12-22-2016, 11:14 PM
No encontre un lugar mas apropiado para postear esta noticia publicada en Busqueda hoy y que habla de la disciplina en el Ejercito. Si no lo consideran el lugar apropiado los Sres administradores sabran donde ubicarlo
El 2016 comenzó con sanciones para un oficial del Ejército que ordenó a los vigías del Batallón Florida que no cargaran de municiones sus armas, lo que provocó que les robaran un fusil sin que pudieran repeler el ataque, y terminó con el comandante en jefe de la Armada, Leonardo Alonso, recibiendo dos amonestaciones por
declaraciones que el Poder Ejecutivo consideró fuera de lugar.
Tomando todos los tipos de faltas, a diario se imparten cientos de sanciones en las Fuerzas Armadas, según militares activos y retirados de las tres Armas consultados por Búsqueda.
Y los castigos no tienen en cuenta los rangos. Varios altos mandos militares recibieron sanciones por su comportamiento en los últimos meses: el almirante Alonso recibió dos amonestaciones en menos de 15 días. Una por sus dichos en el discurso de aniversario de la Armada y otra por enviar una carta a la “La Diaria” manifestando su
intención de iniciar acciones legales contra ese medio por una columna de humor que hacía referencia a la institución.
Asimismo, a principios de diciembre el contraalmirante Daniel Menini fue sancionado con un arresto simple por comentarios que hizo sobre la muerte de Fidel Castro en su cuenta de Facebook.
Piedra angular.
En el Ejército uruguayo, el Reglamento General del Servicio señala que “el sentimiento disciplinario es el determinante esencial de la personalidad militar. Impone a la voluntad de todos la voluntad superior del que manda”.
Agrega que la disciplina “es la esencia fundamental del instituto armado. Se evidencia por la subordinación de grado a grado; por el respeto y la obediencia debida sin dilaciones a la orden del superior, por la voluntad tenaz y abnegada para el cumplimiento de la misma”.
Pero para esto, los militares pasan por un proceso en el que sus superiores buscan a través del ejemplo, las charlas y la instrucción incorporar en los más jóvenes estos conceptos. Cuando ya se agotaron los recursos o hubo incumplimientos a los reglamentos, el sistema militar tiene un vasto y complejo sistema de sanciones que
“ayudan a encuadrar” a los efectivos en un sistema que no puede admitir disidencias, ya que la cohesión “es la base elemental que permite la concreción de los fines”, dijo a Búsqueda el coronel Yamandú Lessa, subjefe del Estado Mayor del Ejército.
En las diferentes unidades y servicios hay consignas a realizar, su incumplimiento o el mal cumplimiento es lo que genera las sanciones. Estas consignas van desde la higiene personal y la puntualidad hasta el cumplimiento a cabalidad de una misión.
Desde el soldado raso hasta el comandante en jefe todos pueden ser sancionados. Decenas de militares de diferentes grados consultados por Búsqueda dijeron que no conocen a un camarada que no haya tenido “al menos” una sanción en toda su carrera.
Los retirados también son pasibles de sanción. De hecho, en marzo del 2016 el general ® Wile Purtscher fue sancionado con ocho días de arresto (además de pasar a la Justicia civil) por una carta que envió a la sección Cartas al Director, de Búsqueda, en referencia a la muerte de su camarada Miguel Dalmao.
En la carta, Purtscher dijo que quería “venganza” por lo que consideró un “asesinato” por parte de “jueces que se creen dioses” y que son “corruptos, ya que obedecen a ideologías partidarias”.
Los tipos de sanciones van desde el apercibimiento oral hasta la privación definitiva del cargo y para algunos grados (suboficiales) puede darse la pena máxima: la degradación del efectivo.
La más reconocida y también una de las más utilizadas es el arresto, que tiene dos versiones: simple o a rigor. El arresto simple se cumple dentro de la unidad pero el sancionado tiene libertad de movimiento y recreaciones (como el uso del celular).
El arresto a rigor se hace dentro de una habitación conocida como el cuarto de disciplina. En ambos casos los arrestados tienen funciones y trabajos a cumplir durante la sanción para evitar que estén ociosos.
Cualquier superior puede sancionar a un subalterno. Si la falta se da en una situación donde hay varias jerarquías, será el de mayor grado el encargado de aplicar la sanción correspondiente, que se transmite en el momento y de manera oral para luego comunicarse por escrito y refrendarse en el legajo.
