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Regimiento Blandengues de Artigas
#8
Columna de opinión publicada en el semanario Contexto sobre el programa Santo y seña en el que anonimamente se "denunciaban" irregularidades.

FIRME, ¡COMO UN BLANDENGUE!
Por
 Daniel García
 -

19 de septiembre de 2022

[Imagen: Foto-Daniel-Garcia-1-696x931.jpg]
El domingo pasado el programa Santo y Seña realizó un informe sobre supuestas irregularidades y denuncias, testimoniadas por ex integrantes del Regimiento de Blandengues, cuyos rostros e identidades estaban ocultas.
Un amigo de la adolescencia hizo comentarios sobre el programa en un grupo que compartimos, usando como introducción una anécdota verídica, que ayer le pedí permiso para utilizarla en esta nota.
El escritor Robin Moore quería hacer un libro sobre los “Boinas Verdes”, el famoso grupo de fuerzas especiales del Ejército de EE. UU.
A través de sus contactos, llegó hasta el comandante de esa Unidad el Gral. William Yarborough, a quien le presentó su inquietud como escritor, solicitando poder conocer la unidad para hacer su libro.
El General le respondió, que, si quería escribir sobre los “Boinas Verdes”, tenía que convertirse en uno de ellos, sino no habría libro.
Así que, a los 37 años, el amigo Moore terminó en Fort Bragg, saltando en paracaídas de noche en pantanos, sometido el durísimo y exigente entrenamiento de este cuerpo especial del Ejército americano, obteniendo su famosa boina verde y allí si escribió con propiedad su anhelado libro.
¿A qué viene esto? A que en Uruguay, es muy fácil para mucha gente, hablar de las FFAA sin conocimiento de causa, a veces con el concepto generado por películas, otra por relatos interesados, que en muchas ocasiones obedecen a mezquinas intenciones o a desconocimiento de la realidad pura y simple.


Las FFAA tal vez no sean fáciles de entender en su estructura, funcionamiento, su orden, disciplina, reglamentos y demás particularidades, si no se vive y siente en su día a día.
El Regimiento Blandengues de Artigas de Caballería N°1, es la más antigua unidad del Ejército Nacional, teniendo como su más representativa figura al mismo Gral. José Artigas que la integró, portando hoy en día el tradicional uniforme que la identifica.
Custodia el Mausoleo donde están las cenizas del Prócer y es la Guardia de Honor permanente del presidente de la República.


Por lo tanto, las tradiciones, ceremonias, así como la fiel custodia del legado artiguista, está dentro de sus más preciadas misiones, cosa que llena de orgullo a quienes prestan servicio en esta unidad, por lo que sería interesante, preguntarles a quienes están hoy en día, que piensan y sienten.
El Ejército está integrado por miles de hombres distribuidos en todo el territorio nacional, lo que implica que podamos encontrar gente de las más variadas características en sus filas.
La Institución, trata de formar a sus hombres y mujeres bajo la disciplina que exige la profesión, con valores y costumbres que hacen que la misma trascienda en el tiempo, hoy ya 211 años, manteniendo su columna vertebral recta y dirigida a cumplir las misiones asignadas por la Constitución y los mandos naturales.
Por lo tanto, la vida militar está plagada de exigencias, sacrificios, renuncias y por lo general, comprometida a un austero y bajo perfil de protagonismo.
Quien lo desea, puede hacer carrera y desarrollarse como persona y profesional, a través de cursos, concursos, etc., que motivan a quienes sienten la vocación y aspiran a más.
Así lo acreditan los miles de retirados militares que hoy trabajan de técnicos en variadas ramas, desde la docencia a la mecánica, pasando por especialidades de logística, manejo de personal, maquinaria, seguridad y tantas otras.
Muchos en cambio, abandonan las filas luego de una corta estadía por no poder adaptarse a la vida militar, porque ser militar no es para cualquiera, como dice un dilecto amigo.
Para mandar, primero se debe aprender a obedecer, así que aquellos que quieren ser oficiales, deben concurrir a la Escuela Militar durante cuatro años muy duros, pasar frío, calor, sueño, hambre, hacer su cuerpo resistente, acostumbrarse a una disciplina rígida, sacrificando sus jóvenes años antes de recibirse como Alférez o Guardiamarina.


Sabemos, que son pocas las personas dispuestas a seguir este camino, pese a los disparates que se dicen y divulgan sobre beneficios, prebendas y jugosos salarios o jubilaciones.
Interesados relatos, pretenden mostrar a los Oficiales como déspotas llenos de privilegios, cosa remotamente alejada de la realidad, pero siempre hay atizadores del fuego, que les gusta generar brechas y divisiones con viejas consignas.
También sabemos que los que abrazan la profesión de las armas hacen de ella un estilo de vida y son leales a sus instituciones armadas y a la República hasta la muerte, algo implícito en la propia actividad.
El personal subalterno, muchas veces es el camino que encuentra para conseguir un trabajo, cuando las carencias de formación y estudios, les cierran las puertas en otras actividades. 
Por ese motivo, muchas veces, las FFAA nutren sus cuadros de soldados con las personas más humildes de la sociedad, llegando éstos a las unidades con carencias de toda índole.
Los mismos, que estuvieron al lado del prócer, demostrando fidelidad y compromiso, combatiendo y dando su vida por una patria independiente.
Estas falencias son subsanadas con el tiempo algunas, las educativas y las más urgentes, el hambre, el techo, el frio, inmediatamente.


