[Adrian]

Mientras en nuestro pobre Uruguay todo indica que elasesinato a sangre fria del agente de policia que hacia un 223 quedara, como tantos otros, impune el viceministro del Interior se despacho contra el muerto, el propietario de la pizzeria (al que denuncio judicialmente) y terminaron deteniendo a un pobre muchacho por facebbok!!

Encontre esta reflexion en FB que me parece acertaday que comparto totalmente; elautor escribe con el seudonimo de Lic. Sakamela.

Si uno accede a la página de Transparencia del Estado, y de ahí va al Ministerio del Interior, puede comprobar que el sueldo nominal del subsecretario es de aproximadamente unos 190.000 pesos mensuales. Al mismo tiempo ve que el sueldo de un Agente y de un Cabo es de 32.000 y 37.000 pesos respectivamente (nominal).

Pues bien, el Subsecretario Vázquez, que gana unas 6 veces más que los agentes y cabos, (y que tiene ciertas ventajas para obtener préstamos hipotecarios) opinó el otro día que el problema por el cual los policías tienen necesidad de trabajar en negro (el famoso 223), es el "consumismo".

Dice Vázquez: "El querer acceder a determinadas tecnologías o recursos es lo que va llevando a que los sueldos no alcancen y se busquen estas estrategias, que son inadecuadas y que atentan contra la salud mental".
Podríamos tener dos enfoques sobre este tema. El primero y más obvio, la canasta básica está cercana a los 70.000 pesos mensuales. El Subsecretario podría mantener 3 mujeres y 6 hijos aproximadamente con su sueldo, el agente y el cabo debería darle de comer dia salteado a sus nenes. ¿Queda en claro quién tiene necesidad de conseguir más horas de trabajo con el mayor rendimiento (menos impuestos)?

Otro enfoque, puede ser simple y sencillamente que un agente o un cabo, tienen derecho a comprar un televisor de 30 pulgadas o un Nike para el pibe, sin que su jefe diga que es un enfermo mental.

Así que usted elige, indígnese por la hipocresía del perro y su sueldo, ríase del cálculo "consumista" del funcionario, o defienda el derecho de la gente de hacer lo que quiere, y trabajar por ello, sin que te traten de loco.