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Masoneria, Tenientes de Artigas y otras logias
#11
APUNTES UN MASON LLAMADO GIUSEPPE GARIBALDI
Por el Q.·.H.·. Luis Podestá G.

José Garibaldi (1807 – 1882) fue iniciado Masón, en Montevideo, en agosto de 1844, en la Logia “Les Amis de la Patrie” dependiente de la Gran Logia de Francia, según Trazados que guarda la Gran Logia de la Masonería del Uruguay, en su Archivo Histórico.
Cuando el Gran Oriente de Uruguay, obtiene su reconocimiento como potencia masónica regular el 17 de Julio de 1856 el “héroe de dos continentes” continúa relacionado con los Masones del Río de la Plata, que le reconocen su trayectoria en la Orden y le designan Miembro de Honor de su Logia Madre, tal como surge de los Cuadros Lógicos que se exhiben en el Palacio Masónico de Montevideo.

Cabe recordar que, después de haber sido reconocida como Potencia Masónica Regular, la Masonería del Uruguay autorizó por varios años, la presencia en su territorio de dos Logias de origen extranjero: “Les Amis de la Patrie” (dependiente de Francia) y “Acacia” (dependiente de Inglaterra).-

Garibaldi nació en Niza, el 4 de Julio de 1807, hijo de marino, en su juventud siguió desde adolescente la vocación de su padre, realizando sus primeros viajes al Mar Negro.
Toma contacto con el Socialismo de Saint Simon y, en 1833, se afilia a “Joven Italia”, la sociedad secreta fundada por José Mazzini. Ingresa a la marina de guerra donde difunde nuevas ideas entre los marinos, siendo descubierto y acusado de complot, debe huir y es condenado a muerte en ausencia.
Se embarca, en 1834, como segundo capitán en un barco que parte para Brasil y a su arribo pasa a servir en la “Revolución Farrouphila Republicana” de Río Grande del Sur, en la que están comprometidos varios exiliados italianos, como Livio Zambeccari, Rossetti y otros. Sirve a la Revolución como Jefe de la pequeña escuadra Riograndense.

Arriba a Montevideo, en 1841, por tierra, arreando una tropa de ganado vacuno. Asume como Jefe de la marina de guerra del Gobierno de la Defensa. Organizó y fue Jefe de la Legión Italiana de Montevideo. Como tal emprende numerosas operaciones entre las cuales el 8 de Febrero de 1846, la Batalla de San Antonio (Salto).
Poco después, en 1848, se embarca de regreso a Italia, con menos de cien de los hombres de su Legión, cuya mayor parte queda en Montevideo entre los que acompañaron a Garibaldi, estaba su querido Secretario Andrés Aguiar quien muere a principios de 1849 cuando los Franceses atacan la República de Roma.

Ya en la Península itálica, en 1849, combate por la República de Roma, siendo derrotado por el ejército Francés.
En septiembre de 1851, desde América Central tomó un vapor que lo llevaría al Callao. Esa nave se detuvo temporalmente en Paita, puerto norteño del Perú, donde conoció a Manuelita Sáenz, quien había sido compañera y amante de Simón Bolívar.
Seguramente con la ya anciana Manuelita conversó acerca de Bolívar, personaje que al igual que Garibaldi fue masón, libertario y luchador por la independencia de su patria. Un miembro de la colectividad italiana, el señor Pietro Denegri le dio el comando del “Carmen”, un barco de 400 toneladas, en el que Garibaldi emprendió un viaje a China.

En Lima y Callao, al igual que en casi todos los puertos latinoamericanos, en esos años se habían establecido pequeñas pero activas colonias de genoveses, mercaderes y marinos, que constituían la punta de avanzada de la moderna inmigración italiana en América. En Perú había demanda de capitanes de barcos, pues la marina mercante estaba en expansión. Garibaldi buscaba empleo, en espera de una mejoría de las condiciones políticas en Italia.
Garibaldi, adquirió la ciudadanía peruana, como condición para poder obtener la licencia de capitán de barco. Apenas quince días después de su arribo, el 20 de octubre, el capitán peruano Manuel de la Haza declaraba que Garibaldi: “natural de Génova y ciudadano peruano... había demostrado suficiente inteligencia en la náutica y en los mares de Europa y de América y en número mayor de viajes que los que se requieren para aspirar a la clase de piloto de altura”. Garibaldi había estado buscando en Estados Unidos una licencia para navegar, cosa que allí no pudo obtener.

