• ¡Bienvenidos a los Foros de Uruguay Militaria!
  • Por favor registrese para comentar y participar.
  • .
¡Hola, Invitado! Iniciar sesión Regístrate


Calificación:
  • 0 voto(s) - 0 Media
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
Estado de Derecho
#51
LA PAZ ESTAFADA
El soberano expresó ya dos veces mediante plebiscito su clara voluntad de refrendar la Ley de Caducidad. La primera fue en 1989, la segunda veinte años después, en 2009.
[Sin embargo, esta ley no se está cumpliendo, por poderes que se sienten por encima del soberano y consideran que deben enmendarle la plana. En efecto, pisotean una y otra vez la voluntad de una ciudadanía que expresó dos veces en las urnas su deseo de dar vuelta la página.
Peor aún, esta violación ha sido asimétrica, ya que se ha decidido revisar los supuestos delitos cometidos por uno de los lados de la contienda. Abogados nacionales reciben financiamiento de ONGs extranjeras para llevar adelante causas que, extrañamente, salvo algunas excepciones, terminan arrojando resultados positivos para los demandantes. El éxito garantiza una generosa compensación por parte del Estado a las familias afectadas. Con ello la ONG recupera la inversión, y reinvierte en un nuevo ciclo de acusaciones, condena, cárcel y réditos económicos.

Parecería que en el Uruguay del 2021 se está aplicando lo que se conoce como “derecho penal del enemigo”, doctrina formulada por el jurista alemán Gunther Jakobs. El argumento es más o menos así: determinadas personas son consideradas enemigos de la sociedad –no personas–, y por tanto no ameritan las mismas garantías de un juicio justo de que son acreedores los ciudadanos.
Esto conlleva a que coexistan un derecho penal para los ciudadanos y un derecho penal para los enemigos. Para un país como el nuestro, que se jacta de sus valores republicanos, esta es una señal de alerta. Pero los mismos que se rasgan las vestiduras cuando en un liceo aparece una pintada o consigna partidaria, demuestran un silencio ensordecedor cuando se trata este tema.

Es tal el grado de sumisión ante una idea pergeñada en el extranjero para dividirnos, que con el tiempo vamos olvidando los hechos.
Julio María Sanguinetti nos ha dejado como valioso legado una importante obra donde documenta los hechos ocurridos desde la década del ´60 hasta la transición democrática. Allí quedan bien marcadas la secuencia histórica y causal de los hechos. Sin embargo, hoy parecería que alguna importante figura de gobierno no logra distinguir la diferencia entre 1968 y 1973.
¿Cómo es posible que el Estado ofrezca las garantías necesarias con tal desinformación?

Este abuso contra la voluntad de la ciudadanía tiene consecuencias lamentables.
Afecta a aquellos ciudadanos que están presos como resultado de procesos que en el mejor de los casos parecerían injustos y, por lo visto más arriba, son inconstitucionales y por tanto ilegales. Y también afecta la confianza de las Fuerzas de Seguridad en el cumplimiento del deber.
En su cuenta de Twitter, el 3 de diciembre, el Senador Manini, expresaba: “Hoy falleció en prisión el Sargento Leonardo Vidal. Preso porque en 1972, en democracia, siendo soldado, cumplió la orden de tirar sobre un sedicioso que huía. Fue juzgado en su momento y absuelto. Medio siglo después fue juzgado por segunda vez. ¡Venganza disfrazada de justicia!”

Pero quizás más doloroso que haber ignorado la voluntad de la ciudadanía, es que nos hayan robado la paz que los uruguayos votamos en 1984. Si lo anterior se discute en el plano jurídico, esto es a nivel de valores; la paz es una de las construcciones humanas más trascendentales.
Como el duelo, es un mecanismo que nos permite seguir adelante y construir un futuro. Pero claramente los intereses inconfesables hacen carroña de nuestra debilidad y aprovechan para lograr sus objetivos, que inevitablemente pasan por perpetuar la división y el odio entre uruguayos.
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#52
Los caprichos del destino
por Redacción
 
 8 de diciembre de 2021
 
en OpiniónPortada

[/url][Imagen: pacheco.jpg]

Jorge Alejandro Pacheco Areco (Montevideo, 9 de abril de 1920 - ibídem, 29 de julio de 1998), presidente de la República entre el 6 de diciembre de 1967 y el 1 de marzo de 1972



WhatsAppFacebook[url=https://www.linkedin.com/shareArticle?url=https%3A%2F%2Fwww.xn--lamaana-7za.uy%2Fopinion%2Flos-caprichos-del-destino%2F&title=Los%20caprichos%20del%20destino]



El pasado lunes, se cumplieron 54 años de la muerte del General Oscar Diego Gestido a nueve meses de ejercer la primera magistratura y -como lo ordenaba la Constitución- Jorge Pacheco Areco asumía como Presidente de la República. No por reciente, deja de ser uno de los tramos más  confusos y menos conocido de nuestra historia.
En forma artera se ha tratado de cubrir el turbulento período, que inicia este inesperado nuevo mandatario, de una espesa nube de desinformación.


El País de hace dos días comenzaba su editorial evocando a un grande de la literatura, y maestro de la ciencia política. “En su célebre obra 1984 George Orwell hace decir a Big Brother ‘quien controla el pasado controla el futuro; quien controla el presente controla el pasado’, una frase, que mucho más que un juego de palabras, resume una brutal realidad. Para cualquier proyecto político autoritario la clave es imponer un relato falso de la historia. Y esto es lo que ha venido sucediendo con los falsificadores del período 1968-1973. Pacheco irrumpe en el primer plano de la política nacional como traído de la mano invisible del destino (o de los dioses, dirían los romanos).


Algunos ensayistas e historiadores con ánimo de ningunear la discreta personalidad de Pacheco, lo han pintado como un banal deportista del Club Avenir, un mundano buen mozo, una mezcla de seductor y de pugil. Su barra de amigos -y amigas- lo llamaban cariñosamente: “Bocha”.
Es cierto que fuera del ámbito político, Pacheco fue un destacado deportista en la rama de los aparatos y del boxeo, lo que lo llevó a presidir la Asociación Uruguaya de Boxeo.
Pero si bien llegó inesperadamente a conducir los destinos nacionales, no se puede negar que se trataba de un político de raza y con experiencia. Su padre Manuel Pacheco médico y legislador era nieto del prohombre del Gobierno de la Defensa Mechor Pacheco y Obes y emparentado con Batlle y Ordóñez.


