me quedo con esa duda. Uno supone que sí porque fue quien defendió la política de defensa del gobierno.
Reitero, me queda esa duda porque he escuchado varios discursos diferentes con respecto a este tema en el oficialismo. Pero, realmente, parece paradójico discutir el presupuesto en base a la cantidad de soldados por habitantes y, como decía, no debatir sobre la cantidad de médicos por habitantes en el Uruguay.
Nunca escuché a la senadora Moreira plantear que haya un examen de ingreso.”
También dijo: “Quiere decir que la discusión sobre la cantidad de efectivos de las Fuerzas Armadas tiene que darla la Asamblea General, pero no puede darse a partir de una visión economicista: como se requiere aumentar una mísera porción de plata a los soldados, bajemos su cantidad.
Eso no es lo que hay que debatir. La discusión tiene que ser política: el país es este, las Fuerzas Armadas tienen estas misiones, que son esenciales y estas otras, que son subsidiarias, colaterales, y para cumplirlas el país necesita tantos soldados, tantos marinos y tantos aviadores.”
Se adjunta palabras del senador Javier García en la Cámara de Senadores
SEÑOR GARCÍA.- Pido la palabra.
SEÑOR GARCÍA.- Señor presidente: quisiera agregar algunas reflexiones sobre este tema.
Ante todo, pienso que no se puede discutir el presupuesto del Ministerio de Defensa Nacional y, fundamentalmente, el de las Fuerzas Armadas basados solamente en la cantidad de efectivos, porque es algo absolutamente irrelevante. Si todo se discutiera en función de la cantidad, sin que se analice si se está de acuerdo con las misiones que se cumplen, nada tendría sentido.
Pongo un ejemplo en el que me comprenden las generales de la ley, por mi profesión de médico. Uruguay tiene más médicos por habitante –y voy a nombrar algunos países realmente importantes en el mundo– que Estados Unidos, que Alemania, que Suecia, que toda América Latina exceptuando a Cuba, que Chile, que Brasil y que España. Sin embargo, no escuché a la señora senadora Moreira plantear el examen de ingreso a la Facultad de Medicina. Quizás le sirva el argumento de la cantidad por habitante para los militares, pero no para los médicos. Aclaro que pongo el ejemplo de los médicos porque es mi profesión.
Ahora bien; en lo personal me pregunto: ¿en qué país del mundo las Fuerzas Armadas custodian el perímetro de las cárceles? Sólo en Uruguay. ¿En qué país construyen casas –como ocurre aquí, en el Plan Juntos– dedicándose a ser obreros de la construcción? ¿En qué país del mundo los soldados –aclaro que todo esto es por $ 12.000– se dedican a darle una mano de pintura a una escuela de campaña o a arreglar un puente en cuestión de horas cuando hay inundaciones? ¿En qué país del mundo ayudan a niños con capacidades diferentes? En la mayoría de los cuarteles del interior se hace equinoterapia. ¿En qué país del mundo se cumplen las misiones que tienen acá las Fuerzas Armadas? ¿Imaginan a un soldado de otro país custodiando el perímetro de las cárceles? Esto parece paradójico, pero es un tema ideológico. Tengo la tentación de preguntar si la visión de la señora senadora Moreira es la de todo el Frente Amplio. Me quedo con esa duda. Uno supone que sí porque fue quien defendió la política de defensa del gobierno. Reitero, me queda esa duda porque he escuchado varios discursos diferentes con respecto a este tema en el oficialismo. Pero, realmente, parece paradójico discutir el presupuesto en base a la cantidad de soldados por habitantes y, como decía, no debatir sobre la cantidad de médicos por habitantes en el Uruguay. Nunca escuché a la senadora Moreira plantear que haya un examen de ingreso.
¿Por qué digo que esto esta ideologizado? Tengo una perla muy reciente. En el diario El País de hoy leí unas declaraciones del subsecretario del Ministerio del Interior, licenciado Jorge Vázquez, y fíjese, señor presidente, qué concepto se tiene de las Fuerzas Armadas. Es claro: con este concepto se entiende este presupuesto. Estas declaraciones se hicieron en las puertas de esta Casa, en los festejos del retorno a la democracia.
