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Los Descubridores
#1
El Descubrimiento

I. La Antigüedad

Desde épocas muy antiguas se sabía de la existencia de tierras al oeste de Europa.
Ya en el año 861 el noruego Naddord descubrió un territorio desconocido al que llamó Snowland (luego denominada Islandia). El noruego Erik Thorvaldsson o Erik el Rojo (Ca. 950 a 1003) llegó a América desde Islandia en 983, descubriendo Greenland o Groenlandia, y estableciendo una colonia allí. Su hijo Leif Eriksson (Ca. 970 - Ca. 1020) exploró Terranova y Nueva Inglaterra en el año 1000, dando a las tierras el nombre de Vinland. Otros exploradores vikingos quizás llegaron a lugares tan al sur como Paraguay. 
Pero la resistencia de los naturales americanos terminó por hacer regresar a los hombres del norte y los descubrimientos fueron extrañamente olvidados y no aparecen más menciones de ellos después del año 1347.

II. Una nueva época

Las causas de la llegada de los españoles a América se retrotraen a la caída de Constantinopla o Bizancio en manos de los turcos (1453; suceso que marca el fin de la Edad Media y el comienzo de la Época Moderna). 
Fueron consecuencias de este hecho, que significó el fin del Imperio Romano en Oriente y el surgimiento del Otomano:
(i) La emigración de los sabios griegos hacia Italia, el florecimiento del Humanismo y el Renacimiento; 
(ii) Que los europeos dejaran de tener acceso al Mar Negro y perdieran su vía de comunicación con la India, con lo que se hizo vital la búsqueda de un nuevo camino por mar hacia Oriente.

Además, las Cruzadas trajeron como consecuencia una frecuente navegación por el Mediterráneo, el desarrollo de una nueva economía monetaria y de una sociedad europea mercantilista. 
Como consecuencia, fueron surgiendo poco a poco las compañías privadas (la primera en Ravensburgo, 1380), que desarrollaron enormemente el transporte terrestre y la construcción naval. De esa manera, comenzaron a abandonarse las aisladas sociedades feudales, para transformarse en Estados unificados.

La unión dinástica de los reinos españoles de Castilla y Aragón mediante la boda de Isabel de Castilla (1451 - 1504) y Fernando de Aragón (1452 - 1516) -los Reyes Católicos- en 1469; la anexión de Navarra y la conquista de Granada (1492) unificó España, colocándola en una posición importante en el mapa europeo.

Pero fueron los portugueses, liderados por el rey Enrique el Navegante (1394 - 1460), quienes fundaron la primera escuela naval del mundo (en Sagres) y exploraron la costa africana para combatir al Islam, establecer el comercio con los mercados de oro y esclavos y llegar a las Indias Orientales. 
En 1487, Bartolomé Díaz llegó al extremo sur de África, el cabo de Buena Esperanza. Y para 1498 estaría abierta la vía a la India, merced al viaje de Vasco da Gama.

El perfeccionamiento de la cartografía, del transporte marítimo oceánico (con la carabela), la introducción de la brújula en Europa (aplicada por primera vez por el navegante italiano Flavio Gioja en 1302, aunque ya era usada por los árabes cerca de 1220, por los vikingos en 1250 y por los chinos en el 1100; quizás el italiano Marco Polo podría haberla introducido en Europa cerca de 1295) y las nuevas teorías acerca de la esfericidad de la Tierra contribuyeron a los Grandes Viajes.

III. De Colón a América

En 1483, el navegante de origen genovés Cristóbal Colón (1436? - 1506) propuso al rey de Portugal -Juan II- alcanzar la India por un camino más corto, navegando por el Atlántico. Colón estaba convencido de la esfericidad de la Tierra y tomaba ideas, entre otros, del astrónomo florentino Toscanelli . Pero sus ideas fueron rechazadas. En 1485 se dirigió a España, donde estableció relación -entre otros- con los hermanos Pinzón. En 1486 fue recibido por los Reyes católicos, pero el proyecto de Colón fue rechazado por la Junta designada para estudiar su proyecto.
Poco a poco, Colón fue consiguiendo apoyo y el 17 de abril de 1492 se firmaron las Capitulaciones de Santa Fe, mediante las cuales Colón obtuvo títulos vitalicios y hereditarios de Virrey, Almirante y Gobernador de todas las tierras que descubriera, correspondiéndole además un 10% de todas las riquezas que hallara.

El 3 de agosto de 1492 zarpaba de Palos la exigua flota de Colón, con 3 naves y unos 100 hombres, llegando a tierra americana el 12 de octubre de ese año.
Aún en su segundo viaje (25 septiembre 1493), Colón creía haber llegado a la India, cuando en realidad se hallaba en las costa de lo que hoy es Cuba. En su tercer viaje (30 mayo 1498), descubrió el río Orinoco, en Venezuela. Moriría en 1506 sin saber que había descubierto un nuevo continente.

Ya en 1493 los reyes de España y Portugal recurrieron al papa Alejandro VI para obtener la soberanía de sus futuras conquistas, hecho que llevó a la división del mundo entre ambos países (Bula del 4 de mayo de 1493 y Tratado de Tordesillas, 7 de junio de 1494) mediante una línea imaginaria que pasaba primero a 100 leguas al oeste de las Azores y luego a 370 leguas. A España le correspondería todo lo que se ubicase al oeste de esa línea.

En 1500, Vicente Yañez Pinzón (Ca. 1462 - 1514) llegaba a las costas del Amazonas y Juan de la Cosa (1450? - 1610) comenzaba a trazar un mapa de las tierras descubiertas.
Pero también los portugueses progresaban, y en ese mismo año 1500 Pedro Alvares Cabral (Ca. 1467 - Ca. 1526?) tomaba posesión del territorio del Brasil, pese a que fue el español Alonso de Ojeda (Ca. 1468 - 1515) quien llegó por primera vez a esas tierras en 1499. 

Recién veinte años después del Descubrimiento y gracias a los relatos del Piloto Mayor Américo Vespucio (1454 - 1512), los geógrafos comprendieron que aquellas tierras formaban un nuevo continente, que el cartógrafo alemán Martin Walsdseemuller (1470 - 1518) propuso denominar "América" en su obra "Introducción a la Cosmografía" (1507). 

Los españoles seguían buscando su paso hacia las Indias Orientales a través de América, y la búsqueda de un canal interoceánico trajo a Juan Díaz de Solís al Río de la Plata.

IV. Conquistadores

La colonización de América quedó reservada al Reino de Castilla, que incorporó las nuevas tierras en las Cortes de Valladolid en 1518. No vendrían tropas regulares ni expediciones pagas por la Corona, sino Conquistadores, nobles de poco rango, antiguos soldados y aventureros, en busca de poder y riqueza, quienes reclutaron tropas por cuenta propia, adquiriendo armas, buques y vituallas para fundar ciudades, abrir minas y caminos.

La conquista transformó a España y Portugal en las grandes potencias Europeas de la época.
 
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#2
La llegada de los Descubridores al Plata

Juan Díaz de Solís (1516)

El viaje que Juan Díaz de Solís comenzó en 1515 tenía por finalidad "inspeccionar las tierras que encontrase... por las espaldas de Castilla de Oro, é de allí en adelante, en una extensión de mil a setecientas leguas é mas si pudieres", según lo estipulaba la real capitulación del 24 de noviembre de 1514. 

Solís partió del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 8 de octubre de ese año, al mando de tres naves pequeñas, dos de las cuales con aparejos en cruz en el trinquete y una vela latina en popa; la carabela capitana llevaba además un farol a popa para poder ser vista por las otras dos naves y mantener así el rumbo en la noche. 

Según el historiador José Toribio Medina, se han identificado como acompañantes de Solís al contador Alarcón, el factor Marquina y los Pilotos Francisco de Torres, Juan de Lisboa y Rodrigo Álvarez, el maestre Diego García, el alférez Melchor Ramírez, el portugués Enrique Montes, un tal Juan o Jorge Gómez, el despensero Martín García, un marinero de apellido Rodrigo y el grumete Francisco Fernández, llamado Francisco Del Puerto, por ser natural del puerto de Santa María. El total de hombres llegaba a unos 60. 

El armamento estaba formado por seis pasavolantes y dos lombardas gruesas, con su munición y 8 quintales de pólvora en otros tantos barriles. 
Las provisiones alcanzarían para dos años y medio y estaban formadas por 300 cahices de trigo, 800 quintales de bizcochos, ignorándose el resto, que sin duda comprendería una buena provisión de vino, agua y tasajo.

Solís en el Plata

Solís llegó a las costas del actual Brasil cerca del río Género, y dirigiéndose luego hacia el sur pasó por la Isla de Lobos y entró en el estuario del Río de la Plata, al que llamó "Mar Dulce" (luego de su muerte sería llamado "Río de Solís" y finalmente denominado "Río De la Plata", por Gaboto). 
Al parecer, Solís se detuvo en lo que llamó "Puerto de la Candelaria" (actual Maldonado) el 2 de febrero de 1516. Otros autores sostienen que en realidad desembarcó en la zona de Montevideo actual, plantando una cruz en el Cerro, aunque esto es dudoso por no haber en los documentos ninguna descripción de tal elevación. 

