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El Gobierno Cívico Militar (1973- 1985)
#40
[b]La Guerra de las Falkland/ Malvinas
[b](7ª Parte)[/b][/b]


VIII. Balance de la Guerra

            La Guerra de las Falkland/ Malvinas fue la mayor operación de combate aeronaval entre fuerzas modernas desde la finalización de la Segunda Guerra Mundial, en 1945.
            La guerra había costado la vida de 649 argentinos (196 soldados del Ejército, entre ellos 143 conscriptos; 341 marinos de la Armada, 34  de Infantería de Marina, 55 miembros de la Fuerza Aérea, entre ellos 31 pilotos; 7 miembros de la Gendarmería Nacional y 2 de la Prefectura Naval). Otros 1.188 argentinos fueron heridos y 11.313 fueron tomados prisioneros, perdiendo todo su equipo y armamento.
            Las Fuerzas Armadas argentinas perdieron entre 80 y 100 aviones y 8 buques; otros 22 buques fueron averiados de diversa consideración.
 
            Los británicos sufrieron 225 muertos (88 miembros de la Royal Navy, 27 Marines, 10 miembros de la RFA, 123 oficiales y soldados del ejército y 1 piloto de la RAF) y 777 heridos.
            La Royal Navy perdió 7 naves (2 destructores Tipo 42, 2 Fragatas Tipo 21, 1 buque portacontenedores, 1 buque logístico y una lancha de desembarco). Otros 2 destructores y 2 fragatas fueron dañados de forma tal que debieron ser retirados del teatro de operaciones.
            Las Fuerzas Aéreas británicas perdieron 10 aviones Harrier o Sea Harrier y 24 helicópteros (3 Chinook, 5 Sea King, 9 Wessex, 3 Lynx y 1 Scout).
 
            También murieron 3 civiles de las Islas Falkland (3 mujeres), a causa de fuego de artillería amistoso.
 
            En el año 2011 aún quedaban en las Falkland 113 campos minados y proyectiles sin explotar. Se cree que los campos minados comprenden 20.000 minas antipersonal y 5.000 minas antitanque. Sin embargo, no se han reportado heridos o muertos entre la población civil a causa de estas minas. 8 militares, sin embargo, fueron heridos durante actividades de limpieza de minas entre 1982 y 1983.
 
            Las relaciones entre el reino Unido y Argentina se restauraron en el año 1989, después de un encuentro ocurrido en Madrid (España). Sin embargo, ninguno de los dos países ha cambiado de posición acerca del tema de la soberanía de las Falkland/Malvinas. De hecho, en 1994 el reclamo de los territorios por parte de Argentina se incluyó en su Constitución.
 
