05-13-2016, 02:54 PM
FEDERACIÓN URUGUAYA DE AEROCLUBES
Peligra formación de pilotos civiles
Nueva reglamentación incrementa el costo operativo para los aeroclubes uruguayos.
FOTO
![[Imagen: 57350b9fe7473.jpg]](http://www.elpais.com.uy/files/article_main/uploads/2016/05/12/57350b9fe7473.jpg)
Los aeroclubes nacionales forman nuevos pilotos. Foto: Ricardo Figueredo
PABLO MELGAR13 may 2016
El proceso de formación de pilotos civiles podría atravesar dificultades en el futuro cercano. La Dirección Nacional de Aviación Civil (Dinacia) modificó la regulación que atiende las academias de vuelo, cuyos titulares son mayoritariamente los aeroclubes, agregando algunos costos que hasta ahora no existían.
Desde el año 1913 los aviadores uruguayos tienen dos caminos para formarse: la Fuerza Aérea Uruguaya o las escuelas de vuelo que llevan adelante los aeroclubes de todo el país. Hace cinco años surgió una academia privada de enseñanza de vuelo.
El sábado 7 de mayo la Federación Uruguaya de Aeroclubes (FUDA) realizó su asamblea anual en la ciudad de Florida, allí se eligieron nuevas autoridades y se evaluó el escenario generado a partir de la nueva reglamentación.
En ese marco, la organización difundió un comunicado a sus afiliados donde se indica que refuerza "su ferviente intención de seguir fomentando la aviación dentro del entorno de las exigencias de este mundo tan conectado, tan digitalizado, tan frenético".
Los aeroclubes de todo el país tendrán que incrementar la infraestructura edilicia con salones especiales, zonas de servicios y contratar a dos gerentes si pretenden dictar clases como hasta ahora.
Se trata de una normativa (conocida en el mundo de la aviación civil como LAR 141) que se viene difundiendo y aplicando de manera progresiva desde el año 2015.
El ingreso principal de los clubes aéreos proviene de las cuotas sociales. Por lo general, hacen un festival aéreo en apoyo de alguna causa social o para juntar fondos para organizaciones de ayuda. De hecho, por razones legales, no pueden tener objetivos de recaudación.
"Los aeroclubes son asociaciones sin fines de lucro, pequeñas. No tienen un poder adquisitivo para poder cumplir con esos requisitos", explicó a El País el secretario de FUDA, Edgardo Tagliani.
Mientras tanto, se vienen desarrollando conversaciones entre los representantes de los aeroclubes y la Dinacia buscando una "figura" que permita cumplir con los requisitos establecidos y cumplir con el objetivo de dar clases.
Tagliani se mostró optimista respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo que permita resolver las diferencias.
Cambios.
Mientras tanto, en círculos políticos se viene estudiando desde hace varios años la posibilidad de cobrar a los pilotos de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) que se retiren para trabajar en compañías civiles de aviación.
En tal caso, de prosperar los planes, la legislación permiti-ría a la FAU recuperar parte de los fondos invertidos en la capacitación del personal que pasaría a desempeñarse en el sector privado.
PROCESO DE APRENDIZAJE.
Enseñanza para volar es exigente.
Aprender a volar es algo muy exigente en lo que hace a los aspectos físicos y psíquicos de los postulantes pero también desde el punto de vista económico. Todo el proceso de aprendizaje debe ajustarse a la normativa internacional y nacional.
Conseguir la habilitación para pilotar (o brevet) puede exigir entre 40 y 50 horas de vuelo, como mínimo, a un precio de US$ 100 cada una, según el lugar donde se haga la instrucción.
Tras el primer curso, se accede al título de piloto privado, luego se aprende a navegar con instrumentos y finalmente, se accede a la posibilidad de ser "piloto comercial", un título que, se supone, otorga la oportunidad de trabajar en compañías internacionales de aviación.
A su vez, luego de ser contratados por las compañías, los pilotos deben realizar cursos específicos de acuerdo al avión en que les corresponda hacer su tarea. También están obligados a cumplir con exámenes médicos, psíquicos y profesionales, así como deben cumplir con distintas etapas de entrenamiento y calificación en lo referido a cambios tecnológicos y códigos de comunicación.
