09-12-2015, 02:27 AM
La FAA en sus peores horas........
Adios a los Mirage
defensa.com
Tras más de cuatro décadas en operación y con casi ciento cincuenta mil horas de vuelo, los Mirages de la Fuerza Aérea Argentina se retiran del servicio activo, y solo lo podían hacer de una manera, en una ejercitación llena de navegaciones a gran distancia, vuelos rasantes y adrenalina pura. El Operativo Ariete no solo significó volar miles de kilómetros a una desolada base patagónica, con vientos helados que nos regresan a los viejos fantasmas que nunca se fueron.
Emoción y tristeza, unidos al rugir de los nobles ATAR, que nunca fallaron cruzando el Océano Atlántico rumbo al infierno. En los refugios acorazados nos rodean sensaciones difíciles de explicar, las aeronaves se sienten al parecer como si estuvieran en casa, los pilotos y mecánicos son jóvenes, pero el espíritu permanece, ese espíritu que enemigos y traidores no pudieron destruir hasta hoy.
Se van sin reemplazo, la base quedara vacía y sus hangares se poblaran de penumbras y el llamado que llega desde lejos, desde el Este.
El enemigo consiguió lo que quería, poner de rodillas y casi destruir a la Aeronáutica, como lo hicieron antes con aquellos que osaron enfrentar al Imperio, fueran los Comandos e Infantes de Marina, los submarinistas y la casi ya extinguida Aviación Naval. Queda en nuestra menta el inolvidable sonido de los veloces Mirages, que desafiantes aun despegan hacia el mar.
Vemos los rostros de los aviadores, son los mismos, cargados de dolor y entrega, no comprados por la corrupción que campea impunemente en las oficinas del poder. Apreciamos a los mecánicos que alistan a las maquinas, en los mismos refugios, donde en madrugadas de un frío inconmensurable, otros como ellos curaban las heridas de los Deltas y los preparaban para el combate del día siguiente.
Los Deltas están cansados, sus fuselajes y estructuras todavía pueden responder, pero su electrónica ya no y carecen de los dientes que hoy se requieren para pelear. Despegan y operan por última vez, en los mismos lugares desde los cuales partieron tantos héroes. Esperamos volver a escuchar el poder de otros motores en un tiempo cercano… ese silbido que aterró a los piratas, que asombro al mundo y que protegió nuestros cielos por tanto tiempo, con un solo anhelo. Que no muera la Fuerza Aérea.
(Luis Piñeiro, corresponsal de Grupo Edefa en Buenos Aires)
Fotografias: Horacio J Clariá - Santiago Cortelezzi
Adios a los Mirage
defensa.com
Tras más de cuatro décadas en operación y con casi ciento cincuenta mil horas de vuelo, los Mirages de la Fuerza Aérea Argentina se retiran del servicio activo, y solo lo podían hacer de una manera, en una ejercitación llena de navegaciones a gran distancia, vuelos rasantes y adrenalina pura. El Operativo Ariete no solo significó volar miles de kilómetros a una desolada base patagónica, con vientos helados que nos regresan a los viejos fantasmas que nunca se fueron.
Emoción y tristeza, unidos al rugir de los nobles ATAR, que nunca fallaron cruzando el Océano Atlántico rumbo al infierno. En los refugios acorazados nos rodean sensaciones difíciles de explicar, las aeronaves se sienten al parecer como si estuvieran en casa, los pilotos y mecánicos son jóvenes, pero el espíritu permanece, ese espíritu que enemigos y traidores no pudieron destruir hasta hoy.
Se van sin reemplazo, la base quedara vacía y sus hangares se poblaran de penumbras y el llamado que llega desde lejos, desde el Este.
El enemigo consiguió lo que quería, poner de rodillas y casi destruir a la Aeronáutica, como lo hicieron antes con aquellos que osaron enfrentar al Imperio, fueran los Comandos e Infantes de Marina, los submarinistas y la casi ya extinguida Aviación Naval. Queda en nuestra menta el inolvidable sonido de los veloces Mirages, que desafiantes aun despegan hacia el mar.
Vemos los rostros de los aviadores, son los mismos, cargados de dolor y entrega, no comprados por la corrupción que campea impunemente en las oficinas del poder. Apreciamos a los mecánicos que alistan a las maquinas, en los mismos refugios, donde en madrugadas de un frío inconmensurable, otros como ellos curaban las heridas de los Deltas y los preparaban para el combate del día siguiente.
Los Deltas están cansados, sus fuselajes y estructuras todavía pueden responder, pero su electrónica ya no y carecen de los dientes que hoy se requieren para pelear. Despegan y operan por última vez, en los mismos lugares desde los cuales partieron tantos héroes. Esperamos volver a escuchar el poder de otros motores en un tiempo cercano… ese silbido que aterró a los piratas, que asombro al mundo y que protegió nuestros cielos por tanto tiempo, con un solo anhelo. Que no muera la Fuerza Aérea.
(Luis Piñeiro, corresponsal de Grupo Edefa en Buenos Aires)
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".