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El Gobierno Cívico Militar (1973- 1985)
#20
Los Militares después del No
 
I.         Introducción
 
            Un observador objetivo –suponiendo que tal cosa existiera-  seguramente afirmaría que si las Fuerzas Armadas accedieron al poder en febrero de 1973, fue porque la clase política y el Parlamento eran tan inoperantes que terminaron por generar un vacío de poder por el combatían no solamente los militares, sino la sedición.
Es un hecho que el MLN- tupamaros había superado a las fuerzas policiales; es un hecho que entre 1963 y 1971 la sedición bregó por establecer una alternativa de poder paralelo, para derribar a la democracia y establecer un gobierno marxista al estilo cubano, paredón inclusive. Un gobierno, por otra parte, que nadie deseaba pues no contaba con el mínimo respaldo de los ciudadanos, a través de su voto.
            Si esa intentona fracasó fue porque el Presidente Jorge Pacheco Areco encargó a las Fuerzas Armadas Uruguayas la lucha contra la sedición, el 9 de septiembre de 1971, y éstas –actuando con brillantez- acabaron con el movimiento tupamaro y la OPR33 en poco más de 9 meses de violentos combates  No cabe duda que las Fuerzas Armadas se ganaron el respeto y la admiración de una población agradecida. Los mandos tenían razones para sentirse orgullosos de los soldados a sus órdenes, que llegaron al máximo sacrificio, a entregar la vida, por nuestra Patria
            Eso, sin embargo, no significaba que los mandos de las Fuerzas Armadas dispusieran de allí en más, e indefinidamente, del mandato de la población para gobernar. El Presidente Juan María Bordaberry estaba convencido de que esto era así, cuando abiertamente reconoció que el poder, de hecho, había pasado a los militares en 1973. La inactividad del Parlamento, que ni siquiera levantó su receso en febrero, lo demostró claramente. Bordaberry propuso –en base a sus posturas religiosas- que los Partidos Políticos debían desaparecer y ser reemplazados por corrientes de opinión, y que el gobierno debía ser entregado a las Fuerzas Armadas. Los militares, sin embargo, no quisieron dar ese paso, destituyeron a Bordaberry y los reemplazaron con el Dr. Alberto Demicheli. Y cuando Demicheli no se mostró dispuesto a firmar los Actos Institucionales para suspender las Elecciones de 1976 y proscribir a numerosas figuras políticas, fue sustituido por el Dr. Aparicio Méndez, que sí lo hizo.
            Las Fuerzas Armadas entraron así en una etapa nebulosa: gobernar sin gobernar, tras bambalinas, con partidos políticos pero sin dirigentes políticos, con Elecciones, pero sin poder elegir más que el candidato que seguramente surgiría de un acuerdo entre los Oficiales Generales. Por otra parte estaba el Partido Comunista, comúnmente una parte ínfima del espectro político uruguayo, pero con el cual las Fuerzas Armadas no estaban dispuestas a transigir, especialmente después de descubrir la existencia del amplio Aparato Armado comunista. El contexto de la Guerra Fría apuntalaba esta intransigencia.
 
            Que no se quisiera prescindir de los partidos políticos históricos demuestra que las Fuerzas Armadas no se apartaban de lo tradicional, “del poncho y el sobretodo”, como dijo el General Gregorio Álvarez. Que lo admitieran, es una señal de su honestidad y patriotismo. Pero, a la vez, que pretendieran crear de la nada una nueva clase política, es señal –al menos- de su ingenuidad. Los mandos militares, en general, no tenían formación político partidaria, que fuese más allá de su formación ciudadana; no habían sido formados para eso en las Escuelas Militares, porque no era ese su perfil profesional. Existía, sí, la doctrina de la “Seguridad para el Desarrollo”, que algunos denominan “Doctrina de la Seguridad Nacional”, pero la inmensa mayoría de los militares no eran abogados, ni economistas, ni contadores, ni sociólogos, ni arquitectos, ni licenciados en comunicación. Para ello disponían de sus asesores en el Consejo de Estado y en los Ministerios. Y posiblemente, como han dicho varios analistas, confiaron demasiado en estos asesores, que fueron quienes terminaron de elaborar el Proyecto de Constitución que se plebiscitó en 1980, aunque posiblemente con numerosas recomendaciones de las FF.AA. 
 