IX. Uruguay durante la Guerra de las Falkland
 
            Uruguay se enteró de la operación argentina en las Islas Falkland/Malvinas, al mismo tiempo que el resto del mundo, pese a que Argentina utilizó las operaciones conjuntas uruguayo- argentinas para ocultar sus verdaderas intenciones.
            Escribe el entonces Ministro de Relaciones Exteriores de nuestro país, Dr. Estanislao Valdés Otero: 
            "Las autoridades uruguayas no conocieron anticipadamente el designio argentino de ocupar las Islas Malvinas.  Se ha dicho lo contrario, pero no se ajusta a la verdad. El Presidente uruguayo se enteró del hecho a través de un informativo radial, y a las 7 y 30 de la mañana del 2 de abril llamó a darme la noticia de que Argentina había «invadido» las Malvinas. Mi recomendación fue que utilizase la palabra ocupación, no invasión, y que no formulase ninguna declaración pública.
            "A las 8 y 30 tuve una reunión en la Cancillería con el Subsecretario, el Director de Política Exterior y otros funcionarios diplomáticos profesionales. En esa reunión, el Director de Política Exterior, Embajador Luís Posadas Montero,  recomendó fijar la posición de Uruguay sin demora, para evitar presiones ulteriores
             (...)
            "A las 10 de la mañana del mismo 2 de abril, en Casa de Gobierno, le expresé al Presidente que iba a formular, sin leer texto alguno, una declaración respecto al conflicto, que, naturalmente, expliqué. La inexistencia de texto tenía un fundamento diplomático: si se cometía algún error, la responsabilidad era del Ministro, que en tal caso renunciaría.
                "La declaración uruguaya sobre el conflicto se formuló dos horas antes que el discurso de Galtieri dirigido al pueblo argentino
            (...)
            "En la mañana del 2 de abril, Uruguay declaró:
            "1) Su apego al cumplimiento de las normas de derecho internacional y de derecho humanitario;
            "2) Recordó que había respaldado desde años atrás el derecho de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas; y
            "3) Manifestó su adhesión indeclinable al principio de solución pacífica de las controversias, y consiguiente rechazo a todo recurso a la fuerza en las relaciones internacionales.
            "Brasil se pronunció un mes después. Su posición fue semejante a la uruguaya.
            "Debe acotarse que ese mismo día, o al siguiente, una revista argentina, que seguramente debe estar en alguna biblioteca, publicó el mapa de la República Argentina incluyendo en su territorio a las Islas Malvinas y a la Banda Oriental, lo que motivó nuestra reacción diplomática. Esto da cuenta de la gravedad de la situación.
            "A las 18 horas del mismo día, 2 de abril, el Embajador argentino, por vía telefónica, le pidió al Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay autorización para que aterrizasen en Carrasco los aviones argentinos que traerían a los prisioneros británicos, para ser repatriados, que creo eran 104, aclarando que con ellos no vendría el Gobernador.
        "Le respondí que trasmitiese a su gobierno que el Ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay requería que junto con los soldados viniese el Gobernador de las Islas, Rex Hunt, que también había sido hecho prisionero.
         "El Embajador dijo que había dificultades, porque el gobernador estaba en un avión con destino a Ushuaia, pero que iba a solicitarlo a su Gobierno.
         "Los aviones, con el Gobernador a bordo, llegaron a Carrasco a altas horas de la madrugada, en medio de la noche, en hora difícil de comprender para quienes desconocían las alternativas que había tenido la operación. Todos, Gobernador incluido, fueron repatriados a Gran Bretaña a través de nuestro país.
            "A las 21 horas del mismo 2 de abril, el Embajador de Estados Unidos en Uruguay solicitó audiencia al Ministro de Relaciones Exteriores, y, concedida, llegó a la Cancillería a efectos de agradecer la contribución de Uruguay a la paz internacional. Como ni las autoridades civiles ni militares del gobierno uruguayo estaban enteradas de la gestión relativa al Gobernador, y el Embajador argentino sensatamente no se lo habría podido decir al Embajador de Estados Unidos, no pudimos comprender cómo, el Embajador de Estados Unidos, había tomado conocimiento de los hechos" (16).
            Desde Montevideo, los Marines y el Gobernador Hunt volaron al Reino Unido.
 
                El 2 de abril de 1982, el Consejo de Estado -en sesión secreta- evaluó las acciones del Teniente General Galtieri.
            El 13 de ese mismo mes, llegó al Consejo de Estado una nota proveniente del General Gregorio Álvarez, que contenía una serie de recomendaciones realizadas por el Consejo de Seguridad Nacional (COSENA), que  recogían la nota del Consejo de Seguridad de la ONU que declaraba el “quebrantamiento de la paz en la región de las islas Malvinas” y que se demandaba “el cese inmediato de las hostilidades” (17). Además, indicaba, “es principio básico de la política exterior de la República el de la solución pacífica de las diferencias entre estados” (18).
 
            Uruguay oficialmente adoptó una posición de neutralidad, posición que siempre recalcó en sus comunicaciones con el gobierno argentino.
            Sin embargo, mantenía un canal directo y secreto de comunicación con el Gobierno de Galtieri, en el plano militar, a través del General Pedro Aranco, quien viajaba secretamente a Buenos Aires para reunirse con el presidente argentino y posteriormente comunicar los resultados al general Álvarez. Indica Alfonso Lessa que esta información "era manejada de manera confidencial por un pequeño núcleo y en general no era filtrada a la Cancillería" (19).
            El mismo Álvarez tenía una buena relación con el embajador argentino en Uruguay, el General Santiago Omar Riverós, con el que solía reunirse a "comer asados juntos" (20).
 
            Uruguay, por derecho humanitario, autorizó la llegada a nuestros puertos de buques de la Royal Navy con heridos a bordo.
            Los buques Hydra, Hecla y Herald transportaron heridos graves desde el buque hospital Uganda hasta Montevideo, donde una flota de ambulancias los recibiría. Los heridos eran atendidos en el Hospital Británico de Montevideo y luego llevados al Hotel- Casino Carrasco.
            Aviones VC10 despegados desde el aeropuerto de Carrasco o de Durazno transportarían estos heridos al Hospital de la RAF cercano a Wroughton, en el Reino Unido.
 
