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Comando del Ejército de Chile fortalece lazos en programa de intercambio con la División Aerotransportada N.º 82

El Teniente Coronel del Ejército de Chile Alberto Mallea, frente al cuartel general de la División Aerotransportada N.º 82 en Fort Bragg, se acerca al final de su experiencia de dos años y se prepara para regresar a Chile para su próxima misión. (Steven McLoud/Diálogo)

Por Steven McLoud/Diálogo
Diciembre 09, 2021

Durante los últimos 16 años el Ejército de Chile ha participado en un programa de intercambio en Fort Bragg, Carolina del Norte, donde se encuentran la División Aerotransportada N.º 82 y las Fuerzas de Operaciones Especiales del Ejército de los Estados Unidos, al cual envía un oficial para trabajar y realizar entrenamientos con la legendaria división aerotransportada.
En la actualidad, el Teniente Coronel Alberto Mallea se desempeña en la dirección de Operaciones de la División Aerotransportada N.º 82 en un puesto por dos años. Se trata del octavo oficial chileno en ocupar este puesto, cuya rotación finalizará en diciembre de 2021. Antes de llegar a la División N.º 82, el Tte. Cnel. Mallea comandaba su batallón aerotransportado en el Ejército de Chile luego de realizar un curso de tres años en la Escuela de Guerra del Ejército, ubicada en Santiago. Junto al Tte. Cnel. Mallea, se desempeñan en el programa de intercambio oficiales de naciones socias como Brasil, Canadá, Alemania, Holanda y el Reino Unido. El homólogo estadounidense del Tte. Cnel. Mallea es un oficial de la División Aerotransportada N.º 82, que actualmente es instructor extranjero en la Escuela de Guerra del Ejército de Chile.
A lo largo de sus 24 años de carrera en el Ejército, el Tte. Cnel. Mallea ha trabajado en operaciones de mantenimiento de la paz en diversas partes del mundo. También lo conocen en los EE. UU., donde durante siete meses asistió al Curso de Carrera de Capitán de Maniobra en Fort Benning, realizó a un seminario de liderazgo en Fort Leavenworth y dirigió un escuadrón de nueve miembros de las Fuerzas Armadas de Chile, que participó en el Competencia Sandhurst, en West Point.
Soldados del Regimiento de Infantería N.º 1-143 reciben sus Alas Aerotransportadas alemanas junto al Tte. Cnel. del Ejército de Chile Alberto Mallea, durante el ejercicio técnico aerotransportado más grande de la OTAN, Falcon Leap, en la zona de lanzamiento de Houtdorperveld, en los Países Bajos, el 14 de septiembre de 2021. (Foto: Capitán del Ejército de los EE. UU. Nadine Wiley De Moura)
Mientras se prepara para regresar a Chile, donde se reportará a la sede de la brigada de Operaciones Especiales, el Tte. Cnel. Mallea conversó con Diálogo y reflexionó sobre su paso por Fort Bragg y sobre lo que espera implementar en su próximo puesto.
Diálogo: Usted viene de una familia militar, en la cual tanto su padre como su hermano prestaron servicio en la Fuerza Aérea de Chile, pero usted se unió al Ejército. ¿Por qué?
Teniente Coronel del Ejército de Chile Alberto Mallea: Desde niño, me gustaban los comandos, así que cuando le dije a mi papá que quería formar parte de uno, me dijo que tenía que unirme al Ejército, así que le hice caso.
Diálogo: ¿Cómo lo preparó su experiencia previa para este rol con la División N.º 82?  ¿Siente que logró las metas que se había propuesto?
Tte. Cnel. Mallea: Era una oportunidad que no podía dejar pasar. Mi experiencia no solo al mando de un batallón aerotransportado sino también como jefe de salto, además de mi título de egresado de la Escuela de Guerra y mi fuerte dominio del idioma inglés, me prepararon para la tarea. En cuanto a mis objetivos, creo que pude cumplirlos. El primero fue tratar de contribuir con la misión de la [División N.º] 82 en la mayor medida posible. Realizando toda la planificación y coordinación de todos sus ejercicios y actividades, aportando una perspectiva y enfoque doctrinal diferente al de mi país. El siguiente fue adquirir estas experiencias aprendidas para luego llevarlas de regreso a mi país e implementarlas en algunas de las actividades que realizamos. Y por último, fortalecer los lazos de cooperación y amistad entre el Ejército de Chile y los EE. UU. Este programa ha funcionado durante mucho tiempo; soy el octavo oficial en una rotación de dos años, así que ya lleva 16 años, y seguimos contando.
Chile cuenta con un batallón aerotransportado que forma parte de una brigada de Operaciones Especiales, por lo que también es importante llevar esta experiencia al país.
El entonces Mayor Alberto Mallea saluda al ministro de Defensa de Chile Alberto Espina, durante la ceremonia de apertura de la competencia Fuerzas Comando, en la base militar de la Brigada de Operaciones Especiales en Santiago, Chile, el 17 de junio de 2019. (Foto: Sargento del Ejército de los EE. UU. Sean Hall)
Diálogo: Actualmente, se desempeña en el G-35 Operaciones Futuras, de la División N.º 82. ¿Podría hablarnos sobre su rutina diaria y de algunas lecciones aprendidas que le gustaría implementar en su próximo comando en Chile, cuando regrese?
