10-09-2015, 04:35 PM
ANÁLISIS INFODEFENSA.COM
Gabriel Porfilio
Montevideo – Uruguay, 1972. Periodista y analista de defensa. Fundador en 2005 del proyecto Uruguay Militaria (http://www.uruguaymilitaria.com) especializado en el sector de Defensa y Seguridad en Uruguay. Corredor de Seguridad en Estados Unidos y negociador de ventas especiales de bienes raíces en los Estados de Florida y Virginia.
La Guardia Nacional Republicana del Uruguay y lo complejo de su existencia
08/10/2015 | Montevideo
La Guardia Nacional Republicana del Uruguay nace en el presupuesto del quinquenio 2011-2015 de la unión de las dos fuerzas de choque existentes hasta entonces en Montevideo, la Guardia de Granaderos, posteriormente denominada Metropolitana (Infantería), y la Guardia de Coraceros (Caballería), junto con los grupos especiales (GEO, Grupo Especial de Operaciones) de las distintas Jefaturas del país.
En el caso de las primeras instituciones, éstas tiene muchas décadas de creación (Granaderos en 1924 y Coraceros 1895) y pasaron por diversas etapas durante su vida, incluyendo una muy activa participación durante el periodo del combate a la sedición, represión de manifestaciones en la época previa al golpe de estado y durante la época de la dictadura militar que gobernó al país (1973-1985). Desde sus inicios, ambas fuerzas fueron creadas con una estructura militar tanto a nivel operativo como jerárquico, pero operando bajo mando policial, concentrado en la Jefatura de Policía de Montevideo y dedicados fundamentalmente al mantenimiento del orden público, disolución de manifestaciones ilegales y la recuperación de edificios en caso de ocupación también ilegal.
En el caso de los grupos GEO, estas unidades estaban destinadas a cualquier situación que precisara un entrenamiento y armamento especial como por ejemplo secuestros, toma de rehenes, narcotráfico a gran escala, crimen organizado, siendo similar al funcionamiento de los equipos SWAT de Estados Unidos. Luego de la fusión de estos tres elementos quedo conformada la Guardia Nacional Republicana, con jurisdicción en todo el país, pasó a depender directamente del Ministerio del Interior, como una Dirección, y se comenzó a formar al personal (continuando la doctrina militar) para el conjunto de tareas que ahora deberá realizar la institución.
A nivel de armamento se recibió equipo de guerra ruso, incluyendo fusiles AK 103, subametralladoras PP-19-01, Bizon 2-01, carabinas norteamericanas M-4, subametralladoras HK MP-5, fusiles de francotirador de diversos orígenes incluyendo IMBEL brasileros, HK MSG-1 austriacos, Peregrino .50 de fabricación nacional, tres blindados rusos Tigr (mas tres Medved en camino), móviles de patrulla, camionetas pickup y motos. Cuenta además con dos camiones hidrantesURO pero su uso ha sido prohibido por el mando político por considerarse, increíblemente, que no respetan los derechos humanos de los manifestantes. Algo similar sucede con el uso de las escopetas calibre 12 con munición de goma y de control de masas, están prohibidas luego de que varios efectivos fueran procesados por usarlas en misiones de disolución de protestas violentas.
En general la presentación al público muestra una fuerza armada similar a la Infantería del Ejército, con armamento de guerra, camuflaje para operaciones de campo y movilizándose en vehículos blindados. La última novedad en este sentido es la propuesta del Ministerio del Interior de que la Guardia Nacional absorba a la Dirección Nacional de Policía Caminera (policía de rutas) lo cual ha sido rechazado por elementos de esta última por considerarse que la función de la Policía Caminera es netamente civil mientras que la Republicana es cuasi-militar.
Este movimiento de fuerzas ha generado resquemores en algunos sectores de la población, pues se teme que la fuerza haya sido creada como un brazo armado del poder político que encabeza al Ministerio del Interior y que eventualmente podría ser usado en contra de las Instituciones o contra la misma Policía. Sin embargo, no existen elementos sólidos que puedan fundamentar esta teoría, pues el control que eventualmente podría tener el poder político sobre los efectivos seria el mismo más allá de la órbita en que gire la Guardia Republicana y sus efectivos.