            El 26 de abril, la Embajada Uruguaya en Buenos Aires recibió una notificación que daba cuenta "del malestar que estaba generando en Argentina la versión [periodística] de que sólo serían atendidos en Uruguay los heridos británicos" (21).
            Inmediatamente, el Ministro del Interior, General Yamandú Trinidad respondió a estas falsas noticias: "Uruguay... no tiene privilegios para nadie, se cumplirá con la política establecida oportunamente y las medidas que se tomen serán para todo el mundo igual [...] Por lo tanto se han tomado medidas efectivamente para que en caso necesario poder asistir a cualquiera, no sólo a los ingleses sino a cualquier país beligerante que tenga que tocar puerto o tenga que venir a este país a los efectos de poder subsanar los accidentes o las heridas que puedan ocasionarse en esta conflagración" (22).
            La noticia era falsa, y bien lo sabía el Embajador Riverós, que recibía a los heridos argentinos en el puerto de Montevideo.
 
            El 22 de abril, el Ministro de Relaciones Exteriores uruguayo solicitó una reunión de consulta de Cancilleres del TIAR (Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca), actitud que fue agradecida por su similar argentino, el Dr. Nicanor Costa Méndez.
 
            El 28 de abril, el Canciller Valdés Otero, como presidente de la Reunión de Cancilleres americanos, envió cartas al General Galtieri y a la Ministra Thatcher, pidiendo al primero que "la República Argentina se abstenga de realizar cualquier acción que pueda agravar la situación y se establezca una tregua que permita la reanudación del normal desenvolvimiento de las gestiones conducentes a la solución pacífica del conflicto, teniendo en cuenta los derechos de soberanía de la República Argentina sobre las Islas Malvinas, así como los intereses de sus pobladores" (23).
            Argentina, sin embargo, condenó la agresión británica en el Atlántico Sur y requirió "a los Estados Partes que de conformidad con lo dispuesto en el TIAR, adopten todas aquellas medidas que estimen apropiadas a fin de asistir a la República Argentina a rechazar la agresión armada del reino Unido" (24).
            Era un pedido de ayuda militar, que causó mucha preocupación en los Estados Unidos, que entendieron que si Uruguay apoyaba tal propuesta estaría haciendo aún más difícil los esfuerzos por la paz, aparte que olvidaría la misma raíz del conflicto, el uso de la fuerza por parte de Argentina, tal como indicaba la Resolución 502 del Consejo de Seguridad de la ONU. 
            Argentina no tuvo suerte en su intento de comprometer a otros países sudamericanos en la guerra.
 
            El 2 de mayo, Gregorio Álvarez reafirmó al apoyo a los derechos argentinos sobre las Malvinas y condenó la acción militar británica en el Atlántico Sur, ya que dificultaba una solución pacífica del conflicto. También criticó la posición estadounidense de tomar posición por el Reino Unido, afirmando que deterioraba la solidaridad americana y contradecía el TIAR.
            Pero lo que la Guerra de las Falkland/Malvinas demostró es que no existía tal cosa como la "solidaridad americana" y que el TIAR, firmado en Río de Janeiro en 1947, no valía ni el papel en que estaba escrito, más allá de constituir una declaración propia de la Guerra Fría. Estados Unidos y Chile apoyaron abiertamente al reino Unido; Panamá, Colombia y Paraguay eran afines con esta postura. Uruguay, Brasil y México se mostraron prescindentes. Venezuela y Perú apoyaban verbalmente a la Argentina, pero también terminaron apoyando la resolución 502. 

Citas:

(16) Dr. Estanislao Valdés Otero; Op. Cit. 

(17), (18) Guerra De Malvinas, Abril De 1982: Fracasaba Propuesta De Mediación De La Dictadura Uruguaya; republica.com.uy; 2 abril 2012.
http://www.republica.com.uy/abril-de-1982/101816/

(19) Alfonso Lessa; La Primera orden; Random House Mondadori; Editorial Sudamericana uruguaya; Montevideo; 2013; Pág. 262.

(20) Ídem; Pág. 263.

(21) Ídem; Pág. 269.

(22) Ídem; Pág. 269 y 270.

(23) Ídem; Pág. 273.
 
(24) Ídem; Pág. 274 y 275.
Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla. - Marco Tulio Cicerón
 
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RE: El Gobierno Cívico Militar (1973- 1985) - danny - 12-24-2016, 01:35 PM

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