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Los guardianes de la delincuencia
#1
[Imagen: el-mundo-del-revc3a9s.jpg?w=512&h=322]

Forjados en el arte de evasión de la realidad, entrenados en la fina ciencia de justificar lo injustificable, dedicados en alma y cuerpo a generar un discurso vacío y disperso, estos protectores de delincuentes aparecen con firmeza en cada ocasión que algún trabajador pide penas más fuertes contra sus atacantes.

La inseguridad ciudadana  no es algo extraño o inusual, sino que la vivimos cada día de maneras distintas, por ejemplo una rapiña o un hurto . Siendo estas formas más explícitas, también hay otras formas de padecerla, como el miedo que sufre la población cada vez que un familiar o un amigo sale a la calle de noche y no se sabe con certeza si este volverá sano y salvo. Ojo, me estoy refiriendo a un hecho cuantificable que lamentablemente todos hemos conocido de manera indirecta o directa.

El pueblo clama a gritos que ante la ley los traten de igual manera, que los protejan cuando padecen un delito, que el malhechor cuando sea capturado tenga una condena acorde al daño cometido a la víctima. También, que en el caso que fuera reincidente tenga una pena mayor, así se podría desalentar que vuelvan a delinquir. No son reclamos ilógicos ni pedidos descabellados, solamente piden justicia.

Lógicamente ante la impotencia que tiene la gente al ver día a día  como los trabajadores son cercados por la delincuencia mientras las autoridades políticas hacen la vista gorda y les atan las manos a los policías en cuanto a su accionar, eso aumenta el descontento del pueblo y estos piden mano dura, entonces los reaccionarios no tardan en aparecer para aplacar sus demandas. Los militantes de izquierda, defensores del Status Quo, comienzan a divagar cada vez que el pueblo demanda medidas para que puedan vivir en paz, el eje central de su defensa es basarse en el contexto del que proviene el delincuente, una excusa ilógica que propone terminar con la igualdad de todas las personas ante la ley. Pero por “contexto”, ¿A qué se Refieren? Eso lo abordaré a continuación.

EL CONTEXTO COMO EXCUSA
Más de una vez hemos escuchado como argumento defensivo que el contexto negativo económico social que el delincuente padece, es la causante de los delitos que comete. Ahí mismo se le suman que los causantes de su conducta delictiva son: “El neo-liberalismo de la década del ‘90”,  los gobiernos anteriores que dejaron la “Herencia Maldita” y la sociedad.  Según ellos la culpa la tienen todos excepto los autores de los hechos, como si las personas que trabajan 10 horas por día para poner la comida en la mesa tuvieran algo que ver con la delincuencia…
Algo que no dicen es que el origen del el apoyo de la delincuencia por parte de la izquierda tiene base en lo que se llama el “Lumpenproletariado”.

Esta definición de origen Marxista, aparece por primera vez en el año 1848 en la obra de Karl Marx y Frederich Engels llamada la “Ideología alemana”. Ese adjetivo se usa para nombrar a toda la población que está por debajo del proletariado (la clase trabajadora), basándose en sus condiciones de trabajo y de vida . Se compone básicamente por elementos desclasados y degradados que carecen de “conciencia de clase”, además que para subsistir desarrollan actividades al margen de la ley como la delincuencia. Obtienen su “riqueza” a partir del robo y otros deshechos que las demás clases consideran inútiles.
Cita:Marx menciona al Lumpenproletariado en el capítulo V, párrafo IV del 18 Brumario de Luis Bonaparte: “[i]Bajo el pretexto de crear una sociedad de beneficencia, se organizó al lumpemproletariado de París en secciones secretas, cada una de ellas dirigida por agentes bonapartistas y un general bonapartista a la cabeza de todas. Junto a roués arruinados, con equívocos medios de vida y de equívoca procedencia, junto a vástagos degenerados, vagabundos, licenciados de tropa, licenciados de presidio, huidos de galeras, timadores, saltimbanquis, lazzaroni, carteristas y rateros, jugadores, alcahuetes y, mendigos, en una palabra, toda esa  masa informe, difusa y errante que los franceses llaman la bohème: con estos elementos, tan afines a él, formó Bonaparte la solera de la Sociedad del 10 de diciembre, «Sociedad de beneficencia» en cuanto que todos sus componentes sentían, al igual que Bonaparte, la necesidad de beneficiarse a costa de la nación trabajadora[/i]

