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Guerreros Aborígenes de la Banda Oriental
#20
XIX. Artigas y los Charrúas
 
            Ya en 1732, el Alférez Real Juan Antonio Artigas había tenido contacto con los indios Minuanes, logrando el 23 de marzo de ese año un pacto de amistad entre ellos y la ciudad de Montevideo. Los indios tenían confianza en el Alférez Artigas, y así se lo demostraron en diversas ocasiones. Es posible que su nieto, José Gervasio Artigas, recogiera las tradiciones de los indios, afirma el escritor Carlos Maggi en su libro "Artigas y su hijo el caciquillo" (1). Luego de estudiar en Montevideo en la escuela de los padres Franciscanos, fue enviado por sus progenitores a uno de sus establecimientos de campaña. Es un hecho que de allí desapareció en 1778 y su nombre no aparece en ninguno de los censos, junto a sus padres, durante 19 años (!). Maggi sostiene que durante este intervalo de tiempo José Artigas vivió con las  tribus Charrúas, contrabandeando, robando caballos, faenando ganado en Potrero de Lunarejo, Sierra de Santa Ana y Bacacay (actuales Tacuarembó, Rivera y parte de Río Grande).

            Siempre según Maggi, en 1797 Artigas habría dejado la tribu Charrúa y aceptó ingresar al nuevo Cuerpo de Blandengues, un cuerpo de Policía Montada creado ese mismo año, acogiéndose al indulto en favor de los contrabandistas emitido por el Gobernador de Montevideo, Antonio Olaguer y Feliú. Parece extraño que Artigas, con todos los antecedentes criminales que poseía, fuese solicitado por los Hacendados de Montevideo para perseguir a los ladrones y malhechores que asolaban el interior del territorio.
 
            Debo decir a los Foristas que yo, personalmente, no coincido con esta hipótesis de Maggi. 
He aquí mis razones: el norteamericano E. M. Brackenridge, en un informe sobre José Artigas  elaborado en base a testimonios obtenidos entre 1817 y 1818 (especialmente del General Carrera) no dice nada de la supuesta vida de éste entre los indios. Sí dice que "... muy joven se enamoró de la vida salvaje de los vaqueros [gauchos] y se descarrió del techo paterno... Se unió a una banda de ladrones y contrabandistas que infestaban el país y con el andar del tiempo se hizo cabecilla afamado... Hacia el año 1798 se halló necesario establecer un cuerpo, designado con el nombre de Blandengues con el propósito de limpiar el país y reprimir sus prácticas ilegales. Ante la formal solicitud del padre de Artigas, que veía en esto un modo de corregir a su hijo, en lo que el gobierno también hallaba su conveniencia, Artigas luego recibió una comisión y fue perdonado, después de haber sido bandolero durante casi veinte años" (2).
            Realmente es muy raro que Brackenridge, que tiene un concepto negativo de Artigas, a quien considera con "el espíritu de un déspota", no hubiese explotado el hecho de que éste hubiese vivido entre salvajes infieles. Tampoco los portugueses ni los creadores de la "leyenda negra" de Artigas (a quien le atribuyen acciones de Pacheco) explotaron este jugoso filón, por lo que me parece ciertamente dudoso que haya ocurrido de la forma en que plantea Maggi.
 
            Sirviendo con los Blandengues, Artigas combatió a los indios en 1797 en la zona de Yapeyú y a las órdenes de Pacheco en la campaña de 1801. Pero, en 1805, Artigas consiguió de su superior Javier de Viana que le fuera entregada una suerte de estancia de 105.000 hectáreas en la zona de Arerunguá, zona que -observa Maggi- coincidía con el lugar por donde se desplazaban y transcurrían su vida nómade las tolderías charrúas. En base a esta evidencia circunstancial -y otras- es que Maggi elabora su hipótesis del "Artigas charrúa"
 
            Más allá de estas suposiciones discutibles, es innegable el hecho, pues así lo anota el general Antonio Díaz en sus Memorias, que en 1811 los Charrúas "hicieron una especie de paz y alianza con el general José Artigas a quien tenían respeto, ofreciéndole pelear contra los realistas. En consecuencia se le  incorporaron. Pero siempre recelosos y desconfiados por carácter, no acampaban sino a distancia del ejército. De improviso alzaban las tolderías y no volvían al campamento en mucho tiempo. Sin embargo, nunca lo abandonaron del todo" (3).

            Durante el Éxodo del Pueblo Oriental hacia el Ayuí (octubre a diciembre de 1811), los Charrúas espiaban a los portugueses como "bomberos" y conseguían el ganado para alimentar a las familias que marchaban con Artigas. Entre los jefes indígenas se hallaban Gaspar, su hermano Mesalana, el cacique Moreira y el Caciquillo Manuel Artigas.
            El 8 de octubre, el Caciquillo, junto con 28 indios bravos y los vecinos de Baltasar Ojeda expulsaban a los portugueses de Paysandú, abriendo así el camino para los orientales hacia el Ayuí.

Para diciembre, ya eran 452 los indios bravos que apoyaban a Artigas a combatir contra la Primera Invasión Portuguesa, El 20 de diciembre de 1811, en Belén y a las órdenes del capitán Manuel Pinto Carneiro, los indios atacaron el destacamento del Sargento Mayor portugués Manoel dos Santos, matándole 53  soldados y 2 Oficiales y perdiendo en contrapartida 4 muertos y 6 heridos.

En Marzo de 1812, 400 Charrúas o Guaycurúes armados con arcos, flechas y boleadoras  "están presentes en el campamento del Salto Chico en pleno Éxodo" anotaba el comisionado paraguayo Bartolomé Laguardia, enviado al Ayuí para acordar las operaciones contra las fuerzas españolas. "Están subordinados al General [Artigas] y tan endiosados en él que estoy en que no han de admitir al otro jefe [Manuel Sarratea]" (4).

