08-09-2016, 03:34 AM
El 7 de agosto de 1971,
Asesinato del joven Alfonso Zapicán Arhancet Garces
En plena campaña preelectoral, se habían adueñado de Montevideo los grupos de la alianza marxista-leñinista que constituían el Frente Amplio. Por las noches brigadas como la «Líber Arce» (estudiante fallecido en una refriega contra la policía en la cual los manifestantes hicieron uso de armas de fuego), recorrían la ciudad. Se caracterizaban por cascos de plástico amarillo y una estrella de cinco puntas raja y las constituían profesionales de la propaganda, pegatineros a sueldo y un grupo de matones, que destruían cuanta publicidad pudieran hacer los otros partidos políticos.
También los actos callejeros de quienes no eran marxistas resultaban perturbados por esos matones.
Cansado ya de soportar ese vandalismo, un grupo de jóvenes decide temerariamente, realizar una pintada en el frente de un Club del Frente Amplio, sito en Francisco Miranda 4315, casi Duque de los Abruzos, en la zona del Prado, boscoso paseo público y en dominios de la seccional 20a. (hoy 8va).
Entre esos jóvenes estaba Alfonso Zapicán Arhancet Garces, de solo 16 años, vecino de Ganaderos 4149, y Ricatdo César Gordani Bellora, de 18 años, vecino de Arhancet, puesto que vivía en su misma calle.
Desde luego que estos muchachos desconocían los grupos de «auodefensa del Partido y todo su engranaje de agresión, dedicados por entonces a la custodia de las sedes proselitistas.
Allí poco antes se había realizado un acto público y quienes estaban aún en el interior oyeron ruidos, saliendo a la calle. Entre ellos Héctor María Rodríguez Estévez, casado de 31 años, que vivía al lado del Club, del que era su encargado.
Y, casualmente llegó en el mismo momento un hermano del custodia Rodríguez Estévez, que era taximetnsta, conduciendo su coche.
Los muchachos que realizaban la pintada salieron huyendo y tras ellos se lanzaron en el vehículo de alquiler los «frentistas», quienes llenaron el automóvil.
Unos cientos de metros más adelante les cortaron el camino con el taxi y los redujeron, llevándolos para el club entre-golpes y empellones.
Los pusieron de cara a la pared con las piernas abiertas y los brazos extendidos, revisándolos. Y allí los dejaron, mientras discutían que hacían con ellos. Héctor María Rodríguez Estévez tenía un revólver y otros «compañeros» otra arma. Entre los marxistas había varias mujeres.-
Así, con los muchachos contra la pared, sus aprehensores hablaban de hacer un «escarmiento» y en determinado momento, del revólver que tenía entre sus manos Rodríguez Estévez partió un balazo que fue a herir a Arhancet debajo de la axila derecha, interesándole órganos vitales. Su fallecimiento se registró en un sanatorio privado de las inmediaciones, a donde fue conducido.
Los órganos de prensa del comunismo y sus aliados comenzaron a tratar de restar importancia al hecho, diciendo que el balazo se habia escapado en un forcejeo, que el niño de 16 años formaba parte de un grupo provocador y «fascista» y que eran parte de un Escuadrón de la Muerte.
Pese a su presión, la Justicia que ordenó la reconstrucción del caso no tuvo dudas de que no habia existido forcejeo y que Arhancet había sido ultimado cuando estaba de cara al «paredón» por Rodríguez Estévez, que le hizo fuego a mansalva, mientras estaba de espaldas.
Arhancet era estudiante de Agronomía, cursando al día de su muerte,primer año de preparatorios.
Increíblemente, el Juez de Instrucción Dr. Alberto Grille, procesó alfrío homicida tan sólo por «homicidio culposo» aceptando la tesis de la defensa, de que se le había escapado el tiro. Y el mismo juez ordenó la libertad de los demás implicados en el episodio.
Asesinato del joven Alfonso Zapicán Arhancet Garces
En plena campaña preelectoral, se habían adueñado de Montevideo los grupos de la alianza marxista-leñinista que constituían el Frente Amplio. Por las noches brigadas como la «Líber Arce» (estudiante fallecido en una refriega contra la policía en la cual los manifestantes hicieron uso de armas de fuego), recorrían la ciudad. Se caracterizaban por cascos de plástico amarillo y una estrella de cinco puntas raja y las constituían profesionales de la propaganda, pegatineros a sueldo y un grupo de matones, que destruían cuanta publicidad pudieran hacer los otros partidos políticos.
También los actos callejeros de quienes no eran marxistas resultaban perturbados por esos matones.
Cansado ya de soportar ese vandalismo, un grupo de jóvenes decide temerariamente, realizar una pintada en el frente de un Club del Frente Amplio, sito en Francisco Miranda 4315, casi Duque de los Abruzos, en la zona del Prado, boscoso paseo público y en dominios de la seccional 20a. (hoy 8va).
Entre esos jóvenes estaba Alfonso Zapicán Arhancet Garces, de solo 16 años, vecino de Ganaderos 4149, y Ricatdo César Gordani Bellora, de 18 años, vecino de Arhancet, puesto que vivía en su misma calle.
Desde luego que estos muchachos desconocían los grupos de «auodefensa del Partido y todo su engranaje de agresión, dedicados por entonces a la custodia de las sedes proselitistas.
Allí poco antes se había realizado un acto público y quienes estaban aún en el interior oyeron ruidos, saliendo a la calle. Entre ellos Héctor María Rodríguez Estévez, casado de 31 años, que vivía al lado del Club, del que era su encargado.
Y, casualmente llegó en el mismo momento un hermano del custodia Rodríguez Estévez, que era taximetnsta, conduciendo su coche.
Los muchachos que realizaban la pintada salieron huyendo y tras ellos se lanzaron en el vehículo de alquiler los «frentistas», quienes llenaron el automóvil.
Unos cientos de metros más adelante les cortaron el camino con el taxi y los redujeron, llevándolos para el club entre-golpes y empellones.
Los pusieron de cara a la pared con las piernas abiertas y los brazos extendidos, revisándolos. Y allí los dejaron, mientras discutían que hacían con ellos. Héctor María Rodríguez Estévez tenía un revólver y otros «compañeros» otra arma. Entre los marxistas había varias mujeres.-
Así, con los muchachos contra la pared, sus aprehensores hablaban de hacer un «escarmiento» y en determinado momento, del revólver que tenía entre sus manos Rodríguez Estévez partió un balazo que fue a herir a Arhancet debajo de la axila derecha, interesándole órganos vitales. Su fallecimiento se registró en un sanatorio privado de las inmediaciones, a donde fue conducido.
Los órganos de prensa del comunismo y sus aliados comenzaron a tratar de restar importancia al hecho, diciendo que el balazo se habia escapado en un forcejeo, que el niño de 16 años formaba parte de un grupo provocador y «fascista» y que eran parte de un Escuadrón de la Muerte.
Pese a su presión, la Justicia que ordenó la reconstrucción del caso no tuvo dudas de que no habia existido forcejeo y que Arhancet había sido ultimado cuando estaba de cara al «paredón» por Rodríguez Estévez, que le hizo fuego a mansalva, mientras estaba de espaldas.
Arhancet era estudiante de Agronomía, cursando al día de su muerte,primer año de preparatorios.
Increíblemente, el Juez de Instrucción Dr. Alberto Grille, procesó alfrío homicida tan sólo por «homicidio culposo» aceptando la tesis de la defensa, de que se le había escapado el tiro. Y el mismo juez ordenó la libertad de los demás implicados en el episodio.
Juventud Uruguaya que prefirio estar de pie antes que arrodillados
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".