            Es muy posible que en este proyecto hubiese una dosis importante de soberbia, fruto de sus logros contra la sedición, así como del profundo desprecio que sentían los militares por los políticos. Nadie niega esos logros, muy valiosos para la existencia de nuestra República y para el restablecimiento de la tranquilidad social. Pero pecó de ingenuidad la cúpula militar al extrapolar esos logros hacia cualquier clase de iniciativa que se propusiera: la victoria en la batalla contra la sedición no implicaba, bajo ningún concepto, la victoria en la batalla política, que debía ser una batalla de diálogos, de negociaciones, de pactos (como se descubrió más tarde), donde cada parte cede un poco para también ganar un poco.
            El Plebiscito fue un ataque frontal contra una ciudadanía y una clase política que no estaban dispuestas a aceptar un dictado de normas, sin discutirlas mínimamente. En eso, fracasó la estrategia de las Fuerzas Armadas en 1980. Eso, sin embargo, no quiere decir que el Plebiscito significase un golpe demoledor para el prestigio de las Fuerzas Armadas: que la dictadura continuase 5 años más lo demuestra claramente. Fue un cachetazo en el rostro, una sorpresa, pero de ninguna manera un knock out.
            Significaba, sí, que los militares deberían dialogar, quisieran o no.
            Las preguntas eran: ¿las Fuerzas Armadas estaban dispuestos a eso? ¿Cómo interpretarían ese cachetazo? Y ¿había tiempo suficiente para dialogar, antes que la situación se volviera ingobernable?     
 
II.               La Reunión del 1 de diciembre de 1982
 
            El 1 de diciembre se llevó a cabo la Reunión Nº 171 de la Junta de Oficiales Generales (J.OO.GG.) de las Fuerzas Armadas, cuyo objetivo sería “hacer reflexiones, actitudes a tomar y análisis de causas que motivaron el NO en el plebiscito. Se piden opiniones de todos los OO.GG…” (1)
 
            Lo primero conclusión fue positiva: “Externamente fue positivo, porque cayeron las banderas que se agitaron con relación a un fraude” (2).
            El historiador Lincoln Maiztegui recoge en una de sus obras el comentario que le hizo el periodista español Miguel Ángel Bastenier, al día siguiente de Plebiscito: “Ven para aquí inmediatamente... Tienes que explicarme cómo es eso de que las dictaduras pierden plebiscitos. Si empiezan a pasar estas cosas, yo ya no entiendo nada” (2bis).
            Era genuino el asombro de Bastenier: ni en el Chile de Pinochet, ni en la España de Franco,  ni en la Cuba de Castro, el gobierno obtenía otra cosa que una aprobación unánime en sus votaciones. Y, según reza un dicho español, “Cuando en una discusión están todos de acuerdo, o son todos cretinos o es una dictadura”.
 
            Alfonso Lessa, detalla de la siguiente manera las causas de la victoria del NO que indicó la reunión de los militares:
            “- Se desconocieron los Partidos Políticos. No se presentó una Constitución atrayente, sino con muchos flancos descubiertos. El Plebiscito fue presentado inoportunamente, fuera de tiempo, demasiado [tiempo] entre las pautas, el proyecto y éste.
            “- No convencer a los políticos de que se aprobaba la Constitución o se rompía el cronograma. El pueblo responde a los políticos. Hay que cambiar la conducción económica porque es positiva para el país, pero es negativa para el pueblo.
            “- No conquistamos la juventud. Este proceso concientizó a muy pocos y nuestro pueblo todavía obedece al político, las normas de la Constitución no tenían un rechazo tan radical pero el candidato único fue la gota que colmó el vaso.
            “- Se asoció candidato único con candidato militar, sumando a un COSENA (Consejo de Seguridad Nacional), un Tribunal de Control Político, entonces ¿qué posibilidad le iba a quedar en el futuro a un político? No se habló en la mesa en forma franca.
            “- Lo pasado obliga a reconocer la vigencia de los Partidos Políticos que creíamos derrotados. No se consideró el estudio hecho por el ESMACO de los plebiscitos desde 1917 hasta ahora. El NO voto de las FF.AA. fue mal recibido por muchos subalternos. Estamos en política pero no actuamos en política” (3).
 
