06-28-2025, 02:39 PM
¿Portaaviones convencional para España?
La noticia de la semana es que la Armada Española ha encargado un estudio para dotarse de un portaaviones convencional con catapultas y cables de frenado (CATOBAR), que revolucionaría nuestra aproximación a la aviación naval.
La principal ventaja de estos portaaviones es que, al no limitarse al empleo de aeronaves de despegue y aterrizaje vertical, sus alas aéreas embarcadas ofrecen más posibilidades, mayor carga al despegue, y capacitadores como alerta aérea temprana o aviones cisterna. También son buques más grandes, y a más cubierta, más aviones sobre ella.
![[Imagen: Gug8OjOWsAAdN_1?format=jpg&name=900x900]](https://pbs.twimg.com/media/Gug8OjOWsAAdN_1?format=jpg&name=900x900)
La idea no es nueva. La Armada, en su romance con la industria naval francesa a finales de los 70 y comienzos de los 80, pensó en dotarse con un portaaviones de la clase Clemenceau de la DCN.
Los motivos para que esta idea vuelva al atril pueden ser varios. El más evidente, la promesa de una mayor inversión económica en Defensa que permita este tipo de capacidades.
Pero el principal, tal vez, sea garantizar la supervivencia de la aviación de ala fija embarcada en un escenario en el que el único sustituto para el Harrier, el F-35B, tiene muchos enemigos entre la clase política del Ministerio de Defensa.
¿Es una propuesta lógica?
Muchas dudas. Meterse en un portaaviones de este tipo tiene tantas ventajas como inconvenientes. El primero, que su diseño y construcción trae consigo riesgos tecnológicos considerables para un astillero como Navantia.
Entre ellos, la integración de las catapultas electromagnéticas ante la desaparición de las catapultas de vapor. No es descabellado pensar que no contaríamos con un buque de este tipo hasta, por lo menos, 2040.
¿Qué hacemos mientras? Si la razón para apostar por esta plataforma es evitar el veto del gobierno al F-35B… ¿no es un plazo demasiado largo como para pensar que no puede haber un cambio de postura en el gobierno, o incluso un cambio de gobierno?
¿Cómo sobrevive el Arma Aérea hasta entonces? ¿Les compramos a los italianos sus Harrier para aguantarlos 15 años más? ¿Vamos a vaciar de repuestos de los AV-8B de los Marines los almacenes del AMARG?
¿Qué avión se espera operar desde este portaaviones? ¿El Rafale-M, ¿que en 2040 estará muy superado -y que podría estar superado ahora-? ¿El Super Hornet, también americano? ¿El FCAS, cuyo futuro pende de un hilo por falta de acuerdo entre los socios?
El colmo sería acabar operando el F-35C… tiempo al tiempo. Hay que tener en cuenta, además, otros condicionantes. Por ejemplo, que estos barcos no son baratos de operar, especialmente en cuanto a combustible.
Por otro lado, invertir en una plataforma de este tipo podría obligar a la Armada, por su coste, a limitarse a un único portaaviones, renunciando a sus planes de 2/3 LHD que permitirían cierta redundancia.
![[Imagen: Gug9aSfWkAA5g92?format=jpg&name=900x900]](https://pbs.twimg.com/media/Gug9aSfWkAA5g92?format=jpg&name=900x900)
Todo esto en un momento donde empiezan a aparecer soluciones de despegue y aterrizaje en pistas cortas, sobre la base de drones MALE, que podrían aportar capacidades como alerta aérea temprana o reabastecimiento en vuelo sobre la opción del LHD.
La noticia de la semana es que la Armada Española ha encargado un estudio para dotarse de un portaaviones convencional con catapultas y cables de frenado (CATOBAR), que revolucionaría nuestra aproximación a la aviación naval.
La principal ventaja de estos portaaviones es que, al no limitarse al empleo de aeronaves de despegue y aterrizaje vertical, sus alas aéreas embarcadas ofrecen más posibilidades, mayor carga al despegue, y capacitadores como alerta aérea temprana o aviones cisterna. También son buques más grandes, y a más cubierta, más aviones sobre ella.
La idea no es nueva. La Armada, en su romance con la industria naval francesa a finales de los 70 y comienzos de los 80, pensó en dotarse con un portaaviones de la clase Clemenceau de la DCN.
Los motivos para que esta idea vuelva al atril pueden ser varios. El más evidente, la promesa de una mayor inversión económica en Defensa que permita este tipo de capacidades.
Pero el principal, tal vez, sea garantizar la supervivencia de la aviación de ala fija embarcada en un escenario en el que el único sustituto para el Harrier, el F-35B, tiene muchos enemigos entre la clase política del Ministerio de Defensa.
¿Es una propuesta lógica?
Muchas dudas. Meterse en un portaaviones de este tipo tiene tantas ventajas como inconvenientes. El primero, que su diseño y construcción trae consigo riesgos tecnológicos considerables para un astillero como Navantia.
Entre ellos, la integración de las catapultas electromagnéticas ante la desaparición de las catapultas de vapor. No es descabellado pensar que no contaríamos con un buque de este tipo hasta, por lo menos, 2040.
¿Qué hacemos mientras? Si la razón para apostar por esta plataforma es evitar el veto del gobierno al F-35B… ¿no es un plazo demasiado largo como para pensar que no puede haber un cambio de postura en el gobierno, o incluso un cambio de gobierno?
¿Cómo sobrevive el Arma Aérea hasta entonces? ¿Les compramos a los italianos sus Harrier para aguantarlos 15 años más? ¿Vamos a vaciar de repuestos de los AV-8B de los Marines los almacenes del AMARG?
¿Qué avión se espera operar desde este portaaviones? ¿El Rafale-M, ¿que en 2040 estará muy superado -y que podría estar superado ahora-? ¿El Super Hornet, también americano? ¿El FCAS, cuyo futuro pende de un hilo por falta de acuerdo entre los socios?
El colmo sería acabar operando el F-35C… tiempo al tiempo. Hay que tener en cuenta, además, otros condicionantes. Por ejemplo, que estos barcos no son baratos de operar, especialmente en cuanto a combustible.
Por otro lado, invertir en una plataforma de este tipo podría obligar a la Armada, por su coste, a limitarse a un único portaaviones, renunciando a sus planes de 2/3 LHD que permitirían cierta redundancia.
Todo esto en un momento donde empiezan a aparecer soluciones de despegue y aterrizaje en pistas cortas, sobre la base de drones MALE, que podrían aportar capacidades como alerta aérea temprana o reabastecimiento en vuelo sobre la opción del LHD.
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".

