[Terminus]

CIRCULO MILITAR.

EDITORIAL

La esclavitud y la subordinación
Se entiende por esclavitud a aquella situación en la cual una persona, conocida como esclavo, era propiedad de otra, a la que se le denominaba amo. Se remonta a la Edad Antigua aunque no de forma equivalente en las distintas civilizaciones. Muchas veces los pueblos conquistados eran sacrificados y en otras ocasiones eran sometidos y pasaban a ser mano de obra, como esclavos. 

En otras oportunidades los esclavizaban como forma de pago de deudas. Como práctica social y económica fue muy utilizada en las sociedades greco-romanas. El status social de los esclavos era considerado inferior o inexistente en relación a las personas libres. Para filósofos de la época, la esclavitud era la garantía indispensable para que los hombres libres pudieran dedicar su tiempo a la política y hacer ejercicio del gobierno. 

En el Río de la Plata luego del descubrimiento y conquista, también hubo esclavos, en nuestro caso de origen africano, quienes fueron traídos como mano de obra barata al Uruguay hasta 1830. 
Cualquier tipo de actividad, tarea o trabajo podía obligarse a realizar y cumplir por los esclavos, excluyendo la política… 

Los sojuzgados estaban sometidos a sus amos, debían acatar cualquier tipo de órdenes dictaminadas por los dueños, sin discutir…solo acatar. Sus derechos eran continuamente avasallados. En realidad no tenían derechos, solo tenían obligaciones…Ni siquiera podían negociar y mucho menos discutir la paga de sus salarios. 
En 1842, en medio de la Guerra Grande, el gobierno de la época promulgó una ley de abolición de la esclavitud.
¿Es acaso la subordinación que deben los militares un sinónimo de esclavitud? ¿Ser subordinado significa ser un esclavo? 

Mucho se habla hoy de la subordinación de los militares, teniendo nada o poca idea de que se trata.
Los reglamentos militares proporcionan un concepto claro cuando dicen que la subordinación es el alma de la disciplina y ésta es “la relación entre el derecho de mandar y el deber de obedecer” siendo la base del orden constructivo que da la cohesión imprescindible a la Fuerza para el cumplimiento de la misión. También relatan que la disciplina tiene como piedras angulares la razón del fin y la rectitud del procedimiento. El superior tratará a su subordinado con toda dignidad, dándole el trato que se espera para sí.

Tal es así que la subordinación se logra de manera natural. Es una relación imprescindible y normal de cualquier estructura militar, que se nutre, se mantiene y sustenta en la lealtad que el subordinado le debe al superior. De idéntica manera, éste se la debe a aquél. 
Ambos tienen derechos, así como obligaciones, siendo estos dos requisitos cardinales y primordiales. Los militares no sólo lo sabemos, lo tenemos marcado a fuego en nuestra propia formación profesional, pero a veces en otros ámbitos se piensa que el superior sólo tiene derechos sobre el subalterno, olvidándose de la parte fundamental y esencial que son las obligaciones para con el subalterno. 

Esto es: la obligación de defender los derechos del subalterno como si fueran los propios. Eso es lo que distingue al sometimiento de los esclavos a sus amos, de la subordinación militar debida al superior.
En los hechos de notoriedad de los últimos tiempos con respecto al proyecto de ley de reforma de los retiros y pensiones militares, lamentablemente la autoridad política del ramo, no se sintió con el compromiso de proteger los derechos de sus subalternos. Estuvo ausente de toda la problemática social, que la proyectada ley ocasionará, sólo se resignó a cumplir con los lineamientos económicos que le fueron impuestos, olvidándose de esa otra parte tan importante que son sus deberes, castigando a los que menos tienen, a los que tienen los salarios más sumergidos de toda la administración pública. 

Ni solidaridad, ni equidad, ni justa redistribución de la riqueza, ni justicia social. Ninguno de esos conceptos tan esgrimidos parece ser merecidos por los militares. 
Como si fuésemos esclavos…