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La Declaración de Montevideo
 

            21 abril 1967- "El MRO y el MO.RE.NA. [Movimiento Rebeldía Nacional, creado en 1964 por Patricio Hurtado] de Chile se reúnen en Montevideo y emiten una declaración conjunta, proponiendo la formación de un movimiento político de liberación latinoamericano, se identifican con el planteamiento de Fidel Castro en su discurso del 13 de marzo ppdo, y recogen el llamado del Jefe de las FALN de Venezuela, Douglas Bravo, para realizar una asamblea continental" (9).

            A este Documento se lo denomina «Declaración de Montevideo» y en su parte medular indica:

            "En el proceso de desarrollo revolucionario de América Latina, surgen organizaciones políticas como expresión de la voluntad de nuestros pueblos, de incorporarse resueltamente a la lucha por la liberación del continente.

            "Sin concierto previo, surgió en el Uruguay el Movimiento Revolucionario Oriental y en Chile el Movimiento de Rebeldía Nacional, con similares características, unidos por el común denominador de incorporar a la lucha fuerzas potencialmente revolucionarias, pero que hasta ahora no habían encontrado un cauce definitivo a nivel continental.

            "Todo esto nos ha hecho ver la necesidad de buscar los contactos, estrechar los vínculos y definir la estrategia que nos permita hacer más eficaz nuestra participación en el proceso liberador en marcha.

            "Paralelamente a nuestras organizaciones políticas, otros revolucionarios, en los frentes guerrilleros de la libertad, han elegido la vía de la lucha armada para la conquista del poder para los pueblos.

            (...)

            "Dentro de las ideas que inspiraron la creación de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS) se encuentra la posibilidad del desarrollo de movimientos revolucionarios como los nuestros, que sin estar ligados a las estructuras tradicionales sirven ya como fuerzas aglutinantes llamadas a dar más amplitud y eficacia a los movimientos de liberación nacional. Para cumplir esta responsabilidad acordamos realizar acciones conjuntas a nivel continental, que definan la posición de las organizaciones revolucionarias ante las oligarquías, la explotación y el imperialismo y como consecuencia natural su actitud ante la revolución armada, entendiendo que su expresión correcta hoy, son las guerrillas que en América Latina ya han empezado a andar en Guatemala, Colombia, Venezuela, Bolivia y Brasil.   

            "De acuerdo a estas ideas, proponemos la formación de un movimiento político de liberación latinoamericano que permita desarrollar la conciencia común que haga posible la victoria del ejército libertador de América Latina...

            "Conscientes de nuestra responsabilidad histórica, nuestros movimientos han entendido necesario para definir nuestras posiciones, concretar las siguientes iniciativas:

            "1) Expresar nuestra identificación con todo el planteamiento efectuado por el Comandante Fidel Castro en su discurso del 13 de marzo de 1967, y hacer un llamado a todas las organizaciones revolucionarias de América Latina a adherir al mismo.

            (...)

            "Por el MO.RE.NA., Patricio Hurtado.                       Por el MRO, Ariel Collazo" (10)

             

            Este documento fundamental es un embrión de la Junta Coordinadora Revolucionaria, que aparecería efectivamente casi una década después.

 

            31 julio 1967- Comienzan las deliberaciones de la conferencia OLAS en el hotel "Habana Libre". Entre los diez delegados de Uruguay, se hallaban: Rodney Arismendi (Secretario del PCU), Ariel Collazo (MRO), Edmundo Soares Netto  (FIdeL), José Díaz Chávez (PS), Alberto Caymaris (Movimiento Popular Unitario o MPU) y Leopoldo Brueras (PCU). No había un solo miembro del MLN-T.

            Durante la OLAS, el MRO se opuso al Partido Comunista y respaldó la tesis guevarista respecto al desarrollo continental de la revolución, declarando que la lucha armada debía ser la línea de acción fundamental en América Latina y el marxismo- leninismo su base ideológica.

            Poco a poco, el movimiento de Collazo se iba alejando del libre juego democrático, de la “revolución pacífica y dentro de las instituciones” (11) que había intentado al comienzo.   

 

            En su etapa previa al empleo directo de la lucha armada, el MRO intentó atraer a sus filas a los grupos cristianos, por lo que incorporó al sacerdote jesuita  Zaffaroni, proveniente del Movimiento Cristiano Revolucionario.

            El 19 de agosto de 1967, indica el libro de las Fuerzas Armadas: "El sacerdote Juan Carlos Zaffaroni dicta una conferencia en la sede del MRO, en la que expone sus ideas favorables a la violencia y a la guerra de guerrillas (12).             Una semana más tarde, el diario Época elogió el trabajo de Zaffaroni, quien "ha recogido la bandera de Camilo Torres" (13).

            En 1966 Zaffaroni había sido excluido de la Compañía de Jesús. En 1967 viajó a Checoslovaquia y de allí a Cuba. Zaffaroni abandonaría el MRO en 1968, porque lo consideraba "poco revolucionario" (14) y se incorporó entonces al MLN-T, con un grupo armado para formar la Columna 6. Poco después también abandonó a los tupamaros, pues consideraba que estaban "para la joda" (15). 

 
            El Acuerdo de «Época»
 

            El diario «Época» fue la primera publicación de la izquierda independiente, entre 1962 y 1967. Según el investigador español Eduardo Rey Tristán: "En sus inicios no puede considerarse una publicación de la izquierda revolucionaria. Más bien se trataba de una izquierda nacionalista, alineada con el proceso cubano, como indica la presencia en la dirección del diario de arlos Quijano, director también del semanario Marcha, y representante claro de la izquierda nacionalista e independiente" (16).

