1981. El Caso Soca
(25 febrero)
I. Algunos hechos.
Juan Américo Soca Cataldo, de 44 años, era una persona dedicada al corretaje de cambios y a la actividad financiera privada, entre otras cosas, a la colocación de dinero.
El 25 de febrero, Soca salió de su casa cerca de las 18:00hs y ya no regresó.
El 3 de marzo de 1981, apareció en los diarios la siguiente noticia:
“
Buscan estafador: Afanosamente viene siendo buscado un individuo al que denunciaron por millonarias maniobras con cheques sin provisión de fondos y de negocios no muy claros. Se trata de Juan Américo Soca... quien ahora es requerido por los jerarcas del Departamento de Prevención de Delitos. Las informaciones al respecto son fragmentarias, trascendiendo solamente que el monto de los dolos superaría los doscientos millones de pesos viejos"
(1).
El 10 de marzo, la Jefatura de Policía de Montevideo, Dirección de Investigaciones, Departamento de Prevención de Delitos, en su Oficio Nº 419, informó acerca de:
"denuncias por libramiento de cheques y vales sin fondo presentadas ante la Jefatura de Policía de Montevideo. Se irradian los radiogramas Nos. 1601, 1628 y 1841 solicitando la detención del imputado por infracción a la Ley de Cheques. Por el comunicado Nº 3122 se informa sobre secuestro del vehículo y también se solicita impedimento de salida del país del imputado"
(2).
Ese mismo día, la Jefatura de Policía de Rivera, a través de su Radiograma Nº 466: "Confirma la aparición del auto de Juan Soca en la ciudad de Santa Ana do Livramento, Brasil, gestionándose el traslado a Montevideo. El automotor había sido comprado el 25 febrero de 1981 y el título de propiedad del mismo fue depositado en la empresa «Hilton Automóviles» aunque luego desaparece de allí"
(3).
El 19 de marzo, la Jefatura de Policía de Montevideo, Dirección de Investigaciones, Departamento de Prevención de Delitos emite su Oficio Nº 518 a la Dirección Nacional de Información e Inteligencia, Departamento 4, el que indica:
"Cumpliendo Radio 1601, 1628 y 1841 del año en curso, solicito con especial interés la detención de Juan Américo Soca..., por encontrarse imputado de denuncias radicadas en este Departamento por Infracción a la Ley de Cheques"
(4).
Al día siguiente, la misma repartición policial emitió el Comunicado radial Nº 3872, que dejó sin efecto la búsqueda del vehículo que, como ya se ha visto, fue ubicado en la frontera con Brasil:
"Ampliando Comunicado Radial Nº 3122/81 solicito se deje sin efecto en lo que respecta al secuestro del vehículo B.M.W. matrícula Nro. 302.637 en razón de haber sido habido. Manteniéndose la detención de Juan Américo Soca"
(5).
II. Algunas versiones de lo ocurrido.
(a) Testimonio de la señora María de los Ángeles Amato ante la Comisión Investigadora Parlamentaria sobre situación de personas desaparecidas (1985)
"Mi esposo desapareció el 25 de febrero de 1981. Salió de casa a las 6.30 de la tarde para ir a una reunión de la Caja Policial, a la cual había sido citado ese día a las 6 de la mañana. El día anterior también había estado allí en una reunión y yo me enteré esa noche porque él volvió muy mal. Le pregunté hasta el cansancio qué le pasaba y me decía que nada; pero tanto insistí que me comentó que había tenido una reunión allí y que el general Ballestrino lo había amenazado de muerte. Le había dicho que había matado a muchas personas y que otras más que matara no habría problema.
"Le pregunté por qué pero no me quiso decir. Al otro día, me dije, lo solicitan para otra reunión; se fue a las 6.30 de tarde, yo quise acompañarlo pero no me dejó. No volvió más a casa. A las 6 de la mañana llamo a Jefatura y pido para hablar con el coronel Arregui, que era Jefe de Policía, y me contesta que mi esposo tenía problemas y que, de pronto, se había ido del país. A partir de allí me movilicé, se hizo denuncia policial, fui al ESMACO y a cuanto cuartel había, pero nadie me supo informar sobre él.
"El 4 de marzo sale en televisión y en los diarios la foto de él, requiriéndose su captura, se le requiere por estafa. A partir de allí me ponen un custodio en la mañana, otro de tarde y otro de noche, suponiendo que no podía volver. El 11 de marzo aparece en Livramento el coche (de Soca) con las puertas abiertas. Me presento en Jefatura a reclamarlo y me contestan que el coche no me pertenece, que el dueño es el señor Roberto Puig. Entonces mi padre trata de hablar con este señor para ver cuándo había adquirido el coche -porque de casa él había salido con el coche- y le contesta que mi esposo le debía $ 48.000 y que por lo tanto él se había quedado con el coche. Voy a la Intendencia para que me informen si había habido transferencia de vehículo, y me informan que con fecha 11 de marzo de 1981 se hizo la transferencia a nombre de Roberto Puig.