            Llama la atención (i) la precisión de este análisis; (ii) que este análisis se haya hecho a posteriori y no antes del Plebiscito. Esta segunda observación implica que el ambiente triunfalista hizo que nadie tuviese en cuenta lo discutido durante el debate entre los Doctores Tarigo, Pons Echeverry, Bolentini y Viana Reyes, en el que justamente se analizaron esos mismos temas. Se desprende que el desprecio hacia los políticos (que es mencionado elípticamente) terminó por costarles caro a los militares.
 
            A continuación siempre en la misma Reunión, la J.OO.GG. discutió qué hacer de allí en más.
            El documento marca “cuatro puntos como acción externa a tomar”:
            “1º) Manifestar que el proceso de Institucionalización no se ha detenido.
            “2º) Lo que se canceló es el Plan Político Básico de las FF.AA. de agosto de 1977.
            “3º) En virtud de la votación negativa que sufrió el Proyecto de Constitución presentado, se está trabajando en un nuevo Plan Político que sustituya al anterior.
            “4º) El mantenimiento de actual sistema de conducción política seguirá por un período a determinar” (4).
 
            Después de decidir esto, la J.OO.GG. se planteó si era necesario renovar el gabinete ministerial, designar nuevos Consejeros de Estado, relevar intendentes, levantar proscripciones políticas, si debía cambiarse el mecanismo para nombrar un nuevo Presidente, si la elección de ese Presidente se haría en septiembre, si se daría a conocer un nuevo estatuto de los Partidos Políticos y cuándo, y de si sería deseable llevar a cabo un nuevo Plebiscito.
            Los jerarcas militares decidieron que la Comisión de Asuntos Políticos (COMASPO) se hiciese cargo de la situación, de allí en más, con un plenteo en términos castrenses:
            “Decisión: COMASPO toma a su cargo el análisis de la situación y los hechos que motivaron la cancelación del plan político y en base a ello elaborará un nuevo plan” (5).
 
            Estas fueron las Conclusiones a las que arribaron los generales, algunas bastante sombrías:
            “Debe extremarse la preocupación en mantener la moral de las FF.AA.
            “El Gbno. Debe seguir trabajando al mismo ritmo, o sea que seguimos gobernando y reafirmando que el proceso sigue.
            “Se debe plantear a la brevedad las reglas de juego y no dar la iniciativa al enemigo que nos presione.
            “Las FF.AA. nos están mirando y esperan soluciones.
            “Las nuevas etapas del proceso serán en función de los objetivos que se alcancen, no atarse a tiempos.
            “Las FF.AA. quieren institucionalizar el País.
            “Decir que no va a haber elecciones con el énfasis correspondiente.
            “En caso de brote subversivo, actuar con mucha dureza.
            “Solicitar quede en el Acta, que se nombre la autoridad que debe comandar las operaciones en caso de haber alguna revuelta” (6).   
           