Por el lado de su madre era nieto de Ricardo Areco de destacadísima actuación política y jurídica. A la muerte de su tío Rafael Batlle Pacheco, asumió la dirección de El Día, hasta que su posición anticolegialista lo obligó abandonar el cargo ante la intransigencia de su otro tío, César. Su carrera política se inició en el Vierismo y cuando el Gral. Gestido le ofrece integrar la fórmula en calidad de vicepresidente, ya era un experiente diputado.

Cita:Un capricho del azar, lo colocó de improviso en el timón de la nave en el momento que irrumpía un huracán de violencia por toda nuestra América


Ese capricho del azar, que lo colocó de improviso en timón de la nave en el momento que irrumpía un huracán de violencia por toda nuestra América, puso a prueba sus dotes de estadista y su capacidad de Jefe de Estado.
En agosto de 1967 se había creado en Cuba un foco ígneo llamado conferencia de OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad) que ya comenzaba a dar sus amargos frutos.


Según Roberto Ampuero, la organización comenzó a articular los movimientos de izquierda latinoamericanos en torno a la estrategia de la desenfrenada megalomanía -del Fidel Castro de aquel entonces- y era “una opción descabellada” para las democracias de la región. “Si uno se propone identificar la raíz última de esa izquierda que, obnubilada por modelos inviables, etiquetó de ‘formal’ nuestras democracias de entonces, las despreció y estuvo dispuesta a arrojarlas por la borda…”.


Grandes problemas suscitó entre los grupos de izquierda uruguayos este encuentro, sobre todo respecto a quienes participarían de la delegación. El FIDEL controlado por el Partido Comunista Uruguayo (PCU) cuyo líder Rodney Arismendi era opositor de la teoría del foco, acaparó el Comité Nacional, dejando fuera de la convocatoria la FAU, el MIR, el Movimiento de Unificación Socialista Proletaria (MUSP) y el propio MLN-T. Por gestiones del chileno Salvador Allende, logró viajar a último momento el Partido Socialista, que junto con el MRO y el movimiento Batllista 26 de octubre…, eran los únicos grupos uruguayos proclives a la lucha armada en el continente que fue la decisión de fondo que se adoptó el encuentro.


La Conferencia de OLAS fue clausurada por el Comandante Fidel Castro, a su mejor estilo, con un torrente verborrágico de encendidas palabras, con las que no le dejaba lugar a la izquierda continental, de buscar otras opciones para llegar al poder, que no fuera la violencia armada. La llamada «vía revolucionaria «.
“Este continente trae en su vientre una revolución», decía el líder de la Revolución Cubana en su prolongado discurso de cierre, “tardará más o menos en nacer, tendrá un parto más o menos difícil, pero inevitable”. “Nosotros no tenemos la menor duda. Habrá victorias, habrá reveses, habrá avances, habrá retrocesos; pero el advenimiento de una nueva era es inevitable, la victoria… Y tenemos absoluta confianza en los revolucionarios, en los verdaderos revolucionarios, en los verdaderos comunistas. Esos no le fallarán a la Revolución, igual que nuestra Revolución jamás le fallará al movimiento revolucionario de América Latina”.


Resulta difícil de entender al Partido Socialista del Uruguay, qué fundado por un equilibrado y moderado dirigente como fue don Emilio Frugoni (autor de La Efinge Roja, dura crítica al estalinismo) a fines de los 60 se declaraba marxista-leninista y adhería a las tesis de la OLAS referentes a la vía armada, se encontraba más a gusto asociado con otras organizaciones de izquierda radicalizadas, anarquistas, maoístas en torno al periódico Época, que con sus supuestamente correligionarios ideológicos, marxistas-leninistas del PCU.


El Orden Jurídico y Pacheco Areco
Mucho se insiste, en el falso relato de ciertos grupos, obsedidos por su afán de lucro con fondos que llegan del exterior para mantener una estúpida división entre orientales, argumentando que desde el año 1968 comenzó el golpe de Estado porque el Presidente Pacheco Areco impuso las medidas de seguridad en momentos de aguda conmoción interior y verdadero estado de guerra interna, causados por la violencia desatada a sangre y fuego por la guerrilla tupamara. Violencia que iba en incremento y no vacilaba en asesinar a soldados y policías, sin detener su saña ante personas indefensas y ajenas al conflicto como un simple peón de campo y una humilde empleada doméstica.


Pero lo cierto es que Pacheco, utilizó un instituto previsto en la Constitución Nacional precisamente en previsión de las circunstancias que sucedían, contenidas nada menos que en “El Espíritu de las leyes” de Montesquieu, destinadas a mantener la continuidad institucional y con el apoyo de la ilustrada opinión del Secretario de la Presidencia. Dr. Héctor Giorgi, titular de la Cátedra de Derecho Administrativo y quizás uno de los mejores juristas que ha tenido el país de materia de Derecho Público.


En todo el ejercicio de su Presidencia, el Dr. Giorgi fue el respaldo jurídico que tuvo Pacheco, para mantener dentro de los límites legales y constitucionales el ejercicio de su mandato, cuyo apego a la normativa democrática lo tuvo desde siempre, inspirado en sus célebres antepasados.


Por eso no vacilamos en afirmar que desconocemos los conocimientos jurídicos o el valor intelectual de estos semi historiadores o seudo intelectuales y politólogos de entrecasa, que quieren imponer una historia mentirosa, sobre la brillante ejecutoria de un Presidente que al finalizar su mandato, el pueblo lo acompañó con la votación mayoritaria, apoyando su reelección y su desempeño, por guarismo que por sí sólo superó por lejos a toda la izquierda junta.
En 2005, Rumbo Editorial publicó un libro titulado “Pacheco: la trama oculta del poder” cuyos autores Jorge Chagas y Gustavo Trullen “se empeñaron en documentar su relato con amplitud de miradas y de fuentes…” consigna en el prólogo José Rila. Concluyendo el destacado politólogo y ensayista: “Este libro bien narrado no se ofrece como tribunal, ni concluye en un dictamen; confía en los hechos y en lo que el lector puede hacer con ellos”.