"Omití decir que las personas que estaba en esa reunión a la que había sido citado por lo menos el día anterior a la desaparición -porque yo le pregunté quiénes habían estado- habían sido el general Ballestrino, el Jefe de Policía coronel Arregui, el coronel de Armas, el señor Roberto Puig, el Jefe de Policía de Rivera, de apellido Rocha y el comandante Somma, que era el titular de la Caja Policial. Se hizo una denuncia en la Embajada de Estados Unidos y nunca obtuve respuesta. Se presentó también un escrito en el Colegio de Abogados. Pero hasta hoy no sé nada de él. Fui varias veces al Ministerio del Interior y me contestaron que no sabían nada, que sabían lo que sabía yo, o sea, las versiones que corrían en la calle, y nada más (...).
"Después de la desaparición de mi esposo recibí un telegrama colacionado del Comandante Somma, en el cual intimaba a mi esposo al pago de tres vales, cuya fotocopia tengo en mi poder. A partir de allí, más o menos a un mes de su desaparición, también recibo cedulones mediante los cuales me notifican que se van a rematar los bienes. Me pongo en contacto con UBUR, concretamente con el señor Rocca Couture, a quien pregunto por qué rematan los bienes. Me contesta que él había prestado un dinero a mi esposo a pedido del general Ballestrino -que era su amigo personal-, y como mi esposo no cumplió con el pago, se remataban las propiedades
(...).
"De acuerdo a lo que pude averiguar por intermedio de mi abogada -ya que ningún otro abogado quiso hacerse cargo del caso- parecería que hubo un traslado de deuda ya que él tenía una deuda con el Banco del Plata y UBUR se hizo cargo de ella. Esto es lo que pudimos averiguar de acuerdo a la fotocopia de los cedulones"
(6).
(b) Relato del Escribano Carlos Vivas Elizalde en 1986:
"El coronel Arregui, que era el Jefe de Policía de Montevideo, me había citado a una reunión con el señor Soca, con motivo de una deuda que él tenía con el coronel Arregui, con el coronel Ballestrino, con el general Nuñez y con el comandante Somma (...). El origen de la deuda era la colocación de dinero. (...) El señor Soca prácticamente estaba en imposibilidad de cumplir con las obligaciones a raíz de la colocación de dinero.
"Había tenido una reunión una semana antes con Ballestrino, Somma y Soca, ahí mismo. No fue una reunión extremadamente cordial. El individuo plantea su imposibilidad de pago de determinada obligación. Recuerdo que manifesté al señor Soca si podía ofrecer una garantía real, a lo que contestó que no podía hacerlo porque la única propiedad inmueble que poseía estaba en vías de ejecución. El monto de la deuda era elevado. Más de $ 3.000.000.
"En esa primera reunión se firmaron 4 o 5 vales al portador por aquella suma. El señor Soca manifestó que el 25 él iba a tener una solución, es decir, prometió pagar; pero el día 25 no apareció la solución. En una segunda reunión había más personas: el coronel Arregui y el general Nuñez, ministro del Interior, quienes estaban como acreedores. Hablaron el general Ballestrino, el comandante Somma, el general Nuñez. Manifestaron que ese hombre no se había portado bien con ellos. Después Somma me dice «Necesitan sus servicios», y pasé con Soca. Ahí estaba Pucci y ahí redacté el documento. No sé como
terminó todo, cuandoterminó el asunto de la venta entre Pucci y Soca me despedí y ellos quedaron reunidos" (7).
© El periodista e historiador Lincoln Maiztegui, dió esta versión de los hechos, en el año 2008:
"
El caso Soca
"Por ese entonces [marzo 1981], se comenzó a comentar la desaparición de un corredor de cambios llamado Juan Américo Soca, que tenía negocios con altas jerarquías militares. Soca se encargaba de colocar, con prestamistas privados, los recursos económicos de algunos oficiales y de realizar para ellos otra clase de negocios, como compra de terrenos o casas. Manejaba considerables cantidades. Al parecer, tenía el vicio del juego, y perdió en el casino casi todo ese dinero, por lo cual no pudo responder a sus obligaciones. En una fecha indeterminada del mes de febrero, el director de la Caja Policial, comandante Gervasio Somma, que se suponía era amigo de Soca, lo «invitó» a una reunión con algunos de sus acreedores, que se desarrolló en los locales de ese mismo instituto. Soca firmó tres vales que debían ser cubiertos al día siguiente, y esa noche, en su casa y visiblemente nervioso, le comentó a su esposa, María Ángeles Amato, que no sabía cómo iba a hacer frente a esas obligaciones, y que uno de los asistentes -mencionó al general Alberto Ballestrino- lo había amenazado de muerte. El 25 de febrero hubo otro encuentro en la Caja Policial entre el cambista y varios militares, en el que estuvieron presentes, además de los anteriores, el ministro del Interior, general Manuel Núñez, y el coronel Hugo Arregui, jefe de Policía de Montevideo, a los que también se les debía dinero.
