01-13-2017, 03:57 PM
(Este mensaje fue modificado por última vez en: 01-13-2017, 03:57 PM por Adrian.)
El avión de Tabaré y la capa de armiño de Jean Bedel Bokassa
Mercedes Vigil
Cuando Jean Bedel Bokassa se hizo del poder en la República Centroafricana -RCA- en 1.966, convirtió a ese empobrecido país en el Imperio Centroafricano, dando inicio así a una caricaturesca historia de represión y corrupción.
La coronación de Bokassa les costó a sus ciudadanos 28 millones de dólares, destacándose una ostentosa e innecesaria capa de terciopelo y armiño de 12 metros de largo valuada de 2 millones de dólares.
El grotesco episodio vino a mi memoria al comprobar la frivolidad que padecen muchos gobernantes de esta América del sur, rica pero empobrecida por la tilinguería y la corrupción. Algunos disimulan más que otros, pero todos padecen de esa sed de poder y riqueza que llevó a Jean Bedel Bokassa hace 50 años a colgarse una capa multimillonaria de armiño con 45 grados de temperatura ante un pueblo famélico.
Los hermanos Castro hacen pasar hambre a los cubanos pero tienen una fortuna que Forbes estima en 400 millones de dólares. Nicolás Maduro, ex chofer de autobús posee un patrimonio neto de 2 millones de dólares y los herederos de Chávez atesoran unos 3.800 millones de euros en cuentas en Andorra y Estados Unidos. Mientras ellos engordan sus fortunas en Cuba es difícil conseguir algo más que frijoles para comer y en Venezuela el papel higiénico es un artículo de lujo.
Me viene a la memoria Lula Da Silva, el candidato de los pobres de Brasil que ha invertido cerca de medio millón de dólares en propiedades. Además de estos inmuebles, están las 23 cajas lacradas halladas durante la investigación por la Policía Federal conteniendo 133 piezas, inclusive joyas y obras de arte. Aunque Lula luce como un ricachón, ni se acerca a la incalculable fortuna de la familia Kirchner que ha dejado una Argentina empobrecida hasta la impudicia.
Ante tal despilfarro, nuestros políticos parecen más modestos pero no tanto.
Salvo alguna excepción los capitales de los principales líderes hacienden a cifras bastante importantes, muchos de ellos poseen abultadas cuentas en el exterior. José Mujica, publicitado como el mandatario más pobre del mundo, declaró poseer unos 323.000 dólares, Tabaré Vázquez sobrepasa el millón de dólares. A su vez Raúl Sendic ostenta cerca del millón de dólares de patrimonio.
En medio de una crisis que aun no podemos medir cuantitativamente pero que ya se siente en todos los sectores de nuestra sociedad, la llamada “ clase política” se ha alejado tanto del ciudadano que vive de un ingreso fijo, que asusta. No los hemos visto renunciar a la partida de diarios aunque lean las noticias en la web, a sus innumerables y costosos “asesores”, a los autos oficiales ni a los permanentes viajes que pagamos todos. Mientras esto acontece en la antigua “tacita de plata” los jubilados, maestros, profesores, enfermeros y tantos mas ganan sueldos miserables. Los enfermos graves siguen acudiendo a la justicia para que les entreguen los medicamentos que le salvaran su vida, los niños continúan pidiendo en las calles y la mayoría de los trabajadores uruguayos necesitan 2 o más empleos para poder llegar al 15 de mes.
En tal desbarranque, hace unos meses se aprobaron los artículos 425, el 438 y el 439. El primero de estos establece que el Estado no tiene a su "cargo la dispensación de prestaciones, estudios, procedimientos diagnósticos, terapéuticos o de rehabilitación, medicamentos o vacunas que no se encuentren incluidos en los Programas Integrales de Salud, el Catálogo de Prestaciones o el Formulario Terapéutico de Medicamentos (FTM). Esto ha traído infinitos problemas a los pacientes, médicos y jueces.
Ahora sabemos que el Ejecutivo gastará más de un millón de dólares en un avión Hawker 700 para uso presidencial. Al enterarme del suceso me vino a la cabeza la Capa de Jean Bedel Bokassa y su amor por lo que llamamos “el lujo de la miseria”.
Y quede claro que mi desagrado no se dirige a ningún partido político en particular. Estoy furiosa con todos los políticos, cada cual desde el lugar que le corresponda siguen gastando en paparruchadas mientras Doña María no logra con sus ingresos ni adquirir los medicamentos básicos para subsistir.
Muchos me han acusado de ser reaccionaria, de derecha…y cientos de absurdos…….
Estimados, que quede claro que no soy presa de ninguna ideología que suma a mi pueblo en la precariedad. Tampoco avalo a ningún funcionario, legislador o lo que fuere y de la bandera que sea a gastar nuestros dineros en su provecho mientras haya uruguayos con necesidades básicas no satisfechas.