En una acertada definición de Pacheco los autores expresan “tenía un marcado sentido de la responsabilidad de la conducción del Estado y de la tarea que tenía por delante. A lo que se aunaba la convicción republicana de que su Gobierno era legítimo, ya que había emergido de elecciones libres. ‘Tengo que salir entero de este desafío’ le confesaba a Rubek Orlando editorialista de La Mañana. En sus decisiones aun en las más cuestionables, hay un patriotismo sincero y la certeza de estar recorriendo el camino justo en defensa de la democracia…”.


Pacheco era en su actuación pública parco en sus ademanes y sobrio en sus palabras. Tuvo cuatro o cinco alocuciones por radio y televisión que calaron hondo en los sectores más desprotegidos de la sociedad uruguaya. Uno de esos mensajes tuvo lugar previo a las elecciones el 22 de noviembre y con un lenguaje personalista manifestó, “Hombres y mujeres de mi país: el destino quiso que asumiera la responsabilidad del gobierno de la República en circunstancias que no tuvieron parangón en la historia del país…”.


El último domingo de noviembre de 1971, día de las elecciones, miles de sencillos partidarios, llegaron hasta la residencia de Suárez al grito de “¡Bocha, Bocha!” a lo que el presidente respondió con un lacónico saludo al estilo del caudillo argentino Hipólito Irigoyen.
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#53
Reunión hoy de Familiares de Militares Prisioneros Políticos en el Ateneo de Montevideo.

[Imagen: FGxBxTpXEAQP-e2?format=jpg&name=large]
[Imagen: FGxBw7KXsAYXUvl?format=jpg&name=large]
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#54
Buena concurrencia pero muy mal por los nabos ( por no decir otra palabra) que no usan barbijos.
 
Reply
#55
Injusta justicia
Editorial de El País de hoy

https://www.elpais.com.uy/opinion/editor...ticia.html

Una de las pesadas herencias que el Uruguay del siglo XXI recibe de las dos décadas que van de 1963 a 1984 es el enorme sesgo político y la parcialidad histórica con los que se interpreta ese aciago período de la Historia nacional
El asunto es conocido y ha sido tratado muchas veces en estas páginas: hay un relato izquierdista que desvirtúa enteramente lo que ocurrió en esos años. Para ese relato, la izquierda guerrillera se alzó en armas contra un régimen autoritario que ya era tal en 1968, antes del golpe de Estado de 1973.

El argumento que se utiliza de continuo es que la izquierda política era la que realmente representaba los intereses populares y se tradujo en la formación del Frente Amplio (FA) en 1971; la resistencia a la dictadura fue sobre todo y antes que nada protagonizada por el FA y las fuerzas sociales afines a la izquierda; y en la salida de la dictadura el protagonismo resistente mayor fue de los movimientos sociales, sindicales y políticos de signo izquierdista.

Para ese relato la represión del Estado a los movimientos guerrilleros, que iniciaron sus actividades de desestabilización y ataque a la democracia en 1963, es ilegítima: así lo señala, incluso, la ley n° 18.596, que en su artículo 2 miente descaradamente al pretender fijar una responsabilidad estatal “en la realización de prácticas sistemáticas de tortura, desaparición forzada y prisión sin intervención del Poder Judicial, homicidios, aniquilación de personas en su integridad psicofísica, exilio político o destierro de la vida social, en el período comprendido desde el 13 de junio de 1968 hasta el 26 de junio de 1973”.

La consecuencia institucional es evidente: “el mensaje que queda planteado hoy es qué puede razonar un soldado si sabe que cumpliendo una orden que le da el Estado, que le dan sus jerarquías, el día de mañana termina siendo juzgado y preso".

En este particular contexto, la izquierda cultural y política viene utilizando desde hace años a la Justicia como instrumento para reescribir la Historia y para sancionar a sus adversarios. En efecto, una de sus herramientas predilectas ha sido los procesamientos con prisión por delitos ocurridos hace cerca de medio siglo atrás (y, además, no siempre bien probados), pretextando de que se trata de delitos que no prescribieron por ser “de lesa humanidad”. Ese concepto, estirado de forma de abarcar cualquier episodio del pasado que sugiera responsabilidad penal, es el que estuvo detrás del injusto procesamiento en 2020 del militar retirado Leonardo Vidal que murió el pasado 2 de diciembre.

Bien lo explicó el Ministro de Defensa cuando señaló legítimamente su discrepancia con ese fallo de la Justicia. En efecto, la circunstancia de Vidal fue que “hace 48 años atrás, recibiendo una orden en un operativo en la calle, utiliza su arma, dispara y muere una persona que estaba detenida”.

Y la consecuencia institucional es evidente: “el mensaje que queda planteado hoy es qué puede razonar un soldado si sabe que cumpliendo una orden que le da el Estado, que le dan sus jerarquías, el día de mañana termina siendo juzgado y preso”.

Pero hay más en defensa de la acción de Vidal que el ministro no señaló. Refiere nada menos que al contexto histórico que atravesaba el país en aquella circunstancia.

En efecto, cuando el 14 de julio de 1972 Vidal recibe la orden de disparar contra un sedicioso que pretendía huir, Uruguay vivía en un estado de guerra civil pavoroso: por causa de los asesinatos perpetrados por los Tupamaros, el Parlamento había tenido que votar en abril el estado de guerra interno por un mes, y el 10 de julio había votado la ley de seguridad del Estado.

¿Qué sentido de Justicia es aquel que utiliza en 2020 retroactivamente una figura de delito penal que en 1972 no existía, y que además extiende el sentido de “lesa humanidad” -algo por esencia excepcional y aplicado a los horrores más graves que sufrió la Humanidad en el siglo XX- a una acción represiva legal y legítima, en un contexto en el que la democracia uruguaya se estaba defendiendo del gravísimo ataque de la guerrilla izquierdista terrorista que eran los Tupamaros en 1972? Es un sentido de Justicia que procura cambiar la verdadera Historia del país y suplantarla por un relato izquierdista en el que los guerrilleros ven justificadas sus acciones en el altar de su revolución socialista.