"Esa misma noche Soca fue obligado a vender su automóvil a una automotora, y al parecer salió para su casa, pero nunca llegó; el 4 de marzo se emitió un comunicado policial en el que se requería su captura por el delito de estafa, pero Soca no volvió a ser visto con vida (...)
"La desaparición de Soca determinó una gravísima crisis en medios militares. El 27 de marzo renunciaron el ministro del Interior, general Núñez, el general Ballestrino, que ocupaba el cargo de director de la Escuela de Armas y Servicios, y el coronel Hugo Arregui. También fue destituido de su cargo el comandante Somma y pasado a retiro el coronel Calixto de Armas. El nuevo ministro del Interior fue el general Yamandú trinidad, quien expresó públicamente que aquellas dimisiones y cambios eran «de rutina». Como jefe de Policía de Montevideo fue nombrado el coronel Washington Varela, y el general Julio César Bonelli se hizo cargo de la Jefatura de la Escuela de Armas y Servicios.
"El caso fue investigado por el propio Comandante en Jefe del Ejército, general Luis Vicente Queirolo, y los cuatro jefes de División. Ballestrino tomó muy mal su destitución y se reunió con sus subordinados de la Escuelade Armas y Servicios, sobre los que ejercía un notable liderazgo; cuando les estaba narrando lo sucedido, vieron que estaban rodeados por tropa fuertemente armada. Se estuvo a un tris de un enfrentamiento, pero el general destituido calmó a su gente y firmó su pase a retiro. El general Manuel Núñez, que fue sacado de su cama a las 5 de la madrugada del 27 de marzo, protestó enérgicamente, y acusó a algunos de quienes lo estaban interpelando, entre ellos al propio Queirolo, de haberse beneficiado con prebendas ilegales. La denuncia resultaba muy seria, porque Núñez era, hasta ese momento, ministro del Interior, y como tal, manejaba información privilegiada. Sus ataques a Queirolo, fueron directos y con datos precisos, y el comandante en jefe fue instado por sus pares a desmentirlos, razón por la que tuvo que presentar documentos de una de sus propiedades. La figura de Queirolo, al que consideraba un hombre próximo Gregorio Álvarez (con quien, sin embargo, no tenía buena relación personal), quedó sumamente debilitada. Núñez, por su parte, envió una carta a todos los jefes de Policía de la república, en la que denunciaba que se le había «exigido» la dimisión y el pase a retiro. Afirmó que se le había negado la constitución de un tribunal de Honor y que «he sido sacado de mi puesto por afectar la ética y la moral del Ejército [...] siendo mi falta poner dinero de origen personal y privado inobjetable en manos del presidente de la Asociación de Corredores de Cambio a un interés del 6% mensual». El escribano Carlos Vivas Elizalde, jefe de la Asesoría letrada de la Jefatura de Policía, declaró mucho más tarde que cuando le preguntó el coronel Arregui qué había sucedido, recibió la siguiente respuesta: «Mire, Vivas, este es un asunto tremendamente delicado. Usted es un civil, no se preocupe, porque es un asunto militar»
(8).
(d) En el año 2009, el periodista Alfonso Lessa escribió:
"En Uruguay los militares debieron afrontar casos impactantes de corrupción en sus filas. Uno de ellos, al menos, terminó con la vida de un prestamista, Juan Américo Soca, que
movía dinero de oficiales del Ejército y la Policía en Buenos Aires. Fu el llamado
caso Soca, corredor de cambios que desapareció en febrero de 1981. Poco antes había solicitado más dinero del habitual por la aparición de un presunto negocio que requería un cierto capital. Después no pudo justificar la falta de dinero y, según fuentes militares, fue secuestrado, llevado a un rancho a orillas del arroyo Manga y torturado por los afectados por la estafa, quienes procuraron recuperar las sumas que habían entregado al cambista, según admitieron fuentes del Ejército. Soca murió en esas circunstancias"
(9).
