[Artiguista]

1913, Pulseada en el crucero “Uruguay”
(Extractado del libro de Diego Fisher “Qué Tupé” sobre el duelo Batlle – Beltrán)



Arazatí era un lugar donde el presidente de la República, guardia mediante, podía estar seguro. Desde que se agravó la salud de Ana Amalia, toda la familia Batlle se instaló en la estancia ubicada en el departamento de San José a menos se 100 kilómetros de Montevideo, solo se podía acceder por la costa sobre el Río de la Plata (…) Había que viajar en barco desde la capital, luego, debido a los bancos de arena, se debía echar anclas a unos 150 metros de la playa y desde allí trasladarse en bote a remo o en chalana hasta tierra firme.

(…) El presidente, su mujer y los hijos de ambos, viajaron con la enferma el 29 de noviembre de 1912 en el crucero “Uruguay” el más moderno barco de la Armada Nacional, construido en Alemania en 1910. Regresaron a Montevideo 16 de enero de 1913.
(…) En la estancia se había instalado un teléfono a manivela con el que, a través de una operadora, Batlle se comunicaba con la capital y recibía información de lo que acontecía en el país…

(…) En Montevideo, legisladores del propio Partido Colorado promovían un juicio político al presidente por considerar que el país no podía ser gobernado desde otro lugar que no fuera la capital.
Asimismo, en el Partido Socialista, el diputado Emilio Frugoni cuestionaba el costo que tenía para las arcas públicas el viaje y la estadía del presidente en Arazatí, donde permanecía a sus órdenes el buque “Uruguay” con toda su tripulación y casi un regimiento del Ejército para protegerlo.

(…) Los soldados constituían la custodia del presidente de la República, que había sido reforzada ante las versiones que circulaban de un posible atentado contra el jefe de Estado.
(…) Pero la preocupación de Batlle no era el presunto riesgo que corría su vida, sino la vida de Ana Amalia, gravemente enferma de tuberculosis pulmonar…
(…) Ambos médicos (Mañé y Juan B. Morelli) viajaron a Arazatí el 15 de diciembre para practicarle un neumotórax…
(…) la pleura estaba muy comprometida por el proceso tuberculoso. Nada más se podía hacer... (…) decidieron retornar a Montevideo a la quinta de Piedras Blancas. La partida se concretaría al día siguiente por la tarde.

(…) El Dr. Mañé solía realizar caminatas por los alrededores de Arazatí…, en varias oportunidades se encontró con los oficiales del crucero “Uruguay” con los que conversaba.
El día de la partida, uno de los marineros le salió al paso:
_Dr. Mañé, el capitán nos informó que partimos con el presidente y toda su familia esta tarde.
_Le ruego que le transmita al presidente que a bordo se comenta que el crucero no parará en Montevideo y que seguirá viaje a Río de Janeiro.
_Que hay una conspiración en marcha y quieren hacer prisionero al presidente y a su familia.

(…) Al mediodía Mañé y Batlle almorzaron solos.
_Presidente (dijo Mañé), me han pedido que le informe que ni bien suba usted al crucero “Uruguay” será tomado prisionero y lo llevarán con su familia hasta Río de Janeiro. Al parecer es un secreto a voces entre toda la tripulación del barco.
Batlle permaneció impertérrito. No hizo ni un solo comentario. Mañé no salía de su asombro.

Llegada la hora de embarcar, en la costa aguardaba el bote que transportaría al crucero al presidente, a sus edecanes y al propio Mañé. Pero, en un gesto repentino, Batlle llamó al jefe de su seguridad, el coronel Dufrechou, y le ordenó que embarcara primero él con toda la custodia.
Por su parte Batlle estaba armado, llevaba consigo su Colt 22 con seis balas prontas para ser disparadas.
Una vez que Dufrechou y los soldados subieron al “Uruguay”, Batlle sus edecanes y Mañé abordaron el segundo bote.
En el tercero iban Matilde, Ana Amalia y el personal doméstico y en el cuarto los hijos varones.

Al subir Batlle al barco de la Armada, le presentó armas en primer lugar la guardia de infantería y luego _y en segunda fila_ los marineros del crucero.
El mensaje era muy claro: se produciría un sangriento enfrentamiento si los oficiales de la Marina intentaban hacer prisionero al presidente de la República.
El viaje transcurrió sin inconvenientes.
Ocho días después, en el atardecer del 24 de enero, fallecía la hija del presidente…

http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?116219