[Artiguista]

Los hundimientos del “Montevideo” y el “Maldonado”

por el C/A Hugo Viglietti Di Mattia *

Mar del Caribe, 9 de marzo de 1942, 19.20 Hrs.
Ya había caído la noche y la tripulación del Buque Mercante “Montevideo” vivía una calma tensa. El Marinero Antonio Giordanelli recordaba la advertencia que días atrás, cuando hicieron escala en Saint Thomas, Islas Vírgenes, unos lugareños le habían hecho: “no sigan, no pasarán”. Otros miembros de la tripulación, Hermenegildo Suárez Rao y Juan Pedro Suárez recordaban los reflejos que dos noches atrás habían visto por la proa y que según se enteraron más tarde, respondían al hundimiento de un carguero holandés por parte de un submarino alemán.

Entre quienes no estaban de guardia, un grupo charlaba quedamente en cubierta y otros en el sollado. Nadie dormía. El buque navegaba en zig zag y oscurecimiento total. Las órdenes eran severas y ni siquiera se podía fumar. Todos sabían que las banderas de países neutrales no constituían ninguna garantía. El mes anterior por ejemplo, tres mercantes brasileños habían sido hundidos por submarinos de las fuerzas del Eje.

En efecto : el “Buarque” fue torpedeado y hundido el 15 de febrero, por el U-432 al mando de Heinz Otto Schultze; el “Olinda” corrió similar suerte con el mismo submarino alemán apenas tres días más tarde y el “Cabedelo”, hundido el 25 de febrero, posiblemente por el ataque del submarino italiano Da Vinci del comandante Cattani. Más allá de esos datos, en la mente de todos estaba fresca la figura del submarino que habían divisado horas antes.

En la mañana de ese día 9 de marzo, se vio una mancha negruzca a pocas millas de distancia, a flor de agua, que desapareció inmediatamente. Por si quedaban dudas, en la tarde, aproximadamente a las 16.00 horas, emergió nuevamente y ahora a una distancia aún menor. Todos se habían reunido en cubierta para ver el siniestro aspecto de ese enemigo que podría causar el fin de sus vidas. La esperanza era pasar esa noche, pues luego, la cercanía a la costa, ofrecería casi con seguridad el encuentro protector con algún buque de guerra americano.

El vapor Montevideo - ex Adamello

Hora 19.25. La silueta del carguero “Montevideo” debe haberse distinguido difusamente a través del periscopio del submarino alemán. Es probable que en los avistamientos previos haya podido sin dificultad, interpretar cual era su bandera. Uruguay, país neutral, no importó, su rumbo norte indicaba que el destino era EE.UU. No hubo piedad y disparó un torpedo que impactó en la banda de estribor del mercante. El buque escoró inmediatamente unos 40º y al volver a estabilizarse lo hizo acompañado de una fuerte y destructora tromba de agua.

La primera víctima fue el Grumete González Larralde, quien cumplía funciones de vigía en la cofa. La tripulación se había preparado a conciencia para ese fatídico momento. Como todo mercante, el carguero no estaba armado y desde el primer momento se supo que debía abandonarse el buque. Hombres de mar curtidos algunos, jóvenes marinos otros, sin pánico y con el ánimo solidario clásico del marino, todos cumplieron, sobresaliendo uno de ellos, el Piloto Mercante Ernesto Michaelson, sobre quien volveremos más adelante en este relato.

Las embarcaciones de la banda de estribor se perdieron de entrada. La voz enérgica del Capitán de Fragata José Rodríguez Varela, marino experto, guiaba la maniobra. En el bote de babor lograron embarcar 31 tripulantes y en una balsa también de babor, embarcaron otros 4. La corriente ayudó a ambas embarcaciones menores a separarse del buque. Empero los sobrevivientes pudieron igualmente ver el final de su buque.
El submarino alemán maniobró emergiendo a la superficie y posicionándose hacia la aleta de babor del buque iluminó con un reflector la escena. Primero el bote con los náufragos, luego se detuvo un rato en la popa del carguero, donde se leía nítidamente su nombre, “Montevideo”.

El cronista de “Ediciones Noticias” que entrevistó a varios de los sobrevivientes en el compaginado de su publicación, recogió de ellos la unánime impresión de que los alemanes pensaron en el trágico destino que tuviera tres años antes el Acorazado “Graf Spee”, al zarpar de nuestro puerto. Las figuras de los Oficiales y Personal en cubierta del submarino preparando el cañón anunciaron el final. Los alemanes comenzaron a hacer fuego sobre la banda y casillería del indefenso mercante. En contados minutos el buque se hundió. En ese día, 9 de marzo de 1942, esa acción configuró el primer hundimiento de un buque mercante nacional en la 2ª Guerra Mundial.

El regreso.
El bote fue encontrado días después por un mercante holandés, el “Tealamón”, que luego de rescatar a nuestros compatriotas y brindarles los primeros auxilios, les desembarcó días más tarde en el Puerto de Jeremy, Haití. Las ironías de la vida señalan que hoy, 63 años más tarde, marinos uruguayos participan de una Misión de Paz en Haití, bajo mandato de Naciones Unidas.

Esta misión dividió al país en siete regiones y justamente la asignada a Uruguay, fue la región suroeste, donde se encuentra el Puerto de Jeremy y donde hoy está asentada una compañía motorizada del Ejército Nacional. De alguna manera la ayu- da y el trato cálido que en el pasado recibieron los sobrevivientes del “Montevideo” por los lugareños, es hoy retribuida en este esfuerzo de pacificación del que participa Uruguay, en el conflictuado país centroamericano.

Mientras tanto la balsa, mucho más frágil, estuvo casi seis días navegando entre tiburones, hasta que fue avistada y socorrida por el “Explorer”, un buque de la marina de los EE.UU. que les llevó luego hasta Trinidad. El 17 de mayo regresaban a Uruguay los sobrevivientes y entre ellos faltaban 14 compatriotas que habían perdido la vida en el ataque. Pedro Baigorri, Juan Carlos Alanís, Lorenzo Olivera, José Conde, Ernesto Moledo, Sandalio Hernández, Alfredo Ganduglia, Mauro Veglib, Braulio Castillo, Rogelio García, Alberto Caram, Camilo Saralegui, Atilio González y el Piloto Mercante Ernesto Michaelson.

El devenir del tiempo ha encontrado estos apellidos repetidos en nuestra Marina Mercante y en nuestra Marina Militar.