III.            La Reunión de la COMASPO del 8 de diciembre de 1980
 
Una semana después de la Reunión antes analizada, se reunió la COMASPO, -la cual era presidida por el General Julio César Rapela- para analizar los resultados del Plebiscito.
Aunque el Documento que surgió de esta reunión recogía algunos de los puntos de la Reunión Nº 171, era mucho más duro, y marcaba responsabilidades:
“TEMA: RESULTADO PLEBISCITO CONSTITUCIÓN NOVIEMBRE 1980. ERRORES QUE CONDUJERON AL RECHAZO.
“PROBLEMA: PLANIFICAR UN NUEVO PLAN POLÍTICO PARA SUSTITUIR EL DE 1977. TENDIENDO A LOGRAR LA DESEADA INSTITUCIONALIZACIÓN DEL PAÍS.
“I. Factores que Inciden en el Problema.
“A: Hechos
“1.Factor Político
            “a) Falta de participación de los Partidos Políticos, impuesto por el Plan Político Básico.
            “b) Falta de liderazgo en la conducción política por parte del Poder Ejecutivo y de la Mesa de
            Oficiales Generales.
            “c) Incoherencia en el manejo de las proscripciones, por parte de la Mesa de Oficiales Generales.
            “d) Puntos polémicos del Texto Constitucional:
                        “(1) Candidato Único.
                        “(2) COSENA.
                        “(3) Amplitud del Concepto de Seguridad.
                        “(4) Tribunal de Control Político.
                        “(5) Denominación y Autonomía Departamental.
                        “(6) Ley de Lemas.
                        “(7) Eficiencia Técnica.
                        “(8) Amovilidad del Funcionario Civil.
                        “(9) Jerarquización de las Leyes, con iniciativa del Poder Ejecutivo.
            “e) Algunos pronunciamientos favorables al proyecto fueron hechos con claras reservas y faltaron
            Argumentos para rebatir opiniones negativas.
            “f) Falta de una debida relación con Autoridades Religiosas.
            “g) Permitió la conjunción de Fuerzas Opositoras Dispares, unificadas en el NO.
“2. Factor económico
            “a) Costo Social de la Política Económica muy elevado.
            “b) La Política Económica y Financiera y sus resultados no favorece a los sectores productores
            Del Agro y la Industria.
            “c) Deterioro del Salario Real.
            “d) Vivienda, desalojo y reajuste de alquileres.
            “e) Política de sueldos y salarios.
“3. Factor Psicosocial
            “a) Ante la propaganda adversa que presentaba al individuo disminuido en sus derechos y
            garantías ante un Poder Ejecutivo excesivamente fuerte, no se logró neutralizar dicha imagen.
            “b) Falta de integración de la Juventud al Proceso Político.
            “c) La propaganda no logró su propósito.
            “d) Falta de apoyo en departamentos gravitantes, por el número de votantes.
            “e) Situaciones conflictivas producidas en la enseñanza (reprobaciones masivas y pruebas de
            admisión.
“4. Fuerzas Armadas
            “a) Numéricamente, voto disminuido al no votar las Fuerzas Armadas y Policiales.
            “b) No se aceptan opiniones políticas de los civiles que colaboraron en las discusiones del
            articulado de la Constitución, primando el criterio de la J.OO.GG.
            “c) Apreciaciones inadecuadas preferentemente a los Políticos en general, cuando las FF.AA. se
            dirigían a la opinión pública.
            “d) Declaraciones intimidatorias para presionar el voto por SI.
            “e) Falta de criterios uniformes en las declaraciones” (7).
 