En una mesa redonda una persona mayor le preguntó por qué las Fuerzas Armadas no participan en tareas de seguridad y el licenciado Vázquez expresó: «La manera en que las Fuerzas Armadas solucionaron un problema que estaba pasando el país» –se refiere a la dictadura– «fue basada no en trabajos serios de investigación sino en la tortura y el avasallamiento de los derechos humanos. Donde el ciudadano era sospechoso hasta que demostraba lo contrario». Después agregó: «En cambio, para la Policía el ciudadano que se aparta de la ley “tiene derechos” y se actúa “con garantías”». Es una concepción ideológica. El funcionario militar, el que usa un uniforme verde, azul o blanco es un sospechoso de torturador. Eso lo diferencia de la Policía, que actúa defendiendo los derechos y las garantías. Esto lo afirmó en la tarde de ayer el licenciado Jorge Vázquez en la puerta de esta Casa.
Con respecto al gasto militar en el Uruguay, tengo otros números del mundo en porcentaje de PBI. La verdad es que el 0,86 % del PBI, que es lo que insume el Ministerio de Defensa Nacional en el Uruguay, está un poco por abajo del resto de América Latina, según los datos oficiales presentados en la Rendición de Cuentas y Balance de Ejecución Presupuestal del año 2014.
Reitero que con ese 0,86 % se hacen las tareas básicas, que en el Uruguay son subsidiarias como, por ejemplo, arreglar el puente, pintar la escuela, trabajar en el Plan Juntos, salir corriendo cuando hay inundaciones, armar los campamentos, parar la olla, cuidar el perímetro de las cárceles. Quizás en el futuro inmediato o mediato puedan existir otras tareas que está barajando el Poder Ejecutivo. Todo esto se hace con el 0,86 % del PBI y los soldados ganan $ 12.000. ¿De qué estamos hablando?
El 50 % de los soldados están por debajo de la línea de pobreza; casi la mitad o más viven en asentamientos. Se plantea que es una barbaridad la cantidad de militares, pero no se dice lo mismo del aumento de los sueldos a los secretarios de los ministros. Para los cargos políticos hay plata. Si se trata de aumentar $ 800 el sueldo de un soldado que gana $ 12.500, se plantea que haya vacantes, pero para lo otro, que la plata salga de Rentas Generales. Para las Fuerzas Armadas, que se autofinancie. Es un tema ideológico. Para los militantes del comité de base hay plata, pero para el soldado que gana $ 12.000, no la hay.
Se quiere discutir una cantidad de aspectos y creo que está bien, pero tenemos que solucionar una omisión. Claro, en esto todos podemos tener responsabilidad, pero coincidamos en que en los últimos once años la responsabilidad es de un solo partido. El Parlamento debería discutir la cantidad de efectivos de las Fuerzas Armadas. ¿Por mandato de quién? De la Constitución de la república, que en el numeral 8.º del artículo 85 establece que hay que fijar la fuerza armada necesaria. Esa disposición nunca se cumplió; por lo menos, yo no tengo memoria de que se haya cumplido. Se usa el atajo de la ley de presupuesto. El doctor Korzeniak, en la página 467 del Primer curso de derecho público. Derecho constitucional, en cuanto a la interpretación del numeral 8º de la Constitución, relativo al número de miembros de las Fuerzas Armadas, dice: «El Parlamento debe “designar todos los años la fuerza armada necesaria”. Esta competencia debe ejercerse por ley formal, porque el segundo párrafo de este numeral dice que los efectivos militares “solo podrán ser aumentados por mayoría absoluta de votos del total de componentes de cada Cámara”. A contrario, puede interpretarse que para mantener el número o para disminuirlo, basta la mayoría simple; pero no puede deducirse que baste una resolución de la Asamblea General. En todos los casos (para mantener, para disminuir o para aumentar) se requiere ley formal.
En la práctica parlamentaria real, esta ley no se dicta todos los años, ni mucho menos. Más bien, hace muchos años que no se dicta.» Por lo menos en mi experiencia parlamentaria, nunca se dictó. A continuación, Korzeniak expresa: «Se hace de cuenta que ofician como tales, la ley de Presupuesto (que contiene un “inciso” referido al Ministerio de Defensa, dentro del cual están las Fuerzas Armadas) y las leyes anuales de Rendiciones de Cuentas que –con generosa imaginación– al aprobar la Rendición de Cuentas que presenta el Poder Ejecutivo, estará aprobando el número de miembros de las Fuerzas Armadas, que se supone viene implícito en el Presupuesto, que, a su vez, se supone que implícitamente determina el número de los efectivos militares.»
