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Guerreros Aborígenes de la Banda Oriental
#26
(VI)     Una opinión personal
 
            Quiero expresar aquí una opinión personal: a mí en particular, los textos de Eduardo Acosta y Lara no me acaban de convencer como prueba de la pretendida culpabilidad y alevosía de Rivera.
            Los repito para una mejor comprensión:
 
(I)        A Julián Laguna; 10 marzo 1831:
            " [Es] de la mayor importancia que el Sr. Gral. emplee todo su tino y destreza para hacer entender a los caciques que el Ejército necesita de ellos para ir a guardar las fronteras del Estado y que el punto de reunión será en las puntas del Queguay Grande, para cuyo fin se dirigen cartas a los caciques Rondeau y Juan Pedro... Si ellos no cumpliesen lo prevenido en las citadas notas particulares, es preciso no alarmarse por esto, disimularle y conservarles siempre en su inmediación y si posible fuese, reunido a ellos. Si se moviesen para el centro de la campaña es preciso seguirlos con cualquier pretexto para ver si se consigue que el todo o parte del Ejército se incorpore a la fuerza a las órdenes del Sr. Gral [quien] conocerá que en todas las medidas preventivas es importante la mayor prudencia para no aventurar una empresa que, realizada, traerá bienes muy efectivos al país, consolidando el crédito y reputación militar de los Jefes que la han presidido..."
 
(I) A Julián Laguna; 26 marzo 1831
            "[Marche] hacia las tolderías de los indios todos, a quienes prevendrá del próximo arribo del Gral en Jefe [él mismo] a dicho paraje, procurando observar en este movimiento todas las disposiciones de precaución y armonía que se le indicaron en las notas anteriores, infundiendo la mayor confianza a aquéllos y asegurándoles la buena disposición y amistad del Presidente hacia ellos. Y en suma, todo cuanto considere el Sr. Gral. que pueda contribuir al logro de la empresa que tanto promete a la prosperidad de la nación"
 
Quizás yo no lo esté comprendiendo bien (y en tal caso quisiera que se me corrija), pero en mi opinión  Rivera nunca dice que la finalidad de estas maniobras sea el exterminio de los Charrúas. Es más: ¿es dicho texto incompatible con el comienzo del parte de Rivera del 12 de abril de 1831:  "Después de agotados todos los recursos de prudencia y humanidad; frustrados cuantos medios de templanza, conciliación y dádivas pudieron imaginarse para atraer la obediencia y la vida tranquila y regular a las indómitas tribus de los charrúas..." etcétera ?
 
Si algo nos enseña la historia, es que Juan Ventura Ifrán también fracasó al intentar atraerse a los Charrúas en abril de 1800 y que luego se debió recurrir a una campaña militar para reducirlos. ¿No podría ser que en esta reunión Fructuoso Rivera intentara llevar a la obediencia a los indios, merced a la confianza de que gozaba entre ellos, pero que pese a todo terminase fracasando en sus tentativas y,  ya harto de charrúas, terminase por acabar con ellos?
 
Admitamos que Rivera era un hombre sin grandes miras intelectuales aunque, a diferencia de muchos caudillos de la época, era sumamente inteligente.
Es prueba de ello la actitud conciliatoria de Rivera con los españoles de la recién caída Montevideo, cuando se debió hacer cargo de los desmanes de las tropas de Otorgués. recomendaba Rivera a Julián Muniz en septiembre de 1816: "le encargo muy particularmente el tener orden, la mejor armonía con los comapñeros, que la tropa toda en general respete el derecho del vecino. El que cometa cualquier atrocidad, darle el castigo, y si es de mayor consideración, mándelo a mi presencia. Lo mismo le digo a ud, si algún vecino de esos destinos quisiese andarnos maliando, darle duro, aquí remítalo que lo fusilo al golpe" (1)
También el padre Dámaso Antonio Larrañaga tuvo muy buen concepto de su inteligencia: "Rivera inspira confianza, es jefe de orden; oye" (2)

Sin duda, era Rivera un caudillo paternalista al que no le gustaba que lo contradijeran. Pero en ningún momento se desprende de su biografía que mostrase crueldad o que fuese sanguinario. Sanguinario era Urquiza, por ejemplo, que luego de su victoria en India Muerta (1845) mandó degollar a 600 prisioneros orientales al son de música marcial (!) Cruel era Rosas, que imponía su puño férreo mediante los Mazorqueros, un grupo que hoy tildaríamos como asesinos o, cuando menos, "patovicas".
 
