• ¡Bienvenidos a los Foros de Uruguay Militaria!
  • Por favor registrese para comentar y participar.
  • .
¡Hola, Invitado! Iniciar sesión Regístrate


Calificación:
  • 4 voto(s) - 2 Media
  • 1
  • 2
  • 3
  • 4
  • 5
General Jose Gervasio Artigas Arnal
#21
Realmente tiene razón John Street. Es la propuesta federal explicada brevemente por el propio José Artigas.
 
Reply
#22
Un dia historico el de hoy, en el que conmemoramos el aniversario del ingreso de Jose Artigas a la vida militar, 223 años de su ingreso al Cuerpo de Blandengues de la Frontera de Montevideo en el Cuartel de Dragones de Maldonado.

Ingresa a filas como soldado hasta que el 27 de octubre de 1797 es ascendido a Capitan de dicho cuerpo.



Banda Oriental ,10 de Marzo de 1797.
 
José Artigas,de 33 años de edad, contrabandista, es indultado y se incorpora al Cuerpo de Blandengues al servicio de la Monarquía Española.
 
Indulto del gobernador de Montevideo Antonio Olaguer y Feliú a contrabandistas, desertores, vagos y malhechores para formar el Cuerpo de Blandengues.
 
El gobernador de Montevideo Antonio Olaguer y Feliú en virtud de orden y facultades del Virrey Pedro Melo de Portugal y Villena, publicó el 7 de Febrero de 1797 un indulto a favor “de los contrabandistas, desertores y demás malhechores que andan vagantes huyendo de la justicia por sus delitos "
 
Se exceptuaba del indulto a los acusados de homicidio o de enfrentar con armas a las autoridades.
 
El propósito era crear una policía rural valiéndose de quienes habiendo estado en el trajín clandestino y la delincuencia , eran precisamente los mejores baqueanos para combatir al malandraje , facinerosos y matreros que infestaban la campaña.
 
Los interesados en ser indultados debían presentarse al menos con seis caballos y prestar servicios durante al menos 8 años en el Regimiento de Blandengues creado el 7 de Diciembre de 1796.
 
Ya existía un regimiento similar en Buenos Aires.
 
El nombre de Blandengues se debe en que al ser revistados los soldados blandían las lanzas con las que estaban armados en homenaje a la autoridad.
 
A este indulto y al mando de una banda de "hombres sueltos" se acogió José Artigas que era un conocido contrabandista de cueros.
 
Cuenta Juan Pivel Devoto (1950) que " Artigas contaba entonces treinta y tres años a los que una vida intensa había dado madurez y experiencia. En sus correrías por los campos de la Banda Oriental,en los que el desierto era interrumpido por una que otra población, o el rancherío de una estancia, había llegado a dominar la realidad geográfica que formaban las dilatadas extensiones de suaves colinas con abundantes pastos, las serranías y grandes cuchillas que servían de rumbo a los baqueanos, a reconocer los pasos y picadas para vadear los ríos y arroyos, los senderos que daban acceso a los montes que servían de refugio a los bandoleros.
 
Persiguiendo ganado alzado para hacer tropas, parando rodeo en las estancias o haciendo corambres en compañía de hombres de rudo aspecto y alma simple, había penetrado en los secretos del gaucho, del changador y del indio, en la solidaridad que crea el peligro y las fatigas, en las charlas y confidencias del fogón. Su espíritu inquieto habíase saciado ya con la aventura de esa existencia libre, en la que el duro trajín de correr campos y faenar ganados se matizaba boleando potros y avestruces, matando perros cimarrones o descubriendo la guarida de un tigre. La existencia en un medio de costumbres tan primitivas no había dejado en su alma sedimentos innobles".
 
Para comodidad y seguridad de quienes desearon ampararse a este indulto, se fijaron bandos en lugares apartados de la jurisdicción de Montevideo en que podían presentarse a las autoridades.
 
Estos puntos próximos a las zonas en que merodeaban aquellos rebeldes a quienes la autoridad juzgaba dignos de servir bajo sus banderas fueron las estancias del capitán de milicias Francisco Rodríguez y Diego González situadas entre el Yí y el arroyo Cordobés; la de Félix Sáenz, al norte del río Negro y las guardias de Cerro Largo y Santa Tecla a cuyo frente se hallaban los capitanes Agustín de la Rosa y Francisco Lucero. Los voluntarios que allí se presentaran llevando cada uno seis caballos por lo menos, serían enviados al comandante de Maldonado donde se organizaría el cuerpo de Blandengues, a cuyo lugar podía encaminarse directamente quien deseara hacerlo con igual fin.
 