En el siglo XIX este término se utilizaba para referirse a quienes estaban por debajo de la clase trabajadora y carecían de conciencia de clase. En elsiglo XXI, el término cambia de manera radical, pasando de ser delincuentes desclasados a ser presentados como víctimas de la sociedad.

Bajo la excusa que el lumpenproletariado es la clase más golpeada por el resto de la comunidad debido a la desigual repartición de la riqueza, se ha tratado de “normalizar” la visión con la cual se ve cada hecho delictivo que cometen. Por ejemplo cuando matan a un repartidor por la recaudación o matan a un comerciante que intenta proteger su propiedad o a un conductor de ómnibus. Cuando ocurren estos hechos detestables, el pueblo trabajador alza su voz pidiendo un castigo fuerte para el criminal, a lo que los reaccionarios hacen oídos sordos e intentan esgrimir razones como la desigualdad y la pobreza para “naturalizar” algo así. Argumentos que son ilógicos y rozan la estúpidez ya que la mayor parte de las víctimas de la inseguridad no son oligarcas ni burgueses, son trabajadores y estudiantes de clase baja y media. .Esas clases son las que soportan los embates de los ladrones y la indiferencia de la izquierda . No creo que los recolectores de basura que fueron asaltados esta semana en el barrio 40 semanas tengan una membresía en el “Club de los Empresarios en la cuarta torre del World Trade Center…  

Si nos basamos en el pasado desfavorable del individuo en lo económico y social como justificativo, fácilmente se puede tergiversar cualquier hecho y presentar al victimario como víctima, mientras que la persona que sufrió el delito pasa a ser un mero objeto que está condenado al olvido.

De ese modo si Jean Baptiste Grenuille (Personaje de ficción de la obra “El Perfume: Historia de un asesino”, escrita por Patrick Süskindhubiera nacido en el Uruguay del siglo XXI en vez de París del siglo XVIII, quizás se podría haber justificado todas las mujeres que mató para lograr la esencia de su perfume. Basándonos en que nació en la parte más horrible de París bajo un puesto de venta de pescado y que su madre lo quería dejar morir, podríamos presentarlo como víctima. Claro, pobre angelito incomprendido, el no tuvo la culpa de matar mujeres, su infancia que prosiguió de rechazo en rechazo por parte de las nodrizas hasta que llegó a un orfanato de mala muerte lo hizo así…

¿Vieron que fácil que es presentar un lobo como un cordero? Por las dudas les mostraré otro ejemplo de este método que haría sonrojar a Maquiavelo.

Lo mismo podemos argumentar si tomamos al  Dr. Hannibal Lecter (Personaje de ficción inventado por Thomas Harris, conocido por primera vez en la novela “Dragón Rojo”), como ejemplo. A  la edad temprana de 6 años,  padeció en su Lituania natal  el horrible bombardeo por parte de los Nazis de su casa de campo (dónde estaba toda la familia reunida), perdiendo así a dos padres, pero su hermana pequeña seguía viva. Al quedar huérfanos se refugian en la misma casa y llegan los Hiwis (Término usado para los colaboradores nazis de origen autóctono o también llamados “Tropas Auxiliares), los cuales al no tener alimento y sufrir el yugo del invierno matan a su hermana de 6 años y se alimentan de ella. El trauma claramente marca su futuro de caníbal psicópata.
Aunque si seguimos la lógica izquierdista de victimización podemos presentar al Dr Lecter como una persona que con una infancia marcada por el dolor  no merece la cárcel ni la cadena perpetua, ya que fue condicionado por acciones ajenas a él. De esta manera obviamos todas las familias  que ha mató y nos concentramos en el victimario, mientras olvidamos el daño que causó. Es simple, separamos el autor de los hechos y nos concentramos en una hipotética victimización mientras que el hecho y la o las personas perjudicadas son tema aparte.
Es simple jugar al abogado del diablo…

