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Batallas y protagonistas de nuestro Ejercito.
#27
La batalla de Ituzaingo (2da. parte)
Los Orientales en la batalla

Cubrirían la marcha del Ejército Republicano, los Orientales que al mando de Lavalleja formaban el Primer Cuerpo. Este, después de atravesado el río Tacuarembó, tenía por misión hacer una demostración ofensiva sobre Santa Ana, a fin de confundir a Barbacena sobre la verdadera dirección de marcha del grueso, que continuaría avanzando por Aceguá, después de pasar a la margen izquierda del Río Negro por el Paso de Arriera.

Son los Orientales de Lavalleja, los primeros que entran en Bagé; y luego se mantienen al frente, cubriendo la instalación del grueso del Ejército Republicano, el que teniendo prevista una detención ordinaria, para continuar al día siguiente a las cuatro de la mañana la sucesiva etapa ofensiva por el camino a San Gabriel, por el cual habría de encontrar al núcleo enemigo conducido por Barbacena, se vio obligado a permanecer inactivo durante cinco días consecutivos, a causa de un furioso e incesante temporal de agua y viento; circunstancia providencial que aprovecha el generalísimo brasileño, para salir indemne de tan delicada situación, marchando a marcha forzadas, por caminos casi intransitables y arroyos desbordados, hasta vadear las puntas del río Camacuá, último obstáculo natural, debiendo hacerlo:
la artillería en balsas improvisadas con cueros de vacunos, la caballería a nado, y la infantería con el agua a la altura del pecho y las municiones portadas sobre la cabeza.
El plan de Alvear, quedó aquí, lamentablemente fracasado.
El plan de Barbacena, se coronó con el más feliz de los éxitos.


 Internado en las escabrosidades de la Sierra de Camacuá, donde se le reunió después el núcleo de Brown y otras tropas menores, pudo considerarse a salvo.
La satisfacción y seguridad del Marqués de Barbacena se desprenden de los términos de una comunicación al Superior, cuando le dice: "¿Qué hará ahora Alvear? ¿Atacar? Las ventajas en este momento están de nuestra parte. ¿Esperar que nosotros ataquemos? También tenemos ventajas; pues mientras, irán aumentando nuestras fuerzas y recursos y disminuyendo, los de ellos".


A su vez, el General Alvear, contemplativo, e impotente para solucionar una operación de ataque a la Sierra, dice: "Reconociendo la buena posición que había tomado el contrario, tuve la destreza de no atacarlo en ella. En este estado era preciso maniobrar (......), para engañar a los imperiales y obligarlos a salir de la Sierra". (Exposición, etc.).


 Alvear decidió moverse en dirección a la Villa de San Gabriel. Y también aquí, son los Orientales los primeros que entran a la Villa. Es un destacamento de más de 100 hombres mandados por Ramón de Cáceres y Felipe Caballero, constituidos en "partida exploradora". (Memorias del Coronel Ramón de Cáceres. Archivo General de la Nación).



Entre tanto, el Primer Cuerpo de Lavalleja, el de los Orientales, que fue flanguardia ofensiva sobre Santa Ana y vanguardia hasta Bagé y Camacuá, tendrá ahora la difícil misión de cubrir la retaguardia. Es decir, siempre interpuestos entre ambos ejércitos contendientes.
Barbacena marcha en pos de los Republicanos.


En la tarde del 19 de febrero, todo el Ejército Republicano está escombrado frente a raso del Rosario. Una extraordinaria crecida impide el pasaje de la artillería y parques.
El Escuadrón de Coraceros al mando de nuestro valiente Anacleto Medina, ha cruzado a nado para reconocer la orilla opuesta y repasado en la misma forma.
Para la caballería de la Independencia, nunca fueron obstáculo los ríos crecidos.
Esa misma tarde, a poco después del medio día, el Ejército Imperial acampaba a unos 16 a 18 kilómetros del Paso.


El cansancio de sus hombres y ganado, y la extenuación de las boyadas del parque, fueron causas para que los republicanos se libraran de ser copados en informe aglomeración, en un bajo cubierto de zanjas y matorrales.
Pero los consejos del Coronel Garzón, de por sí y en representación del Coronel Ventura Alegre, según certificación extendida por Alvear (10 de enero de 1837) reforzaron la inspiración de éste, en el sentido de abandonar la cesta y aproximarse esa misma noche a las alturas dominantes del Paso, dejando en buena hora, lo que llamaría "el llano traidor de la margen del Santa María". (Carta de Alvear a Garzón fechada el 3 de mayo de 1832).


 Para asegurar, al día siguiente, el escurrimiento de contramarcha del ejército, que esa noche debería descansar encolumnado sobre las pendientes de la margen, se hizo adelantar una fuerza que pernoctaría en las alturas próximas.
Y he aquí que otra vez los Orientales pasan a ocupar posiciones adelantadas, acompañados por el Batallón 5º de Infantería y una batería de artillería.
Parece ser que una desobediencia de Lavalleja, dio a los Orientales el honor de ser los primeros en comenzar la batalla; como otra desobediencia, los colocaría en condiciones de ser los últimos en dejar al enemigo ya en retirada.


 Veamos lo ocurrido; el General Alvear ha dicho a este respecto: "Al caer el día (se refiere al día 19) todo el ejército se preparó a marchar; a la oración se puso en camino, contramarchó y fue a buscar a su contrario; (.....) todo se había previsto y todo estaba preparado. Sin embargo, el General Lavalleja, por una fatalidad inconcebible, a pesar de la orden que se le había comunicado, de venir a recibirla en persona del General en Jefe luego que estuviese su cuerpo en movimiento, no lo hizo así; de lo que resultó, contra las intenciones del General en Jefe que se pusiese delante del tercer cuerpo. Cuando el Ejército hizo alto, el General despachó en persona al Jefe dcl Estado Mayor para que diese la orden al General Lavalleja de ponerse a la derecha de aquel Cuerpo, a cierta distancia. El General Lavalleja no obedeció esta orden. "Por esta circunstancia -sigue diciendo Alvear- el General, Lavalleja se encontró en donde debía estar el General Paz y el bravo Brandzen. De aquí provino que el General en Jefe empezase la batalla con el General Lavalleja, cuando su plan era comenzar con el segundo Cuerpo, mandado por aquellos jefes. Las tropas del primero y segundo cuerpo eran todas valientes, todas iguales, pero los jefes del segundo son tácticos, maniobreros; y el General Lavalleja. . .


 Así, con puntos suspensivos, termina Alvear este párrafo de su Exposición contestando el Mensaje del Gobierno, en el que se le hacen muy graves cargos por su actuación en el comando del Ejército.
Es un tanto condenable, que el General Alvear haya dejado en suspenso la calificación a Lavalleja, dando lugar a que cada lector acomode la que primero o mejor le venga a mientes.
Nosotros no vamos a sutilizar el parangón planteado; pero sí, habremos de proclamar por notorio, que Lavalleja, moldeado en las rudas campañas artiguistas, fue siempre un oficial de presa; ardoroso, audaz, atropellador, que tenía el defecto, -que tal vez fuera virtud en aquellos tiempos,- de no saber medir el peligro cuando se enfrentaba al enemigo.
Y si en Ituzaingó, los Republicanos no hubieran hecho derroche de esas extraordinarias calidades guerreras, muy otro habría sido el resultado final de la batalla.


Sigue.....
 
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RE: Batallas y protagonistas de nuestro Ejercito. - Artiguista - 03-06-2017, 01:47 AM

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