Desembarcando, Solís tomó posesión del territorio, marcando su estadía tal como lo indicaban las capitulaciones 
"... cortando árboles e ramas e cabando (sic) o haciendo si hobiere disposición algún edificio e que sea en parte donde haya algún cerro señalado o árbol grande, e decir cuantas leguas está de la mar poco más o menos e a parte e que señas tiene, e hacer allí una horca". Dicho acto se realizaría ante escribano público y ante tantos testigos como se pudiese, siendo saludado por una salva de artillería.
 
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#3
Una biografía de Juan Díaz de Solís (¿1470? - 1516) 

Solís era natural de Lebrija (Andalucía), donde habría nacido cerca de 1470. A los 23 años comenzó a distinguirse en la Marina, siendo uno de los mejores navegantes de su época. En 1508 participó en una expedición a la América Central, junto con Vicente Yáñez Pinzón, que ya hemos mencionado. Arribó a la actual Honduras y tomó posesión de la Península de Yucatán en nombre del Rey de España. Al regreso de este viaje fue encarcelado por graves cargos, aunque luego sería absuelto e indemnizado. 

Luego de la muerte del florentino Américo Vespucio, Solís fue ascendido a Piloto Mayor del Reino (1512), siendo el primer español en ocupar este cargo. Se dice que realizó un viaje secreto ese mismo año, llegando hasta el Río de la Plata y fondeando en Maldonado (algunos historiadores no creen en que ese viaje se haya efectuado). Lo que sí es seguro es que el 8 de octubre de 1515 partió en una expedición hacia el Plata. 


Muerte de Solís

Después de anclar en un puerto que denominó "Nuestra Señora de la Candelaria" el 2 de febrero de 1516, descubrió lo que bautizó el "Río de los Patos" (hoy Santa Lucía)y siguiendo sus exploraciones fondeó frente a la actual ciudad de Colonia, en la Isla de San Gabriel. Dejando allí dos carabelas, navegó hacia el norte descubriendo la Isla que llamó "Martín García" (en recuerdo de un despensero que falleció allí, o del patrón de la carabela). El nombre perdura hasta hoy.

Poco más al norte, Solís desembarcó en la costa de nuestro territorio -quizás en Martín Chico, cerca de la actual ciudad de Carmelo- junto con los hombres que entraban en una barca. A poco de internarse entre las barrancas, cayó en una emboscada charrúa, siendo muerto a flechazos y pedradas, junto con la mayoría de sus hombres (1516).
 
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#4
Magallanes. Gaboto y Diego García

I. Hernando de Magallanes (1480 - 1521) 

Navegante y explorador nacido en Sabrosa (Portugal) con el apellido Magalhaes. 
Perteneciente a la nobleza, Hernando en su adolescencia formó parte del séquito de la reina Leonor. 
Tras realizar estudios de geografía y náutica, en 1505 partió con la expedición de Francisco de Almeyda, la cual alcanzó la India, luego de doblar el Cabo de Buena Esperanza. Durante años, Magalhaes participó en las expediciones portuguesas en Asia y adquirió prestigio como navegante y soldado. Al participar en la expedición de Albuquerque hacia Malaca, se enteró de la existencia de las Islas Molucas o de la Especiería y de sus presuntas riquezas. 
Magalhaes participó también en la guerra contra los musulmanes desde 1512, quedando cojo como consecuencia de una herida. 

Magallanes concibió por estas épocas la idea de llegar a las Molucas navegando hacia el oeste, pero no pudo convencer al Rey de Portugal para que apoyara su empresa. En 1517 se dirigió a la Casa de Contratación española, pero su idea volvió a ser rechazada. 
En 1518, Magalhaes se entrevistó con el rey Carlos I quien accedió a apoyarle, según la capitulación firmada el 22 de marzo. Magalhaes renunció entonces a su ciudadanía portuguesa, adoptando el apellido español Magallanes por el que lo conocemos. 

El 20 de septiembre de 1519 partió la expedición de Sanlúcar de Barrameda y en enero de 1520 las naves llegaron al Río de Solís. Magallanes, viendo la amplitud del estuario, se internó en el Plata en busca del pasaje interoceánico, pasando frente al cerro de Montevideo. Según dice la tradición, uno de sus vigías bautizó la zona al exclamar "¡Monte Vide Eu!" (Yo vi un monte). En realidad, los documentos indican que la zona fue nombrada "Monte Vidi", nombre que permaneció de allí en más. Otras fuentes indican que el nombre del paraje surge de la denominación"Monte Sexto de Este a oeste" -esto es "Monte VI de EO"
Avanzando hacia la Isla de San Gabriel, Magallanes envió la nave "Santiago" al norte, en busca del canal: en estas circunstancias es que su patrón, Juan Rodríguez Serrano, descubrió el Río Uruguay. 

Siguiendo hacia el sur, Magallanes decidió invernar en la inhóspita Bahía de San Julián (actual Argentina), donde perdió una nave y debió enfrentar una conspiración contra él. Sus naves llegaron al estrecho interoceánico-que él llamó "Estrecho De Todos los Santos"- el 21 de octubre de 1520 y la travesía del mismo insumió un mes, en el transcurso del cual otra nave desertó. 
Llegando a un Océano, que Magallanes denominó "Pacífico", navegó durante 99 días antes de alcanzar las Islas Filipinas, con grandes privaciones y mortandad de sus tripulantes. En la isla de Cebú, Magallanes entabló buenas relaciones con un cacique local, acordando ayudarle en su guerra contra el rey de una isla vecina. El 27 de abril de 1521 Magallanes fue muerto en combate por los isleños.
La expedición continuó su curso a cargo de Sebastián Elcano, quien luego de cargar especias en Molucas siguió rumbo a España, donde arribó el 7 de septiembre de 1522, completando así la primera vuelta al mundo. 

II. Sebastián Gaboto o Cabot (1476 - 1557) 


Gaboto fue un navegante y cartógrafo de origen italiano, nacido en Venecia, que sirvió a las Coronas de España e Inglaterra. 
Gaboto era hijo del célebre Juan Gaboto (John Cabot, según los ingleses), al que acompañó en el primer viaje entre Inglaterra y América del Norte. 

Sebastián Gaboto fue cartógrafo de Enrique VIII. En 1512, luego de acompañar una expedición a España en auxilio de Fernando II de Aragón, quedó en aquel país y en 1518 fue contratado por el rey Carlos I como Piloto Mayor del Consejo de Indias. 
En 1525, Gaboto embarcó en Sanlúcar, comisionado para dirigir una expedición a la Especiería a través del Estrecho de Magallanes. Al llegar a Pernambuco (Brasil), recibió de los portugueses noticias de inmensas riquezas que se hallaban en el corazón de América del Sur, por lo que resolvió cambiar el rumbo y dirigirse al "Río de Solís", que él rebautizó "Río de la Plata", en virtud de las grandes sierras de plata que esperaba descubrir. 
Poco después de doblar el Cabo Santa María, Gaboto descubrió dos islas que denominó "De los Lobos" y "De Flores", por ser el día de pascua florida. El 6 de abril fondeó frente a la isla de "San Lázaro" o "San Gabriel", frente a la actual Colonia. Allí recogería a Francisco del Puerto, sobreviviente de la expedición de Solís, que había vivido 11 años entre los indios Charrúas y que en más le serviría de intérprete.
Dejando los buques mayores en san Gabriel, Gaboto siguió hasta la desembocadura de un río que llamó "San Salvador",y sobre sus costas levantó un Fortín del mismo nombre para resguardarse de los ataques indígenas. Fue el primer establecimiento español en el Río de la Plata. En 1529, el fortín sería atacado por sorpresa y destruido por los indios Charrúas, que mataron a varios españoles, refugiándose el resto en las naves ancladas en las costas.

Después de enviar una de sus naves a explorar por el Río Uruguay, Gaboto descubrió y remontó el río Paraná y el 27 de mayo de 1528, al llegar a la confluencia del río Carcarañá, mandó construir allí el Fortín de Sancti Spiritus, dejando 30 hombres para guarnecerlo. Gabotó ascendió por el Paraná hasta el salto de Apipé, retrocediendo entonces y remontando el río Paraguay. Aunque allí encontró indios que le ofrecieron objetos de oro y plata (proveniente de Perú), no era la cantidad que él aguardaba. Gaboto envió entonces una nave a España para solicitar refuerzos y continuar así la exploración, cuando se enteró de la llegada de Diego García al Plata. Aunque surgió primeramente una disputa entre ambos -pues Gaboto no había sido enviado a esa zona específica y García, sí- finalmente ambos acordaron continuar juntos la exploración. Gaboto encontró a Sancti Spiritus destruído por los indios, por lo que en 1530 decidió regresar a España. 
Al llegar, fue juzgado por desobedecer órdenes y perder inútilmente hombres y naves y se le envió a África, aunque fue indultado en 1532 y se le regresó el cargo de Piloto Mayor. Por esta época, Gaboto había diseñado un planisferio de gran precisión, que era de sumo interés para la Corona. 
En 1548, Gaboto regresó a Inglaterra, a pedido del rey Eduardo VI, dedicándose después a la exploración de América del Norte. 
Falleció en Londres, prestigioso y respetado. 