(e) En el año 2012, el ex Presidente de la República, Julio María Sanguinetti, dió esta versión de los hechos:
"Un «Caso» influyente
"A fines de febrero [de 1981] se desató un extraño episodio que tendría inesperadas repercusiones políticas. Un corredor de cambios de nombre Juan Américo Soca, que realizaba negocios de colocación de dinero con varios jerarcas militares y policiales, desapareció misteriosamente. Había participado con ellos en una serie de reuniones en las que, según testimonio de él mismo a familiares, había sido amenazado de muerte en virtud de la demora en pagos que debía y no estaba en condiciones de afrontar. Soca era una especie de intermediario, que tomaba dinero en préstamo de un grupo de oficiales amigos, lo recolocaba en préstamos usurarios, la mayoría de juego, y les pagaba por ello intereses más que interesantes.
"La desaparición comenzó a trascender y cuando era ya un secreto a voces, el propio comandante en jefe, Luis Queirolo, ordenó una investigación. Él personalmente impulsó, entonces, la renuncia nada menos que del ministro del Interior, Manuel J. Núñez (el
Moro Núñez), un general muy apreciado entre sus camaradas,quien protestó vivamente y comunicó a todas las Jefaturas que se le había impuesto la renuncia luego de negársele un Tribunal de Honor. Se acompañaba esa oposición con graves acusaciones contra el propio Queirolo. Junto con Núñez, cayó el director de la Escuela de Armas y Servicios, Gral. Alberto Ballestrino, el Jefe de Policía de Montevideo, Cnel. Hugo Arregui, otro hombre fuerte del régimen, el Comandante de la Guardia Metropolitana Gervasio Somma y el Cnel. Calixto de Armas, Director de Secretaría del mismo Ministerio.
"Soca fue oficialmente declarado desaparecido -entre los días 25 de febrero y 2 de marzo según la Comisión para la Paz- y en ese carácter permanece hasta hoy. Los involucrados eran de la línea
dura anticomunista, todos gente de predicamento y contrarios radicalmente al Tte. Gral. Álvarez. De ese grupo, hasta entonces muy fuerte, solo quedaron Queirolo, Paulós y [Hugo] Medina, con el propio Comandante Queirolo muy cuestionado. De este modo inesperado, entonces, Álvarez encontró extraordinariamente facilitado el camino para el acceso a la Presidencia de la República que ambicionaba.
"El caso Soca fue realmente único. Involucró a altos rangos militares en un episodio de delito común y por razones de dinero. No se sabe bien cómo y quién ultimó al infortunado corredor de cambios, pero no quedó duda de que afectaba a un grupo muy caracterizado que, a su vez, fue investigado y sancionado por sus propios colegas"
(10).
III. El Informe de la Comisión Para la Paz (2003).
El 10 de abril del año 2003, la Comisión Para la Paz indicó que:
"1. ... considera confirmada la denuncia sobre desaparición forzada del ciudadano uruguayo Juan Américo Soca.... , porque ha recogido elementos de convicción coincidentes y relevantes que permiten concluir que:
"a. Fue detenido en la Caja Policial, el día 25 de febrero de 1981, después de las 18 horas.
"b. Fue llevado a la Escuela de Armas y Servicios, donde fuera intensamente torturado en la llamada «Casa SAS», dentro del predio militar.
"c. Muere allí, a consecuencia de la tortura, entre el 25 de febrero y el 2 de marzo de 1981, ya que al día siguiente, el 3 de marzo de 1981, se publica una requisitoria de captura.
"2. Sus restos -según la información recibida- habrían sido primero enterrados dentro del predio de la Escuela de Armas y Servicios -a los fondos- y después exhumados a fines del año 1984, incinerados y tirados al Río de la Plata"
(11).
Citas:
(1), (2), (3), (4), (5), (6) Secretaria de Derechos Humanos de la República Oriental del Uruguay; Juan Soca Cataldo
http://sdh.gub.uy/wps/wcm/connect/sdh/44...3162e4a0ce
(7) José Luis Baumgartner et. alt.; Los desaparecidos; Centro de Estudios de América Latina, Uruguay. 1986, Pág. 288.
(8) Lincoln Maiztegui; Orientales, Tomo IV; Editorial Planeta; Montevideo; 2008; Pág. 534 a 536.
(9) Alfonso Lessa; La primera orden; Random House Mondadori; Editorial Sudamericana; Montevideo; 2009; Pág. 140.
(10) Julio María Sanguinetti; La reconquista; Ediciones Santillana; Montevideo; 2012; Pág. 67 y 68.
(11) Informe de la Comisión Para La Paz; Anexo 2; 10 de abril 2003.
Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla. - Marco Tulio Cicerón