Tte. Cnel. Mallea: Mi trabajo consiste en ayudar a administrar, respaldar y certificar todo el entrenamiento de la [División N.º] 82 para que puedan implementarse rápidamente en cualquier escenario, ya sea por tierra, agua, aire, o incluso cibernético. Por lo general, me presento a las 5:30 am e inicio sesión en mi computadora para estar actualizado de todo, antes de realizar el PT [entrenamiento físico] de 6:30 am a 8 am. Regreso a la oficina a las 9 y comienzo a trabajar, asisto a varias reuniones, trabajo con gente de distintas secciones y brigadas, lo que me permite adquirir un conocimiento profundo de la organización, algo muy importante a la hora de evaluar la experiencia que puedo traer a Chile.
Una de las características de la [División N.º] 82 es su alto grado de disponibilidad operacional, que le permite desplegarse en cualquier lugar con muy poca antelación.  Para nosotros todas las experiencias relacionadas con eso son muy importantes, porque nos permiten mejorar nuestras capacidades de despliegue en Chile, especialmente considerando que, recientemente, el mundo entero se vio muy afectado por los desastres naturales.
Tuvimos muchos terremotos y algunos incendios, y el Ejército de Chile es una herramienta que nuestro país debe poder desplegar rápidamente para ayudar a nuestros compatriotas. Llevar esa experiencia en la [División N.º] 82 y su rápido despliegue y entrenamiento de preparación es algo que podemos usar para realzar lo que tenemos, algo que funciona muy bien, pero siempre hay formas en las que podemos mejorar.
Diálogo: Al trabajar con la División N.º 82, puede acceder a algunas tecnologías e innovaciones más recientes para el combatiente. ¿Podría hablarnos al respecto?
Tte. Cnel. Mallea: Bueno, esa es otra de las grandes oportunidades que uno tiene al estar en una unidad como la [División N.º] 82, que goza de un alto nivel de preparación operacional. Pueden desplegarse en cualquier momento, y por eso dedican una parte importante de su esfuerzo a probar nuevas tecnologías y ver cómo podrían aplicarse mañana. En ese sentido pude trabajar con diferentes elementos, tanto con UAV’s [vehículos aéreos no tripulados] como con inteligencia artificial, que permiten procesar datos mucho más rápidamente para agilizar los procesos de toma de decisiones. Una de esas tecnologías es un visor integrado en el casco del soldado, que cuenta con una computadora y una pantalla OLED [diodo emisor de luz orgánica] que proporciona diversa información, desde mapas digitales y ubicaciones de tropas hasta mediciones de distancia.
Diálogo: Este es un programa de intercambio. La diversidad de oficiales [de países] socios que trabajan en la división brinda distintas perspectivas para la planificación operacional, lo que permite que todas las partes aprendan unas de otras. ¿Qué beneficios obtiene Chile con este programa?
Tte. Cnel. Mallea: Proporciona un gran beneficio porque permite fortalecer los lazos. Permite la interoperabilidad y permite compartir experiencias y trabajar con personas de otros países. Aprendemos unos de otros, y podemos mutuamente ofrecer nuestras perspectivas sobre cómo lograr una solución.
Diálogo: A medida que se acerca el fin de su permanencia con la División N.º 82, ¿cuáles son sus mejores recuerdos al haber trabajado con estos hombres y mujeres?
Tte. Cnel. Mallea: Lo más importante creo es el compañerismo, los amigos que hice –personales y profesionales– serán parte de los recuerdos más importantes que me llevo a casa. Tener experiencia en la planificación de ejercicios de entrenamiento y verlos prosperar.
Chile cuenta con un batallón aerotransportado, pero no tenemos una brigada aerotransportada. Tener la oportunidad de participar en un ejercicio que involucra a 4000 efectivos en ejercicios de esta envergadura es muy gratificante, y verlos surgir de una idea, que luego va concretándose paulatinamente a través de reuniones y mucho trabajo hasta llegar a desempeñarse de forma efectiva, y ver que lo que uno visualizó en un momento se hace realidad, creo que es una alegría tremenda y algo que me llevo a Chile con mucho cariño.
Diálogo: Usted llevó a cabo numerosos saltos con la División N.º 82 durante su permanencia aquí, pero realizará un último salto en Alaska, ¿no?
Tte. Cnel. Mallea: Tuve la oportunidad de participar en muchos saltos, en varias operaciones aéreas con distintas unidades. Siendo maestro de salto y al haber participado en estos ejercicios pude otorgar el distintivo Alas de Chile a los soldados, lo que para nosotros es un gran orgullo al poder difundir la cultura del paracaidista chileno a nivel internacional. Cada vez que hice un salto con otras personas involucradas en el ejercicio tuve el honor de entregar este distintivo. Y sí, me queda un último salto. Me invitaron a ir y participar en un ejercicio aerotransportado en Alaska, en diciembre [de 2021], lo que es una tremenda oportunidad para conocer Alaska y poder compartir con esos soldados que entrenan en un terreno tan difícil e inhóspito como Alaska. Tengo muchas ganas de que llegue el momento.

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