III. Diego García (1471 - 1535) 

García nació en Moguer (España).
En 1516 formó parte de la expedición de Solís y algunos afirman que dio la vuelta al mundo con Elcano, gozando de gran prestigio como marino. 
En 1535 fue contratado por un grupo de comerciantes denominado "Contratación de la Especiería", para conducir un convoy a través del Estrecho de Magallanes, aunque el contrato establecía que podría desviarse de su rumbo si existían buenas perspectivas económicas en otros lugares. Los dos buques de García partieron de Finisterre el 15 de enero de 1526.
Al llegar al Brasil, recibió noticias de riquezas fabulosas en el interior del continente, por lo que se dirigió al Plata, se detuvo en San Gabriel y decidió remontar el Uruguay en 1528, enterándose de la presencia de Gaboto. Aunque surgieron diferencias entre los dos hombres, García debió rendirse ante la superioridad de fuerzas del veneciano, y colaboró con él. 
Luego de remontar el río Paraguay, García regresó a España. En 1535, volvió a embarcarse hacia el Plata con la expedición de Mendoza -siendo piloto- pero murió durante la travesía.
 
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#5
Las Historias que causaron la Conquista
La Ciudad de los Césares


Francisco del Puerto tenía 14 años y era grumete durante la expedición de Solís. Aparentemente era un niño de la calle recogido por algún oficial de la expedición para que fuese su camarero.
Luego de matar a Juan Díaz de Solís y a sus compañeros, los Charrúas perdonaron la vida a Francisco del Puerto, quien estaba gravemente herido, pues al parecer los indígenas solamente mataban a los guerreros. Fue recibido por los Indios, se adaptó a su cultura y creencias, aprendió su lenguaje y pasó más de 10 años viviendo con ellos. Al parecer, Del Puerto pudo moverse con libertad entre las tribus, siendo bien recibido y habría sido el primer español en explorar la zona de Entre Ríos.


En 1522 Del Puerto tuvo contacto con el portugués Cristóbal Jacques, quien llegó al Plata con una expedición. 

Del Puerto le brindó valiosa información.

Al ser hallado por Gaboto en 1527, del Puerto le habló acerca de la Ciudad de los Césares (¿Perú?), repleta de oro y plata, que él creía se encontraba remontando el río Paraná.


Según relató Del Puerto, el metal “…viene de otras tribus que tienen su asiento sesenta o setenta leguas, el Paraguay arriba, y que lo traen con sus mujeres y niños, de la famosa Sierra de la Plata”. Es posible que, al igual que en el caso de Ulrico Schmidel, las noticias traídas por los indigenas se refirieran a los incas, cuyo imperio caería en manos de Francisco Pizarro en 1533, corroborando todas las historias. 
Ante la perspectiva de montañas de oro y plata, Gaboto abandonó la misión que tenía encomendada y buscó la ciudad legendaria. Aunque no la encontró, siguió hablando de ella al regresar a España, lo que motivó que la corona española colonizara el actual territorio argentino.

Al parecer, Francisco del Puerto pasó a ser intérprete de Gaboto durante el resto de su expedición. Algunas fuentes (1) indican que consideraba que no era suficientemente recompensado y que buscó vengarse. 

Esas fuentes indican que durante una operación comercial con indígenas, en el río Pilcomayo, organizó un ataque sorpresivo que causó numerosas bajas a sus compatriotas españoles. Es posible que se esté confundiendo al personaje histórico con el personaje de la novela "El entenado" de Juan José Saer, que reconstruyó libremente la vida de Francisco de Puerto en base a la breve descripción histórica que nos ha llegado.
Otras fuentes indican que Francisco del Puerto optó por abandonar América y fue repatriado por Gaboto. Ya en Europa, contó sus experiencias con los indios, pero no ha quedado ningún relato histórico de ello.

Las noticias históricas acerca de Francisco del Puerto y otros náufragos recogidos por Gaboto aparecen en una carta del español Luis Ramírez, que es mencionada por Bauzá y por HD:

"Habiendo arribado a la isla Santa Catalina [actual Brasil], vimos venir una canoa de Indios, la cual vino a la nao capitana y por señas nos dió a entender que había allí cristianos... [al] otro día de mañana vimos venir otra canoa de Indios y un christiano dentro della, el qual dio nuebas al Sñr. Capitán General [Gaboto] como estaban en aquella tierra algunos christianos que eran hasta 15, los quales habían quedado de una nao que iba a la especiería...; y también dijo de otros dos christianos que se decían Melchor Ramírez y Henrique Montes [dos desertores de la expedición de Solís], los quales habían quedado de una armada de Juan Diez Solís que en este río donde agora nosotros estamos los indios habían muerto y desvaratado, y que havia más de treze años o catorze que estavan en aquella tierra, y luego el Henrique Montes vino a la nao capitana y hablando en muchas cosas con el Sñr. Capitán General de como había quedado en aquella tierra, binieron a decir, binieron a decir la gran riqueza que en aquel rio donde mataron a su capitan havía... y que si le queríamos seguir, que nos cargaríamos las naos de oro y plata porque estaba cierto que entrando por el río de Solís [de la Plata] iríamos a dar en un río que llaman Paraná, el cual es caudalosísimo y entra dentro en este de Solís con 22 vocas y que entrando por este dicho río arriba no tenía en mucho cargar las naos de oro y plata aunque fuesen mayores, porque dicho de Paraná iba a confinar en una sierra donde había mucho oro y plata (...)
"Después de pasar muchos trabajos y peligros en el río Solís; llegamos a un puerto de tierra firme que se puso por nombre San Lazaro [isla de San Gabriel] por ser Domingo de Lazaro que fuera 6 de abril del año 1527 años
"En este puerto estubo el Sñr. Capitán General un mes, dentro del qual, las lenguas que trayamos [los intérpretes; uno de ellos Melchor Ramírez] se informaron de los Indios de la tierra [¿Charrúas?], y supieron como había quedado allí un christiano cautivo en poder de los Indios de quando habian muerto a Solís, el cual se llamaba Francisco del Puerto. Este, en sabiendo de nuestra venida bino luego hablar al Sñr. Capitán General y dio muy buena relación de la calidad de la tierra y también de la gran riqueza que en ella había, diciéndole los ríos que abía de suvir hasta dar en la generación que tiene este metal; y porque las naos no podían pasar por el Paraná adentro a causa de los muchos vajos que había las dejó con 50 hombres de la nao para que buscasen algún puerto seguro do las metiesen, y también acordó su merced dejar en San Lázaro una persona con 10 o 12 hombres para la guarda de la mucha hacienda que allí quedava"(2) (Sic) 

Fuentes:

Historia Argentina; Conquista y colonización
http://mgar.net/var/argentina.htm

Los indios de Argentina; Isabel Hernández
http://books.google.com.uy/books?id=zQq ... to&f=false

¿Cómo eran nuestros indios en el S. XV?
http://www.juntaamericana.com.ar/noticia.php?id=85

Citas 

(1) Foro Loco
http://www.foroloco.net/t7715/elecciones-uruguay/60/

(2) H.D; Ensayo de Historia patria; Barreiro y Ramos Editores; Montevideo; 1923; pág. 79 y 80
 
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#6
Ya tengo lectura para el fin de semana!!
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
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#7
Los misterios que dejó Solís

¿Hizo viajes secretos? ¿Había sido pirata? ¿Quiénes lo mataron? Una historia que cumple 500 años.

[Imagen: 56bcdf5081f89.jpg]
Una antigua ilustración recrea el momento de la muerte de Solís.
[Imagen: 56bcdf9e28500.jpg]
Juan Antonio Varese prepara un libro sobre Solís (Foto: Ricardo Figueredo)
[Imagen: 56bcdfe0505c3.jpg]
Busto de Solís en Punta del Este (Foto: Ricardo Figueredo)
[Imagen: 56bce017342aa.jpg]
Recreación con actores de la llegada de Solís a Maldonado. (Foto: Ricardo Figueredo)
[Imagen: 56bce0499cd31.jpg]
Una vista del Río de la Plata hoy, a la altura de Colonia. (Foto: Ricardo Figueredo)

14 feb 2016
LUIS PRATS

Varias generaciones de uruguayos protagonizaron esta escena. El niño pasa al frente de la clase y recita ante la maestra: "Solís descubrió el Río de la Plata en 1516. Al probar sus aguas lo llamó Mar Dulce. Cuando desembarcó, lo mataron los indios a flechazos". Así de breve y sangriento es el capítulo primero de la historia nacional en el imaginario colectivo.

Después llegaron otros exploradores, las luchas de españoles y portugueses, el período colonial, las invasiones inglesas y por fin Artigas. Juan Díaz de Solís tiene su lugar en las crónicas: nadie deja de conocerlo, pero pocos lo conocen de verdad.
Este febrero se cumplen 500 años de su viaje precursor y desafortunado. En la Parada 23 de la Mansa, en Punta del Este, se organizó hace algunos días una representación de su desembarco en la zona, vistiendo a actores de españoles e indígenas, acto que el antropólogo Daniel Vidart calificó de "fantochada" en su muro de Facebook.
Vida, llegada y muerte de Solís, sin embargo, permanecen en una nebulosa, entre la falta de información fidedigna y la abundancia de versiones estereotipadas. Y también por el sigilo que rodeaba a menudo aquellas expediciones europeas. ¿Quién era Solís? ¿Había realizado antes viajes secretos al Río de la Plata? ¿Dónde y cuándo desembarcó? ¿Quiénes lo mataron? ¿Y se lo comieron después?.

