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El Robo al Tiro Suizo (1963) - Versión para impresión

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RE: El Robo al Tiro Suizo (1963) - danny - 08-28-2016

VIII. Importancia del Robo del Tiro Suizo
 
            El robo de armas del Tiro Suizo no fue importante materialmente: muchas de las armas robadas eran inútiles y la mayoría de las útiles -si no todas- fueron recuperadas poco más de un mes más tarde. Sendic y varios miembros del Coordinador debieron de allí en más actuar en la clandestinidad y varios simpatizantes fueron a prisión, aunque por términos bastante breves. Lo más importante, seguramente, fue que las Autoridades fueron alertadas sobre los planes de los grupos extremistas, pese a la liviandad con que se reaccionó frente a estos.
            Los fusiles Máuser, además, eran armas largas (entre 1,1 y 1,3m) y pesadas (4 kg), no muy adecuadas para el combate de una guerrilla urbana, ni para pasar desapercibidos antes de un asalto, ni para hacer fuego con ellas desde vehículos. Sin duda, eran armas de guerra potentes, de largo alcance, pero más adecuadas para el tiro de precisión (para eso se usaban en el Tiro Suizo) y desde posiciones fijas. Las bayonetas no servían para nada, como no fuese para abrir latas o emplearlas como un cuchillo común. La sedición jamás hizo cargas a la bayoneta, ni las empleó para custodiar prisioneros; por el contrario, con esa finalidad empleaban armas cortas o fusiles ametralladoras como la Uzi y el MP-40.
 
            La importancia del robo -como escriben Fernández Huidobro y Federico Rodríguez- era otra: llevar a cabo una operación militar que diferenciase a un grupo de militantes de simples «revolucionarios teóricos»; que probase que se trataba de personas comprometidas y dispuestas a todo para cumplir con sus objetivos, inclusive a emplear las armas para romper con la legalidad.
            Escribió Fernández Huidobro "...la Revolución -así, con mayúsculas- no podía ser tarea de los ratos libres" (33). La dedicación sería total, y mortalmente seria. Y se extendería por 10 años. Estaba naciendo el movimiento tupamaro.
           
            En base a un análisis de raíces marxistas, luego de admitir explícitamente que «no hay ninguna perspectiva» (34), e implícitamente que no tenían la capacidad de adaptarse a las normas del juego democrático de ideas, terminaron por negar cualquier posibilidad de acceder al poder por vías pacíficas y declararon "Estamos en guerra" (35), postulando por principio la necesidad de la lucha armada, el accionismo. Porque aquí ya no se trataba de convencer -como en los partidos políticos de los que provenían-, sino de imponer sus ideas, gustasen  o no. Lo importante, al fin y al cabo, era tomar el poder: "El problema del poder nunca se pierde de vista, la práctica lo trae al tapete constantemente" (36). Y a conquistar el poder como diera lugar, robando, amenazando, matando y secuestrando, para así "ganar a las masas [y] organizarlas para y en la lucha armada" (37).
 
            Sendic y el Coordinador fueron mojones importantes en la ruta de la Subversión, entendiendo por tal cosa la "Acción desarrollada por un grupo organizado , por lo general apoyado desde el exterior, el cual busca la destrucción o el derrocamiento del régimen imperante actuando sobre sus vulnerabilidades políticas, sociales, económicas, militares y civiles" (38).
            Pero la operación del Tiro Suizo marcó el comienzo de la Sedición, es decir "la faz militar de la subversión. Es decir, el empleo de medios violentos para lograr los fines de la subversión" (39).
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Citas:

(33) Eleuterio Fernández Huidobro; Op. Cit.; Pág. 60.

 
(34) MLN Tupamaros; Op. Cit.; Pág. 30.
 
(35) Ídem; Pág. 44.
 
(36) Ídem; Pág. 42.
 
(37) Ídem; Pág. 40.
 
(38), (39) Coronel Sergio Luis D'Oliveira; El Uruguay y los tupamaros. Crónica de una década de sedición; Departamento Editorial General Artigas; Volumen No 81; Montevideo; 1996; Pág. 12.


RE: El Robo al Tiro Suizo (1963) - danny - 08-28-2016

IX. Apéndice: Del Coordinador al MLN (1964- 1965).
 
            El Coordinador se mostró totalmente impermeable a las críticas a su accionar.
 
            No les importó a sus miembros que el 17 de agosto de 1961, en el Paraninfo de la Universidad de la República, el mismo Ernesto «Che» Guevara, valorase la democracia uruguaya e indicase la importancia del camino pacífico:
            "La fuerza es el recurso definitivo que queda a los pueblos. Nunca un pueblo puede renunciar a la fuerza, pero la fuerza solamente se utiliza para luchar contra el que la ejerce en forma indiscriminada.
            "Y nosotros -les podrá parecer extraño que hablemos así, pero es cierto-, nosotros iniciamos el camino de la lucha armada, un camino muy triste, muy doloroso, que sembró de muertos todo el territorio nacional, cuando no se pudo hacer otra cosa. Tengo las pretensiones personales de decir que conozco América, y que cada uno de sus países, en alguna forma, los he visitado, y puedo asegurarles que en nuestra América, en las condiciones actuales, no se da un país donde, como en el Uruguay, se permitan las manifestaciones de las ideas.
            "Se tendrá una manera de pensar u otra, y es lógico; y yo sé que los miembros del Gobierno del Uruguay no están de acuerdo con nuestras ideas. Sin embargo, nos permiten la expresión de estas ideas aquí, en la Universidad y en el territorio del país que está bajo el Gobierno uruguayo. De tal forma que eso es algo que no se logra, ni mucho menos, en los países de América.
            "Ustedes tienen algo que hay que cuidar, que es precisamente la posibilidad de expresar sus ideas; la posibilidad de avanzar por cauces democráticos hasta donde se pueda ir (...) sin que se produzca nada de lo que se produjo en Cuba, que es que cuando se empieza el primer disparo, nunca se sabe cuándo será el último" (40).
 