En Perú funcionaba una cédula de la “Giovane Italia”, liderada por el médico genovés Manuel Solari, primo de Mazzini, quien también era refugiado político. Solari fue quien contactó a Garibaldi con un comerciante genovés, Pietro Denegri, quien estaba incursionando en el comercio de guano, sustancia fertilizante producida por las aves que se alimentan con los peces de la corriente fría del Pacífico Sur y que anidan en la costa peruana.
En noviembre Garibaldi realizó un viaje a unos 500 km. al sur de Lima, para cargar guano. Durante el tiempo de carga desembarcó en Pisco y visitó unos cuantos lugares del departamento de Ica, recibiendo la entusiasta acogida de varios inmigrantes ligures que se habían asentado allí.

A pesar de la fama que tenía Garibaldi, en el Perú no tuvo ningún reconocimiento oficial, pues era prófugo político. Y Giuseppe Canevaro, el cónsul del reino de Cerdeña, de filiación monárquica, observó una actitud de distancia frente a él, obedeciendo disposiciones de las autoridades de Turín. A Garibaldi los militares del Perú lo admiraban debido a sus gestas en la guerra contra Rosas y en la defensa de Roma. El gobierno del Perú era republicano, pero la mayor parte de la población odiaba tal sistema, por las continuas revoluciones que en el pasado habían asolado al país, y por el continuo despojo de la hacienda pública. En realidad las autoridades peruanas no podían hacer ningún reconocimiento oficial a Garibaldi para evitar enfrentamientos diplomáticos con el reino de Cerdeña, con el que tenían interés de estrechar relaciones diplomáticas.

El 10 de enero de 1852 Garibaldi partió hacia Cantón (China), llevando un cargamento de guano en el velero “Carmen”, que había sido adquirido poco antes por Pedro Denegri en San Francisco. La tripulación de ese barco estaba compuesta casi íntegramente por ligures. El viaje de Garibaldi al Oriente duró un año, pues regresó en enero de 1853. Además de tocar las costas de China, tocó también las de Australia. Este viaje generó polémicas entre los biógrafos de Garibaldi. Algunos señalaron que en la travesía de retorno, se habrían traído trabajadores chinos, los denominados culíes, que en esos años comenzaban a llegar al Perú. En realidad se trataba de un tráfico de semi esclavos, pues los contratos eran hechos en forma poco clara y los trabajadores eran “vendidos” a los hacendados peruanos para trabajar en plantaciones, en condiciones muy duras y sin libertad para salir de las haciendas. De estos hechos que maliciosamente se le atribuyeron a Garibaldi no se han encontrado evidencias. Lo que se sabe con certeza es que, cuando Garibaldi ya no estaba en el país sudamericano, el velero “Carmen”, que seguía en posesión de Denegri, estuvo dedicado al transporte de colonos chinos al Perú.

El lugarteniente de a bordo de ese barco narró detalles interesantes de la travesía de regreso a un periódico italiano. Contó que se dieron varias dificultades: una tormenta obligó a cambiar el rumbo lo que originó pérdida de tiempo y que los alimentos y el agua se terminaron antes de lo previsto y debieran ser racionalizados. Los tripulantes tuvieron que pescar para tener comida e incluso cazar ratas a bordo. La situación se hizo bastante difícil por la queja de los tripulantes. Garibaldi debió enfrentar un conato de motín, cosa que pudo evitarse gracias a su carisma personal; arengó a los tripulantes como cuando estaba en el campo de batalla y debió evitar que varios se tirasen al agua en plena tormenta, pues pensaban que el barco estaba por hundirse. He aquí un extracto de las declaraciones del tripulante: “La tormenta duró tres días, que nos parecieron tres siglos de agonía. Sin Garibaldi la tripulación se hubiera ahogado antes que soportar los tormentos por los que pasó... Garibaldi no era un hombre que nos comandaba, era un semidiós... Pero no estábamos al final de nuestras desventuras, pues el armador Denegri daba a los marinos de sus barcos la menor cantidad posible de víveres, por temor a que se malograsen... Los males que sufríamos se hacían intolerables, nuestras pupilas brillaban con luz enfermiza, el delirio se adueñó de nuestros sentidos y una sangrienta revuelta estuvo a punto de estallar. Solamente la capacidad de Garibaldi y su prestigio pudieron evitarla...”.