¿Por qué viajó Solís?
Si en tiempos recientes se desataron guerras por el petróleo, lo que movilizaba a los gobiernos e inversores privados del siglo XVI eran los condimentos. La gente rica pagaba mucho por las especias, que provenían de las zonas tropicales de Asia y cuyo precio se había disparado después de la toma de Constantinopla por los otomanos en 1453. Pimienta de la India, nuez moscada y canela de Ceilán, clavo de las Molucas y jengibre de China eran el oro negro entonces. Las potencias marítimas de la época, España y Portugal, decidieron buscar nuevos caminos. Navegando hacia el Oeste, como sugirió Cristóbal Colón, se toparon con un continente desconocido y, antes de procurar riquezas allí, trataron de encontrar un pasaje que los llevara hacia la Especiería.

El espionaje tampoco es un invento moderno. Las coronas europeas vivían tratando de saber qué tramaban sus rivales, por lo cual muchas de las aventuras de exploración al Nuevo Mundo fueron realizadas en secreto o, al menos, se mantuvieron en reserva muchos de sus detalles. Por ello, algunos historiadores piensan que Solís había estado en el Río de la Plata antes de 1516, en uno e incluso dos viajes secretos, siempre buscando el pasaje a las Indias. Francisco Bauzá, en su Historia de la dominación española en el Uruguay, publicada por primera vez en 1880-1882, da por probada una visita secreta en 1512 con dos naves, una de las cuales naufragó. La historiografía reciente se inclina por considerar que hubo un solo viaje, el de 1515-1516.

¿Quién era Solís?
"Juan Díaz de Solís fue un personaje anodino", sostiene el investigador Juan Antonio Varese, que prepara un libro sobre el descubridor y su periplo. De los fragmentarios datos sobre su vida, se cree que nació en Lebrija, cerca de Sevilla, hacia 1470, aunque también pudo haber sido portugués.
"Por más que investigué y leí sobre su vida y la de sus compañeros, existen pocos datos que ayuden a dar una idea de su carácter, lo que me desesperó porque la base de una biografía es la compenetración con el carácter del personaje, entender su forma de ver y de sentir. De Solís se dicen pocas cosas, casi siempre repetidas y por todos sabidas. En cambio de otros personajes se tienen muchos datos. Por ejemplo, de Magallanes se sabe que era de carácter duro y cruel pero que tenía una voluntad de hierro; de Caboto (conocido como Gaboto), que era de pésimo humor y desmedida ambición y de Colón, que era tan soñador como persistente en sus proyectos", comenta Varese.
Sin embargo, debió ser un navegante importante en su tiempo, porque figuró entre los convocados por el rey Fernando el Católico para la Junta de Navegantes de Burgos en 1508, con la idea de contrarrestar la ventaja portuguesa en las exploraciones. El cronista Antonio de Herrera dijo de él que era "el mejor hombre de su tiempo en su arte".

¿Fue un pirata?
Solís estuvo al margen de la ley durante varias etapas de su vida. El historiador británico Hugh Thomas aseguró que habría mandado asesinar a su esposa en España y por eso se refugió en Portugal. También fue acusado de varios delitos a comienzos del siglo XVI, pero fue absuelto e indemnizado con 34.000 maravedíes.
"Debe haber tenido actividad corsaria en su juventud como la mayor parte de los marinos de su tiempo. En épocas en que la primogenitura era la norma, el hijo mayor heredaba el título y la fortuna, el segundo tenía que orientarse hacia las armas o el sacerdocio y los terceros en adelante (en tiempos de muchos hijos) debían volverse aventureros en las tierras o en los mares", explica Varese.

La Enciclopedia de El País, en 2011, daba un perfil más drástico del personaje, citando al periodista e historiador Lincoln Maiztegui Casas: "Una mirada un poco más cercana nos ofrece el perfil de un guerrero ambicioso y cruel, de un hombre que vivió gran parte de su encendida peripecia existencial al margen de la legalidad —y de todo límite moral— y, en definitiva, de un pirata de la peor ralea. Lo que no implica, desde luego, que no haya sido también un héroe, un navegante excepcional y un hombre de mentalidad superior, atraído por las grandes teorías de la ciencia de su tiempo".

¿Cómo fue su viaje?
Tampoco se conoce mucho sobre la expedición de Solís. El diario de viaje se perdió. Supuestamente, el único historiador que lo leyó fue el ya mencionado Antonio de Herrera y Tordesillas, un cronista español que vivió entre 1549 y 1626 y cuyo testimonio fue la base de muchos relatos posteriores.
"Es fundamental recurrir a los documentos originales, pero los historiadores latinoamericanos lo han buscado incansablemente desde fines del siglo XIX y no lo han encontrado", señala Varese.
La expedición estaba compuesta por tres carabelas, la mayor de 60 toneladas y las dos restantes de 30 toneladas cada una, con una tripulación total de 70 hombres. "Realmente muy poco apropiada y poco equipada. Es uno de los enigmas que estoy tratando de resolver. Fue financiada por el Rey, aunque ordenó que se dijera que era el propio Solís el que había conseguido la financiación para fletarla", comenta.

¿A dónde y qué día llegó?
Al perderse el libro de bitácora, todo es especulación. Algunos historiadores estimaron que desembarcó en Montevideo o en el arroyo Solís Grande, pero lo más probable es que haya sido en la bahía de Maldonado, "en algún punto entre IMarangatú y Las Delicias actuales", según Varese.
Para calcular la fecha, se tiene en cuenta que los exploradores utilizaban el santoral para denominar los lugares descubiertos. Como Solís lo llamó Puerto de Nuestra Señora de la Candelaria, tiene que haber sido el 2 de febrero o alguna jornada anterior, por la fiesta religiosa de ese día.

Después, las tres carabelas siguieron su viaje bordeando la costa del actual Uruguay en busca del ansiado pasaje. Solís llamó río de los Patos al Santa Lucía y después de probar las aguas del Plata, lo denominó Mar Dulce. Seguramente desembarcó frente a la isla de San Gabriel y luego en la que fue bautizada Martín García, en recuerdo al despensero de la expedición, allí enterrado tras fallecer en esos días.

¿Dónde lo mataron?
No hay referencia exacta del lugar donde cayó abatido por los indígenas. Se supone que fue en las inmediaciones de Punta Gorda, en el departamento de Colonia, o cerca del arroyo Las Vacas, en Carmelo.
La hipótesis de Daniel Vidart es diferente: el desembarco fatal pudo ser en la otra orilla, cerca del Delta del Paraná, porque ese rumbo era el lógico si buscaba la ruta a las Indias. En todo caso, fue el final de la búsqueda, porque muertos Solís y un puñado de sus colaboradores, su cuñado Francisco de Torres quedó al mando y decidió el regreso a España.

¿Quién lo mató?
Es la pregunta clave en las novelas de detectives. En el caso de Solís, incluso existe una teoría conspirativa: hubo un motín, destituyeron al jefe de la expedición, lo asesinaron y los rebeldes inventaron lo del ataque de los indígenas para ocultarlo. Maiztegui rechazaba esta versión, porque ninguno de los supuestos participantes se fue de boca después en España, como solía ocurrir en esos casos.
Los atacantes fueron indígenas, pero no habrían sido charrúas, como muchos antiguos historiadores sostuvieron, sino "indios guaranizados". Para Varese, el punto es central en su investigación.

Vidart, en su libro Cuando el Uruguay era solo un río (2013), repasó las antiguas teorías sobre el primer crimen recogido por las crónicas en estas tierras y reflejó la inquina de muchos historiadores hacia sus primitivos habitantes.
El italiano Pietro Martire DAnghiera, que españolizó su nombre a Pedro Mártir de Anglería, lanzó en el siglo XVI la tesis de la "traición" de los indígenas: "Estos, cual astutas zorras, parecía que le hacían señales de paz, pero en su interior se lisonjeaban de un buen convite y cuando vieron de lejos a los huéspedes comenzaron a relamerse cual rufianes".

En 1816, el deán Gregorio Funes —religioso y escritor cordobés— relataba así el episodio: "Embarcado en una carabela, (Solís) costeó a lo largo de su ribera septentrional y vino a ser en breve un objeto de sorpresa para la admiración de muchos bárbaros, que ocupaban aquella playa. No halagaba a Solís su vista, cuando las señales que daban de una acogida favorable, como si quisieran aplaudir su llegada, le alargaron las manos cargadas de presentes; y para afianzar más su confianza, tomaron el expediente de dejarlos y retirarse. Todo esto no era más que un insidioso artificio de la traición más execrable. Solís se entregó sin precaución en los brazos de una amistad aún no probada y dio a costa de su vida una lección, con que deben escarmentar los temerarios".

Funes atribuyó el hecho a los charrúas, tomando la versión del padre José Guevara (1766), que calificó a esta etnia como "nación pérfida y de intenciones reservadas", "grandes inventores de engaños y traiciones". Otro religioso historiador, el padre Lozano, se limita a decir que "faltaron los bárbaros a las leyes del hospedaje".

