09-01-2020, 02:00 AM
Tacuarembó: pescador halló -y removió- una antigua bomba de aviación
31.08.2020 15:15
Desde el Ejército se destacó a Montevideo Portal que tales artefactos jamás deben ser manipulados.
![[Imagen: 737436.jpg]](https://imagenes.montevideo.com.uy/imgnoticias/202008/_W640_H364_80/737436.jpg)
Un pescador de San Gregorio de Polanco, Tacuarembó, encontró una bomba de aproximadamente 1;20 mts de largo y de más de 100 kilos de masa; en una isla del Río Negro.
Según informara Radio Zorrilla de San Martín, el islote en el que se produjo el hallazgo fue usado en otras épocas como sitio de entrenamiento por parte de la Fuerza Aérea, por lo que se presume que la bomba fue lanzada desde un avión durante un ejercicio. El objeto, sepultado desde su fallido uso, quedó al descubierto debido a la bajante del Río Negro
Julio Olivares, vocero del Ejército Nacional, fue consultado por Montevideo Portal sobre el hallazgo e informó que personal del Equipo de desactivación de Artefactos Terroristas (EDAT), dependiente de la Brigada de Explosivos, viajó al lugar y procedió a la detonación segura y controlada del artefacto.
Olivares fue enfático al advertir que ante semejante tipo de hallazgos -poco frecuentes en nuestro país, pero posibles- es imperativo no manipular el explosivo, por muy "antiguo" e inofensivo que luzca a la vista.
El vocero enfatizó que las personas que hallaron el explosivo corrieron un grave e innecesario riesgo, y recordó que los expertos que se encargaron del artefacto lo hicieron detonar evitando su traslado y manipulación.
Contrariamente a lo que suele creerse, un explosivo antiguo puede resultar más peligroso que uno nuevo, debido a que sus componentes y estructura pueden haberse degradado, haciéndolo inestable e impredecible. En Europa, los accidentes con explosivos de la Segunda Guerra Mundial no son raros, e incluso en tiempos recientes se han registrado lamentables situaciones con artefactos todavía más antiguos.
En el año 2004, un hombre de 70 años murió en Venecia al estallar una bomba de la Primera Guerra Mundial, objeto que guardaba en su casa como pieza de colección.
En 2014, un albañil que trabajaba en una obra en construcción en la localidad belga de Ypres -uno de los puntos calientes de la Primera Guerra Mundial- desenterró una granada de aquel lejano conflicto. El artefacto estalló y se cobró la vida de dos personas.
31.08.2020 15:15
Desde el Ejército se destacó a Montevideo Portal que tales artefactos jamás deben ser manipulados.
Un pescador de San Gregorio de Polanco, Tacuarembó, encontró una bomba de aproximadamente 1;20 mts de largo y de más de 100 kilos de masa; en una isla del Río Negro.
Según informara Radio Zorrilla de San Martín, el islote en el que se produjo el hallazgo fue usado en otras épocas como sitio de entrenamiento por parte de la Fuerza Aérea, por lo que se presume que la bomba fue lanzada desde un avión durante un ejercicio. El objeto, sepultado desde su fallido uso, quedó al descubierto debido a la bajante del Río Negro
Julio Olivares, vocero del Ejército Nacional, fue consultado por Montevideo Portal sobre el hallazgo e informó que personal del Equipo de desactivación de Artefactos Terroristas (EDAT), dependiente de la Brigada de Explosivos, viajó al lugar y procedió a la detonación segura y controlada del artefacto.
Olivares fue enfático al advertir que ante semejante tipo de hallazgos -poco frecuentes en nuestro país, pero posibles- es imperativo no manipular el explosivo, por muy "antiguo" e inofensivo que luzca a la vista.
El vocero enfatizó que las personas que hallaron el explosivo corrieron un grave e innecesario riesgo, y recordó que los expertos que se encargaron del artefacto lo hicieron detonar evitando su traslado y manipulación.
Contrariamente a lo que suele creerse, un explosivo antiguo puede resultar más peligroso que uno nuevo, debido a que sus componentes y estructura pueden haberse degradado, haciéndolo inestable e impredecible. En Europa, los accidentes con explosivos de la Segunda Guerra Mundial no son raros, e incluso en tiempos recientes se han registrado lamentables situaciones con artefactos todavía más antiguos.
En el año 2004, un hombre de 70 años murió en Venecia al estallar una bomba de la Primera Guerra Mundial, objeto que guardaba en su casa como pieza de colección.
En 2014, un albañil que trabajaba en una obra en construcción en la localidad belga de Ypres -uno de los puntos calientes de la Primera Guerra Mundial- desenterró una granada de aquel lejano conflicto. El artefacto estalló y se cobró la vida de dos personas.