Mercedes Vigil
Cuando Jean Bedel Bokassa se hizo del poder en la República Centroafricana -RCA- en 1.966, convirtió a ese empobrecido país en el Imperio Centroafricano, dando inicio así a una caricaturesca historia de represión y corrupción.
La coronación de Bokassa les costó a sus ciudadanos 28 millones de dólares, destacándose una ostentosa e innecesaria capa de terciopelo y armiño de 12 metros de largo valuada de 2 millones de dólares.
El grotesco episodio vino a mi memoria al comprobar la frivolidad que padecen muchos gobernantes de esta América del sur, rica pero empobrecida por la tilinguería y la corrupción. Algunos disimulan más que otros, pero todos padecen de esa sed de poder y riqueza que llevó a Jean Bedel Bokassa hace 50 años a colgarse una capa multimillonaria de armiño con 45 grados de temperatura ante un pueblo famélico.
Los hermanos Castro hacen pasar hambre a los cubanos pero tienen una fortuna que Forbes estima en 400 millones de dólares. Nicolás Maduro, ex chofer de autobús posee un patrimonio neto de 2 millones de dólares y los herederos de Chávez atesoran unos 3.800 millones de euros en cuentas en Andorra y Estados Unidos. Mientras ellos engordan sus fortunas en Cuba es difícil conseguir algo más que frijoles para comer y en Venezuela el papel higiénico es un artículo de lujo.
Me viene a la memoria Lula Da Silva, el candidato de los pobres de Brasil que ha invertido cerca de medio millón de dólares en propiedades. Además de estos inmuebles, están las 23 cajas lacradas halladas durante la investigación por la Policía Federal conteniendo 133 piezas, inclusive joyas y obras de arte. Aunque Lula luce como un ricachón, ni se acerca a la incalculable fortuna de la familia Kirchner que ha dejado una Argentina empobrecida hasta la impudicia.
Ante tal despilfarro, nuestros políticos parecen más modestos pero no tanto.
Salvo alguna excepción los capitales de los principales líderes hacienden a cifras bastante importantes, muchos de ellos poseen abultadas cuentas en el exterior. José Mujica, publicitado como el mandatario más pobre del mundo, declaró poseer unos 323.000 dólares, Tabaré Vázquez sobrepasa el millón de dólares. A su vez Raúl Sendic ostenta cerca del millón de dólares de patrimonio.
En medio de una crisis que aun no podemos medir cuantitativamente pero que ya se siente en todos los sectores de nuestra sociedad, la llamada “ clase política” se ha alejado tanto del ciudadano que vive de un ingreso fijo, que asusta. No los hemos visto renunciar a la partida de diarios aunque lean las noticias en la web, a sus innumerables y costosos “asesores”, a los autos oficiales ni a los permanentes viajes que pagamos todos. Mientras esto acontece en la antigua “tacita de plata” los jubilados, maestros, profesores, enfermeros y tantos mas ganan sueldos miserables. Los enfermos graves siguen acudiendo a la justicia para que les entreguen los medicamentos que le salvaran su vida, los niños continúan pidiendo en las calles y la mayoría de los trabajadores uruguayos necesitan 2 o más empleos para poder llegar al 15 de mes.
En tal desbarranque, hace unos meses se aprobaron los artículos 425, el 438 y el 439. El primero de estos establece que el Estado no tiene a su "cargo la dispensación de prestaciones, estudios, procedimientos diagnósticos, terapéuticos o de rehabilitación, medicamentos o vacunas que no se encuentren incluidos en los Programas Integrales de Salud, el Catálogo de Prestaciones o el Formulario Terapéutico de Medicamentos (FTM). Esto ha traído infinitos problemas a los pacientes, médicos y jueces.
Ahora sabemos que el Ejecutivo gastará más de un millón de dólares en un avión Hawker 700 para uso presidencial. Al enterarme del suceso me vino a la cabeza la Capa de Jean Bedel Bokassa y su amor por lo que llamamos “el lujo de la miseria”.
Y quede claro que mi desagrado no se dirige a ningún partido político en particular. Estoy furiosa con todos los políticos, cada cual desde el lugar que le corresponda siguen gastando en paparruchadas mientras Doña María no logra con sus ingresos ni adquirir los medicamentos básicos para subsistir.
Muchos me han acusado de ser reaccionaria, de derecha…y cientos de absurdos…….
Estimados, que quede claro que no soy presa de ninguna ideología que suma a mi pueblo en la precariedad. Tampoco avalo a ningún funcionario, legislador o lo que fuere y de la bandera que sea a gastar nuestros dineros en su provecho mientras haya uruguayos con necesidades básicas no satisfechas.