            En otro Documento, la COMASPO agregó con amargura:
            “ASUNTO: POSIBLES CAUSAS QUE LLEVARON A UN PRONUNCIAMIENTO NEGATIVO EN EL PLEBISCITO DE LA NUEVA CONSTITUCIÓN.
“A) Factor Político
            “1) Se mantienen vigentes los mismos líderes de las mismas fracciones partidarias que existían
            con anterioridad a 1973.
            “2) No se dio tiempo ni posibilidades de formar nuevas generaciones políticas.
            “3) Se manejó mal las desproscripciones. La conducción que pretendió hacer la COMASPO de
            los distintos sectores políticos fue errónea.
            “4) Existieron declaraciones inoportunas y contradictorias de jerarcas militares así como jerarcas
            civiles del Gobierno.
            “5) La Administración Pública está con sus mandos intermedios infiltrados por los marxistas y
            personas de mentalidad liberal
            “6) Se fue demasiado honesto y la política no es así.
            “7) Se pretendió que el pueblo analizara la Constitución cuando sabemos que nunca lo hizo ni
            lo hará, él descansa en los dirigentes partidarios.
            “8) No se le dió intervención a los partidos para redactarla.
            “9) Se dividió a los partidos más de lo que estaban.
            “10) Se quiso actuar como políticos, cuando en realidad los integrantes de las FF.AA. no lo son.
            (...)
“B) Factor Sico- Social
            “1) No se formaron nuevos líderes sindicales ni estudiantiles.
            “2) La masa sindical sigue siendo dirigida por la ex CNT.
            “3) La propaganda oficial no conformó y llevó a una indefinición sobre qué era lo que realmente
            se votaba, a tal punto que la mayor parte de la población votó un SI o un NO a la gestión de
            las FF.AA.
            “4) En los debates en radio y televisión el SI fue defendido en forma tibia y sin convicción.
            “5) Las jerarquías intermedias de los medios de comunicación social, están infiltrados por los                         marxistas y personas de mentalidad liberal
“C) Factor Económico
            “1) La actual política económica significó un gran sacrificio social inicial de las clases más
            necesitadas.
            “2) Nos encontramos en plena reconversión industrial motivada por la nueva política.
            “3) La actividad agropecuaria aún no se ha afianzado dentro de la nueva política.
“D) CONCLUSIONES EXTRAÍDAS DE LAS CIFRAS DEL PLEBISCITO
            “1) Las cifras del Plebiscito coinciden con las cifras de las corrientes partidarias de 1971.
            “2) En Montevideo el NO ganó en forma contundente y pareja en las 48 zonas del departamento.
            “3) En el interior, el SI ganó en 8 departamentos que son los de la frontera N.E. y los que se
            caracterizan por la primacía absoluta de la explotación agropecuaria y el bajo índice de
             población.
            “4) El NO ganó en los departamentos del sur y el litoral que son los más poblados y poseedore de
            una estructura económica relativamente industrializada o volcada hacia la prestación de servicios”                  (8).
 
IV.             Declaraciones
 
            El 1 de diciembre, el Presidente Aparicio Méndez comentó lo siguiente, en una entrevista que concedió a un canal de televisión:
            “El plebiscito no es una derrota para el gobierno..., es, en todo caso, una derrota para el pueblo... aunque afirmo que aquí no hubo triunfadores ni perdedores, sino más bien un verdadero ejemplo de cultura democrática, aunque el pueblo le dijo «No» a una Constitución que iniciaba una etapa de de recuperación política. Al rechazar la misma, parecería que el pueblo no acepta elecciones dentro de un año, porque ellas estaban incluidas en el proyecto. Con el «No» se van a dilatar una serie de soluciones que ya estaban previstas” (9).           
 
            El mismo 1 de diciembre, el Vicealmirante Hugo L. Márquez, Comandante en Jefe de la Armada Nacional, el primer militar en hacer comentarios acerca del Plebiscito, demostró una visión más positiva:
            “El resultado adverso del plebiscito... obliga a las FF.AA. a realizar un total replanteo de la situación actual Nadie, ni el más recalcitrante enemigo podrá hablar de fraude. Ahora sí, lo que me suscribo, es que el pueblo uruguayo, en elección democrática y libre, votó por NO y que como uruguayo demócrata yo acepto, acato y me afilio a esa teoría que fue la que triunfó" (10).
 
            El General Abdón Raymúndez abrió un espacio al diálogo cuando comentó:
            “Hay que empezar de nuevo. Todos quieren mejorar el país; unos tienen un enfoque y otros, otro, pero ahora, lo fundamental es dialogar y cambiar ideas” (11).
 