Si el oficial de mayor jerarquía no ve la falta pero otro sí, este se la comunicará para que aplique la sanción que entienda. Sin embargo, si un subalterno ve a un superior cometiendo una falta, no puede ir con el superior inmediato a su jefe a denunciarlo.
Si bien el tipo de sanción la puede aplicar cualquier superior del militar en cuestión, solo a partir de los capitanes pueden “graduar” la pena. Así, si un militar es arrestado a rigor, el capitán puede definir hasta 10 días de arresto. Si entiende que la pena precisa más días, se lo comunicará a su superior, quien decidirá sobre el caso y así hasta alcanzar la pena máxima de arresto, que son 60 días.
Si el militar sancionado entiende que fue injustamente castigado, puede apelar la decisión una y otra vez hasta llegar al presidente de la República.
Convencimiento y ejemplo.
Las medidas disciplinarias se utilizan como “último recurso” luego de agotar “todos los canales”, dijo Lessa. “Lo último que se busca, la última instancia, es la sanción. Siempre se busca que las tareas y las actividades basadas en la disciplina se realicen por la convicción de que es por el bien del servicio y por el servicio en sí mismo”.
“Uno busca tener a un grupo convencido, orientado, enfocado en que su superior los va a llevar a la concreción de los fines que fueron pautados de la mejor manera posible para todos ellos”, señaló el coronel.
A medida que el militar avanza en su carrera o en los años dentro del Ejército las sanciones “se hacen menos y menos frecuentes”.
Según el coronel, “es muy raro ver a un oficial superior sancionado, y más raro aún por una falta como unas botas mal lustradas”.
Caso a caso.
Aunque existen algunas “tablas de promedios” para elegir la cantidad de días de sanción o qué tipo de falta aplicar, lo cierto es que mucho queda en la discrecionalidad del superior. “Por ello es muy importante entender y estar en permanente contacto con el personal subalterno, para conocer sus contextos y problemáticas, que son únicos para cada caso”, dijo Lessa.
Así, la misma falta cometida por dos militares puede tener penas diferentes: “Si dos soldados se duermen en la guardia pero uno lo hizo por primera vez y el otro es reincidente, eso afectará el juicio del superior a la hora de elegir la pena”, explico Lessa.
Sanciones militares: el “último recurso” que “encuadra” a los efectivos en la disciplina y del que no escapa casi ninguno
El 2016 comenzó con sanciones para un oficial del Ejército que ordenó a los vigías del Batallón Florida que no cargaran de municiones sus armas, lo que provocó que les robaran un fusil sin que pudieran repeler el ataque, y terminó con el comandante en jefe de la Armada, Leonardo Alonso, recibiendo dos amonestaciones por
declaraciones que el Poder Ejecutivo consideró fuera de lugar.
Tomando todos los tipos de faltas, a diario se imparten cientos de sanciones en las Fuerzas Armadas, según militares activos y retirados de las tres Armas consultados por Búsqueda.
Y los castigos no tienen en cuenta los rangos. Varios altos mandos militares recibieron sanciones por su comportamiento en los últimos meses: el almirante Alonso recibió dos amonestaciones en menos de 15 días. Una por sus dichos en el discurso de aniversario de la Armada y otra por enviar una carta a la “La Diaria” manifestando su
intención de iniciar acciones legales contra ese medio por una columna de humor que hacía referencia a la institución.
Asimismo, a principios de diciembre el contraalmirante Daniel Menini fue sancionado con un arresto simple por comentarios que hizo sobre la muerte de Fidel Castro en su cuenta de Facebook.
Piedra angular.
En el Ejército uruguayo, el Reglamento General del Servicio señala que “el sentimiento disciplinario es el determinante esencial de la personalidad militar. Impone a la voluntad de todos la voluntad superior del que manda”.
Agrega que la disciplina “es la esencia fundamental del instituto armado. Se evidencia por la subordinación de grado a grado; por el respeto y la obediencia debida sin dilaciones a la orden del superior, por la voluntad tenaz y abnegada para el cumplimiento de la misma”.
Pero para esto, los militares pasan por un proceso en el que sus superiores buscan a través del ejemplo, las charlas y la instrucción incorporar en los más jóvenes estos conceptos. Cuando ya se agotaron los recursos o hubo incumplimientos a los reglamentos, el sistema militar tiene un vasto y complejo sistema de sanciones que
“ayudan a encuadrar” a los efectivos en un sistema que no puede admitir disidencias, ya que la cohesión “es la base elemental que permite la concreción de los fines”, dijo a Búsqueda el coronel Yamandú Lessa, subjefe del Estado Mayor del Ejército.