¿Se lo comieron?
La parte más truculenta del relato, que incluso despertó la imaginación de antiguos ilustradores europeos, señala que Solís y sus hombres fueron devorados por los indígenas. El padre Charlevoix, un jesuita francés del siglo XVIII, escribió que los agresores hicieron un asado con los restos de los españoles. Sin embargo, el padre Guevara comentó que "se los comieron crudos". Hay versiones que aseguran que los españoles que quedaron en las carabelas vieron la terrible escena y atacaron a los indígenas a cañonazos, pero sus balas no alcanzaron la orilla. Vidart se pregunta entonces cómo pudieron divisar el canibalismo desde una distancia mayor a la de las balas.

Los charrúas quedan descartados de este crimen porque no se les conoció prácticas de antropofagia. Los guaraníes tenían un ritual por el cual comían trozos de los cuerpos de los jefes enemigos vencidos. "Según mi manera de entender y analizar los documentos, Solís fue matado por los indígenas en una emboscada pero no fue comido por ellos. Hasta es posible que lo hayan descuartizado, pero de ahí a practicar la antropofagia hay un gran paso", estima Varese.
Diga lo que diga el escolar frente a su maestra, es cierto que Solís quedó allí, en una playa de aguas dulces. Y que su muerte no detuvo la llegada de otros españoles de cruz y armadura, que pusieron en marcha la historia escrita de esta tierra.

El florentino Américo Vespucio llegó primero al "río Jordán".
Más allá de las incertidumbres sobre la vida de Juan Díaz de Solís, está claro que no fue el primer europeo en llegar al Río de la Plata. Se le anticipó, en enero de 1502, el comerciante florentino Américo Vespucio, cuya fama terminó dando nombre al nuevo continente. Incluso dio nombre al río ancho por el cual se aventuró: río Jordán.
Muchos detalles de aquella expedición quedaron en reserva, pero hay quienes piensan que Vespucio —en un viaje encomendado por la corona portuguesa— llegó tan al sur del Atlántico como las islas Malvinas.
También una expedición portuguesa, partida en 1511 desde Lisboa al mando de Esteban Froes y Juan de Lisboa, habría llegado al Rio de la Plata en enero de 1512, aunque hay autores que sitúan el episodio en 1513 o 1514.
"Lo importante es que debemos considerar a Solís, no el primero en llegar, sino el descubridor oficial del Río de la Plata, es decir el primero que lo hizo en forma oficial y pública, tomando posesión para la Corona de Castilla y en nombre de Fernando el Católico", comenta Juan Antonio Varese.

¿Y por qué río Jordán?
El investigador Rafael García Mata escribió en el diario argentino La Nación que dos mapas realizados en Lisboa en 1502 muestran, junto al dibujo de un golfo, bahía o gran estuario, la denominación río "Iordan" o "Iordam". El autor interpreta que los cartógrafos pudieron entender mal el nombre que los indígenas daban a ese río, que podía ser "río de aos" o "río dos aos". El topónimo río Jordán fue mantenido durante casi 50 años por los cartógrafos europeos. También lo llamaron Río de Solís, en homenaje a su infortunado descubridor oficial, pero pronto la idea de que representaba la puerta de entrada hacia la mítica Sierra de la Plata llevó a que recibiera su nombre definitivo.

¿Traición indígena o defensa propia?
Si los historiadores antiguos hablan de "ataque a traición" de los anfitriones a Solís, otros estudios prefieren ser más cautos e imparciales: es posible que los indígenas hayan reaccionado ante el intento de los exploradores de capturar algunos de los suyos para llevarlos a España como testimonio del descubrimiento o simplemente como esclavos.
"¿Hubo de parte de Solís o los suyos provocación que justificase la actitud subsiguiente de los indígenas?", se preguntó Francisco Bauzá. "No existen datos sobre ello, aun cuando sea presumible, atentas las repetidas pruebas suministradas por su conducta posterior, que esta vez, cual todas, los indígenas se preparaban a vengar un agravio recibido", respondió en su obra, publicada a fines del siglo XIX.

En su libro Cuando el Uruguay era solo un río, de 2013, Daniel Vidart escribió: "Los indígenas de nuestras costas que contemplaron a Solís y los suyos quizá escarmentaron por anteriores encuentros-desencuentros con los monstruos defendidos por morriones y petos de brillante metal que venían del mar, sin duda que atribuyeron a los recién llegados los defectos y lacras propias del extraño, ese genio maléfico con forma humana enviado por las potestades del desorden y la desmesura. Y reaccionaron del único modo posible: atacándolos y dándoles muerte".
El antropólogo sostiene que alrededor de Solís existe "una saga de malentendidos, de fantasías, de chivos emisarios, de fracasos trasmutados en gloriosos sacrificios fundacionales".

"El descenso de Solís no era tan inocente, en mi opinión", asegura Juan Antonio Varese. "Yo creo que trataron de atrapar algunos indígenas para llevarlos a bordo, cumpliendo órdenes, y esto debe haber provocado la ira de los indígenas, que los vieron como enemigos y los atacaron. Esta es mi teoría, que tengo que seguir profundizando y por eso el libro se ha demorado", agrega.

UN JOVEN GRUMETE.
Escapó al ataque indígena.
El ataque de los indígenas a Solís y su grupo dejó un sobreviviente. Francisco del Puerto, grumete de la expedición y supuestamente muy joven en aquel 1516, formó parte del grupo que descendió en la costa de Colonia. "Fue el único que sobrevivió a la emboscada, tal vez perdonada la vida por su corta edad. La hipótesis de que la hija de algún cacique haya intercedido por su vida para tener un romance daría buen pie a una novela. Bromas aparte, Francisco quedó viviendo con los indios. Y volvió a aparecer 11 años después, cuando llegó la expedición de Sebastián Caboto", comenta Juan Antonio Varese.

Del Puerto contó a sus compatriotas la existencia de oro y plata en el interior del continente, al cual se llegaba remontando un gran río hasta un afluente que los indígenas llamaban Carcarañá.
Después, el antiguo grumete acompañó la expedición de Caboto como intérprete, pero también habría colaborado en un ataque sorpresivo de los indígenas. Las crónicas españolas no lo mencionan más: nada se sabe de su suerte posterior.

http://www.elpais.com.uy/domingo/misteri...solis.html

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"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
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#8
 8 de octubre de 1515

[Imagen: juan+diaz+de+solis.png]
El 8 de octubre de 1515, en las actuales costas de Uruguay; los españoles llegan por primera vez en la historia a los territorios que luego serían conocidos como el Río de la Plata, produciendo su primer avistamiento de las costas que prometían enormes riquezas. El hecho es uno de los más importantes dentro de las travesías de los exploradores españoles que habían arribado allí orientándose según las crónicas y relatos que habían oído en tierras más altas.

La expedición, compuesta por tres pequeñas carabelas con una tripulación de 60 hombres bajo el mando del piloto mayor Juan Díaz de Solís llega a lo que actualmente serían las costas uruguayas aunque por ese entonces sorprendían las hermosas llanuras que transmitían una tranquilidad digna de algunos lugares que hacía meses no veían.
A principios de 1516 llamarán al Río de la Plata “Mar Dulce” ya que creerán que se trata de un mar con agradable sabor, siendo en verdad un río. Erigirán una cruz y tomarán posesión de esas tierras en nombre del rey con el correr de los días.

Solís arribará también a la isla Martín García, y más tarde se adentrará por el río Paraná donde desembarcará junto a solo 7 tripulantes y serán atacados por los charrúas, indígenas antropófagos, que los matarán, descuartizarán y se los comerán.
De esta manera trágica se iniciaba el camino hacia estas tierras que serán de difícil control para los españoles en las primeras décadas siendo prueba de ello la destrucción de la primera ciudad de Buenos Aires años más tarde.

[Imagen: muerte_de_solis.jpg]
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
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#9
A Pizarro se le ve como un masacrador de aborígenes, pero no fue sanguinario fuera de los campos de batalla»

El 16 de noviembre de 1532, el conquistador español capturó a Atahualpa, emperador de los incas. Un episodio tristemente recordado al otro lado del charco. Sin embargo, María del Carmen Martín Rubio ofrece a ABC una nueva visión de este suceso

Ni un maníaco sanguinario, ni un loco obsesionado por el oro. La leyenda negra de Francisco Pizarro (casi tan grande como la del Duque de Alba) persigue a este conquistador desde que partiera hacia el Nuevo Mundo en 1502 para labrarse un futuro desde la nada. Sin embargo, para expertas como la historiadora María del Carmen Martín Rubio, es hora de desligar definitivamente al cacereño de esas mentiras que -continuamente- son replicadas desde el otro lado del charco. «A Pizarro se le ve como un masacrador de aborígenes, pero no fue sanguinario fuera de los campos de batalla», explica, en declaraciones a este diario, la autora.

En este sentido, la historiadora ve al conquistador como un hombre que luchó porque las ciudades indígenas fueran preservadas, evitó que se torturara a nativos e, incluso, trató como un huésped al emperador de los incas, Atahualpa. Un hombre al que logró capturar el 16 de noviembre de 1532 después de tenderle una trampa y vencer (con solo 200 españoles) al gigantesco séquito con el que el nativo llegó a Cajamarca (en Perú, sede de su imperio). ¿Cómo logró una gesta tan destacable? Según la experta, debido a su conocimiento de táctica militar. «Fue un genio de la estrategia que aprendió en los Tercios de Italia», explica Martín Rubio.