            El 19 de diciembre, el General Yamandú Trinidad, Director de la Escuela Militar comentó con suma dureza hacia los políticos:
            “Se está impidiendo el imprescindible relevo generacional en el campo político... Este es uno de los factores que está retardando la institucionalización democrática del país. Los demagogos culpables de los tristes sucesos pasados no permiten que nadie interfiera en sus corruptos apetitos, pero deben saber que, para ellos, está cerrado el ciclo" (12).
 
            V. El Comunicado Oficial
 
            El 3 de diciembre de 1980, el gobierno dió a conocer el Comunicado de Prensa 232/80, firmado por el Presidente Aparicio Méndez, y los tres Comandantes en Jefe de las FF.AA: el Teniente General Luis V. Queirolo (Ejército), Vicealmirante Hugo L. Márquez y Brigadier General Raúl Bendahan (Fuerza Aérea), el cual indicaba:
            “La ciudadanía ha emitido libremente su opinión contraria al Texto Constitucional plebiscitado, en un clima de orden y respeto, que fue demostración de civismo y en el que las Fuerzas Armadas, deliberadamente se abstuvieron de intervenir para mantener una posición neutral ante el pronunciamiento.       “El gobierno cívico-militar acata el veredicto y expresa al pueblo uruguayo:
            “1. El plan político básico de 1977 destinado a la normalización institucional, ha quedado sin efecto al no haber sido aceptado el proyecto de Constitución que lo contenía.
            “2. No obstante, de acuerdo a lo manifestado públicamente por las autoridades, el proceso de institucionalización democrática proseguirá hasta su completa culminación.
            “3. Con la finalidad de dar cumplimiento al objetivo anterior, el gobierno compromete su esfuerzo en la preparación de un nuevo plan político sustitutivo del anterior.
            “4. Los planes de acción gubernativa a todos los niveles se mantendrán íntegramente. Dado que no fue aprobado el orden institucional propuesto, el proceso continuará en base al régimen vigente, el que determina la acción de gobierno en función de la irrenunciable obligatoriedad de salvaguardar el bienestar nacional" (13).
 
VI. Los pasos siguientes.
 
            Las FF.AA. abandonaron así el Plan 1977 para llamar a Elecciones en 1981 y desempolvaron un esquema alternativo propuesto por el Ingeniero Alejandro Végh Villegas a las ideas del entonces Presidente Bordaberry, suscrita en enero de 1976, y que ya hemos mencionado.
            En aquel momento, las ideas de Végh Villegas habían sido archivadas, pero los militares sentían un gran respeto por el entonces Ministro de Economía, especialmente el General Raymúndez y el grupo del General ® Gregorio Alvarez.
            Mientras Uruguay  disfrutaba del Mundialito y del verano, las FF.AA. analizaron este nuevo proyecto político, que llevarían a cabo a partir del año siguiente.
 
V. ¿Qué influencia el Partido Colorado en la adopción de este nuevo Plan Político?
 
            Dos autores mencionan un contacto entre el Doctor Jorge Batlle y el General Abdón Raimúndez.
            Lincoln Maiztegui relata lo siguiente:
            "Prácticamente al otro día del plebiscito, el Doctor Jorge Batlle, siempre impulsivo y dinámico, envió una carta personal al general Raimúndez, a través de Jorge Sanguinetti. El militar la recibió con amabilidad, pero no hubo una respuesta formal" (14).
           
            Por su parte, Diego Achard escribe:
            "En filas políticas hubo dos movimientos inmediatos [al Plebiscito]. Jorge Batlle envió, a través de Jorge Sanguinetti, un memorándum secreto al general Raimúndez. Se trataba de un cronograma para obtener una salida de la dictadura" (15).
            Y agrega en la Nota 1, al final del Capítulo:
            "Jorge Batlle, en entrevista con el autor, cuenta que un tiempo después, el 4 de julio de 1981, en la Embajada de Estados Unidos, se le acercó el general Raimúndez vestido de particular y le dijo: «Mire que los papeles van a empezar a caminar». Se trataba de lo que había enviado como sugerencias para trabajar, y pocos días después empezaron las conversaciones con la COMASPO: véase Diego Achard: La transición en Uruguay; 1ª Edición; Montevideo: Ediciones de la Banda oriental, 1992, p.106" (16).
 