Finalmente la barca “Carmen” llegó al Callao, con la tripulación famélica. Antes del regreso de Garibaldi de su viaje a China, se reunieron en Lima numerosos refugiados republicanos italianos a la espera de su retorno. Fue objeto de muchas atenciones por parte de sus partidarios y se realizaron banquetes en su honor. Manuel Solari, el representante de la “Giovane Italia” en el Perú, en esta oportunidad vendió bonos a favor de esa organización para financiar actividades militares en Italia. La presencia de Garibaldi durante esos meses ha dejado recuerdos en el Perú. Uno de ellos se refiere a sus actividades en la masonería peruana, pues según testimonios de viejos masones del Callao, Garibaldi asistió a una reunión en ese puerto donde se inauguró una sección que recibió el nombre de “Cruz Austral” a sugerencia del mismo Garibaldi, el cual se había quedado impresionado por la constelación de la Cruz del Sur durante el viaje que acababa de realizar a China y Oceanía.

Durante su estadía en el Callao, Garibaldi frecuentó a numerosos inmigrantes, con los que compartía sus anhelos por la independencia italiana. Varias anécdotas al respecto fueron recogidas posteriormente por Nino Barazzoni, médico que trabajó en el Callao. Es que para los inmigrantes italianos de Lima y el Callao, Garibaldi se convirtió en leyenda viviente y símbolo de la lucha por la unidad italiana.
Numerosas pulperías tenían una efigie del héroe y hasta se puso su nombre a varias compañías de bomberos en Chorrillos y a una en el Callao. En ésta se conserva aún la carta autógrafa de Garibaldi, escrita en Caprera, su última morada, en la que el nicence concede el permiso para que fuera usado su nombre. Varios inmigrantes italianos residentes en Perú hicieron acuñar, en 1862, una medalla conmemorativa de la operación quirúrgica hecha a Garibaldi por los médicos Nélaton y Zanatti, quienes le extrajeron la bala que lo había herido en la famosa batalla de Aspromonte.

Garibaldi mantuvo su relación con círculos republicanos italianos en América Latina, que estuvieron bastante activos hasta la década de 1860. Las conexiones exteriores de los republicanos italianos se evidenciaron en la campaña internacional que se llevó a cabo para defender los intereses del Perú.
En 1860, emprende la “Campaña de los mil” a Sicilia. En la Batalla de Aspromonte, en 1862, es herido y hecho prisionero por el ejército de Piamonte.
En 1867, se produce la derrota de Mentana y el 20 de Setiembre de 1870 las tropas italianas entran en Roma.
Garibaldi excluido de la toma de Roma va en defensa de 2º República Francesa, donde mantiene el frente de los Vosgos, durante la guerra Franco Prusiana, deteniendo a los alemanes en Dijon y Chatillon. Fue electo diputado de la Asamblea de Francia.