            El 12 de junio de 1812, el Teniente Coronel Joaquín D'Oliveira atacó por sorpresa las tolderías charrúas en el Daymán, matando 60 indios -entre ellos cuatro caciques- y capturándoles entre dos y tres mil yeguas mansas, tomándoles 66 prisioneros (23 mujeres, 22 niños y 23 niñas). Es posible que también el caciquillo haya sido herido en esta ocasión. A pesar de su victoria, muchos portugueses murieron también ese día.
            Ese mismo año, los Charrúas dieron un golpe de mano a las tropas de Sarratea -que pretendían exterminarlos- quitándoles sus caballos.
 
            Al incorporarse Artigas al Segundo Sitio de Montevideo (20 enero 1813) ubicándose en la zona del Paso de la Arena, las tolderías Charrúas se establecieron en las orillas del Río Santa Lucía. 100 indios bravos acompañaron a Artigas desde el Salto, cerrando la retaguardia de 5.000 personas que regresaban. Según documenta Bartolomé Muñoz, los indios se hallaban al mando del Caciquilo.
            El 27 de febrero de 1813, los Charrúas desafiaron a los españoles frente a las mismísimas murallas de la ciudad sitiada.
 
            El 20 de enero de 1814 Artigas, disgustado con el gobierno porteño, decidió retirarse del sitio. La mayor parte de sus tropas -incluyendo los indios bravos- le siguieron.
            Cuando ya la ruptura con Buenos Aires era un hecho, 100 Charrúas y 300 paisanos derrotaron a fuerzas porteñas en capilla de Diego González, a 40 km de la actual ciudad de Durazno. La acción estuvo al mando de Fructuoso Rivera. También a su mando se hallaban la caballería charrúa en la batalla de Guayabo (10 de enero de 1815), cuando derrotó completamente al ejército de Manuel Dorrego, que pretendió tomarle por sorpresa.

            En justo premio por la ayuda que los Charrúas habían aportado a las fuerzas orientales, Artigas los recordó en el Artículo 6º de su Reglamento Provisorio de la Provincia Oriental (10 septiembre 1815): "6º- Por ahora el Señor Alcalde Provincial y demás subalternos se dedicarán a fomentar con brazos útiles la población de la Campaña. para ello revisará cada uno en Sus respectivas jurisdicciones los terrenos disponibles, y los Sujetos dignos de esta gracia, con prevención que los más infelices Serán los más privilegiados. En consecuencia, los Negros Libres, los Sambos [sic] de esa clase, los Indios y los Criollos pobres todos podrán ser agraciados con Suertes de Estancia, Si con su trabajo, y hombría de bien, propenden a su felicidad, y la de la Provincia" (5)
            Este mismo año, Andrés Guacurarí o "Andresito" -un indio guaraní- fue nombrado por nuestro Prócer Comandante General en Misiones y gobernante de Misiones y Corrientes, un hecho inédito para la época.
 
            En junio de 1816, Artigas recibió en Purificación a un grupo de 400 indios Guaycurúes y Abipones con sus familias, al mando de cuatro caciques. Artigas los juzgó muy útiles a la Provincia, para su población, desarrollo y cultivo, por lo que pidió al Cabildo de Montevideo útiles de labranza, arados, azadas, picos y palas, para que los indios pudiesen establecer sus poblaciones.
            Pero en agosto de 1816, las tropas portuguesas comenzaron la Segunda Invasión de nuestro territorio.
            150 indios Charrúas, Minuanes y Guaycurúes actuaron como caballería ligera  en Carumbé (puntas del Cuareim; 28 octubre 1816) a las órdenes del propio general Artigas, donde pese a su valor fueron derrotados con
fuertes bajas por las tropas portuguesas del Coronel Oliveira Álvarez.
            Lo mismo ocurriría en la batalla de Catalán (4 enero 1817) y en Tacuarembó (22 enero 1820), cuando una División patriota de 2.000 hombres, formada principalmente por guaraníes misioneros, fue derrotada por el conde de Figueira.
            Tras esta última y sangrienta derrota, los Charrúas acompañaron al General Artigas  en su retirada, resguardándose luego en los montes cerrados del Arapey y del Cuareim. Durante cinco años, los indios permanecieron allí olvidaos, acogiendo en sus tolderías antiguos soldados artiguistas y negros fugados de la esclavitud portuguesa.
 
            Como un corolario: cuando Artigas se disponía a cruzar el río Paraná, se le presentaron dos caciques del Chaco, ofreciéndole el apoyo de sus bravos para seguir la guerra contra el traidor Ramírez. El prócer vaciló un momento, pero finalmente decidió abandonar la lucha e internarse en el Paraguay.
 
Citas:
 
(1) Carlos Maggi; Artigas y su hjo el caciquillo; Editorial Fin de Siglo; Montevideo; 1999.
 
(2) Citado por Ana Ribeiro; 200 Cartas y papeles de los tiempos de Artigas; Tomo III; Ediciones de El País; Setiembre 2000; pág. 96 a 99.
 
(3) Carlos Maggi; Op. cit; pág. 23.
 
(4) Citado por Jorge Porley; Huella Charrúa; Cronología; Vecinet
http://www.chasque.net/vecinet/charrua8.htm
 
(5) Ana Ribeiro; Op. cit; Tomo II pág. 110.
 
Los pueblos que olvidan su historia, están condenados a repetirla. - Marco Tulio Cicerón
 
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RE: Guerreros Aborígenes de la Banda Oriental - danny - 02-09-2016, 01:36 AM

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