            Tanto Maiztegui como Achard pertenecen al partido Nacional. En su libro, Julio María Sanguinetti no menciona memorándum alguno.
           
            ¿Qué decía se memorándum que Batlle entregó a Raimúndez?
            Consideremos algunos documentos. El primero es aportado por Alfonso Lessa en su libro "La Primera Orden": se trata de una entrevista a Végh Villegas:
            "`[Lessa]- ¿Usted mantenía contactos habituales con la gente de la 15, Forteza, Batlle...? [En 1975 y 1976]
            "[Végh]- Sí, con Forteza, Batlle, con Barrios Tassano también almorzaba de vez en cuando. A Jorge [Batlle] lo veía bastante en la casa, más bien. Con Sanguinetti conversábamos una vez al mes; con él, Mario Fernández y Barrios Tassano. Intercambiábamos opiniones, información..." (17).
            En estas conversaciones surgieron las ideas que llevaron al Memorándum del 7 de enero de 1976, tal como lo dice explícitamente Végh Villegas:
            "Esta era la idea que con Jorge Batlle teníamos en el 76, unos cuantos años antes [de que Gregorio Álvarez asumiera como Presidente], pero que se había diluido porque el carácter del Goyo no era propio para hacer de Baldomir" (18).
            En su obra anterior, "Estado de Guerra", Lessa ya anotaba:
            "ya en 1975, antes de que Bordaberry oficializara su propuesta [de eliminar los Partidos Políticos], Végh había mantenido contactos con militares y civiles para analizar el futuro político. Cuando en 1976 tuvo la convicción de que el acuerdo con Bordaberry  era imposible, los aceleró. Entre otros conversó con Sanguinetti, Jorge y Luis Batlle, Mario Fernández,  y Luis Barrios Tassano, del Partido Colorado, y con Dardo Ortiz, Diego Terra Carve y Juan Pivel Devoto -en una ocasión en su despacho del Ministerio de Economía- del partido Nacional... Los generales Álvarez, Eduardo Zubía y el [entonces] Coronel Abdón Raymúndez eran los principales interlocutores militares de Végh Villegas" (19).
 
            Las ideas expuestas por Végh Villegas, en su Memorándum del 7 de enero de 1976, eran éstas:
            “No ha de ser, por supuesto, un proceso corto ni sencillo. En mi concepción... yo lo veo culminando recién en 1985 con elecciones del primer Presidente de la República, electo cabalmente bajo las nuevas «reglas de juego». Esto es, postularía una prórroga del mandato del actual Jefe de Estado (Juan María Bordaberry) por el término de 3 años, y una elección de un nuevo presidente en 1980, bajo condiciones que todavía serian de cierta anormalidad. Para acudir, acaso en un exceso de simplicidad, a un símil histórico, veo el período «terrista» extenderse hasta 1980, con «un Baldomir» cubriendo el período 1980-85, y «un Amézaga» con pleno funcionamiento de los partidos tradicionales y del nuevo régimen de 1985, en adelante.
            [...]
            "Finalmente, respecto al «calendario de esta transición política», estimaba que «si las circunstancias son propicias, creo que podría plebiscitarse la nueva Constitución y la prórroga del actual mandato presidencial en noviembre de 1976. En el período 1977- 1980 se dictaría el estatuto de los partidos políticos y se definirían las nuevas jurisdicciones departamentales con lo que ya podría iniciarse actividad electoral para la constitución de las Juntas de Vecinos del período 1980/85. Durante este último período se realizaría la integración de las dos cámaras para su plena actuación posterior»"   (20).
 