 

            Sin embargo, «Época» se convirtió lentamente en el defensor de los primeros "comandos del hambre" tupamaros de diciembre de 1963 y de las marchas cañeras, así como de las expropiaciones. Por esta razón Quijano abandonó la Dirección el 17 de septiembre de 1962, solamente tres meses y medio después de asumirla.  Gutemberg Charquero, un socialista, se haría cargo del diario, que cada vez más sería criticado por sus "orientaciones aburguesadas", que impedían que "fuese expresión de un frente nacional y popular" (17).

 

            Poco a poco, los artículos se fueron radicalizando y «Época» fue cerrado en febrero de 1967, a causa de la falta de apoyo económico y de publicidad, pero seguramente también, a causa de la falta de lectores interesados en leerlo. 

 

            El 4 de diciembre de 1967, y como consecuencia de los lineamientos establecidos por la Conferencia OLAS, el Grupo de Independientes de «Época», la FAU, el MIR, el Movimiento de Apoyo al Campesinado Uruguayo (MAPU), el Partido Socialista y el MRO unieron sus fuerzas para reabrir «Época», al que imaginaban como el "diario de la revolución". A esto fue que se le denominó  «Acuerdo de Época».

 

            La primera edición de esta nueva etapa del diario  sería el 7 de diciembre- para comunicar que:

            "El acuerdo de las organizaciones mencionadas se realiza con el objeto de defender los derechos de la clase obrera, los intereses vitales del pueblo, la revolución liberadora de América Latina, la lucha por el socialismo y la defensa de todos los pueblos agredidos por el imperialismo. Como bases políticas de dicho acuerdo se aceptan las definidas por la Conferencia de la OLAS, interpretadas por Fidel Castro en su discurso de clausura. La reapertura de Época significa, para las organizaciones que realizan este acuerdo, una forma concreta de combatir a favor de la causa por la cual peleó y dió su vida el Che Guevara. FAU, Independientes, MAPU, MIR, MRO. PS"  (18).

 

             En realidad, como afirma Rey Tristán, es imposible consultar el original de este Acuerdo pues no se ha conservado ningún ejemplar en alguna biblioteca. (19)

 

            El nuevo diario era simplemente un llamado a la lucha armada contra las instituciones democráticas, por lo que la respuesta del Gobierno de Pacheco Areco fue tajante e inmediata.

            El 12 de diciembre 1967, indica el libro de las Fuerzas Armadas, "El Poder Ejecutivo disuelve el PS, la FAU, el MRO, el MAPU, el MIR, el Grupo de Independientes de Época, unidos ideológicamente y en sus medios de acción por un acuerdo para favorecer la destrucción del régimen institucional por medio de la lucha armada, y clausura el diario «Época» y el semanario «El Sol» en los que dicho acuerdo fue publicado" (20)

 

            Se dio orden de detención de Gerardo Gatti, Armando Cuervo, Pedro de Aurrecoechea, Carlos Machado, Pedro Seré, Julio Arizaga, Carlos María Gutiérrez (Director), Manrique Salvarrey (Secretario de Redacción) y Julio Rosiello (Redactor en Jefe). Los tres últimos fueron liberados; el resto fue procesado por Asociación Para Delinquir.        La Policía se hizo presente en el diario y detuvo a numerosas personas, además de confiscar la edición de «Época» del 12 de diciembre.

 

            Como consecuencia de estos hechos, el MRO entró en la clandestinidad.

            Aunque para Collazo y el resto de los grupos extremistas firmantes del Acuerdo de «Época», la clausura del diario demostraba "el giro autoritario en la política uruguaya y ratificaban la necesidad del uso de la violencia como respuesta a la represión institucional... El Uruguay no es una excepción" (21), queda bien en claro que tales afirmaciones simplemente significaban la inversión de la relación causa- efecto.

 

            El MRO no lo entendió así y se lanzó abiertamente a la lucha armada nacional y regional. En palabras del propio Collazo: "entendimos que no sólo era un derecho sino también un deber pasar a otras formas de lucha contra la dictadura «legal» de Pacheco” (22).

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Citas:

(9) Ídem; Pág. 623.
 
(10) CEDEMA; Declaración de Montevideo; 22 abril 1967.
http://www.cedema.org/uploads/MRO-MORENA_1967-04-22.pdf
 
(11)  Eudald Cortina Orero; Op. Cit.; Pág. 197.
 
(12), (13) Junta de Comandantes en Jefe; Op. Cit.; Pág. 624.
 
(14) Ídem; Nota 21; Pag. 306
 
(15) Palabras de Efraín Martínez Platero, citadas por Alfonso Lessa;  La Revolución Imposible. Los Tupamaros y el fracaso de la vía armada en el Uruguay del siglo XX, Editorial Fin de Siglo, Montevideo, 2004; Pág. 173.
 
(16) Eduardo Rey Tristán; La izquierda revolucionaria uruguaya 1955- 1973; Secretariado de Publicaciones de la Universidad de Sevilla; España; 2005; Pág. 115.
 
(17) Ídem.; Pág. 116.
 
(18) Ivonne Trías; Hugo Cores; Editorial Trilce; Montevideo; 2008; Pág. 37.
 
(19) Rey Tristán; Op. Cit.; Pág. 124.
 
(20) Junta de Comandantes en Jefe; Op. Cit.; Pág. 626.
 
(21) Eudald Cortina Orero; Op. Cit.; Pág. 201.
 
(22) Ídem; Pág. 202.