En las diferentes unidades y servicios hay consignas a realizar, su incumplimiento o el mal cumplimiento es lo que genera las sanciones. Estas consignas van desde la higiene personal y la puntualidad hasta el cumplimiento a cabalidad de una misión.
Desde el soldado raso hasta el comandante en jefe todos pueden ser sancionados. Decenas de militares de diferentes grados consultados por Búsqueda dijeron que no conocen a un camarada que no haya tenido “al menos” una sanción en toda su carrera.
Los retirados también son pasibles de sanción. De hecho, en marzo del 2016 el general ® Wile Purtscher fue sancionado con ocho días de arresto (además de pasar a la Justicia civil) por una carta que envió a la sección Cartas al Director, de Búsqueda, en referencia a la muerte de su camarada Miguel Dalmao.
En la carta, Purtscher dijo que quería “venganza” por lo que consideró un “asesinato” por parte de “jueces que se creen dioses” y que son “corruptos, ya que obedecen a ideologías partidarias”.
Los tipos de sanciones van desde el apercibimiento oral hasta la privación definitiva del cargo y para algunos grados (suboficiales) puede darse la pena máxima: la degradación del efectivo.
La más reconocida y también una de las más utilizadas es el arresto, que tiene dos versiones: simple o a rigor. El arresto simple se cumple dentro de la unidad pero el sancionado tiene libertad de movimiento y recreaciones (como el uso del celular).
El arresto a rigor se hace dentro de una habitación conocida como el cuarto de disciplina. En ambos casos los arrestados tienen funciones y trabajos a cumplir durante la sanción para evitar que estén ociosos.
Cualquier superior puede sancionar a un subalterno. Si la falta se da en una situación donde hay varias jerarquías, será el de mayor grado el encargado de aplicar la sanción correspondiente, que se transmite en el momento y de manera oral para luego comunicarse por escrito y refrendarse en el legajo.
Si el oficial de mayor jerarquía no ve la falta pero otro sí, este se la comunicará para que aplique la sanción que entienda. Sin embargo, si un subalterno ve a un superior cometiendo una falta, no puede ir con el superior inmediato a su jefe a denunciarlo.
Si bien el tipo de sanción la puede aplicar cualquier superior del militar en cuestión, solo a partir de los capitanes pueden “graduar” la pena. Así, si un militar es arrestado a rigor, el capitán puede definir hasta 10 días de arresto. Si entiende que la pena precisa más días, se lo comunicará a su superior, quien decidirá sobre el caso y así hasta alcanzar la pena máxima de arresto, que son 60 días.
Si el militar sancionado entiende que fue injustamente castigado, puede apelar la decisión una y otra vez hasta llegar al presidente de la República.
Convencimiento y ejemplo.
Las medidas disciplinarias se utilizan como “último recurso” luego de agotar “todos los canales”, dijo Lessa. “Lo último que se busca, la última instancia, es la sanción. Siempre se busca que las tareas y las actividades basadas en la disciplina se realicen por la convicción de que es por el bien del servicio y por el servicio en sí mismo”.
“Uno busca tener a un grupo convencido, orientado, enfocado en que su superior los va a llevar a la concreción de los fines que fueron pautados de la mejor manera posible para todos ellos”, señaló el coronel.
A medida que el militar avanza en su carrera o en los años dentro del Ejército las sanciones “se hacen menos y menos frecuentes”.
Según el coronel, “es muy raro ver a un oficial superior sancionado, y más raro aún por una falta como unas botas mal lustradas”.
Caso a caso.
Aunque existen algunas “tablas de promedios” para elegir la cantidad de días de sanción o qué tipo de falta aplicar, lo cierto es que mucho queda en la discrecionalidad del superior. “Por ello es muy importante entender y estar en permanente contacto con el personal subalterno, para conocer sus contextos y problemáticas, que son únicos para cada caso”, dijo Lessa.
Así, la misma falta cometida por dos militares puede tener penas diferentes: “Si dos soldados se duermen en la guardia pero uno lo hizo por primera vez y el otro es reincidente, eso afectará el juicio del superior a la hora de elegir la pena”, explico Lessa.
“Dulce et decorum est pro patria mori”