Al cambiar los papeles se está atacando a la memoria de las víctimas, se le excluye y no se le presta la atención que necesita, porque a las personas que sufrieron un robo o la pérdida de seres queridos a manos de delincuentes, nadie las ayuda, se les olvida tan rápido cuando la noticia ya no es relevante. Pero ojo, si a un delincuente le aplican un poco de fuerza para que no se escape y eso deriva en alguna lesión del mismo, lo más seguro que unas cuantas ONG’s y unos cuantos militantes de “Derechos Humanos” se estarán quejando.

Cuando la policía tuvo que actuar para imponer orden mediante el uso de la fuerza en el partido de fútbol entre Peñarol y Cerro en Febrero de 2015, más de uno se quejaba por el accionar de las fuerzas del orden. Pero nadie vió como los atacaban. Me gustaría saber como hacés para frenar a 70 personas que quieren hacer disturbios… Asumo que con amor y cariño no vas a poder.

EL OLVIDO
Este constante olvido de la izquierda para los trabajadores ante esa penosa situación ha logrado que comience un “divorcio” entre los dos, ya que estos son el principal objetivo de los delincuentes, más veces vas a escuchar que roban el almacén del barrio o al taxista que una mansión en la costa. ¡El ataque es contra los laburantes! . Hablan mucho de la clase obrera, de su importancia, siendo la clase elegida (Según Marx) para hacer la revolución. También usan slóganes como “Trabajadores y Estudiantes unidos y Adelante” pero cuando a estos les roban o les matan un familiar, siempre les dan la espalda.
Pero cuidado, el pensamiento de ámparo a los malhechores cambia rápidamente cuando le ocurre a uno de los voceros de dicho movimiento.

CUANDO LE TOCA A UNO LA SITUACIÓN CAMBIA
Es fácil hablar cuando a uno no le pasa y hacerse el análista como si este horror fuera algo que nunca te pueda a ocurrir. Lamentablemente me atrevo a afirmar que no hay Uruguayo, amigo, conocido o familiar, que  no haya sufrido un acto delictivo .

Primero el señor Esteban Valenti, “operador político” del Frente Amplio escribía así de manera desentendida sobre este problema:  La seguridad es también una sensación de la gente, un clima social y una compleja relación entre los habitantes y su entorno, por lo tanto la ”sensación térmica” influye tanto en las víctimas como en los delincuentes. Unos se repliegan y los otros se atreven.”.   Vemos como desde el Oficialismo se intenta manipular un término para hacerlo irrelevante. No creo que el asesinato de un conductor de ómnibus o de un repartidor sea una sensación, en verdad la única sensación que provoca en la gente es rabia, por tomarse un problema tan a la ligera.
Cita:Igual siempre hablan así hasta que les pasa, cuando sufren la realidad en carne propia, ahí los argumentos cambian. La vida da revancha y a esta persona le tocó “sentir” lo que muchos uruguayos sufren cada día. Fue víctima de un robo cerca del Hospital Británico por parte de dos ladrones que se desplazaban en una motocicleta (hasta aquí no vemos que hable sobre que la seguridad es una sensación), solamente  demostró su enojo por el robo y por como se escaparon sus victimarios. Hasta que, deja el hipócrita e ilógico pensamiento de izquierda y declara: “[i]Lo confieso, en el momento del robo, si hubiera podido, si hubiera contado con los elementos necesarios, hubiera estado en la comisaría pero como acusado. Es el pequeño y feroz enano que llevamos dentro. Espero seguir llevándolo, me indignan los sociólogos de la resignación y la explicación. Si fuera por ellos, la cándida niñita de 14 años que asesinó un taxista porque estaba nervioso, o le pegó un tiro en el pecho a una vecina y baleó a otro taxista, le corresponde un tratado de explicaciones sociales y culturales. Y alguna pena menor“.”[/i]