Hacia Cajamarca
[/url]Pizarro y sus 200 hombres partieron hacia Cajamarca con sus ojos inyectados en oro y una gran ansiedad por conquistar la región. Oficialmente, preparó un encuentro con Atahualpa bajo el paraguas de una supuesta entrevista personal. El 15 de noviembre, los españoles llegaron a la ciudad e idearon un plan para «cazar» a los hombres del emperador por sorpresa. Concretamente, establecierom que plantarían cara a sus enemigos en una plaza que únicamente contaba con tres entradas.

Apenas una jornada después, el inca se presentó junto a un gigantesco ejército de entre 8.000 y 40.000 hombres. Pero no solo acudió con guerreros (que también) sino que llevó consigo a su corte de bailarines, equilibristas y todo aquel que pudiese sorprender a los hispanos.

Cita:«Matanza hubo, pero la hubo porque los nativos se estrellaron contra una pared y esta se cayó sobre ellos»

El 16, Atahualpa entró en la plaza de Cajamarca, pero no se topó con Pizarro (quien estaba escondido junto a sus hombres), sino que se dio de bruces con el fraile Vicente de Valverde. El religioso que acompañaba a los conquistadores y que, como hacía habitualmente en cada pueblo, le leyó el «Requerimiento». Un documento en el que se instaba (amenazas mediante) a los nativos a rendirse y hacerse siervos del monarca español a cambio de conservar la vida.

Además, este personaje le ofreció también una Biblia, objeto que -por cierto- el emperador tiró al suelo sin saber qué diantres era ni como se usaba. Al final, ya fuera por activa o por pasiva. Los militares atacaron causando el pavor entre los indígenas.

[Imagen: pizarro1-kOsF--510x286@abc.jpg]
Detalle de uno de los cuadros que representan la Conquista de América- Augusto Ferrer-Dalmau

¿Cómo pudieron obtener la victoria ante un ejército tan gigantesco? Oficialmente, debido a sus técnicas de lucha, a sus armas (que cortaban como la mantequilla las armaduras de los incas) y a dos armas secretas: los caballos (que causaban auténtico pavor entre los nativos) y la artillería.
La contienda terminó en media hora, y hubo que contar cientos de muertos por el bando de Atahualpa. A su vez, el desastre fue mayúsculo para los incas, pues el emperador fue apresado por Pizarro, cuyos hombres -después de recibir un gran rescate y celebrar un juicio contra él- decidieron ajusticiarle.


¿Se puede calificar de matanza lo sucedido en Cajamarca?

Matanza hubo. Pero la hubo porque, cuando intentaron capturar a Atahualpa (Pizarro y sus soldados le defendieron para que no cayera herido porque le querían vivo) los indígenas, viendo que no podían vencer en la batalla, salieron corriendo y chocaron contra una pared. Esta cayó sobre ellos y provocó muchas muertes. Pero la culpa no la tuvieron las tropas de Pizarro. Él tenía establecido que quería capturar al emperador.
¿Existe una leyenda negra en lo que respecta a Pizarro? ¿Se le suele ver como un asesino?

Hay una gran leyenda negra en torno a Pizarro. Se le ha presentado siempre como un masacrador de los aborigenes y de sus formas de vida. Y no es cierto. [url=http://www.abc.es/cultura/abci-475-aniversario-muerte-salvaje-asesinato-francisco-pizarro-y-misterio-tumba-201606260153_noticia.html]Pizarro, por ejemplo, promovió una serie de leyes para conservar la ciudad de Cuzco porque le parecía grandiosa. También fomentó que no se matara a ningún aborigen fuera de os campos de batalla. Nunca fue sanguinario. Siempre quiso acercarse al enemigo.

Cita:Hay una gran leyenda negra en torno a Pizarro. Se le ha presentado siempre como un masacrador de los aborigenes y de sus formas de vida. Y no es cierto.

Se afirma que Atahualpa llevó a un gran séquito a Cajamarca para impresionar a los españoles...
Es cierto que les quiso impresionar, pero también es verdad que había desplegado alrededor de Cajamarca un gran ejercito. Tenían la orden de capturar a todos los españoles en la refriega. El emperador lo tenia todo calculado. Atahualpa pensaba que, como eran muy pocos, sus hombres no tendrían problema en reducirlos y apresarlos.

Entonces... ¿Estaba seguro de que iba a vencer a los españoles?
Sí. Él pensaba que, como eran tan pocos, podría terminar con los ellos sin dificultades. Se lo habían dicho sus capitanes y sus espiás, que les había estado espiando durante días. Estaba convencido de que les iba a vencer gracias al gran contingente que llevaban consigo.
¿Les causaban a los indígenas tanto miedo los caballos como se nos ha hecho creer?
La verdad es que sí. En América los auquenidos eran los animales mas grandes. Por ello, el caballo les parecía una especie de monstruo. Cuando llegaron los españoles, al verlos sentados sobre los caballos, pensaban que eran todo lo mismo. Un ser único. Los centauros de la época. Les causaban verdadero pánico. Pero cuando vieron que no, que los que montaban aquellos animales eran hombres, empezaron a llamarles a estos hombres “viracochas” por ser blancos y barbados. Viracocha era un dios que, según la leyenda, se había marchado de la región y volvería tarde o temprano.

[Imagen: pizarro-cajamarca-kOsF--510x286@abc.jpg]
Pizarro parte hacia Cajamarca- Wikimedia

¿Realmente los españoles pensaban que, escuchando el “Requerimiento”, los nativos se rendirían?
Bueno, No era cosa solo de los españoles. El “Requerimiento” había sido ordenado desde el papado. Desde Roma. Alejandro VIhabía repartido el mundo entre Portugal y España. A cada uno le había asignado una zona de conquista. Pero estableció que tenia que ser una conquista pacifica y que tenia que hacerse bajo un “requerimiento”. Un documento en el que se les anunciaba que había una persona poderosa que, a partir de ese momento, era dueña de esas tierras, que ellos eran sus enviados y que debían someterse.
Realmente no tenia sentido porque los aborígenes no entendían lo que se les decía, no dominaban el español y no conocían ni a ese dios del que les hablaban, ni a esos hombres, ni al rey.

¿Cómo reaccionó Atahualpa cuando le entregaron la Biblia?
La cogió y dijo enfadado: “este libro no habla”. Después lo tiro al suelo y gritó que no servía para absolutamente nada.
Cita:«Pizarro era un gran estratega. Habia estado en los Tercios de Italia con el Gran Capitán y habia aprendido tácticas con él»

¿Con qué objetivo partió Pizarro a Cajamarca?
Pizarro llevaba un tiempo en ciudades cercanas a Cajamarca. Sus capitanes, sobretodo el capitán Soto (que estaba explorando el terreno), le dijo que se estaba sucediendo una guerrera muy cruel entre Atahualpa y su hermano Huáscar. Los campos estaban casi plagados de cadáveres. Pizarro afirmó que acudiría a la zona a poner orden en nombre del rey de España.

¿Hubo una verdadera batalla en la plaza de Cajamarca?
En la plaza hubo poca resistencia porque enseguida cayó la pared y empezaron a morir indígenas. Pero hay que tener en cuenta que Pizarro era un gran estratega. Habia estado en los Tercios de Italia con el Gran Capitán y habia aprendido tácticas con él. Esperó a que llegaran y, cuando estuvieron en el centro de la ciudad, hablaron con el para que se aviniera. Como no quiso, le atacaron. Al caer Atahualpa, sus guerreros se asustaron y empezaron a huir. Luego se produjo el desastre.

¿Su objetivo no era capturar a Atahualpa ni pedir un rescate por él?
En principio no esperaba pedir un rescate por Atahualpa. No lo había pensado. Pero el emperador propuso que le dejasen en libertad a cambio de un gigantesco rescate. Dijo que llenaría dos habitaciones de riquezas a cambio. Al final, Pizarro aceptó. Mientras se llenaban los cuartos de oro y plata, el conquistador le tuvo como invitado. Atahualpa vivía en su casa.

[Imagen: captura-atahualpa-kOsF--510x286@abc.jpg]
Atahualpa es capturado- ABC

¿Entonces, era un prisionero?
Más o menos. Los dos sabían que era un prisionero, pero le trataba bien. Comía con él, se entretenían... De hecho, se ha elaborado una tesis en Estados Unidos que afirma que la primera persona de América que aprendió a jugar al ajedrez fue Atahualpa, y enseñado por Pizarro y sus capitanes.

¿Quería matarle?
Pizarro no tenia intención de matar a Atahualpa. Solo quería que este cumpliese lo que había prometido, y luego darle la libertad.
¿Por qué, entonces, no le soltó?
No se atrevió a soltarle porque le informaron de que había muchísimos guerreros enemigos cerca y que él y sus hombres estaban en peligro. Mas tarde, y pasados unos meses, les dijeron que les estaban cercando, que estaban en peligro y que iban a morir todos. Ese mismo día accedió a que se le hiciera un consejo de guerra a Atahualpa en el que sus capitanes -y especialmente los soldados de Almagro- decidieron que tenía que ser ejecutado.


¿Se negó Pizarro a que Atahulpa fuera ajusticiado?