Leonardo Vidal cumplió con su deber en 1972, y así debe ser recordado. Infelizmente, medio siglo más tarde su actuación quedó enredada en el sesgo político y la parcialidad izquierdistas con los que una parte del país pretende cambiar la Historia nacional, desvirtuando la Justicia al punto de violar el sagrado principio de la irretroactividad de los delitos penales y de estirar el concepto de “lesa humanidad” según su conveniencia. Hay que tenerlo muy claro.
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#56
El fiscal que ACUSA SIN PRUEBAS, SIN TESTIGOS solamente basado en "relatos COLECTIVOS".....

[Imagen: FIhaowVWUAgTlxq?format=jpg&name=medium]
[Imagen: FIhapIMXwAUVNYM?format=jpg&name=medium]
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#57
Que mamaracho, nadie dice nada en la justicia ?
 
Reply
#58
Es largo pero vale la pena leer como actúa el fiscal Percivalle y su pensamiento.


PERCIBALLE Y EL CUARTO REICH
?? ?????? ?? ?? ???????
Por Diego Flores


Las acciones del Dr. Ricardo Perciballe, ponen en evidencia claras pruebas del plan estructurado con tiempo y paciencia, para documentar y materializar un relato que venía como el clavel del aire, con sus raíces al viento.  Resulta inevitable vincular las causas que arma, los fallos que logra, con la actividad, por ejemplo, de la Institución de Derechos Humanos. Y de tener tiempo podríamos continuar vinculando hechos hasta llegar a la Central de Trabajadores y la administración Pública toda. 
El procesamiento del Dr. Ramón Rodríguez de Armas, de 85 años, médico que prestara funciones profesionales en el Hospital Militar bien pudo pasar como una noticia más de no mediar la inquietud a las que nos lleva el conocimiento de amistades en común con el profesional procesado. Esa inquietud es la que nos llevó a leer las consideraciones del fallo, redactadas por los ministros ALBERTO REYES, GRACIELA GATTI y SERGIO TORRES y entonces, preparados como estamos para acceder a locuras literarias propias de personalidades complejas, una vez más nos ganó la sorpresa.

Veamos, el Dr. Rodríguez de Armas es procesado por ser médico, con especialidad en ginecología, por haber estado vinculado a las Fuerzas Armadas en los años de la resistencia contra el terrorismo, tanto en #democracia como cuando la #dictadura. No se lo vincula a casos concretos, sino que a partir del trabajo de la Fiscalía Especializada que lidera Perciballe con un pequeño grupo de detenidos estructura un caso en el que ciertamente se aplicó el recurso de la memoria colectiva y se organizó un relato minucioso en el cual el Dr. Rodríguez de Armas en realidad es Oscar 5 y con ese pseudónimo asistía a los torturadores, velando por la salud de los torturados.

Lo curioso es que no todos los detenidos en el período investigado lo reconocen. Es más, muchos lo descartaron. Pero no importa ya que, para la Fiscalía, y también parece que, para el Tribunal de Reyes, Gatti y Torres, el paradigma es otro y entonces no se trata de hallar culpables, sino de hacer culpable a quien encuentras. 
Así las cosas, el Dr. Rodríguez de Armas fue procesado por convicción, sin #pruebas. Y eso supone, entre muchas cosas graves, que las víctimas continuarán sin paz; una vez más, la justicia se equivocó.

Pero lo realmente grave, lo que debiera inquietarnos a todos, comenzando por los miembros de la Suprema Corte de Justicia y por supuesto por los legisladores nacionales, está en la visión que los miembros del Tribunal y el propio Perciballe tienen de lo que sucedió en nuestro país. Para ellos en #Uruguay, ¡nació el Cuarto Reich!

EL CUARTO REICH
La semilla plantada por Perciballe, que ha insistido en justificar su accionar en #Nüremberg, que no anda con chiquitas para elogiar su trabajo, ahora encuentra en este terceto judicial quien le siga el juego y entonces, la dictadura es una manifestación del cambio climático y así como se produjeron tsunamis en indochina, terremotos en el caribe, aquí, en el Río de la Plata, de un día para el otro aparecieron los militares y dieron un golpe de Estado que instaló un cuarto Reich entre nosotros. 

Y entonces el Fiscal y los miembros del Tribunal sostienen que policías, civiles y militares son condenados que acusan a los tribunales de negar o subestimar la importancia de la subversión, que a su entender buscaba la disolución de la sociedad. 
Concluyen que …los militares consiguieron la victoria y en consecuencia la continuación de la vida de la Nación que hoy disfrutamos, y que ahora, se los juzga por un concierto armado por los que perdieron la batalla… y sus defensas se basan en técnicas negadoras que también ensayarían los nazis respecto del #Holocausto, este es el argumento más original por su extrema perversión, pues alcanza una intensidad formidable cuando un represor intenta deslegitimar a sus víctimas pretendiendo que éstas forman parte de una conspiración política y se autodenomina preso político.

Y llegan al punto de emplear, de igual forma y al mismo tiempo, dos argumentos opuestos: si los testigos coinciden, es porque se pusieron de acuerdo, conspiraron. Pero si existen diferencias entre sus declaraciones es porque todos mintieron, no importando si las diferencias realmente existen, si son intrascendentes o si obedecen al punto de vista diferente en que apreciaron los hechos. Lo que importa es decir que mienten.

Nada más destaca el Tribunal en un fallo que en lo personal considero de antología. De la verdad y los hechos que la presentan, nada. Que después de todo no hace falta, que no se trata de probar y sostener aquello que Perciballe imagina sucedió, sino de contarlo de manera tal que primero horrorice y luego parezca posible.
Para llegar a estos resultados fue necesario modificar códigos, interpretar leyes refrendadas por el soberano en dos oportunidades y en generaciones distintas, crear una Fiscalía especializada con competencia en el pasado (una locura). Y aún así, no han podido prescindir de la necesidad de un relato que cada día es más difícil sostener.