¿Ahora que pensarán sus “compañeros”? ¿Lo verán como un acto delictivo en si mismo, o como un acto de  “re-distribución de la riqueza “correctamente” ejecutado? . Si nos basamos en la teoría de la plusvalía quizás piensen que los trabajadores no son robados, simplemente les” hacen” devolver la plusvalía a la que no tiene derecho y es del “pueblo”, pero si cambian de idea cuando le roban… ¿Se vuelven “fachos”? Noo, ahora no vale…

Ahh pero ¡Qué rápido cambia uno de parecer frente a la delincuencia si se es víctima!Vemos con facilidad que ya incluso habla de justicia por mano propia y además expresa enojo contra sus mismos compañeros de partido, los cuales siempre tratan de justificar el accionar de asesinos.

La justificación de la delincuencia no viene sola, siempre se acompaña con silencio enorme, por ejemplo  la situación de la policía y los funcionarios de los Centros de Reclusión. Dos claros ejemplos son la muerte del Sargento Marco Luis Melo Pérez y  las quemaduras que sufrió la sub-directora del hogar SER por parte de un recluso. Respecto al asesinato del Sargento Melo, este policía de 45 años, hizo junto a su familia 12 denuncias por amenazas contra los agresores , que luego lo mataron.  Es lamentable saber que si uno de esos delincuentes hubiera hecho una sola denuncia contra un policía, este estaría separado de su cargo y siendo investigado, pero si un policía denuncia varias veces las amenazas de malvivientes no tiene a nadie que lo proteja.

En cuanto a las quemaduras, estas fueron hechas por un recluso de 17 años (procesado por homicidio) que le tiró jugolín caliente, provocándole quemaduras en la cara, el cuello y un hombro.
[Imagen: heridas-a-funcionaria3232.jpg?w=300&h=220]
Obviamente, como era de esperarse la denuncia hecha por el Inau, quedó en nada. Volviendo a lo mismo, imagínense si fuera al revés, que una “vil” sub-directora atacara a un “pobre joven que está privado de su libertad por hechos ajenos a su accionar” sería inmediatamente removida de su puesto y tendría un castigo ejemplar.
¿Pero cómo podemos solamente con medidas económicas y sociales lograr que narcotráficantes, asesinos y ladrones dejen de lado una vida de delito para comenzar un camino de trabajo y esfuerzo digno? No me imagino como un narcotraficamente pueda dejar de un día para el otro su negocio (el cual debe de obtener grandes beneficios) en nombre de “la sociedad” para pasar a trabajar 8 horas por día y percibir un salario de $12.000 . El mismo salario que perciben 800.000 trabajadores Uruguayos.
Aunque a la izquierda le parezca un “cuco”, la coerción es necesaria para proteger a las víctimas y castigar a los victimarios. Este trauma que data de décadas atrás es algo que es necesario analizar.

EL MIEDO A PONER ORDEN
Siempre que se habla de aumentar las penas para los delitos, aparecen los palos en la rueda en nombre de los “derechos humanos”. Que una persona tenga una mayor condena por vandalizar una escuela pública, robar en un transporte público o que la reincidencia signifique más años de condena es algo que es necesario para la protección de todos, pero sabemos que la razón no es algo que prime aquí por estos días por eso mismo aún se asocia el poner orden, respetar la ley y el uniforme policial y militar a cosas malas. El izquierdista ve un uniforme policial o militar y automáticamente piensa en dictadura, fascismo y otras cosas más. Poner límites a conductas violentas no es represión, son límites necesarios que la sociedad está pidiendo para vivir en paz