Pizarro no quería. Hasta el ultimo memento se negó,. Le obligaron entre toda su gente. Le dijeron que, o moría Atahualpa, o morirían todos ellos. Pizarro no se lo creyó y mando espiás para ver si era verdad que se acercaba aquel ejercito. Incluso espiás aborígenes. Al final le dijeron que sí, que los capitanes de Atahualpa estaban preparando su ejercito para rescatarle y que estaba muy cerca.

[Imagen: atahualpa-kOsF--450x253@abc.jpg]
Atahualpa- Wikimedia

El «Requerimiento»
De parte del muy alto e muy poderoso y muy católico defensor de la Iglesia, siempre vencedor y nunca vencido, el gran rey don Hernando el Quinto de las Españas, de las dos Çicilias, de Iherusalem y de las Islas e Tierra Firme del mar Océano, etcétera, domador de las gentes bárbaras, y de la muy alta y muy poderosa señora la reina Doña Juana, su muy cara e muy amada hija, nuestros señores, Yo, Pedrarias Dávila, su criado, mensajero y capitán, vos notifico y hago saber como mejor puedo:
Que Dios Nuestro Señor, uno y eterno, crió el cielo y la tierra y un hombre y una mujer, de quien nosotros y vosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los que después de nosotros vinieren; mas, por la muchedumbre de la generación que destos ha sucedido desde cinco mill y más años que el mundo fué criado, fué necesario que los unos hombres fuesen por una parte y otros por otra, y se dividiesen por muchos reinos e provincias, que en una sola no se podían sostener ni conservar.

De todas estas gentes Nuestro Señor dió cargo a uno, que fué llamado San Pedro, para que de todos los honbres del mundo fuese señor e superior, a quien todos ovedeciesen, y fuese cabeça de todo el linaje umano donde quiera que los honbres viviesen y estubiesen, y en cualquier ley, seta o creencia y dióle a todo el mundo por su reino, señorío y jurisdicción.

Y como quier que le mandó que pusiese su silla en Roma, como en lugar más aparejado para regir el mundo, mas tanbién le permitió que pudiese estar y poner su silla en cualquier otra parte del mundo y juzgar y governar a todas las gentes, christianos, moros, judíos, gentiles, y de qualquier otra seta o creencia que fuesen.
A este llamaron Papa, que quiere decir admirable, mayor, padre y goardador, porque es padre y governador de todos los hombres. A este San Pedro obedescieron y tomaron por señor, rey y superior del universo los que en aquel tiempo vivían, y ansímismo an tenido todos los otros que después dél fueron al pontificado heligidos; ansi se ha continuado hasta agora y se continuará hasta que el mundo se acabe.

Uno de los Pontífices passados que en lugar deste sucedió en aquella silla e dignidad que he dicho, como señor del mundo, hizo donación destas Islas y Tierra Firme del mar Océano a los dichos Rey e Reyna y a sus subcessores en estos reinos, nuestros Señores, con todo lo que en ellas ay, segund se contiene en ciertas escripturas que sobre ello pasaron, segund dicho es que podeis ver si quisiérdes. Ansi que Sus Altezas son reyes y señores destas Islas e Tierra firme por virtud de la dicha donación; y como a tales reyes y señores, algunas islas más, y casi todas a quien esto ha seído notificado, han recibido a Sus Altezas y les han obedescido y servido y sirven como súbditos lo deven hazer; y con buena voluntad y sin ninguna resistencia, luego sin dilación como fueron informados de lo susodicho, obedecieron y recibieron los varones religiosos que sus Altezas les enbiaban para que les predicasen y enseñasen nuestra Santa Fee, y todos ellos de su libre agradable voluntad, sin premia ni condición alguna, se tornaron christianos, y lo son, y Sus Altezas los recibieron alegre y benignamente, y ansi los mandó tratar como a los otros sus súbditos y vasallos, y vosotros sois tenidos y obligados a hazer lo mismo.

Por ende, como mejor puedo vos ruego y requiero que entendais bien ésto que os he dicho, y tomeis para entenderlo y deliberar sobre ello el tienpo que fuere justo, y reconoscais a la Iglesia por señora y superiora del universo mundo y al Sumo Pontífice, llamado Papa, en su nombre, y al Rey y a la Reina, nuestros señores, en su lugar, como superiores e señores y reyes desas Islas y Tierra Firme, por virtud de la dicha donación, y consintais y deis lugar que estos padres religiosos vos declaren y prediquen lo suso dicho.

Si ansi lo hicierdes, haréis bien y aquello a que sois tenidos y obligados, y Sus Altezas, y yo en su nombre, vos recibirán con todo amor y caridad, y vos dexarán vuestras mugeres, hijos y haziendas libres, sin servidumbre, para que dellas y de vosotros hagais libremente todo lo que quisierdes e por bien tubierdes, y no vos compelerán a que vos torneis christianos, salvo si vosotros, informados de la verdad, os quisierdes convertir a nuestra santa Fee católica, como lo han hecho casi todos los vecinos de las otras islas, y allende desto, Su Alteza vos dará muchos previlejos y esenciones y vos hará muchas mercedes.

Si no lo hiciérdes, o en ello dilación maliciosamente pusierdes, certificoos que con el ayuda de Dios yo entraré poderosamente contra vosotros y vos haré guerra por todas las partes y maneras que yo pudiere, y vos subjetaré al yugo y obidiencia de la Iglesia y de Sus Altezas, y tomaré vuestras personas y de vuestras mugeres e hijos y los haré esclavos, y como tales los venderé y disporné dellos como Su Alteza mandare, y vos tomaré vuestros bienes, y vos haré todos los males e daños que pudiere, como a vasallos que no obedecen ni quieren recibir a su señor y le resisten y contradicen. Y protesto que las muertes y daños que dello se recrecieren sea a vuestra culpa, y no de Sus Altezas, ni mia, ni destos cavalleros que conmigo vinieron. Y de cómo lo digo y requiero, pido al presente escribano que me lo dé por testimonio sinado, y a los presentes ruego que dello sean testigos.
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
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#10
Si bien algunas de estas expresiones no son de uso comun, si hemos por lo menos oido alguna de ellas.

«Estar de Jauja», «valer un Potosí» y otras expresiones que derivan de los descubrimientos del Imperio español
El Descubrimiento supuso un cambio para toda la humanidad y una revolución para Castilla, cuya lengua regó las nuevas tierras, y que, a su vez, se contagió de un sinfín de expresiones y refranes que tenían referencias en América y en la exploración de territorios del pacífico

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[Imagen: dalmau-canon-colorado-kXlC--620x349@abc.jpg]
César Cervera - C_Cervera_M
15/09/2017 01:28h -

Incluso cuando Cristóbal Colón no hubiera sido el primer europeo en llegar a América, como apuntan las pruebas arqueológicas sobre la presencia de vikingos en el continente; lo importancia de lo ocurrido en 1492 fue el encuentro definitivo y continuado entre dos civilizaciones, que dio lugar a un mestizaje único y a un intercambio en numerosos ámbitos. El Descubrimiento supuso un cambio para toda la humanidad y una revolución para Castilla, cuya lengua regó las nuevas tierras, y que, a su vez, se contagió de un sinfín de expresiones y refranes que tenían referencias en América y en la exploración de territorios americanos y pacíficos por parte del Imperio español. La gesta de Colón impregnó también el imaginario popular.

«Hacer las Américas»
La larga tradición de emigración española a América, tanto después del Descubrimiento como en tiempos más recientes, dio lugar a la expresión popular «hacer las américas», como sinónimo de una empresa arriesgada donde se tiene la esperanza de hacer fortuna.

«Estar de Jauja»
En su viaje al corazón del Imperio inca, Francisco Pizarro dio con una ciudad llamada Jauja, cuya fama de oasis en medio de las adversidades que sufrían en ese momento los conquistadores españoles terminó evolucionando en el sinónimo de un lugar idílico y paradisiaco, donde no faltaba de nada y todo eran placeres. Lope de Rueda escribió en 1547 el paso titulado «La tierra de Jauja» y fabuló que allí las calles estaban empedradas con piñones y por ellas corrían arroyos de leche y miel. Así, pues, el dicho «¡esto es Jauja!» se suele pronunciar para expresar abundancia, si bien puede tener un sentido irónico: ¿Estamos aquí o en Jauja? Expresión coloquial usada para reprender una acción o un dicho importuno o indecoroso.

«Quemar las naves»
La expresión «quemar las naves» ha sido sinónimo a lo largo de la historia de lanzarse a por un objetivo a la desesperada, renunciando a la posibilidad de dar marcha atrás ante un eventual fracaso. Algo similar a lo que Hernán Cortés hizo en su campaña contra el Imperio azteca. «Propuso Cortés ir a México. Y para que le siguiesen todos, aunque no quisiesen, acordó quebrar los navíos, cosa recia y peligrosa y de gran pérdida», narra el cronista López de Gómara sobre la decisión de Cortés. El 8 de noviembre de 1519 iniciaron el viaje definitivo hacia Tenochtitlán los 400 españoles supervivientes, acompañados de 15 caballos y siete cañones, que pasarían a la historia como los principales responsables del derrumbe del estado mexica. Ya no había marcha atrás.