En los parajes acostumbrados de la ciudad de Montevideo, en los pueblos, villas y partidos de su jurisdicción, en los lugares que dependían de las ciudades de Colonia y Maldonado, se mandó publicar este bando, cuyas disposiciones ofrecían la posibilidad de que los hacendados y moradores encontraran en esos hombres una garantía y amparo.
 
Martín José Artigas, vecino respetable por su actuación pública y vida austera, obtuvo su retiro en 1796, después de cuarenta y cuatro años de servicio militar “con aplicación y celo”, al decir de Olaguer y Feliú, habiendo sido hasta fines de ese mismo año regidor decano del Cabildo de Montevideo. Retirado a vivir en el campo, en las estancias de Casupá y Sauce, hubo de hacer valer su influencia ante Olaguer y Feliú que estaba informado de sus servicios y hombría de bien, para facilitar la incorporación de su hijo al nuevo cuerpo de Blandengues.
 
Mediando la influencia de su padre ante el gobernador, José Artigas , de 33 años, es indultado y se incorpora al Cuerpo de Blandengues el 10 de Marzo de 1797 dando comienzo a su carrera militar al servicio de la Corona Española, servicio al que pondría fin el 15 de Febrero de 1811al abandonar Colonia y dirigirse a Buenos Aires poniéndose a disposición de la Junta de Mayo.
 
Este indulto fue confirmado por Carlos IV en Aranjuez el 12 de mayo de 1797:
 
"Enterado el Rey de la formación del cuerpo de Blandengues, que en carta de 7 de enero último n° 243, manifiesta V.E. haber determinado verificar en las fronteras de la Banda del norte del Río de la Plata, concediendo indulto al efecto a variar gentes que infestaban sus vastas campañas, por las utilidades de esta creación, de la que ofrece V.E. dar cuenta instruida verificada que sea; se ha servido S.M. aprobarla".
 
Fuente : Archivo Artigas Tomo II, XXIX a XXXIII
 
Washington Reyes Abadie : Artigas. Antes y después de la gesta pags. 23, 24, y 25.
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
Reply
#23
Mini serie en TV Ciudad a partir de hoy a las 21 hrs sobre Artigas



“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
Reply
#24
PROCLAMA DE MERCEDES
Una vez que Artigas se paso al bando de los patriotas, la Junta de Buenos Aires lo había recibido con gran beneplácito, otorgándole el grado de Teniente Coronel, 2do Jefe del Ejercito Revolucionario que mandaba el Gral. Rondeau y dándole apoyo para organizar las fuerzas en la Banda Oriental. Enterado de los levantamientos armados que habían dado inicio formal al levantamiento en la campaña oriental, Artigas regresa de inmediato e instala su cuartel general en Mercedes. Desde allí dirigiría el 11 de abril su primera proclama pública.

Leales y esforzados compatriotas de la Banda Oriental del Río de la Plata:
vuestro heroyco entusiasmado patriotismo ocupa el primer lugar en las elevadas atenciones de la Exma. Junta de Buenos Ayres, que tan dignamente nos regentea.


Esta, movida del alto concepto de vuestra felicidad, os dirige todos los auxilios necesarios para perfeccionar la grande obra que habéis empezado; y que continuando con la heroycidad, que es análoga a vuestros honrados sentimientos, exterminéis a esos genios díscolos opresores de nuestro suelo, y refractarios de los derechos de nuestra respetable sociedad.

Dineros, municiones y tres mil patriotas aguerridos son los primeros socorros con que la Exma. Junta os da una prueba nada equívoca del interés que toma en vuestra prosperidad: esto lo tenéis a la vista, desmintiendo las fabulosas expresiones con que os habla el fatuo Elío, en su proclama del 20 de marzo.
Nada más doloroso a su vista, y a la de todos sus facciosos, que el ver marchar con pasos magestuosos, esta legión de valientes patriotas, que acompañados de vosotros van a disipar sus ambiciosos proyectos; y a sacar a sus hermanos de la opresión en que gimen, bajo la tiranía de su despótico gobierno.