En 1874 es electo diputado del parlamento italiano.
El 2 de Junio de 1882, muere en la isla de Caprera, donde a su vejez se había retirado.
Escribir sus memorias fue una constante en la vida de Garibaldi y ya en la isla de Caprera realizó lo que llamó “la Revisión de mis Memorias” editadas en Madrid en 1888.
Su “prefacio a mis memorias” es un Resumen impactante a su azarosa existencia.
Dice Garibaldi: “mi vida ha sido impetuosa: compuesta del bien y el mal, como creo está la mayor parte de las gentes. Tengo la conciencia de haber buscado siempre el bien para mí y para mis semejantes. Si alguna vez hice el mal, fue sin quererlo.
Odio la tiranía y la mentira con el profundo convencimiento de que ellas son el origen principal de los males y de la corrupción del género humano. Soy Republicano, porque este es el sistema de gobierno de las gentes justas, sistema modelo cuando se adquiere y, por consecuencia, no se impone con la violencia y la impostura. Tolerante y no exclusivista, soy incapaz de imponer a alguien por la fuerza mi Republicanismo...”
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
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#12
La influencia de Garibaldi también fue fuerte en Perú, alentada por la comunidad italiana. 

Igual que Uruguay en su momento (y que otros países como Italia, Estados Unidos, Hungría, Grecia), Perú contó con tropas garibaldinas que pelearon en la guerra del Pacífico.

[Imagen: garibaldino%20peru_zpstfvhp3xz.jpg]
-- Invencibles combatieron el 8 de febrero de 1846 --
 
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#13
Cierra el Colegio Jose Pedro Varela, un icono de la masoneria.

http://www.elpais.com.uy/informacion/cie...dicen.html
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
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#14
Humanum genus

El 20 de abril de 1884, en el Vaticano; el papa León XIII publica su encíclica “Humanum genus”, en la que afirma de forma muy polémica para la época; que el dios judeocristiano “Yahvé” desde los orígenes dividió a la raza humana en dos grupos opuestos: los católicos romanos, que lucharían por la verdad y la virtud de los hombres en nombre de Él; y por el otro lado el reino de Satán que era asistido por la masonería abiertamente y donde se incluían a los “infieles” desde protestantes hasta musulmanes.

La declaración y la interpretación del mismo sería objeto de estudio de cientos de científicos y teólogos de la época, prestándose diversas versiones, en las cuales algunos defenderán que los escritos fueron malinterpretados entre los conceptos “Católicos romanos” y el “Reino de Dios”, siendo este ultimo el verdadero significado que quiso otorgar el Sumo Pontífice.

Otros tantos afirmaran que era una muestra de poder del Vaticano para tratar de retener fieles en un momento donde los Estados Nacionales en Europa se alejaban de la Iglesia y fomentaban la cultura laica. Sea como fuere, una publicación que dividió a los estudiosos durante muchos años, y donde el papa no emitió comunicado retractándose, ni confirmando nada.

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"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
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#15
Donde dice "Asociaciones civiles" debe leerse MASONERIA Angry . Obviamente que tambien los masones militares han hecho su aporte a esta denuncia. Las lealtades paralelas de estos HH:.

Piden renuncia del comandante en Jefe del Ejército
Asociaciones civiles rechazan actuación oficial en misa.
FOTO

[Imagen: 555a0f1946f7d.jpg]
Comandante en jefe del Ejército Guido Manini Ríos. Foto: F. Flores

25 may 2016
Nueve asociaciones civiles piden la renuncia del comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, y del comandante de la Fuerza Aérea, Alberto Zanelli. Entienden que su participación en la misa del miércoles pasado, por el aniversario del Ejército, convocada por el sistema de mensajería oficial y a la que acudieron con uniforme, es una violación de la Constitución y de la "institucionalidad laica".

En una declaración difundida el lunes, las asociaciones civiles entre las que se destaca la Asociación Internacional del Libre Pensamiento, condenan que durante la misa se haya dicho que los militares católicos son como "soldados de Cristo", olvidándose que "la única obediencia que tienen los militares es ante la Constitución de la República".
Durante la ceremonia religiosa llevada a cabo en la catedral, Manini Ríos le regaló al cardenal Daniel Sturla un cuadro "en nombre del Ejército Nacional".