A causa de su propio paternalismo, Rivera es un hombre generoso, pues en esa misma generosidad y humanidad se hallaban las raíces de su poder. Dice Martha Canessa:
"la generosidad a que hiciéramos mención anteriormente, fue uno de los rasgos más sobresalientes de su capacidad para el desprendimiento de los bienes materiales y para el amparo de los abandonados. Los numerosos huérfanos que cobija junto a Bernardina [su esposa] (20 llega a albergar en la estancia del Arroyo de la Virgen en 1826); los campos que compra para José Augusto o para otros tan fieles y consecuentes como él, porque es preciso irles formando una fortuna, o porque es su deber restituírselos ya que los vendió como propios en los azares de las guerras, constituyen un centro permanente de sus preocupaciones. Las deudas que contrae ponen en peligro y terminan con su fortuna porque no administra, porque juega, porque da, porque todo lo ofrece al servicio de la causa.
"Esa generosidad se motiva en su humanidad, una humanidad que el áspero medio no proveía. No fue un caudillo sanguinario y la mezcla que poseía de comprensión y olfato socio-político, lo convirtieron en un puntal progresistas dentro de las limitadas perspectivas del momento. Fundó pueblos, acomodó familias e impulsó la obra del gobierno; atendió a las penurias socio-económicas y procuró hacer vivir las disposiciones sobre tierras que se sancionaron durante su primer mandato presidencial. De esas urgencias nacen también sus avanzadas contra los charrúas y los vagos, que hoy se envuelven en una leyenda negra, pero a las que, si les quitamos los matices irracionales y anacrónicos con que se les inviste, les encontramos explicación altamente plausible.
"La generosidad es, en un mundo desamparado, un valor supremo; pero ser rico y generoso no basta. Al respecto dice de Fructuoso Rivera José Enrique Rodó, en "El mirador de próspero": "De todos los caudillos del Río de la Plata, contando lo mismo los que le precedieron que los que vinieron después de él, Rivera fue el más humano; quizás en gran parte porque fue el más inteligente..." (3)      
 
¿Y entonces? ¿Cómo un hombre tan inteligente y humano realiza una trapisonda, traiciona a sus antiguos soldados y los extermina?

Aquí cabe preguntarse: por más habitantes aborígenes del Uruguay que fuesen los Charrúas: ¿podría haber en el país un grupo de personas que cumpliera las leyes y otro grupo que no, pese a que quisieran mantenerse viviendo en su cultura neolítica? Quizás estoy siendo un poco duro, pero en todos los países del mundo los indios cumplen las leyes del país, a pesar de poseer reservaciones o vivir en territorios especiales.

Leamos qué hacían en 1831 los Charrúas:
"La primera salida a la campaña -que va de enero a junio- la tiene que hacer [Fructuoso Rivera] antes de que pasen los dos meses iniciales de su mandato. Debe combatir las hordas de charrúas que en el norte del país -según reza el mensaje del Ministro Dr. José Ellauri- reunidos en más de 600 hombres "habían arrebatado tropas de mil y mil quinientas cabezas, a pesar de las medidas represivas tomadas por los dañados en defensa de sus intereses".  la  corresponencia de Don Frutos con [Julián] de Gregorio Espinosa de febrero 4 de 1831 nos dice mucho más que este mensaje, pues exterioriza que esos indios y gauchos, culpables de destrozos, violaciones, incendios y robos, son estimulados en sus fechorías por los extranjeros, especialmente los franceses que les compran los cueros. Han sido tales, la matanza y las pérdidas, que es realmente un verdadero desastre para la economía del país" (4)