Quiere decir que la discusión sobre la cantidad de efectivos de las Fuerzas Armadas tiene que darla la Asamblea General, pero no puede darse a partir de una visión economicista: como se requiere aumentar una mísera porción de plata a los soldados, bajemos su cantidad. Eso no es lo que hay que debatir. La discusión tiene que ser política: el país es este, las Fuerzas Armadas tienen estas misiones, que son esenciales y estas otras, que son subsidiarias, colaterales, y para cumplirlas el país necesita tantos soldados, tantos marinos y tantos aviadores.
Tenemos el tremendo desafío del combate al narcotráfico, por lo que se requieren tantos recursos materiales, tantos recursos humanos y tantos de la Fuerza Aérea. Si se instalan plataformas petroleras, se precisa tanto de la Armada Nacional, tantos buques y de tales características. Esa es la discusión política que tiene que dar el Parlamento. Ya tengo experiencia aquí, de muchos años, y los últimos once años son responsabilidad de un partido político.
Con respecto a las misiones operativas de paz, me alegro de que el Frente Amplio y específicamente la señora senadora Moreira, las defienda; antes votaba en contra de todas ellas. Aquí el Frente Amplio estuvo en contra de todas las misiones operativas de paz hasta el 1.º de marzo de 2005. ¿No se acuerdan de eso? Yo era diputado, me paraba ahí atrás y me acuerdo del exsenador Lorier dejando una rosa roja arriba de su banca. Recuerdo al ex diputado Chifflet renunciando a su banca en la Cámara en que yo estaba. Ahora se quiere aumentar las misiones de paz porque se está planteando que Uruguay participe en las misiones a la República Centroafricana. ¿Con qué efectivos se va a hacer esto? Con soldados. Pero, aparte de tener que cumplir la misión operativa de paz –ahora hay un compromiso mayor por nuestra participación en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas–, se siguen manteniendo las tareas subsidiarias que relataba.
Agrego un dato: las horas hombre en el año de soldados en apoyo a estas tareas. Acá hay varios exintendentes: la señora senadora Ayala y los señores senadores Besozzi y Carámbula, que levantaban el teléfono y llamaban al cuartel. ¿O no? Le decían: «Jefe, mándeme unos soldados a la escuela, al puente, a la ruta» ¿Y qué les decía el teniente coronel en jefe del cuartel? «Y bueno, van. Usted arregle y ponga el combustible» Era así.
El año pasado las tareas subsidiarias que cumplieron sumaron 300.000 horas hombre y les pagaron $ 12.000 por mes. ¿Saben cuánto gasta el Estado uruguayo o cuántos gastamos todos para pagar el costo logístico de un soldado? Si sacamos los $ 12.000 o $ 13.000 del sueldo, el costo de mantener a ese soldado –alimentarlo, instruirlo y vestirlo– es de $ 2.950 por mes. Por $ 13.000 y $ 2.950 por mes para instruirlo, alimentarlo y vestirlo se levanta el tubo y, ante una inundación, salen los soldados. Se arma el rancho, se atiende a la gente, se atiende a los gurises, se va a Sanidad militar. Si se rompe el puente, se arregla el puente. Los soldados van a las misiones de paz, a los cierres de fronteras, hacen búsqueda y rescate en el mar, controlan el narcotráfico, suma y sigue, suma y sigue, suma y sigue. Son $ 13.000 por mes y $ 2.950 de logística.
Vamos a seguir siendo sinceros, ¿cuál es la válvula que comunica el número de efectivos militares en la sociedad uruguaya? El desempleo. Si baja la tasa de desempleo y aumenta el trabajo en la construcción, hay menos reclutamiento; por el contrario, cuando aumenta el desempleo, se incrementa el reclutamiento en los cuarteles. Cualquiera de los señores senadores aquí presentes sabe que esto es así. En esto no hay más perro que el Chocolate.
¿A alguien alguna vez se le pasó por la cabeza discutir esto cuando todo el mundo sabía que aparte de todas las tareas que se cumplían también había una amortiguación social que se daba en todo el país, pero de forma notoria en el interior del país? En algunas zonas como el norte era más que notorio.
Hoy, con el aumento del desempleo, en el norte del país hay uruguayos que están anotados en los cuarteles solo por el rancho. Se anotaron y están como aspirantes porque se les da de comer y cumplen tareas mientras esperan que haya una vacante. Esto ocurre en este momento, sobre todo en el norte del país. ¿Cuál es la gran solución para aumentar $ 800? Que se financien los $ 800, que se corten las vacantes.