La lucha de Perciballe y de aquellos para los que trabaja es compleja. Luchan contra el tiempo y el desinterés de la opinión pública.  Tal vez de allí ese apremio que los lleva a ser tan desprolijos y tan poco atentos al deber ser.
De hecho, la cosa se pone más curiosa al continuar leyendo la sentencia. "El denunciante es un testigo cuya declaración es un medio de prueba legalmente admitido para cualquier imputación penal, siempre que se valore conforme a la sana crítica y al resto de la prueba", como no ha hecho el Juzgado, al apartarse de la lógica.
La machacona e infundada objeción de que la prueba de cargo ‘solo’ descansa en el testimonio de personas afectados, es interesada, absurda y anacrónica”, alerta el Tribunal. Esto supone que las pruebas no hacen a la cosa, defenderse supone asumir una posición interesada, pero además absurda y anacrónica. En buen romance, no se queje y acate.

Entonces, el Tribunal compara la dictadura uruguaya con el #nazismo. “Lo que hicieron las fuerzas represivas fue, ni más ni menos, que aplicar el método previsto en el Decreto de Hitler del 7 de diciembre de 1941, ‘Directivas para la persecución de infracciones cometidas contra el Reich o las fuerzas de ocupación en territorios ocupados’, más conocido como Nach Und Nebel (Noche y Niebla), en cuanto disponía que las personas debían ser capturadas al amparo de la noche y de la niebla y llevadas clandestinamente a Alemania (como aquí trajeron a las víctimas desde Automotoras Orletti, simulando luego un operativo de arrestos masivos en Uruguay, ubicándolos en diversos centros de detención clandestinos como era aquél en Buenos Aires). Es decir, se trataba de que la familia, los amigos y el pueblo en general, desconocieran el paradero de las personas secuestradas y eliminadas.

En síntesis, lograban que las personas, simplemente, desaparecieran, con una explícita motivación intimidatoria… asimismo, prácticamente aseguraba la impunidad, al desaparecer, también en la noche y en la niebla, los rastros de la masacre. Y por si no bastara la clandestinidad y el ocultamiento sistemático de lo ocurrido, desde el poder se amenazaba a quienes quisieran buscar algún tipo de conocimiento o información”, expresa.
Las luces y las sombras de los años de lucha contra el terrorismo y la subversión son claras y nadie las niega. Pretender hacer justicia cincuenta años después es difícil y si además se trata de intentarlo, pero a medias, más difícil aún. 

LA VERDAD, SOLO LA VERDAD
Llegados a este punto, en el que queda claro como funciona la Fiscalía Especializada con potestades sobre el pasado, es importante recordar de que trata esta lucha en la que estamos embarcados todos, incluso aquellos que de momento no se sienten afectados. Hablamos de la verdad, solo la verdad.
La gestión de Perciballe podrá pasar a la historia como la de un campeón en cerrar expedientes, pero estará lejos, tanto como un estudiante de primer año de facultad, de la posibilidad de asociarse a la justicia. No ha logrado, salvo en algún caso en el que no ha tenido que hacer más que presentarse, hallar la verdad, con lo cual llegó la hora de hacerle saber de sus fracasos.

El Tribunal de Apelaciones de Primer Turno procesó sin prisión al médico ginecólogo Ramón Rodríguez de Armas “como coautor de un delito continuado de abuso de autoridad con los detenidos” durante la dictadura. Este Tribunal, integrado por los ministros Alberto Reyes, Graciela Gatti y Sergio Torres, revocó el fallo de la jueza Silvia Urioste, quien, a pesar del pedido de Fiscalía, había resuelto en 2021 archivar la causa. La clausura de la investigación penal fue apelada por el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, quien llevó así el caso al Tribunal, sin otras pruebas que su relato.
El fallo y sus explicaciones son la prueba clara de la impotencia de la justicia y su sometimiento al plan de debilitamiento y socavamiento de las instituciones de la República. No pudieron involucrar al buen Doctor, entonces lo hacen coautor de un delito continuado de abuso de autoridad, y sin prisión, que parece que después de todo, tienen vergüenza. Y como en la #guerra, que parece que no ha terminado, la #verdad es la primera baja.

LA BANALIDAD DEL MAL
Lo grave, realmente grave, está en las consideraciones del Tribunal que se basa y apoya en el relato del Fiscal Perciballe.  Allí está el drama que por estas horas parece inexpugnable, allí el cáncer que es necesario operar, cuanto antes. Las descripciones históricas del proceso regional que insiste en vincular el accionar de las defensas de nuestras instituciones con los delirios hitlerianos de conquistar el mundo enseñan una visión de la historia que trasciende la capacidad de los miembros del Tribunal y de cualquier Juez que debe concentrarse en juzgar situaciones concretas, no procesos históricos.
Aún así lacuriosa interpretación de la historia en la que miembros de un Tribunal de Justicia dibujan un mundo en blanco y negro, donde solo hay lugar para los malos, que son militares y policías, por supuesto, logró conmoverme. Ya no se trata de errores de apreciación, sino de parcialidad ideológica y de cinismo intelectual. En todo caso, los coloca lejos de los requisitos indispensables del cargo para el que han sido designados.

La sentencia que demandó 36 páginas advierte características particulares que según Perciballe definen y permiten identificar a todo lo vinculado en la lucha contra el #terrorismo al afirmar que los imputados niegan los hechos negando verosimilitud a quienes los sindican como responsables. Y agrega que “en absolutamente todos los procesos de este tipo, se han implementado lo que se denominan ‘argumentos de negación o técnicas de neutralización’, usualmente empleadas para minimizar cualquier delito pero que, en este tipo de juicios, adquieren ribetes paradigmáticos”, y “entre las técnicas empleadas” para ello están “la negación de la propia responsabilidad, la negación de la ilicitud, la negación de la víctima, la invocación de instancias superiores y la condena de los que condenan”.
Da la impresión de que refiere al accionar de los subversivos, #tupamaros y #comunistas, entre otros extremistas, que pretendieron alcanzar el poder por las armas. Pero no, en realidad invierten la situación y si bien se que este tipo de actitudes tiene un nombre científico, ahora no lo recuerdo, refiere a un accionar enfermo. La culpa es solo del otro, siempre del otro.
Luego de años de silencio, aquellos a los que el relato no nos conforma, aquellos que no creemos en la idea del hombre nuevo o en el paraíso socialista, experimentamos la rara sensación física de estar en problemas. Ya no se trata de algo abstracto, y la imagen del Dr. Perciballe ya no es la de un desquiciado solitario enfrentado a un momento de poder.
Los uruguayos todos asumimos, hace ya décadas, nuestra responsabilidad colectiva con relación a la irrupción del terrorismo en nuestra sociedad. Asumimos esas responsabilidades y decidimos que hacer con el hondo drama social y cultural que dejó como saldo. Casi cincuenta años después, cuando era del caso asumir el desafío de consolidar la democracia y mantener a salvo la República, estamos en problemas serios y estas manifestaciones anuncian cosas peores.