Para los colectivos firmantes el hecho es un agravante, como también el discurso del comandante en jefe, en el que agradeció a Sturla "por haber presidido la Santa Misa, por sus palabras esclarecedoras durante la homilía, por la paz que lleva a cada uno de nosotros".
Al igual que los cuatro diputados colorados que rechazaron el acto, las organizaciones civiles exigen las explicaciones del ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, "ante este nuevo atropello a la laicidad y el Estado Laico". La convocatoria para la misa se realizó por el sistema de mensajes del Ejército, que cubre a unos 1.500 oficiales y jerarcas.

Una vez comenzada la ceremonia, dicen los legisladores colorados, el departamento de Comunicación del Ejército cubrió el evento y tomó fotos, como si se tratase de un acto oficial.
No es la primera vez que los órganos castrenses están vinculados al quebrantamiento de la laicidad: el propio Sturla inauguró el año pasado una capilla en el Hospital Militar. En ese hospital además se formó un departamento de asuntos religiosos, bajo el mando del sacerdote católico Genaro Lusararián, aunque las autoridades dicen que la propuesta está a estudio.
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También a estudio está la entrega de biblias y bendiciones a soldados que participarán de misiones de paz, aunque solo si el "oficial lo desea".
Ante este escenario, las asociaciones civiles llaman a la ciudadanía a defender la laicidad

[url=http://www.elpais.com.uy/informacion/piden-renuncia-comandante-jefe-ejercito.html]http://www.elpais.com.uy/informacion/piden-renuncia-comandante-jefe-ejercito.html
 
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#16
[Imagen: 13319787_1601931390121567_82441020432993...yiujvs.jpg]

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#17
Una campaña anti católica, disfrazada de defensa de la laicidad, es lo que han emprendido un conjunto de asociaciones y organizaciones civiles, que estimo hacen más bulla por el número de denominaciones que integran ese corporativismo que por la cantidad de ciudadanos que las integran.

Entre ellas se encuentran: Apostasía Colectiva Uruguay, Asociación Civil Trazos, Asociación Civil 20 de Setiembre, AILP (Asociación Internacional del Libre Pensamiento), AULP (Asociación Uruguaya de Libre Pensadores), AUDEPRA (Asociación Uruguaya en Defensa del Pensamiento Racional), Círculo Escéptico Uruguay, Club Teresita Garibaldi y SAEL (Sociedad de Amigos de la Educación Laica).

Nadie, que se precie de un espíritu democrático, podrá argumentar en contra de que se puedan expresar las ideas de todos, con independencia del menguado o nutrido número de individuos que se afilien a ellas. Y con independencia, también, de lo anacrónico que puedan parecer alguno de los –llamémosle- pensamientos, incluso de aquellos que conspiran contra la evolución del pensamiento humano.
En una sociedad democrática todos tienen derecho a manifestar sus ideas, a expresar públicamente su identidad y a vivir de acuerdo a sus creencias; siempre y cuando nada de esto signifique atentar contra los derechos ajenos o el bien común de la sociedad.

Pero aquí está en vilo precisamente esto último, puesto que las acciones y manifestaciones de estas organizaciones, tienen por propósito, lisa y llanamente, la desaparición de la Iglesia Católica. En primer lugar desaparición de la vida pública del Uruguay, en segundo término desaparición de la influencia que pueda ejercer la Iglesia con su doctrina social sobre todo a nivel educativo, y en el colmo de las pretensiones desaparición de todo lo católico en el relato de la historia nacional, como si la Iglesia nada tuviera que ver con la identidad oriental y con la parición de la Patria. Nos enfrentamos, ciertamente, a una campaña anti católica que creíamos ya superada en el Uruguay del siglo XXI.
Para muchos, decir “campaña anti católica”, no significa nada, ni suena a menoscabo alguno, sin embargo ¿qué se diría o pensaría si habláramos de campaña anti semita o campaña anti inmigrantes o anti democrática?