La ley de defensa es un recorte y pegue absoluto. Lo dijimos el otro día cuando se discutió este tema. Hay un recorte y pegue de todo lo que había. Tuvo solo dos innovaciones y una de ellas mereció un veto del presidente Vázquez en su primer gobierno, que fue levantado por la Asamblea General. Reitero, tuvo dos modificaciones: el Codena y el Esmade, y una de ellas recibió un veto que levantó la Asamblea General. El oficialismo no siguió el criterio del presidente Vázquez en su primer mandato. El resto es un recorte y pegue absoluto, que aparte no tiene lo fundamental: hace ocho años que se están pidiendo las leyes orgánicas de las diferentes fuerzas. Vienen de promesa en promesa. Me acuerdo del señor senador Rosadilla –que había asumido en el 2010– cuando en el año 2011 decía que íbamos a tener las leyes y estamos en el 2015. Una ley de defensa sin las leyes orgánicas de las Fuerzas Armadas no tiene sentido alguno.
Con respecto a quién le corresponde la defensa de los recursos naturales, no hay que andar muy lejos en la Ley Marco de Defensa Nacional porque lo dice el artículo 1º. Repito, está en el artículo 1º. Allí se establece: «La Defensa Nacional comprende el conjunto de actividades civiles y militares dirigidas a preservar la soberanía y la independencia de nuestro país, a conservar la integridad del territorio y de sus recursos estratégicos, así como la paz de la República, en el marco de la Constitución y las leyes; contribuyendo a generar las condiciones para el bienestar social, presente y futuro de la población». No hay que andar buceando mucho en la ley de defensa para saber a quién le asignó el Parlamento la defensa de nuestros recursos naturales.
Sinceramente, toda esta discusión sobre el presupuesto del Ministerio de Defensa Nacional y el componente militar de la defensa está teñida, notoriamente, de un componente ideológico de todo o parte del oficialismo, pero por la voz que se escuchó, es de todo el oficialismo. Pasaron treinta años desde la dictadura, desde 1985.
Es hora de tener otra cabeza y entender que muchos de los oficiales que hoy comandan las Fuerzas Armadas no eran nacidos y otros eran gurises que todavía no iban ni al jardín de infantes. Hay que terminar de una vez por todas con esa visión de sospecha de todo militar como un violador de los derechos humanos.
Cada vez recurrimos con más asiduidad a los militares en algunas áreas, sobre todo por las tragedias climáticas que existen y son uruguayos como cualquiera. Usan un uniforme verde, así como los obreros se ponen mameluco, los médicos utilizan túnica blanca, algunos se visten con corbata y otros andan de campera. Mandan a sus hijos a las mismas escuelas, tienen que parar la olla todos los meses y pasan por los mismos sufrimientos y alegrías. Algunos tienen mucho más sufrimiento que alegría porque, aparte de la pobreza en la que viven, sufren la estigmatización de la sociedad.
Me parece que llegó la hora de dar vuelta esa visión y entenderlos como uruguayos que cumplen una tarea muy honorable que les asignamos desde el Parlamento. La característica particular que tienen es que les asignamos un arma para que defiendan nuestra soberanía y, aparte de asignarles un arma para que defiendan nuestra soberanía, hay que decir que muchas veces tienen que hacerlo en las peores condiciones.
Cuando se cuenta la cantidad de militares hay que tener en consideración cuáles son los recursos técnicos y tecnológicos que tienen otros países. Acá los atamos con alambre, señor presidente. Con la Comisión de Defensa Nacional del Parlamento tuve la posibilidad de estar en Haití y en la Antártida, y en cualquiera de los dos lugares escuché a gobernantes y a Fuerzas Armadas de otras partes del mundo hablar loas de nuestras Fuerzas Armadas. ¿Por qué? Porque los atan con alambre. ¿Por qué? Porque no tienen otra cosa. Con eso y con su bandera uruguaya puesta en el brazo, entre otras cosas, cumplen con profesionalismo su tarea, y la inmensa mayoría lo hace por $ 12.000.
(Suena el timbre indicador de tiempo).
–Por eso, señor presidente, decimos que este inciso está teñido de una visión ideológica que no se ha superado. Cuando llegue el momento de considerar los artículos relativos a los aumentos, en particular el artículo 150, el Partido Nacional va a plantear un artículo sustitutivo que propone votar los aumentos que vinieron por iniciativa del Poder Ejecutivo y una fuente de financiamiento diferente a la que está planteada actualmente para las vacantes. En definitiva, es lo mismo que se planteó en la Cámara de Representantes con una redacción distinta.
SEÑOR GARCÍA.- Pido la palabra para contestar una alusión.