Su decisión kamikaze se considera el origen de la expresión, si bien puede que su origen aun más lejano esté en el siglo III antes de Cristo, tal y como refleja Manuel Campuzano en su libro «Alejandro Magno. La excelencia desde el liderazgo» (Visión). Al llegar a la costa Fenicia, Alejandro Magno observó que sus enemigos le triplicaban en número y que su tropa se veía derrotada antes de pisar el campo de batalla. Alejandro Magno desembarcó e inmediatamente mandó quemar todas las naves. Mientras su flota ardía, el líder macedonio «reunió a sus hombres y les dijo: Observad cómo se queman los barcos... Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos». «Cuando regresemos, lo haremos en los barcos del enemigo», anunció.

«Hacer el indio»
Como equivalente de actuar de forma ridícula, festiva o extravagante se emplea la expresión «hacer el indio», lo cual no tiene ninguna relación con el primer significado que se le dio a esta expresión. Según cuenta Ramón J. Sender en su libro «Túpac Amaru» (Navona), «los criollos habían troquelado una expresión que expresaba cualquier clase de resignación vergonzosa ante el oprobio: hacer el indio». Es decir, que a mediados del siglo XVIII, «hacer el indio» era sinónimo de asumir sin rechistar las humillaciones.

«En fila india»
Se cree que esta expresión deriva de la costumbre, obligada por las condiciones geográficas y la ausencia de caminos anchos, de avanzar en fila de a uno de los indígenas. El principal motivo por el que marchaban así era por estrategia y defensa, pues el primero abría paso y todos los siguientes iban pisando sobre las mismas huellas que había dejado el cabeza de la fila. El último miembro iba borrando las huellas para no dejar rastro alguno en la estrecha ruta. De ahí viene que el ir de un sitio a otro manteniendo un orden y uno detrás de otro se le llame «ir en fila india».

«Valer un Potosí»
Potosí significa hoy «riqueza extraordinaria», por lo que valer algo un Potosí equivale a ser algo de mucho precio o estimación. Las asombrosas minas de Potosí están en el origen de este significado. Así, el oro fue el protagonista de los primeros años de la conquista, viviendo su punto álgido entre 1550 y 1560, coincidiendo con un periodo de gran escasez de este mineral en Europa. Pero pronto el oro fue sustituido por el verdadero «Dorado» de América: las minas de plata. La expresión «vale un Perú o un Potosí» hace referencia a que fue en esta región donde estaba una de las minas más emblemática y productiva. En 1545 se inició la explotación de estos yacimientos de plata en el Alto Perú (hoy Bolivia), siendo el año cero del boom en la extracción de este material.

«Chile, la flor de mis guzmanes»
En este caso no es en sí una expresión popular, sino más bien una cita con tono novelado. Para Carlos V, Felipe II, Felipe III y Felipe IV la Guerra de Arauco, en Chile, fue un quebradero de cabeza por su irresuelta situación constante en el tiempo y su alto coste de vidas. En una ocasión, el Emperador Carlos V resumió con sátira el asunto: «Chile le cuesta al Imperio la flor de mis guzmanes». Esto es, «la conquista de Chile se ha llevado mis mejores hombres».

«El huevo de Colón»
La definición de esta expresión es la de «cosa que aparenta tener mucha dificultad pero resulta ser fácil al conocer su artificio». Una expresión que surgió por la novelización de una reunión en la que algunos cortesanos le dijeron a Cristóbal Colón que su Descubrimiento no tenía nada de particular y tarde o temprano hubiera ocurrido. Para demostrarles su error, Colón les invitó a que pusiesen derecho un huevo cocido. Todos dijeron que aquello era imposible, y él, entonces, dando al huevo un pequeño golpe contra la mesa, lo colocó de pie por efecto de la abolladura del cascarón. Protestaron diciendo que aquello era muy fácil, pero a ninguno de ellos se le había ocurrido hacerlo.

No obstante, esta misma anécdota se contaba anteriormente a Colón con otros protagonistas, como Brunelleschi, el célebre arquitecto florentino, y el famoso constructor Juanelo Turriano, quien inventó el artificio para subir a lo más alto de Toledo las aguas del Tajo.

«De aquí a Lima»
La expresión de «aquí a Lima» es equivalente a recorrer una gran distancia o una ruta muy dificultosa. Si bien Cuzco (la Roma de América) era la ciudad más importante del Imperio inca y dejó impresionados a Pizarro y sus hombres, lo cierto es que su posición geográfica entre montañas hizo desaconsejable establecer allí el aparato burocrático que trajo la llegada de los españoles. La administración virreinal prefirió la ubicación de Lima (fundada dos años después que Cuzco, en 1535) y principalmente la cercanía de ésta con el puerto natural de lo que sería El Callao, para establecer la cabecera de sus dominios en Sudamérica. Lima deriva del nombre del río que atraviesa la ciudad, el Rímac; pero fue llamada originalmente la Ciudad de los Reyes.

«El Dorado»
Tras la conquista de Quito (Ecuador), que se suponía más rica que Cuzco pero no lo era, el cordobés Sebastián de Belalcázar tuvo noticia de una tierra más al norte llamada Cundinamarca, donde los reyes eran cubiertos con oro en polvo a su muerte para ofrendarlo a los dioses, naciendo allí la actual leyenda de «El Dorado». «Desnudaban al heredero y lo untaban con una liga pegajosa, y lo rociaban con oro en polvo, de manera que iba todo cubierto de este metal. Metíanlo en la balsa, en la cual iba de pie, y a su alrededor depositaban un gran montón de oro y esmeraldas para que ofreciese a su dios», escribió muchos años después el cronista Juan Rodríguez Freyle sobre el mito que corrió febril entre los conquistadores españoles. Hoy el término «El Dorado» hace referencia a un sitio de gran riqueza y valor, aunque de carácter imposible.

«Hacer el misionero»
La posición del «misionero» es una de las más utilizadas para mantener relaciones sexuales y, según una leyenda urbana posiblemente falsa, el origen de esta designación está en la evangelización que acompañó a la colonización y conquista de América. En términos de esta teoría, los indios vincularon esta posición con los misioneros porque éstos en su evangelización afirmaban que era el único modo correcto de colocarse para mantener relaciones sexuales.
Y ciertamente desde la Iglesia Católica fue ampliamente recomendada durante siglos realizar esta postura (considerándola la más ‘casta’ y efectiva para procrear, evidentemente dentro del matrimonio). No obstante, no hay ni una sola constancia escrita de que a esta postura, empleada desde la Antigüedad, se le llamara de ese modo antes de mediados del siglo XX, cuando recibía el nombre de «postura angelical o de la serpiente», tal y como explica el doctor en antropología Robert J. Priest en su artículo «Missionary Positions: Christian, Modernist, Postmodernist», publicado en febrero de 2001.

«Vete al carajo»
Se trata de un interjección para expresar un desacuerdo con alguien. Y curiosamente el origen de su uso está en el tiempo del Descubrimiento, pues «carajo» se le llamaba al lugar situado en lo alto del palo mayor de las antiguas carabelas españolas. Servía como puesto de observación desde el que los vigías oteaban el horizonte en busca de naves enemigas o lugares a donde querían llegar. Cuando un marinero cometía una falta se le mandaba al carajo en señal de castigo, estando obligado a permanecer allí como vigía.

«Ser pobres en Panamá»
Tras dos años y medio de viajes hacia Tierra Firme, Pizarro recibió órdenes de cancelar la expedición al Perú y regresar a Panamá. El extremeño, que carecía de la elocuencia de su sobrino lejano Hernán Cortés, el conquistador de México, pero estaba convencido de que era la empresa más importante de su vida, trazó una raya en el suelo en la Isla del Gallo, cerca del municipio de Tumaco (Colombia), y dijo con palabras gruesas: «Por este lado se va a Panamá a ser pobres. Por este otro al Perú a ser ricos. Escoja el que fuere buen castellano lo que más bien le estuviere». Solo 13 hombres de los 112 supervivientes que componían su expedición decidieron cruzar la línea para «ser ricos en el Perú».

«Los últimos de Filipinas»
Filipinas se convirtió con los años y la primera circunvalación a la tierra en un punto clave del Imperio español. Allí llegaba y partía cada año el llamado Galeón de Manila, que conectaba el comercio de Asia con el de América, y este a su vez con Europa. De ahí que la pérdida de este territorio en 1898 a manos de EE.UU. supusiera un golpe moral para un España herida de muerte. Con la expresión «los últimos de Filipinas» se alude hoy en día a las últimas personas que permanecen en un lugar o a las últimas personas que defienden unas ideas, en referencia a la resistencia que unos cuantos soldados españoles llevaron a cabo en el fuerte filipino de Baler contra las tropas americanas. Los pocos soldados del fuerte de Baler continuaron resistiendo, incluso después de que se rindiera la capital de las islas, Manila.

«Malinchista»
La palabra malinchismo se usa de modo peyorativo en la cultura popular mexicana para definir la permeabilidad de un grupo social o étnico frente a un proceso de asimilación cultural de costumbres o hábitos ajenos a la cultura de origen. Su origen está en la figura histórica de La Malinche, una mujer indígena que acompañó a Hernán Cortés durante la conquista de lo que hoy es el territorio de México y ejerció como su intérprete y ayudante.
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
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