Pero esto se debe en gran medida al peso colosal de los prejuicios eclesiofóbicos que subyacen en el inconsciente social, producto precisamente de las operaciones montadas a escala mundial por un sin número de grupos sin escrúpulos que ven en la Iglesia Católica al enemigo que es capaz de estropearles sus espurios intereses. Y han diseminado como peste una serie de leyendas negras vinculadas principalmente con la historia de la Iglesia.
No es mi pretensión, al decir lo anterior, disminuir un ápice la no poca responsabilidad que nos corresponde a quienes, diciéndonos católicos, en razón de nuestro anti testimonio, alimentamos todo tipo de recelos contra la Iglesia. A veces parecería que no necesita la Iglesia los enemigos de fuera, pues le basta con los de dentro. Y es aquí, pienso, dónde se encuentra la mayor debilidad de la Iglesia de Jesucristo.

Volvamos por un momento a las organizaciones laicistas, apostáticas, anticlericales de corte masónico, hijas de la ilustración con cierta cuota contemporánea de ideología de género, las que hasta no hace poco tiempo parecían dormir una larga siesta. Pero lo cierto es que la quietud era pura apariencia, en realidad movían sus hilos y estratagemas como les gusta a ellas, desde lo oculto, en las sombras, en lo secreto, sin mostrarse a cara descubierta.

Soñaban despiertos que su plan se encaminaba a la consumación sin posibilidad de retorno; su anhelo más preciado, su visión teleológica de un mundo sin Iglesia Católica, tarde o temprano estaba por cumplirse de manera irreversible, ya celebraban el triunfo y brindaban por anticipado, como Brasil en el 50.
Pero no contaban con algo en lo que no creen: a la Iglesia la guía, la gobierna y la protege el Espíritu Santo. Con la asunción del Papa Francisco, comenzó su desasosiego, volvieron a su estado más natural: la desesperación, porque en realidad nada esperan más allá de sí mismos. Descubrieron, cada vez con mayor preocupación, que sus especulaciones y vaticinios, acerca del final inminente de la Iglesia, se les iban al tacho.
El engendro anticlerical había sido provocado y motivos no le faltan.

Se vieron obligados a salir del mundo de las tinieblas, en dónde se sentían cómodos, pues su sórdido plan ya no les daba resultado. Comunicado tras comunicado primero arremetieron y condenaron las -según ellos- impropias injerencias del Cardenal Sturla en cuestiones “políticas”, nos quisieron callar pero ya no les funcionó la estrategia, la Iglesia siguió hablando. Luego le toco el turno condenar la jura de la bandera en la Catedral por parte de colegios católicos, después la inauguración de la capilla en el Hospital Militar, en el límite de lo soportable tuvieron que oponerse a la instalación de la imagen de la Virgen María en la Rambla del Buceo, y la lucha continúa, ahora la misa por el día del ejército Nacional y su pedido de dimisión o remoción de los comandantes en jefe del Ejército y de la Fuerza Aérea por participar uniformados en la misa.

En ninguna de estas cuestiones se nos va la vida a los católicos, hay cosas incomparablemente más importantes, pero contra esas -las importantes- no pueden hacer nada.
En el Uruguay ha comenzado para la Iglesia una etapa nueva, un nuevo Pentecostés la anima.
En la Arquidiócesis de Montevideo son evidentes los logros en la educación, allí donde nadie apostaba a la esperanza, es la Iglesia con sus obras de vanguardia, como el Liceo Jubilar, el Liceo Providencia, la Fundación Sophía, los colegios insertos en los barrios más populares de la ciudad y las innumerables obras educativas como Tacurú, Los Pinos, el Proyecto Gurisaes, la Obra Banneux y tantas otras, que interpelan a todo el sistema educativo nacional formal y no formal.

La Iglesia está intentando poner nuevamente a Cristo y la evangelización en el centro de sus desvelos, aunque muchos piden que desvíe su atención y sus fuerzas hacia cuestiones meramente sociales. Ya no se deja manipular ni convencer tan fácilmente por quienes intentan hacer que no reaccione ante los ataques que sufre, que sumisamente calle su voz, que se deje vilipendiar por cualquier ignorante o mal intencionado. Sin perder la caridad, siempre como una Madre amorosa, la Iglesia no se dejará pisotear.
Una nueva fuerza nace en la Iglesia. Nuevas iniciativas de laicos se suman a los programas de Evangelización que propone la Arquidiócesis.