Hasta ahí, estaría todo correcto, excepto que a nivel operativo los resultados no siempre han sido buenos. No por falta de entrenamiento o medios, sino por varios factores que son complejos y nada fáciles de solucionar. El primero es que la Guardia Republicana pasó de ser un grupo de choque y antimotines a ser una fuerza con perfil netamente militar (formación, armamento, publicidad) por lo que cualquier acción que se le encomiende, tanto de desalojo como disolver una manifestación ilegal, es percibida por el público en general como una acción militar enfrentándose a civiles desarmados, esta visión es comúnmente también aplicada por los jueces, que lamentablemente están altamente politizados en Uruguay, que reciben las denuncias de maltrato policial, que terminan procesando a policías por el simple hecho de haber cumplido con su deber. Mientras benefician con la duda a quienes originaron los desmanes, con muy pocos procesamientos y en general con penas sustitutivas.
La situación es tan grave hoy en día que policías de la Guardia Republicana fueron encomendados el transporte de una serie de menores peligrosos y estos denunciaron abusos físicos, por lo que la Justicia ahora está en el proceso de acusar a los policías y se llega a la increíble situación de que los policías deberán desfilar por el sistema de identificación donde los menores infractores identificaran a quienes en teoría los agredieron. Es inconcebible que la Justicia (o quienes se encargan de impartirla), simplemente porque una seria de menores violentos deciden acusar a sus custodios, tome cartas en el asunto contra su propio Auxiliar.
En la medida que no se varíe la forma operativa, identificando a aquellos encargados de mantener el orden, disolver manifestaciones y desocupar edificios ocupados pacíficamente como fuerzas policiales civiles, el preconcepto de la sobredimensión del operativo prevalecerá y serán los policías quienes sufran las consecuencias, pero no los oficiales y poder político, sino los efectivos de primera línea.
En contrapartida, las fuerzas destinadas al combate del crimen organizado, toma de rehenes, antidrogas y similares, deberán también ser fácilmente identificables como una fuerza policial/militar lista a ser empleada con todo su poder contra estas organizaciones ilegales, que en muchos casos cuentan con el financiamiento para crear pequeños ejércitos armados con material de guerra.
Gabriel Porfilio
Montevideo – Uruguay, 1972. Periodista y analista de defensa. Fundador en 2005 del proyecto Uruguay Militaria (http://www.uruguaymilitaria.com) especializado en el sector de Defensa y Seguridad en Uruguay. Corredor de Seguridad en Estados Unidos y negociador de ventas especiales de bienes raíces en los Estados de Florida y Virginia.
La Guardia Nacional Republicana del Uruguay y lo complejo de su existencia
08/10/2015 | Montevideo
La Guardia Nacional Republicana del Uruguay nace en el presupuesto del quinquenio 2011-2015 de la unión de las dos fuerzas de choque existentes hasta entonces en Montevideo, la Guardia de Granaderos, posteriormente denominada Metropolitana (Infantería), y la Guardia de Coraceros (Caballería), junto con los grupos especiales (GEO, Grupo Especial de Operaciones) de las distintas Jefaturas del país.
En el caso de las primeras instituciones, éstas tiene muchas décadas de creación (Granaderos en 1924 y Coraceros 1895) y pasaron por diversas etapas durante su vida, incluyendo una muy activa participación durante el periodo del combate a la sedición, represión de manifestaciones en la época previa al golpe de estado y durante la época de la dictadura militar que gobernó al país (1973-1985). Desde sus inicios, ambas fuerzas fueron creadas con una estructura militar tanto a nivel operativo como jerárquico, pero operando bajo mando policial, concentrado en la Jefatura de Policía de Montevideo y dedicados fundamentalmente al mantenimiento del orden público, disolución de manifestaciones ilegales y la recuperación de edificios en caso de ocupación también ilegal.
En el caso de los grupos GEO, estas unidades estaban destinadas a cualquier situación que precisara un entrenamiento y armamento especial como por ejemplo secuestros, toma de rehenes, narcotráfico a gran escala, crimen organizado, siendo similar al funcionamiento de los equipos SWAT de Estados Unidos. Luego de la fusión de estos tres elementos quedo conformada la Guardia Nacional Republicana, con jurisdicción en todo el país, pasó a depender directamente del Ministerio del Interior, como una Dirección, y se comenzó a formar al personal (continuando la doctrina militar) para el conjunto de tareas que ahora deberá realizar la institución.