            Végh Villegas le confió a Lessa que después de un período de cierta desconfianza "mis mejores amigos fueron el Goyo y Raymúndez. Y todo eso sucedió en los primeros meses. En el 75 ya estaba todo arreglado" (21).
Végh consideraba a Raymúndez como "un hombre más inteligente y franco que Álvarez y, sobre todo, con mayor sentido estratégico" (22).
 
            ¿Es descabellado, pues, suponer que el Memorándum que Batlle envió a Raimúndez era el mismo que Végh había elevado a Bordaberry en 1976, con algunas modificaciones?
            Existen hechos que parecen demostrar esta suposición:
            (i) El esquema de Végh Villegas se cumplió a pie juntillas: solo que Aparicio Méndez -y no Bordaberry- ocupó el lugar de Terra, y Gregorio Álvarez sería «Baldomir». Los años y fechas coinciden perfectamente.
            (ii) Cuando el 3 de diciembre de 1980 el Triunvirato del Partido Nacional se comunicó con líderes del partido Colorado para proponer la elaboración de un documento conjunto para entregar a las FF.AA., la iniciativa no fue apoyada por los colorados. Después de 15 días, terminaron por responder negativamente. Esto es lógico, considerando que habían presentado su propia propuesta algunos días antes.
            (iii) El 5 de febrero de 1981 fue el mismo General Raimúndez quien adelantaría que las FF.AA. comenzarían a la brevedad a analizar el nuevo plan político. De hecho, ya lo tendría en las manos.
            (iv) Cuando el 8 de julio comenzaran los diálogos entre los líderes políticos y la COMASPO, sería el general Raimúndez quien la presidiera.
 

Citas:
 
(1) Alfonso Lessa; La Primera Orden; Random House Mondador; Montevideo; 2009;Página 333.   
 
(2) Ídem; Pág. 243
 
(2 bis) Lincoln Maiztegui; Orientales; Tomo 4; Editorial Planeta; Montevideo; 2008; Pág. 521.
 
(3) Alfonso Lessa; Op. Cit.; Ídem; Pág. 244.
 
(4) Ídem; Pág. 244 y 245.
 
(5) Ídem; Pág. 246.
 
(6) Ídem; Pág. 246 y 247.
 
(7) Ídem; Pág. 397 y 398.      
 
(8)  Ídem; Pág. 399 a 401.
 
(9) Lincoln Maiztegui; Op. Cir.; Pág. 524.         
 
(10) Diario La Mañana; 2 diciembre 1980. Citado por Julio María Sanguinetti; La Reconquista, Ediciones Santillana; Montevideo; 2012; Pág. 61
 
 (11), (12) Lincoln Maiztegui; Op. Cit.; Pág. 525.
 
(13) Pablo da Silveira y otros;; Historia Reciente; El largo camino hacia la democracia; Fascículo 24; Diario El País Montevideo; 2007; Pág. 10.
 
(14) Maiztegui; Op. Cit.;Pág. 529.
 
(15) Diego Achard; Se llamaba Wilson; Editorial Santillana; Colección Aguilar; Montevideo; 2008; Pág. 159.
 
(16) Diego Achard; Op. Cit.; Pág. 187.
 
(17) Alfonso Lessa; Op. Cit.; Pág. 357.
 
(18) Ídem; Pág. 365.
 
(19) Alfonso Lessa; Estado de Guerra.; Editorial Fin de Siglo; Uruguay; 1996; Pág. 230 y 231.
 
(20) Respuesta de Végh Villegas al memorándum de Bordaberry de diciembre de 1975, suscrita el 7 de enero de 1976. Citado por Alfonso Lessa; Estado de Guerra, Pág. 233.
 
(21) Alfonso Lessa; La Primera Orden; Op. Cit.; Pág. 359.
 
(22) Ídem; Pág. 110.
Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla. - Marco Tulio Cicerón
 
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RE: El Gobierno Cívico Militar (1973- 1985) - danny - 11-17-2016, 01:00 AM

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