Se están organizando jornadas de Adoración Eucarística en varias parroquias. En el Rosario por las familias que se reza en el Buceo, asisten 10.000 personas cada año. Todos los veranos en varios barrios de la ciudad se realizan numerosas misiones juveniles. Varias son las iniciativas de formación, oración y apostolado que han surgido en Internet. Páginas web, blogs, grupos en las redes sociales, son utilizados por laicos para difundir la Buena Noticia.
Hoy existe un liderazgo claro, además de una visión a largo plazo y un fuerte compromiso del Cardenal Sturla con la Evangelización, que para este año 2016 se cristaliza en los siguientes programas: Fundación Sophía, Instituto Arquidiocesano de Formación, Equipo de Primer Anuncio, Proyecto Ministerio de Música, Proyecto Puertas Abiertas y Departamento de Comunicación Social.
Tienen motivos -sin dudas que los tienen- para estar molestos quienes cavilaban que la Iglesia estaba en agonía de muerte.

Pbro. Pablo Coimbra
“Dulce et decorum est pro patria mori”
 
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#18
Debate por militares en una misa en la catedral
Legisladores de la comisión de Defensa de la Cámara de Representantes analizaron ayer con el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro, la participación de oficiales del Ejército, encabezados por su comandante Guido Manini Ríos, en una misa celebrada en la Catedral Metropolitana. Todo quedó en una contraposición de interpretaciones sobre la Constitución y una ley de hace 105 años.
  • [url=http://www.uruguaymilitaria.com/Foro/javascript:%20void(0);] [/url]

16 jun 2016
El pasado 18 de mayo, en ocasión de conmemorarse el aniversario del Ejército, un grupo de oficiales de las Fuerzas Armadas encabezado por los comandantes del Ejército y de la Fuerza Aérea, Manini Ríos y Alberto Zanelli, respectivamente, participó de una misa celebrada en la catedral, presidida por el arzobispo Daniel Sturla. Además, para la convocatoria los comandantes utilizaron los sistemas institucionales de mensajería, los militares concurrieron a la ceremonia con sus uniformes y Manini Ríos hizo uso de la palabra en dicho acto religioso, entregando un obsequio al cardenal Sturla en nombre Ejército.
Esto hizo que el ministro y el comandante Manini Ríos fueran recibidos ayer por la comisión de Defensa de Diputados. El militar aclaró que pidió permiso al ministro para ir a la misa y que Fernández Huidobro lo autorizó.
Al respecto, el diputado colorado Ope Pasquet dijo que la "participación institucional" del Ejército en la misa de la Catedral Metropolitana "va en contra de la Constitución y de una ley de 1911 que dice que el Ejército no participará en ceremonia religiosa alguna". Según el diputado "en el orden jurídico uruguayo no lo puede hacer". Y afirmó que "aunque hay muchos partidarios de la laicidad, somos pocos que queremos defenderla".
"Todos estamos de acuerdo en que hay que defender la laicidad. Lo que pasa es que parece que no todos hablamos de la misma cosa", afirmó el diputado del Partido Independiente, Daniel Radío. Dijo que el artículo 5 de la Constitución consagra la libertad de cultos
Opinó que ningún culto religioso se sostiene desde el Estado. "Laicidad no quiere decir antirreligiosidad. No hubo violación de la laicidad en este caso", afirmó.
Y el diputado nacionalista Rodrigo Goñi dijo que "de ninguna manera puede considerarse que el comandante violó la laicidad".

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#19
Masonería rechaza que siembren “dudas” sobre sus fines

[Imagen: escuadra-y-compas-mason.jpg?itok=0BOKCRKI]


 Busqueda
Nº1874 - 07 al 13 de Julio de 2016
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La Gran Logia de la Masonería uruguaya considera una “profunda injusticia” la consulta que el Poder Judicial de Paraguay presentó ante la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial sobre si la pertenencia a logias masónicas afecta la independencia de los jueces.
En una carta dirigida al presidente de la Suprema Corte de Justicia, Ricardo Pérez Manrique, y a la que accedió Búsqueda, la Masonería expresó que le “preocupa el tenor de la consulta”, ya que “trasunta ignorancia, prejuicio y discriminación” hacia la institución.