Además de lo que para ellos significa el uniforme policial, también está el desprecio que tienen por las fuerzas del orden. La policía siempre es culpable para ellos,trabajan hasta 10 horas por día, son lo que salen a la calle con un pésimo armamento para arrestar delincuentes que andan con armas automáticas, son quienes cuando detienen a alguien y lo llevan a declarar siempre se quedan hasta el final, perdiendo toda la jornada . Son los mismos que ganan un salario de miseria  y viven en barrios marginales . Pero bien que  cuando alguien cercano a el es robado, no dudan en llamarlos..

¡No se puede tener políticas de seguridad cuando están en manos de personas que formaban parte de organizaciones que se dedicaban a matar policías y civiles!

Aunque el mayor mal a combatir junto a la delincuencia es el Fantasma de los Derechos Humanos. Hoy en día los DDHH son usados para bloquear cualquier iniciativa que respecte a la seguridad, si quieren poner a trabajar a los presos, los “humanistas” salen a protestar que están siendo objeto de tortura mediante el “trabajo forzado”, cosa ilógica ya que ninguna persona que esté encerrada 22 horas al día sin hacer nada puede salir e integrarse de manera positiva a la sociedad. Aunque ellos no quieran es necesario que aprendan el hábito del trabajo, del esfuerzo, que ese es el camino para una vida digna, no vivir del robo y la muerte del prójimo.

El problema es que aún hay sectores que asocian de manera infantil que combatir la delincuencia es ser “de derecha”. No creo que los padres y madres, hijos e hijas que quieren que sus familiares caminen tranquilamente por la calle sin que les hagan daño pidan esto con un trasfondo ideológico, son gente que solamente piden y quieren tranquilidad .

Igual el discurso de la izquierda en contra de la mano dura es solamente cuando se aplica en su país ya que cuando se aplica en algún “paraíso comunista”, todos se callan y no hacen comentario alguno.

Cuba, la meca socialista por excelencia en América Latina tiene un código penal implacable, que castiga  el cultivo de Cannabis con una pena de 3 a 8 años, teniendo también como agravante a un hurto si es cometido en transporte público y la edad de imputabilidad es de 16 años. La reincidencia al delinquir es algo que en Cuba se condena muy caro, si comete un segundo delito se le aumenta la pena en un tercio y si reincide en más de una ocasión se le incrementa la mitad de pena junto a la pena decidida por el juez.

Ni que hablar de la pena de muerte, esta puede ser aplicada a partir de los 20 años de edad para delitos como sabotaje y piratería . Respecto al homicidio, este se pena hasta con 20 años de prisión o con el fusilamiento.
Si un partido que no sea de izquierda en Uruguay propusiera las medidas anteriormente mencionadas, lo más seguro es que lo compararían con Hitler, Mussolini o aprendices de la Gestapo. Pero como lo hace el “Comandante” todos se callan…


La complicidad sigue cada día y más gente sufre. ¿Hasta qué punto van a callar? La gente se está cansando de ver sufrir a sus familias…

Las imágenes y los videos están en el link:  https://latinoamericainforma.wordpress.c...incuencia/
 
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#2
Muy bueno!!!, a veces pienso si en el contexto ampliamente favorable de esta ultima decada, la inseguridad a trepado a niveles nunca vistos, cuando vengan las vacas flacas, tendremos una guerra civil?

Big Grin Big Grin Big Grin
 
"Mas vale ser aguila un minuto que sapo la vida entera".
 
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#3
Excelente aporte el de SAR.
 
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#4
Excelente!!!
 
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#5
Impecable, inteligente y desprovisto sinceramente de tintes politicos. La pregunta es “Y después que”, la respuesta, todo seguirá igual y degradándose mas y mas hasta transformarnos en un típico país sudamericano violento y corrupto. Mientras más degradada sea nuestra sociedad más difícil será intentar recuperarla.
 
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