Pero lean ahora esto:
"El 28 de marzo [de 1831; dos semanas antes de la acción de Salsipuedes y 18 días después  de la primera carta a Laguna], a pesar de que "los indios están como avispas", guarda aún esperanzas de que pueda  llegarse a una solución por la vía pacífica y exclama al amigo [de Gregorio Espinosa, un amigo personal de Rivera]: "¡ah! que glorioso Será Si se consigue que esta tierra tan privilegiada no se manchase con sangre humana[;] si sucediese así es preciso que no te vayas[;] quiero entonces tener el placer de irte a abrazar..." (5)

¿Y el resultado?
"La posible paz de la campaña, consecuencia del sojuzgamiento de los indios y la desaparición de sus devastadoras correrías, abrió a Don Frutos esperanzas de "poblar ventajosamente esa parte de nuestra Campaña que estaba tanto tiempo desierta. Por eso inició -en 1832- proyectos poblacionales" (6)
 
¡Epa! ¿Entre los dos supuestos documentos de exterminio Rivera habla de "tener esperanzas" de una solución pacífica? ¿Tiene sentido que el caudillor mienta en una carta privada cuando públicamente ordena exterminio? Este documento cambió totalmente mi punto de vista acerca de la cuestión charrúa. ¿Por qué este documento que vuelve incongruentes los textos citados por Acosta y Lara no es citado por ningún historiador?

 Hoy día, que está tan de moda la "historia sociológica" y el tener en cuenta que cada personaje es fruto de su época, ¿no se está pretendiendo medir a Rivera con varas modernas y -posiblemente- politiqueras, puesto que es el fundador histórico de uno de los Partidos Tradicionales? ¿Esto mismo no ha pasado con la Hecatombe de Quinteros y los Mártires de Paysandú, que tantos odios han desatado (y siguen desatando) entre nacionalistas y colorados? Yo, que no pertenezco al Partido Colorado, simplemente trato de juzgar a Fructuoso Rivera lo más objetivamente posible. La muerte de los Charrúas ocurrió, eso es innegable; pero de ahí a que haya sido efectuada con la premeditación y alevosía envuelta en una trama romántica que se sugiere, es una afirmación que no me atrevo a constatar.

Porque entonces me surge esta duda, contínua, molesta y sistemática: ¿la historia es cuestión de elegir los documentos que mejor se presten a los prejuicios de los historiadores, para luego manipularlos hábil y  conscientemente de forma que justifiquen  sus teoría preferidas?
 
Esta cuestión encuentra su total actualidad en la denuncia por apología de genocidio (7) que el investigador José Eduardo Picerno realizó contra Martha Canessa y su esposo, el ex presidente de la República Julio María Sanguinetti, por defender la figura de Fructuoso Rivera.
 
Citas:
 
(1) Martha Canessa de Sanguinetti; "Rivera, un oriental liso y llano"; Ediciones de la Banda Oriental; Montevideo; 1976; pág. 29.
 
(2) Idem; pág. 28.
 
(3) Idem; pág. 100 y 101.
 
(4) Idem; pág. 56.
 
(5) Idem.
 
(6) Idem; pág. 57.
 
(7) Ver los artículos:
 
Acusan a Sanguinetti y Martha Canessa... ; La República; Nº 2081; 24 enero 2006.
http://www.larepublica.com.uy/larepublica/2006/01/24/politica/200829/acusan-a-sanguinetti-y-martha-canessa-por-apologia-del-genocidio-de-charruas/
 
Sanguinetti realiza precisiones; La república; Nº 2361; 4 noviembre 2006
http://www.larepublica.com.uy/comunidad/228445-sanguinetti-realiza-precisiones-sobre-el-papel-de-rivera-en-la-cuestion-charrua
Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla. - Marco Tulio Cicerón
 
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RE: Guerreros Aborígenes de la Banda Oriental - danny - 02-09-2016, 01:54 AM

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