El jueves 30, Búsqueda informó que ante la consulta de Paraguay, la Comisión dijo que si bien no hay “incompatibilidad” entre la pertenencia a la Masonería y la función de juez, es conveniente desde el punto de vista ético que los magistrados declaren a qué asociaciones están afiliados.[url=http://www.busqueda.com.uy/nota/presidente-de-la-corte-esta-favor-de-que-jueces-digan-si-integran-la-masoneria-porque] Consultado al respecto, Pérez Manrique dijo que compartía la decisión del tribunal, ya que “está en línea con la necesaria transparencia en el funcionamiento del sistema de Justicia”
.

A raíz de eso, la Masonería decidió enviar una carta al ministro para informarle sobre la institución e invitarlo a visitar la sede. Indicaron que la Masonería está presente en Uruguay desde 1856 y es una institución “independiente y soberana” que “tiene por objeto la búsqueda de la verdad, el estudio de la moral y la práctica de la solidaridad”.
“Está integrada por personas con distintas convicciones políticas y creencias religiosas, origen étnico y posición social y económica (…) que tienen el derecho a emitir libremente sus ideas”, añadieron. “Por lo expuesto, sentimos como una profunda injusticia la formulación dada a la consulta del Poder Judicial de Paraguay y celebramos que la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial haya descartado cualquier sospecha al respecto”.

“Sin embargo —prosigue la carta—, sabedores que los enemigos de la libertad de conciencia y de la expresión del pensamiento aún acechan en el siglo XXI y que suelen servirse de la tradicional discreción de la Masonería para sembrar dudas acerca de su verdadera naturaleza y fines, es que nos permitimos hacerle llegar estas líneas, aprovechando la oportunidad para invitarlo a visitar nuestra sede para poder profundizar a propósito de este y otros aspectos”.

El ministro de la Suprema Corte, Jorge Chediak, ha reconocido públicamente su adhesión a la Masonería. Consultado por Búsqueda, dijo que “haría hincapié en que la consulta a la Comisión fue efectuada por el Poder Judicial de Paraguay, cuya realidad institucional es muy diferente a la del Poder Judicial de Uruguay”.

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#20
Una de las "franquicias" de la masoneria

Recuerdan legado del fundador del Rotary
El Cementerio Británico será escenario hoy de una evocación singular, al conmemorarse este año el 150° aniversario del nacimiento de Heriberto Percival Coates, fundador del Rotary Club de Montevideo e impulsor de ese movimiento en Uruguay.

19 ago 2016
La actividad tendrá lugar en la Capilla del Cementerio, a las 19:00 horas, con entrada libre, y contará con la presencia del Dr. Leonardo Guzmán, disertante invitado por las autoridades del Rotary Club de Montevideo para este homenaje que recordará el legado de un hombre y de una institución casi centenaria que mantienen su plena vigencia.

El Rotary Club de Montevideo fue fundado en 1918, a impulso de Coates, comerciante inglés radicado en Uruguay, quien trajo en 1916, luego de un viaje a Estados Unidos, la idea de establecer un Club Rotario. El 12 de julio de 1918 se llevó a cabo la primera reunión en los salones del Gran Hotel Pyramides (Ituzaingó 1345).

Desde su fundación se constituyó en un semillero de clubes en la región, lo que permitió que en pocos años se difundiera el ideal rotario en toda América del Sur. En 1919 se fundó el Rotary de Buenos Aires; en 1922 el de Lima; en 1923 los de Río de Janeiro, Rosario (Argentina) y Valparaíso (Chile); un año más tarde, el de Santiago de Chile, y en 1925 los de La Plata (Argentina) y São Paulo (Brasil). Hoy en nuestro país hay aproximadamente cien clubes rotarios.
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