SEÑOR GARCÍA.- Señor presidente: a modo de sugerencia, creo que es mejor hablar del futuro, porque si seguimos yendo para atrás, en cualquier momento aparecen los comunicados 4 y 7 y alguno golpeando las puertas de los cuarteles. Entonces, sería mejor no andar acusando con el dedo, con el mismo dedo que se usó para golpear los cuarteles tiempo atrás.
Recomiendo al Cuerpo dedicarnos a mirar el presente y un poco hacia adelante. Y, en ese presente y un poco hacia adelante, aquí se dijo que las Fuerzas Armadas no participan de la lucha contra el narcotráfico. ¡Eso es tener un desconocimiento absoluto! La Armada Nacional, la Prefectura Nacional Naval y la Fuerza Aérea realizan operativos muy frecuentes de combate al narcotráfico. Decir lo contrario es demostrar un desconocimiento absoluto del funcionamiento de las Fuerzas Armadas. Contra el terrorismo, el Ejército tiene una unidad entera dedicada a la instrucción en esa área.
Nos parece que sostener –como se hizo hace unos minutos– que las Fuerzas Armadas no participan de eso, es desconocer la vida cotidiana y las órdenes que el Gobierno les da, a través de un concepto del que todo el mundo participa: unir defensa y seguridad. Diría que, desde el Ministerio de Defensa Nacional de este Gobierno del Frente Amplio, han viajado a cuanto seminario y ateneo hay en el mundo con este concepto; lo digo por las dudas. Entonces, bajo ese concepto, el Gobierno ordena a las Fuerzas Armadas participar en la lucha contra el narcotráfico, en colaboración con el Ministerio del Interior, y también le dice, a la unidad n.º 14 del Ejército: «Ustedes prepárense». Y se entrenan y son muy eficaces, y han ganado premios internacionales, entre otras cosas, mandados por nosotros, porque todos los que estamos acá levantamos la mano para que los efectivos realicen adiestramiento en el exterior.
Así que sostener que el presupuesto no implica eso, es tener un desconocimiento absoluto sobre el tema.
Muchas gracias.
SEÑOR GARCÍA.- Pido la palabra.
SEÑOR GARCÍA.- El Partido Nacional va a pedir que se vote por incisos el artículo 150, advirtiendo que vamos a votar en términos conceptuales aquello que establece los montos de los aumentos pero, tal como dijimos cuando se discutió el inciso en términos generales, con una fuente de financiamiento diferente. No reiteraré los argumentos, pero como dijimos en nuestra primera intervención, no vamos a votar la eliminación de vacantes. Nos llama la atención que diferentes voceros del oficialismo dijeron públicamente, después de la votación en la Cámara de Representantes, que iba a venir un nuevo artículo donde se establecería a texto expreso que no estaba contemplado, en ninguna circunstancia, el cierre de unidades militares en el interior, pero acá no luce eso. Lo que sí queremos plantear es una fórmula de financiamiento diferente para estos aumentos, que está establecida en el sustitutivo que está en la Mesa y que en el parágrafo correspondiente dice: «Para cubrir la suma de $ 256:341.020 (doscientos cincuenta y seis millones trescientos cuarenta y un mil veinte pesos uruguayos), se reasignarán créditos del rubro 299000 “Otros servicios no personales no incluidos en los anteriores”». Solo en Rentas Generales este rubro insume en el entorno de los USD 140:000.000, y estamos hablando de que lo que hay que financiar son USD 8:500.000, sin entrar al financiamiento por el RAE –Recursos de Afectación Especial– que en toda la Administración representan cerca de USD 150:000.000. Reitero: establecemos que a partir de la reasignación de este rubro se financian estos USD 8:500.000 que, en números redondos, significan los aumentos que están propuestos.
Señor presidente: esta va a ser nuestra posición, porque para el Partido Nacional este artículo es el mismo que fue votado en la Cámara de Diputados con una redacción diferente, pero en su cerno el concepto es exactamente el mismo: la eliminación de las vacantes.
Por lo todo lo expuesto, el Partido Nacional no va a votar este artículo con la forma de financiamiento que se plantea, pero sí en lo que corresponde a los aumentos.
Muchas gracias.
SEÑOR GARCÍA. Pido la palabra.
SEÑOR GARCÍA.- La voluntad del Partido Nacional es votar el artículo 150 desde donde dice «Autorízase» –es decir, desde el comienzo– hasta donde expresa «…programas y objetos del gasto que correspondan». Lo que sigue es el sustitutivo que presentamos, que seguramente no llegue a votarse.
“Dulce et decorum est pro patria mori”