Para conseguir el feliz éxito, y la deseada felicidad a que aspiramos, os recomiendo a nombre de la Exma. Junta vuestra protectora, y en el de nuestro amado xefe, una unión fraternal,
y ciego obedecimiento a las superiores órdenes de los jefes, que os vienen a preparar laureles inmortales. Unión, caros compatriotas, y estad seguros de la victoria. He convocado a todos los compatriotas caracterizados de la campaña; y todos, todos se ofrecen con sus personas y bienes, a contribuir a la defensa de nuestra justa causa.

¡A la empresa compatriotas! Que el triunfo es nuestro: vencer o morir sea nuestra cifra; y tiemblen esos tiranos de haber excitado vuestro enojo, sin advertir que los americanos del Sur,
están dispuestos a defender su patria; y a morir antes con honor, que vivir con ignominia en afrentoso cautiverio.


Quartel general de Mercedes, 11 de abril de 1811.
José Artigas
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
Reply
#25




Big Grin Big Grin Big Grin
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#26




Big Grin Big Grin Big Grin
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#27
INDEPENDENCIA - REPUBLICA - FEDERACION

205º aniversario del Congreso de los Pueblos Libres 
DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DE ESPAÑA

         El denominado Congreso de los Pueblos Libres –también conocido como Congreso de Oriente– se reunió a partir del 29 de junio de 1815 en la ciudad de Concepción del Uruguay (Entre Ríos), constituyó un acontecimiento de gran importancia histórica.
         Fue convocado por el Gral. José Artigas, participaron en él representantes de las Provincias de Entre Ríos, Santa Fe, Córdoba, Misiones, Corrientes y la Banda Oriental (ellas conformaban la «Liga Federal») y se trataron asuntos tales como la organización política; el comercio interprovincial y con el extranjero; la política agraria, así como también la protección de la producción y del consumo interno.
         Entre otras resoluciones, el Congreso resolvió  la reforma de los reglamentos de tierras y de aranceles y la organización institucional federal. Proclamó -nada más y nada menos- la independencia respecto de todo poder extranjero, rompiendo definitivamente todo lazo con la corona española.
         El Congreso de 1815 fue un importante antecedente de la Declaración de la Independencia llevada a cabo en Tucumán el 9 de Julio de 1816, reafirmando las bases para la organización republicana y federal del territorio argentino.


Un antecedente que el centralismo porteño quiso ignorar o mas bien borrar de la historia privilegiando la declaracion de Tucuman.
La realidad insoslayable es aquella en que Artigas en carta al [i]Director Supremo en Buenos Aires, Juan Martín de Pueyrredón el 24 de julio de 1816 se refiere a la postura que federales tomaron en el congreso de Oriente o del Ao de la China y l[i]a Declaración de Independencia en San Miguel de Tucumán el 9 de julio de 1816 y que dice:[/i][/i]

 “Ha más de un año que la Banda Oriental enarboló su estandarte tricolor y juró su independencia absoluta y respectiva. Lo hará V.E. presente al Soberano Congreso para su Superior conocimiento”

[Imagen: 5LTE4ZS6O5F23DUNYW2ZSZB7RA.jpg]

[Imagen: fotonoticia_20160619075948-921219_1024.jpg]
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
Reply
#28
No se si se dan cuenta del porque nos sentimos mas distanciados de los porteños que del resto de Argentina, es por esto mismo. La Liga de los pueblos libres, con su protector el Gra. Artigas se creo por las diferencias del actual norte de Argentina con el gobierno centralista de BsAs,

A diferencia de lo que piensan algunos, pudimos ser un país, no con Argentina, sino con el norte Argentino.

Lo que vino después del occidente del rio Uruguay fue una serie de traiciones y conveniencias del Imperio Británico que ganó mas con diplomacia que con armas en su historia.
 
Reply
#29
[Imagen: cFJfYKC.jpg]

Big Grin Big Grin Big Grin
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
Reply
#30
Artigas y el artiguismo
Editorial de El Pais 
Lunes, 31 Agosto 2020 04:00

A diferencia de otros grandes líderes revolucionarios de inicios del siglo XIX en Sudamérica, Artigas siempre tuvo como norte al principio fundamental de la soberanía popular en su concepción de legitimidad del poder.

