[Terminus]

En el día de ayer se realizó la 25a marcha del silencio por el centro de la ciudad de Montevideo que fue respetada por todas las personas que adhieren o no a su significado, en una demostración más de cultura cívica.
Terminada la misma un sector de los convocados se dedicó a proyectar frente a la fachada del Centro Militar y la de las viviendas militares donde viven jovenes oficiales y sus familias el logotipo que identifica a quienes convocaron a la manifestación.

Este hecho que no aporta nada para una reconciliación nacional, no es otra cosa que una provocación, de igual magnitud a las que, cuando ocurrieron en el fútbol, terminaron con gente procesada.
No quiero imaginarme qué sucedería si un 21 de diciembre alguien proyectara sobre la entrada de la sede del MPP en la calle Tristán Narvaja, la foto de Pascasio Báez o las de tantos otros asesinados por la espalda.

Los medios escritos de mayor tiraje no se dieron por enterados del hecho y miraron para otro lado, sólo lo hicieron aquellos de corte marxista los cuales lejos de expresar su repudio, lo exhibieron como un trofeo de guerra.
Ante tan distintas actitudes cabe preguntarse: ¿realmente se quiere recuperar los restos de aquellos familiares que no están, o lo que se busca es mantener un estado permanente de agitación, transfiriéndole un mensaje de revancha a las nuevas generaciones, y señalando con el dedo acusador a los integrantes de las FF.AA. la mayoría de los cuales hace 50 años no habían nacido?

Ninguna sociedad se edifica próspera y saludable desde el odio y la venganza.