Como republicano y demócrata demando al sistema por permisivo, demando al Poder Ejecutivo por insensible, demando al Poder Legislativo por no hacer lo necesario para impedir estos atropellos institucionales que ya no quedan dudas, obedecen a un plan estructurado que tiene por objetivo, aniquilar la República, sepultar la democracia e instalar un nuevo sistema, un nuevo modelo.
Y tan grave es la cosa, que no se animan a presentarlo. Y entonces socavan lentamente la institucionalidad promoviendo consultas populares que con mucha gracia deslegitiman el trabajo de los representantes. Lo próximo será anunciar la muerte del sistema representativo de gobierno.
Rodríguez de Armas, con el candor que solo permite la inocencia, afirmó conocer a muchos militares que participaron en la lucha contra el terrorismo tanto en democracia como en dictadura. La razón es muy simple, a los 85 años recuerda su trabajo ginecólogo del Hospital Militar, trabajo en el que asistió a muchas de sus esposas al momento de tener familia. No se ha relacionado con ninguna situación comprometedora. Y no entiende lo que está sucediendo.
La grieta que alimentan los Perciballe, Reyes, Gattis y Torres de nuestro tiempo, tiene por objetivo resquebrajar al sistema republicano de gobierno, al que pone en jaque desmoronando al sistema de #justicia, alejándolo de su cometido y embarcándolo en campañas que solo lo desprestigian.
A todos los que no profesamos el mismo credo ideológico nos mete miedo y a todos, incluso a quienes hoy no se perciben involucrados en estos temas puntuales, les llega el mensaje en dosis de adicción.
Lentamente nos vamos acostumbrando al desfile interminable de militares, policías y también civiles, que son detenidos a partir de acusaciones sostenidas apenas por un relato vago imposible de probar, se los obliga a demostrar inocencias y mientras se implementan juicios imposibles, se los detiene. Y en la medida que sea necesario, la historia puede agravarse, por ejemplo, ahora son nazis.

Son Prisioneros Políticos que incomodan al ministro García, interpelan al presidente de la República en su calidad de conductor de una coalición republicana de gobierno que parece no poder gobernar, adoctrina a la opinión pública en la creencia de que todo es normal y posible. Es lo que sucede cuando se banaliza el mal, tarea que Perciballe y el Instituto de Derechos Humanos comparten.  Y no se Ustedes, pero yo entiendo que ya está. Fue suficiente. Ahora es necesario enmendar la plana y recordar que sobre estos temas ya todo fue saldado, también las injusticias de las que todos nos hacemos cargo.
.
Artículo original publicado en Semanario Contexto el 23/4/2022:
https://semanariocontexto.com/el-relato-...nmUfIJgMbI
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#59
(04-25-2022, 11:10 PM)Terminus escribió: Es largo pero vale la pena leer como actúa el fiscal Percivalle y su pensamiento.


PERCIBALLE Y EL CUARTO REICH
?? ?????? ?? ?? ???????
Por Diego Flores


Las acciones del Dr. Ricardo Perciballe, ponen en evidencia claras pruebas del plan estructurado con tiempo y paciencia, para documentar y materializar un relato que venía como el clavel del aire, con sus raíces al viento.  Resulta inevitable vincular las causas que arma, los fallos que logra, con la actividad, por ejemplo, de la Institución de Derechos Humanos. Y de tener tiempo podríamos continuar vinculando hechos hasta llegar a la Central de Trabajadores y la administración Pública toda. 
El procesamiento del Dr. Ramón Rodríguez de Armas, de 85 años, médico que prestara funciones profesionales en el Hospital Militar bien pudo pasar como una noticia más de no mediar la inquietud a las que nos lleva el conocimiento de amistades en común con el profesional procesado. Esa inquietud es la que nos llevó a leer las consideraciones del fallo, redactadas por los ministros ALBERTO REYES, GRACIELA GATTI y SERGIO TORRES y entonces, preparados como estamos para acceder a locuras literarias propias de personalidades complejas, una vez más nos ganó la sorpresa.

Veamos, el Dr. Rodríguez de Armas es procesado por ser médico, con especialidad en ginecología, por haber estado vinculado a las Fuerzas Armadas en los años de la resistencia contra el terrorismo, tanto en #democracia como cuando la #dictadura. No se lo vincula a casos concretos, sino que a partir del trabajo de la Fiscalía Especializada que lidera Perciballe con un pequeño grupo de detenidos estructura un caso en el que ciertamente se aplicó el recurso de la memoria colectiva y se organizó un relato minucioso en el cual el Dr. Rodríguez de Armas en realidad es Oscar 5 y con ese pseudónimo asistía a los torturadores, velando por la salud de los torturados.

Lo curioso es que no todos los detenidos en el período investigado lo reconocen. Es más, muchos lo descartaron. Pero no importa ya que, para la Fiscalía, y también parece que, para el Tribunal de Reyes, Gatti y Torres, el paradigma es otro y entonces no se trata de hallar culpables, sino de hacer culpable a quien encuentras. 
Así las cosas, el Dr. Rodríguez de Armas fue procesado por convicción, sin #pruebas. Y eso supone, entre muchas cosas graves, que las víctimas continuarán sin paz; una vez más, la justicia se equivocó.

Pero lo realmente grave, lo que debiera inquietarnos a todos, comenzando por los miembros de la Suprema Corte de Justicia y por supuesto por los legisladores nacionales, está en la visión que los miembros del Tribunal y el propio Perciballe tienen de lo que sucedió en nuestro país. Para ellos en #Uruguay, ¡nació el Cuarto Reich!