La Institución los recibe, los prepara, los forma, los disciplina, les da un oficio muchas veces, un sentido del deber y del cumplimiento de sus obligaciones.
Todo este esfuerzo educativo y ético transforma personas que no le encontraban sentido a la vida, en ciudadanos honorables y útiles a la sociedad.
Muchos completan en el liceo extra edad de la institución su enseñanza primaria y secundaria ya que la institución se preocupa y ocupa por sus integrantes, a pesar de los escasos recursos que recibe.
Esto genera, que nuestro país sea considerado a nivel internacional, una de las principales fuerzas de paz a las que recurre las Naciones Unidas, por la preparación de sus tropas, tanto en el ámbito estrictamente profesional, como en el humano.
La educación en valores que dan nuestras Fuerzas Armadas es de alto contenido en ese aspecto.
Testigo de esto son, los miles de compatriotas, integrante de las FF.AA. que han estado y están, en recónditos lugares del planeta, garantizando la paz en conflictos sangrientos que han dejado miles de víctimas, actuando con seriedad y profesionalismo, dejando el nombre de Uruguay en lo más alto.


Pero como siempre sucede, los hombres nos podemos portar mal, equivocarnos, violar normas y reglamentos, entonces la Institución aplica las sanciones que corresponden según la falta, puedo dar fe de ello.
Hay personas que son dados de baja, cuando el comportamiento supera ampliamente lo establecido y no siempre estas sanciones son tomadas y aceptadas por quien las recibe.
Resentimientos y frustraciones afloran y pueden encontrar el camino para tomar venganza ante lo acontecido.
Dar testimonios de supuestas irregularidades ante quienes desconocen el verdadero funcionamiento de una unidad militar, genera fastidio, ya que poco se sabe de la interna militar, de los magros o escasos presupuestos asignados para el funcionamiento, haciendo el periodismo conclusiones apresuradas y sesgadas.
Dada la escasez del presupuesto en gastos para funcionar, los comandos de las unidades deben recurrir muchas veces a la creatividad y búsqueda de alternativas, que permitan que éstas puedan funcionar medianamente bien.


Ya sea venta de leña, venta de lechones, venta de bloques, que muchas veces terminan ayudando al personal a construir su casa, trabajos particulares de unidades especializadas, que permiten obtener dineros genuinos que están supeditados a la autorización de los ordenadores del gasto titulares y delegados, para hacer mejoras edilicias, mejorar la comida del personal, etc.
Todo esto, es debidamente documentado, ya que cada unidad cuenta con un oficial encargado de la Administración, así como un jefe que es el habilitado que maneja y controla los dineros que la unidad genera o recibe.


Podrán encontrarse errores de índole administrativo, pero no un sistema pergeñado para provocar situaciones irregulares, como este programa intentó hacer ver, arrojando sospechas o haciéndose eco de declaraciones claramente mal intencionadas o con información parcial de la realidad.
Lo jóvenes oficiales cuando llegan a su nuevo destino, deben concurrir a conocer donde viven y como viven los subalternos a su cargo, comprobar las situaciones familiares de sus soldados, generándose allí un vínculo que hace ver realidades, carencias, necesidades, donde la Institución establece, que el trato siempre debe ser paternal y digno, orientado a atemperar esas necesidades.
Por eso, al ver este programa el domingo pasado, me llamó la atención el desprecio y soberbia con que se trató a esta unidad histórica y emblemática del Ejército, valiéndose de testimonios de personas, por lo menos, resentidas o ignorantes de ciertas realidades.


Sumemos a esto, los propios comentarios de los periodistas, que, con gran desconocimiento, con malicia, además, han enlodado el prestigio de esta unidad, dejando sospechas sobre comportamientos de sus oficiales y del personal en general.
Sería bueno, pudieran investigar de verdad, ponerse el uniforme un rato, convivir con el personal y oficiales, para ver qué actividades se hacen, como se come, duerme, entrena, desfila, se cuidan los animales, se veneran las tradiciones y lo que significa para el soldado, saber que está en la unidad que prestó servicios el Gral. Artigas y que hoy tiene el privilegio de usar su uniforme.
Creo que si el periodismo de ese programa es serio e imparcial debería dar este segundo paso y permitirnos a todos ver la otra cara de la historia.
Estas cosas son difíciles de transmitir, los sentimientos no se pueden transferir, se viven y sienten o no se entienden.


El periodista Ignacio Álvarez, procede en sus programas con una poderosa altanería, donde parece haberse convertido en el gran descubridor de irregularidades en todos los ámbitos y eso parece haber generado un plus de arrogancia que demuestra no tener límites. Infórmese mejor estimado Señor.
Se habló de una Institución dos veces centenaria, anterior a nuestro Estado como tal, con una ligereza llamativa, emitiéndose juicios de valor, acusaciones veladas y sospechas sobre quienes comandan.
Otro punto que se desconoce es que los oficiales tienen un tiempo limitado como prestación en la unidad de destino, donde son calificados en su desempeño, por lo que sería ilógico comportamientos irregulares.


Es demasiado lo que está en juego, es su futuro y el de sus familias. Hay un juramento y una ética.
No quiere decir que no existan las irregularidades, los hombres se equivocan sin importar su profesión, en el pasado algunos oficiales de alto rango, llegaron a colaborar con los grupos guerrilleros alzados en armas, como el caso de un jefe que fue capaz de entregar los planos de su unidad al MLN.
O aquel marinero que llegó a colaborar con el asalto al arsenal de la Armada, esas inconductas acontecen y la institución aplica sus mecanismos disciplinarios, Justicia Militar o Poder Judicial según el delito.


No se puede dejar pasar estos agravios gratuitos a una unidad militar llena de glorias, historias, usando testimonios de baja consideración, solo para alimentar el rating televisivo de un programa que parece dirigido por mercenarios.
Desde esta columna de opinión, firme, ¡como un Blandengue!


https://semanariocontexto.com/firme-como-un-blandengue/
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
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RE: Regimiento Blandengues de Artigas - Artiguista - 09-19-2022, 10:57 PM

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