[Artiguista]

10 de agosto de 1792

El 10 de agosto de 1792, en Paris, Francia; los revolucionarios más radicales del bajo pueblo conocidos como los “Sans Culottes” asaltan el palacio de Tullerias intentando poner final definitivo a la monarquía de Luis XVI. Mientras Francia ya poseía su constitución y existía una república, los sectores más débiles como el campesinado sentían que era hora de hacer una revolución propia, la definitiva puesto que la anterior había sido solo para el privilegio de la burguesía francesa. El Club de los Jacobinos había incitado abiertamente a derrocar definitivamente la monarquía puesto que la Constitución reconocía aun a Luis XVI, ya no con poder absoluto pero si con posibilidad de vetar proyectos de la Asamblea.

Los jacobinos y los revolucionarios más radicales envían panfletos circulares a sus comités de fuera de París en las que les piden que hagan campaña a favor de la abolición del veto real, además de ratificar su defensa del sufragio universal. Ante el temor de un posible golpe de estado del Rey a la República con apoyo internacional, los revolucionarios actuaron antes. Así, el 10 de agosto por la mañana se pusieron en marcha hacia las Tullerías dos columnas de guardias nacionales federados y de sans-culottes que sumaban más de tres mil hombres; mientras en el palacio ya estaba organizada la defensa a cargo de unos 800 guardias suizos, a los que se habían sumado más de mil guardias nacionales leales a la Asamblea Legislativa y algunos cientos de voluntarios provenientes de la antigua Guardia Real.

Ante el intento de asalto del palacio, el rey decide abandonar las Tullerías junto con su familia para acogerse a la protección de la Asamblea Legislativa, siendo escoltados en su camino a pie hacia las 8:30 horas por unos 500 defensores de las Tullerías, reduciendo así las fuerzas que defendían el palacio real. Los guardias suizos abatieron a varios centenares de rebeldes, pero recibieron la orden del rey de abandonar la defensa. Cuando intentaron huir a través de los jardines fueron acribillados por las fuerzas insurgentes y sólo unos 150 lograron llegar a la Asamblea. Cuando los insurgentes entraron en el palacio asesinaron a los miembros de la servidumbre y algunos aristócratas presentes. La “segunda revolución” como la llamaron los Jacobinos había dado su paso inicial y pese a que Luis XVI buscará apoyo en la Asamblea, estos decidirán suspender las funciones constitucionales del rey y llamarán a elecciones por sufragio universal para una Convención Nacional.
Finalmente, poco después el rey, su esposa, sus hijos y la hermana del monarca fueron encarcelados en la Torre del Temple bajo órdenes de la Asamblea.