EL CUARTO REICH
La semilla plantada por Perciballe, que ha insistido en justificar su accionar en #Nüremberg, que no anda con chiquitas para elogiar su trabajo, ahora encuentra en este terceto judicial quien le siga el juego y entonces, la dictadura es una manifestación del cambio climático y así como se produjeron tsunamis en indochina, terremotos en el caribe, aquí, en el Río de la Plata, de un día para el otro aparecieron los militares y dieron un golpe de Estado que instaló un cuarto Reich entre nosotros. 

Y entonces el Fiscal y los miembros del Tribunal sostienen que policías, civiles y militares son condenados que acusan a los tribunales de negar o subestimar la importancia de la subversión, que a su entender buscaba la disolución de la sociedad. 
Concluyen que …los militares consiguieron la victoria y en consecuencia la continuación de la vida de la Nación que hoy disfrutamos, y que ahora, se los juzga por un concierto armado por los que perdieron la batalla… y sus defensas se basan en técnicas negadoras que también ensayarían los nazis respecto del #Holocausto, este es el argumento más original por su extrema perversión, pues alcanza una intensidad formidable cuando un represor intenta deslegitimar a sus víctimas pretendiendo que éstas forman parte de una conspiración política y se autodenomina preso político.

Y llegan al punto de emplear, de igual forma y al mismo tiempo, dos argumentos opuestos: si los testigos coinciden, es porque se pusieron de acuerdo, conspiraron. Pero si existen diferencias entre sus declaraciones es porque todos mintieron, no importando si las diferencias realmente existen, si son intrascendentes o si obedecen al punto de vista diferente en que apreciaron los hechos. Lo que importa es decir que mienten.

Nada más destaca el Tribunal en un fallo que en lo personal considero de antología. De la verdad y los hechos que la presentan, nada. Que después de todo no hace falta, que no se trata de probar y sostener aquello que Perciballe imagina sucedió, sino de contarlo de manera tal que primero horrorice y luego parezca posible.
Para llegar a estos resultados fue necesario modificar códigos, interpretar leyes refrendadas por el soberano en dos oportunidades y en generaciones distintas, crear una Fiscalía especializada con competencia en el pasado (una locura). Y aún así, no han podido prescindir de la necesidad de un relato que cada día es más difícil sostener.

La lucha de Perciballe y de aquellos para los que trabaja es compleja. Luchan contra el tiempo y el desinterés de la opinión pública.  Tal vez de allí ese apremio que los lleva a ser tan desprolijos y tan poco atentos al deber ser.
De hecho, la cosa se pone más curiosa al continuar leyendo la sentencia. "El denunciante es un testigo cuya declaración es un medio de prueba legalmente admitido para cualquier imputación penal, siempre que se valore conforme a la sana crítica y al resto de la prueba", como no ha hecho el Juzgado, al apartarse de la lógica.
La machacona e infundada objeción de que la prueba de cargo ‘solo’ descansa en el testimonio de personas afectados, es interesada, absurda y anacrónica”, alerta el Tribunal. Esto supone que las pruebas no hacen a la cosa, defenderse supone asumir una posición interesada, pero además absurda y anacrónica. En buen romance, no se queje y acate.

Entonces, el Tribunal compara la dictadura uruguaya con el #nazismo. “Lo que hicieron las fuerzas represivas fue, ni más ni menos, que aplicar el método previsto en el Decreto de Hitler del 7 de diciembre de 1941, ‘Directivas para la persecución de infracciones cometidas contra el Reich o las fuerzas de ocupación en territorios ocupados’, más conocido como Nach Und Nebel (Noche y Niebla), en cuanto disponía que las personas debían ser capturadas al amparo de la noche y de la niebla y llevadas clandestinamente a Alemania (como aquí trajeron a las víctimas desde Automotoras Orletti, simulando luego un operativo de arrestos masivos en Uruguay, ubicándolos en diversos centros de detención clandestinos como era aquél en Buenos Aires). Es decir, se trataba de que la familia, los amigos y el pueblo en general, desconocieran el paradero de las personas secuestradas y eliminadas.

En síntesis, lograban que las personas, simplemente, desaparecieran, con una explícita motivación intimidatoria… asimismo, prácticamente aseguraba la impunidad, al desaparecer, también en la noche y en la niebla, los rastros de la masacre. Y por si no bastara la clandestinidad y el ocultamiento sistemático de lo ocurrido, desde el poder se amenazaba a quienes quisieran buscar algún tipo de conocimiento o información”, expresa.
Las luces y las sombras de los años de lucha contra el terrorismo y la subversión son claras y nadie las niega. Pretender hacer justicia cincuenta años después es difícil y si además se trata de intentarlo, pero a medias, más difícil aún. 

LA VERDAD, SOLO LA VERDAD
Llegados a este punto, en el que queda claro como funciona la Fiscalía Especializada con potestades sobre el pasado, es importante recordar de que trata esta lucha en la que estamos embarcados todos, incluso aquellos que de momento no se sienten afectados. Hablamos de la verdad, solo la verdad.
La gestión de Perciballe podrá pasar a la historia como la de un campeón en cerrar expedientes, pero estará lejos, tanto como un estudiante de primer año de facultad, de la posibilidad de asociarse a la justicia. No ha logrado, salvo en algún caso en el que no ha tenido que hacer más que presentarse, hallar la verdad, con lo cual llegó la hora de hacerle saber de sus fracasos.

El Tribunal de Apelaciones de Primer Turno procesó sin prisión al médico ginecólogo Ramón Rodríguez de Armas “como coautor de un delito continuado de abuso de autoridad con los detenidos” durante la dictadura. Este Tribunal, integrado por los ministros Alberto Reyes, Graciela Gatti y Sergio Torres, revocó el fallo de la jueza Silvia Urioste, quien, a pesar del pedido de Fiscalía, había resuelto en 2021 archivar la causa. La clausura de la investigación penal fue apelada por el fiscal especializado en Crímenes de Lesa Humanidad, quien llevó así el caso al Tribunal, sin otras pruebas que su relato.
El fallo y sus explicaciones son la prueba clara de la impotencia de la justicia y su sometimiento al plan de debilitamiento y socavamiento de las instituciones de la República. No pudieron involucrar al buen Doctor, entonces lo hacen coautor de un delito continuado de abuso de autoridad, y sin prisión, que parece que después de todo, tienen vergüenza. Y como en la #guerra, que parece que no ha terminado, la #verdad es la primera baja.