A nivel de armamento se recibió equipo de guerra ruso, incluyendo fusiles AK 103, subametralladoras PP-19-01, Bizon 2-01, carabinas norteamericanas M-4, subametralladoras HK MP-5, fusiles de francotirador de diversos orígenes incluyendo IMBEL brasileros, HK MSG-1 austriacos, Peregrino .50 de fabricación nacional, tres blindados rusos Tigr (mas tres Medved en camino), móviles de patrulla, camionetas pickup y motos. Cuenta además con dos camiones hidrantesURO pero su uso ha sido prohibido por el mando político por considerarse, increíblemente, que no respetan los derechos humanos de los manifestantes. Algo similar sucede con el uso de las escopetas calibre 12 con munición de goma y de control de masas, están prohibidas luego de que varios efectivos fueran procesados por usarlas en misiones de disolución de protestas violentas.
En general la presentación al público muestra una fuerza armada similar a la Infantería del Ejército, con armamento de guerra, camuflaje para operaciones de campo y movilizándose en vehículos blindados. La última novedad en este sentido es la propuesta del Ministerio del Interior de que la Guardia Nacional absorba a la Dirección Nacional de Policía Caminera (policía de rutas) lo cual ha sido rechazado por elementos de esta última por considerarse que la función de la Policía Caminera es netamente civil mientras que la Republicana es cuasi-militar.
Este movimiento de fuerzas ha generado resquemores en algunos sectores de la población, pues se teme que la fuerza haya sido creada como un brazo armado del poder político que encabeza al Ministerio del Interior y que eventualmente podría ser usado en contra de las Instituciones o contra la misma Policía. Sin embargo, no existen elementos sólidos que puedan fundamentar esta teoría, pues el control que eventualmente podría tener el poder político sobre los efectivos seria el mismo más allá de la órbita en que gire la Guardia Republicana y sus efectivos.
Hasta ahí, estaría todo correcto, excepto que a nivel operativo los resultados no siempre han sido buenos. No por falta de entrenamiento o medios, sino por varios factores que son complejos y nada fáciles de solucionar. El primero es que la Guardia Republicana pasó de ser un grupo de choque y antimotines a ser una fuerza con perfil netamente militar (formación, armamento, publicidad) por lo que cualquier acción que se le encomiende, tanto de desalojo como disolver una manifestación ilegal, es percibida por el público en general como una acción militar enfrentándose a civiles desarmados, esta visión es comúnmente también aplicada por los jueces, que lamentablemente están altamente politizados en Uruguay, que reciben las denuncias de maltrato policial, que terminan procesando a policías por el simple hecho de haber cumplido con su deber. Mientras benefician con la duda a quienes originaron los desmanes, con muy pocos procesamientos y en general con penas sustitutivas.
La situación es tan grave hoy en día que policías de la Guardia Republicana fueron encomendados el transporte de una serie de menores peligrosos y estos denunciaron abusos físicos, por lo que la Justicia ahora está en el proceso de acusar a los policías y se llega a la increíble situación de que los policías deberán desfilar por el sistema de identificación donde los menores infractores identificaran a quienes en teoría los agredieron. Es inconcebible que la Justicia (o quienes se encargan de impartirla), simplemente porque una seria de menores violentos deciden acusar a sus custodios, tome cartas en el asunto contra su propio Auxiliar.
En la medida que no se varíe la forma operativa, identificando a aquellos encargados de mantener el orden, disolver manifestaciones y desocupar edificios ocupados pacíficamente como fuerzas policiales civiles, el preconcepto de la sobredimensión del operativo prevalecerá y serán los policías quienes sufran las consecuencias, pero no los oficiales y poder político, sino los efectivos de primera línea.
En contrapartida, las fuerzas destinadas al combate del crimen organizado, toma de rehenes, antidrogas y similares, deberán también ser fácilmente identificables como una fuerza policial/militar lista a ser empleada con todo su poder contra estas organizaciones ilegales, que en muchos casos cuentan con el financiamiento para crear pequeños ejércitos armados con material de guerra.
"All warfare is based on deception. There is no place where espionage is not used. Offer the enemy bait to lure him."