Peligra formación de pilotos civiles
Nueva reglamentación incrementa el costo operativo para los aeroclubes uruguayos.
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Los aeroclubes nacionales forman nuevos pilotos. Foto: Ricardo Figueredo
PABLO MELGAR13 may 2016
El proceso de formación de pilotos civiles podría atravesar dificultades en el futuro cercano. La Dirección Nacional de Aviación Civil (Dinacia) modificó la regulación que atiende las academias de vuelo, cuyos titulares son mayoritariamente los aeroclubes, agregando algunos costos que hasta ahora no existían.
Desde el año 1913 los aviadores uruguayos tienen dos caminos para formarse: la Fuerza Aérea Uruguaya o las escuelas de vuelo que llevan adelante los aeroclubes de todo el país. Hace cinco años surgió una academia privada de enseñanza de vuelo.
El sábado 7 de mayo la Federación Uruguaya de Aeroclubes (FUDA) realizó su asamblea anual en la ciudad de Florida, allí se eligieron nuevas autoridades y se evaluó el escenario generado a partir de la nueva reglamentación.
En ese marco, la organización difundió un comunicado a sus afiliados donde se indica que refuerza "su ferviente intención de seguir fomentando la aviación dentro del entorno de las exigencias de este mundo tan conectado, tan digitalizado, tan frenético".
Los aeroclubes de todo el país tendrán que incrementar la infraestructura edilicia con salones especiales, zonas de servicios y contratar a dos gerentes si pretenden dictar clases como hasta ahora.
Se trata de una normativa (conocida en el mundo de la aviación civil como LAR 141) que se viene difundiendo y aplicando de manera progresiva desde el año 2015.
El ingreso principal de los clubes aéreos proviene de las cuotas sociales. Por lo general, hacen un festival aéreo en apoyo de alguna causa social o para juntar fondos para organizaciones de ayuda. De hecho, por razones legales, no pueden tener objetivos de recaudación.
"Los aeroclubes son asociaciones sin fines de lucro, pequeñas. No tienen un poder adquisitivo para poder cumplir con esos requisitos", explicó a El País el secretario de FUDA, Edgardo Tagliani.
Mientras tanto, se vienen desarrollando conversaciones entre los representantes de los aeroclubes y la Dinacia buscando una "figura" que permita cumplir con los requisitos establecidos y cumplir con el objetivo de dar clases.
Tagliani se mostró optimista respecto a la posibilidad de alcanzar un acuerdo que permita resolver las diferencias.
Cambios.
Mientras tanto, en círculos políticos se viene estudiando desde hace varios años la posibilidad de cobrar a los pilotos de la Fuerza Aérea Uruguaya (FAU) que se retiren para trabajar en compañías civiles de aviación.
En tal caso, de prosperar los planes, la legislación permiti-ría a la FAU recuperar parte de los fondos invertidos en la capacitación del personal que pasaría a desempeñarse en el sector privado.
PROCESO DE APRENDIZAJE.
Enseñanza para volar es exigente.
Aprender a volar es algo muy exigente en lo que hace a los aspectos físicos y psíquicos de los postulantes pero también desde el punto de vista económico. Todo el proceso de aprendizaje debe ajustarse a la normativa internacional y nacional.
Conseguir la habilitación para pilotar (o brevet) puede exigir entre 40 y 50 horas de vuelo, como mínimo, a un precio de US$ 100 cada una, según el lugar donde se haga la instrucción.
Tras el primer curso, se accede al título de piloto privado, luego se aprende a navegar con instrumentos y finalmente, se accede a la posibilidad de ser "piloto comercial", un título que, se supone, otorga la oportunidad de trabajar en compañías internacionales de aviación.
A su vez, luego de ser contratados por las compañías, los pilotos deben realizar cursos específicos de acuerdo al avión en que les corresponda hacer su tarea. También están obligados a cumplir con exámenes médicos, psíquicos y profesionales, así como deben cumplir con distintas etapas de entrenamiento y calificación en lo referido a cambios tecnológicos y códigos de comunicación.
“Dulce et decorum est pro patria mori”