LA BANALIDAD DEL MAL
Lo grave, realmente grave, está en las consideraciones del Tribunal que se basa y apoya en el relato del Fiscal Perciballe.  Allí está el drama que por estas horas parece inexpugnable, allí el cáncer que es necesario operar, cuanto antes. Las descripciones históricas del proceso regional que insiste en vincular el accionar de las defensas de nuestras instituciones con los delirios hitlerianos de conquistar el mundo enseñan una visión de la historia que trasciende la capacidad de los miembros del Tribunal y de cualquier Juez que debe concentrarse en juzgar situaciones concretas, no procesos históricos.
Aún así lacuriosa interpretación de la historia en la que miembros de un Tribunal de Justicia dibujan un mundo en blanco y negro, donde solo hay lugar para los malos, que son militares y policías, por supuesto, logró conmoverme. Ya no se trata de errores de apreciación, sino de parcialidad ideológica y de cinismo intelectual. En todo caso, los coloca lejos de los requisitos indispensables del cargo para el que han sido designados.

La sentencia que demandó 36 páginas advierte características particulares que según Perciballe definen y permiten identificar a todo lo vinculado en la lucha contra el #terrorismo al afirmar que los imputados niegan los hechos negando verosimilitud a quienes los sindican como responsables. Y agrega que “en absolutamente todos los procesos de este tipo, se han implementado lo que se denominan ‘argumentos de negación o técnicas de neutralización’, usualmente empleadas para minimizar cualquier delito pero que, en este tipo de juicios, adquieren ribetes paradigmáticos”, y “entre las técnicas empleadas” para ello están “la negación de la propia responsabilidad, la negación de la ilicitud, la negación de la víctima, la invocación de instancias superiores y la condena de los que condenan”.
Da la impresión de que refiere al accionar de los subversivos, #tupamaros y #comunistas, entre otros extremistas, que pretendieron alcanzar el poder por las armas. Pero no, en realidad invierten la situación y si bien se que este tipo de actitudes tiene un nombre científico, ahora no lo recuerdo, refiere a un accionar enfermo. La culpa es solo del otro, siempre del otro.
Luego de años de silencio, aquellos a los que el relato no nos conforma, aquellos que no creemos en la idea del hombre nuevo o en el paraíso socialista, experimentamos la rara sensación física de estar en problemas. Ya no se trata de algo abstracto, y la imagen del Dr. Perciballe ya no es la de un desquiciado solitario enfrentado a un momento de poder.
Los uruguayos todos asumimos, hace ya décadas, nuestra responsabilidad colectiva con relación a la irrupción del terrorismo en nuestra sociedad. Asumimos esas responsabilidades y decidimos que hacer con el hondo drama social y cultural que dejó como saldo. Casi cincuenta años después, cuando era del caso asumir el desafío de consolidar la democracia y mantener a salvo la República, estamos en problemas serios y estas manifestaciones anuncian cosas peores.

Como republicano y demócrata demando al sistema por permisivo, demando al Poder Ejecutivo por insensible, demando al Poder Legislativo por no hacer lo necesario para impedir estos atropellos institucionales que ya no quedan dudas, obedecen a un plan estructurado que tiene por objetivo, aniquilar la República, sepultar la democracia e instalar un nuevo sistema, un nuevo modelo.
Y tan grave es la cosa, que no se animan a presentarlo. Y entonces socavan lentamente la institucionalidad promoviendo consultas populares que con mucha gracia deslegitiman el trabajo de los representantes. Lo próximo será anunciar la muerte del sistema representativo de gobierno.
Rodríguez de Armas, con el candor que solo permite la inocencia, afirmó conocer a muchos militares que participaron en la lucha contra el terrorismo tanto en democracia como en dictadura. La razón es muy simple, a los 85 años recuerda su trabajo ginecólogo del Hospital Militar, trabajo en el que asistió a muchas de sus esposas al momento de tener familia. No se ha relacionado con ninguna situación comprometedora. Y no entiende lo que está sucediendo.
La grieta que alimentan los Perciballe, Reyes, Gattis y Torres de nuestro tiempo, tiene por objetivo resquebrajar al sistema republicano de gobierno, al que pone en jaque desmoronando al sistema de #justicia, alejándolo de su cometido y embarcándolo en campañas que solo lo desprestigian.
A todos los que no profesamos el mismo credo ideológico nos mete miedo y a todos, incluso a quienes hoy no se perciben involucrados en estos temas puntuales, les llega el mensaje en dosis de adicción.
Lentamente nos vamos acostumbrando al desfile interminable de militares, policías y también civiles, que son detenidos a partir de acusaciones sostenidas apenas por un relato vago imposible de probar, se los obliga a demostrar inocencias y mientras se implementan juicios imposibles, se los detiene. Y en la medida que sea necesario, la historia puede agravarse, por ejemplo, ahora son nazis.

Son Prisioneros Políticos que incomodan al ministro García, interpelan al presidente de la República en su calidad de conductor de una coalición republicana de gobierno que parece no poder gobernar, adoctrina a la opinión pública en la creencia de que todo es normal y posible. Es lo que sucede cuando se banaliza el mal, tarea que Perciballe y el Instituto de Derechos Humanos comparten.  Y no se Ustedes, pero yo entiendo que ya está. Fue suficiente. Ahora es necesario enmendar la plana y recordar que sobre estos temas ya todo fue saldado, también las injusticias de las que todos nos hacemos cargo.
.
Artículo original publicado en Semanario Contexto el 23/4/2022:
https://semanariocontexto.com/el-relato-...nmUfIJgMbI

Aún  si fuera cierto lo del abuso de autoridad con los detenidos ese NO es un delito de lesa humanidad y por tanto tendría que aplicarse la prescripción.
 
Reply
#60
Por supuesto que todo ha prescripto. Pero siguen chicaneando a la ley.
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
  


Salto de foro:


Browsing: 2 invitado(s)