[Imagen: favicon-96x96.png]

El próximo 5 de septiembre se cumplirán 200 años que el prócer José Artigas cruzó el río Paraná hacia el exilio en Paraguay y el 23 de septiembre, se cumplirán 170 años de su muerte en el hermano país. Las fechas nos llevan a evocar el papel de Artigas y del artiguismo como concepción política y a una reflexión que nos acerca a nuestra identidad misma como nación.

Conviene recordar el tiempo tan distinto en el que vivió Artigas. Cuando nace, en 1764, no se había producido ni la independencia de Estados Unidos ni la Revolución Francesa. La humanidad apenas contaba con 1.000 millones de personas en total (somos hoy 7.500 millones), de las cuales cerca del 90% vivían en la pobreza. Desde el punto de vista económico, no se había producido siquiera el inicio de la revolución industrial con el desarrollo textil en el Reino Unido de Gran Bretaña.

Al morir Artigas, el orden internacional era completamente distinto, ya no solo con respecto a las naciones en Sudamérica, sino también a nivel mundial. En efecto, el Reino Unido había pasado a ser la primera potencia mundial en materia económica, pero también naval; y Estados Unidos era un país independiente que incluso ya había expuesto su doctrina Monroe con respecto a sus relaciones panamericanas y había ya ganado su guerra con México, haciéndose así de partes fundamentales de su hoy grandísimo territorio continental.

Además, hacia 1850 las revoluciones sociales como consecuencia del desarrollo capitalista eran protagonistas fundamentales en Europa, y ya Carlos Marx había publicado su influyente “Manifiesto Comunista”. A mitad del siglo XIX era muy difícil calibrar los prodigiosos cambios sociales, demográficos, culturales, económicos y políticos que estaban ocurriendo en el mundo occidental munido solamente con las herramientas conceptuales forjadas hacia mediados del siglo XVIII, esas que habían formado al joven Artigas en nuestra lejana periferia del imperio español.

Sin embargo, y aquí está gran parte del interés de Artigas y del artiguismo como cuerpo de ideas político, a pesar de esa lejana inspiración del siglo XVIII, los principios que conjugó Artigas muestran, incluso hoy, su notable sentido de modernidad.

Modernidad política antes que nada. Artigas, a diferencia de otros grandes líderes revolucionarios de inicios del siglo XIX en Sudamérica, siempre tuvo como norte al principio fundamental de la soberanía popular en su concepción de legitimidad del poder. Por supuesto, este concepto debe entenderse en el contexto de su particular tiempo, en el que la representación política estaba formada por lo que en aquel entonces era la pars valentior o la sanior pars del pueblo: su mejor élite, sus hombres destacados.

Pero independientemente de este criterio clásico, la clave está en que Artigas, y consecuentemente el artiguismo, siempre entendió que el poder debía de ser legitimado por el pueblo. Es aquello, grabado a fuego en la memoria nacional y que tanto singulariza a nuestra cultura política colectiva de “mi autoridad emana de vosotros y ella cesa ante vuestra presencia soberana”.

Modernidad económica y social también. Artigas siempre reivindicó la libertad de comercio que asegurara autonomía en el desarrollo económico de la Provincia Oriental. Por supuesto que esa concepción puede entenderse desde la perspectiva del enfrentamiento con la voluntad bonaerense de erigirse en centro único regional, de privilegiar su lugar de “hermana mayor” como capital virreinal para evitar la autonomía y el crecimiento de Montevideo.

Pero en cualquier caso, la modernidad de Artigas pasa porque conjugaba la libertad de emprender desde lo individual y la libertad de comercio con el mundo. No fue en vano, por ejemplo, que hacia 1817, y a pesar de que ya no era su tiempo de mayor peso político regional, se puso de acuerdo con la principal potencia mundial, el Reino Unido, para liberalizar el comercio bilateral.

Si bien los tiempos en los que vivió Artigas fueron de los más revolucionarios en la Historia de la humanidad, hubo un norte intelectual que guió al Protector de los Pueblos Libres en su acción política, y que continúa hasta el día de hoy como principio que forja nuestro devenir y nuestra identidad nacional artiguista. Es el principio de la libertad: la política, para vivir gobernados por autoridades legítimas; la económica, para poder forjarse un futuro de paz y prosperidad hecho de trabajo y comercio con todo el mundo.

Artigas no solamente está en los libros de Historia. Su concepción política sigue siendo el sustento de nuestro devenir moderno y liberal.
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
Reply
  


Salto de foro:


Browsing: 1 invitado(s)