02-25-2016, 02:14 AM
El rol social del Ejército Nacional
Tengo el honor de ser docente de historia en dos institutos militares de enseñanza: la Escuela de Comunicaciones del Ejército ( E.COM.E) y en el Liceo Extra Edad Francisco de los Santos ( ESOE/IMAE). Dos institutos de enseñanza que demuestran el gran trabajo social y de valoración y formación de su personal que realiza nuestro Ejército. Es sin duda unos de los mejores lugares que he trabajado, y que pretendo seguir haciendo parte por mucho tiempo.
Resulta ser que en el día de hoy, 24 de febrero, fue realizada la reunión de docentes del E.COM.E en la hermosa glorieta “Coronel Latorre” de la escuela. Es la oportunidad que nos reencontramos con los colegas docentes, con la dirección y personal de la escuela, tomamos conocimiento de los horarios, nuevas normativas, formas de evaluación, numero de alumnos etc...
Ubicada en el barrio Pañarol, en el Camino Casavalle, la Escuela de Comunicaciones del Ejército recibe candidatos de todo el país para el curso de Aprendiz que dura dos años, donde al finalizarlo, el joven podrá ingresar en la Brigada de Comunicaciones. Fue con orgullo que tomé conocimiento de que alumnos mios recién formados, ya son Cabos y están en misión en el Congo. Que otros alumnos y alumnas ya son soldados en la Escuela, destacándose en el cumplimiento de sus funciones.
Pero hoy la historia que me marcó fue otra...La historia de una joven de 17 años, oriunda de Artigas...muy pobre, de una zona muy vulnerable de ese departamento, viviendo con una tía enferma terminal de cáncer, en un pequeño rancho con 15 ( quince, si!) personas más. Esa chica estaba en la lista de espera para ingresar en la escuela.
Pero resulta que se vino desde Artigas para tratar de ingresar en la escuela. Como no tenia a nadie en Montevideo, durmió en la calle, cerca de la Escuela. No quería volver para Artigas. Quería ingresar en la escuela.
Inmediatamente, la dirección tomó cartas en el asunto. Ubicaron a la chica en una residencia del barrio y semana que viene comenzará los cursos en la escuela, seguida de cerca por una psicóloga y la atención de la dirección que conoce caso a caso de los alumnos que concurren a la escuela.
Así funciona. No es el primer caso ni el ultimo...Pero siempre hay una puerta abierta y una mano extendida. Trabajando como lo hace el Ejercito, en silencio, muchas veces ignorado por los medios de comunicación, cumpliendo una importante tarea social, todos los dias.
Sin dudas, la Fuerza de Todos!
Tengo el honor de ser docente de historia en dos institutos militares de enseñanza: la Escuela de Comunicaciones del Ejército ( E.COM.E) y en el Liceo Extra Edad Francisco de los Santos ( ESOE/IMAE). Dos institutos de enseñanza que demuestran el gran trabajo social y de valoración y formación de su personal que realiza nuestro Ejército. Es sin duda unos de los mejores lugares que he trabajado, y que pretendo seguir haciendo parte por mucho tiempo.
Resulta ser que en el día de hoy, 24 de febrero, fue realizada la reunión de docentes del E.COM.E en la hermosa glorieta “Coronel Latorre” de la escuela. Es la oportunidad que nos reencontramos con los colegas docentes, con la dirección y personal de la escuela, tomamos conocimiento de los horarios, nuevas normativas, formas de evaluación, numero de alumnos etc...
Ubicada en el barrio Pañarol, en el Camino Casavalle, la Escuela de Comunicaciones del Ejército recibe candidatos de todo el país para el curso de Aprendiz que dura dos años, donde al finalizarlo, el joven podrá ingresar en la Brigada de Comunicaciones. Fue con orgullo que tomé conocimiento de que alumnos mios recién formados, ya son Cabos y están en misión en el Congo. Que otros alumnos y alumnas ya son soldados en la Escuela, destacándose en el cumplimiento de sus funciones.
Pero hoy la historia que me marcó fue otra...La historia de una joven de 17 años, oriunda de Artigas...muy pobre, de una zona muy vulnerable de ese departamento, viviendo con una tía enferma terminal de cáncer, en un pequeño rancho con 15 ( quince, si!) personas más. Esa chica estaba en la lista de espera para ingresar en la escuela.
Pero resulta que se vino desde Artigas para tratar de ingresar en la escuela. Como no tenia a nadie en Montevideo, durmió en la calle, cerca de la Escuela. No quería volver para Artigas. Quería ingresar en la escuela.
Inmediatamente, la dirección tomó cartas en el asunto. Ubicaron a la chica en una residencia del barrio y semana que viene comenzará los cursos en la escuela, seguida de cerca por una psicóloga y la atención de la dirección que conoce caso a caso de los alumnos que concurren a la escuela.
Así funciona. No es el primer caso ni el ultimo...Pero siempre hay una puerta abierta y una mano extendida. Trabajando como lo hace el Ejercito, en silencio, muchas veces ignorado por los medios de comunicación, cumpliendo una importante tarea social, todos los dias.
Sin dudas, la Fuerza de Todos!