            Tampoco les importaron las palabras de advertencia de Carlos Quijano, desde el Semanario Marcha, en el editorial «Contra cualquier malón», del 12 de junio de 1964, en parte del cual sostiene lo siguiente:
                "Si la fuerza se desata no ha de ser en beneficio de los más y de los más necesitados. Conviene repetirlo no sólo frente a los hombres honrados a quienes mal aconseja la desesperación sino también sobre todo frente a los aventurerismo de aquellos que sueñan con reeditar las hazañas de Fidel o la gesta de Ben Bella. Hoy aquí -Uruguay 1964-, clase media, 250.000 funcionarios públicos, 350.000 jubilados, servicios públicos nacionalizados, proletariado débil y sin organización, campesinado inexistente o disperso, la fuerza sólo puede traer la reacción, sólo puede ser manejada por ella. No hay objetivamente ninguna posibilidad revolucionaria, enten­diendo por tales aquellas que conduzcan a la liberación del hombre y a una mejor distribu­ción del pan y del trabajo, entendiendo por tales aquellas que conduzcan a la liberación nacional.
            "Convendría, nos parece, que ciertos neoar­chicofradistas de la "revolución" leyeran o rele­yeran a quienes citan: a Marx y también a Lenin. La revolución no es una creación subjetiva, un fruto de nuestros deseos. Es, sin negar el valor de los hombres, una resultante de las condicio­nes económicas y sociales y de la coyuntura his­tórica.
            "Se arguye, ya lo vimos y el planteo también es simplista, que la reacción engendrará la revo­lución; Que para que ésta sea, habremos de pasar por un periodo más o menos largo, de despotis­mo e injusticia y que, si mayores son éstos, más pronto se logrará la salud. El caos es la antesala del orden. La tormenta, el preludio de mejores tiempos. El azote del viento preferible a la char­ca. Y en la charca estamos.
            "No creemos en los baños de sangre purifica­dores. Si por desgracia, tienen que venir que vengan impuestos por los hechos; pero no los busquemos" (41).  
           
            El 20 de febrero de 1964, el Coordinador intervino en la organización de la Segunda Marcha Cañera -durante la cual su consigna fue «Por la Tierra y con Sendic»-. Esta Marcha fue detenida por las autoridades en San José, el 6 de abril de 1965.
 
            En abril de 1964, el Coordinador elaboró un documento titulado «Ningún cordero se salvó balando», el que fue difundido clandestinamente a nivel sindical. El documento finalizaba con la consigna «Armate y esperá» (42). El documento habría sido escrito por Raúl Sendic.
 
            En noviembre de 1964, durante la Convención de la FEUU en el Paraninfo de la Universidad de la República, los miembros del Movimiento de Apoyo al Campesino -el MAC, antiguo grupo de Pinela- distribuyó un volante titulado: "TNT- Tupamaros No Transamos", en el cual aparecía no solo la primer mención de los tupamaros sino el logo de una «T» entrelazada con una «V», dentro de una estrella. Fernández Huidobro indicó que esa «V» significaría "Vuelven" o "Vencerán" (43).
            El término "tupamaro" hace referencia a José Gabriel Condorcanqui o Túpac Amaru II, un caudillo indígena que fue líder de la mayor revuelta anticolonial de América Latina, en el Virreinato del Perú y del Río de la Plata, en 1780. Luego de su ejecución en 1781, los españoles denominaron despectivamente "tupac- amaros" a los gauchos rebeldes de 1811.
            En el año 1959, el poeta y cantor uruguayo Osiris Rodríguez Castillos compuso un cielito denominado "Cielo de los tupamaros", dedicado al gaucho oriental, para la película Ismael, que finalmente no se concretó. Por lo que se desprende de varias citas en el libro de Eleuterio Fernández Huidobro, la canción conoció gran difusión a comienzos de la década de 1960. La canción de Rodríguez Castillos fue prohibida más tarde en Argentina y Uruguay, por asociársela al MLN-T.
            En los primeros día de 1965, un artículo del socialista Vivián Trías, titulado «Tupamaros» y publicado en el semanario «El Sol», terminaría de acuñar la denominación adoptada por el grupo.
 
            En la madrugada del 8 de diciembre de 1964, una bomba estalló en la sede de la compañía naviera norteamericana Moore Mc Cormack Lines. En la pared, se encontró la inscripción «Tupamaros».
            Lo mismo ocurrió el 11 de enero de 1965, cuando una bomba similar hizo explosión en el interior del local del Servicio de Propaganda y Expansión Brasileña, dependiente de la Embajada de aquel país, y ubicada en la calle Convención.
           
            En enero de 1965, el grupo del Movimiento de Apoyo al Campesinado comenzó a separarse del Coordinador, a causa -según Fernández Huidobro- de que "Cundió el sectarismo, la desconfianza, el subjetivismo" (44).
            El 6 de febrero de 1965, miembros del MAC decidieron robar la armería «El Cazador», ubicada en la calle Galicia 1238, apoderándose de 20 revólveres, 15 rifles y miles de balas, Después del robo, las armas fueron cuidadosamente embaladas y enterradas en un lugar de Pajas Blancas, en la periferia de Montevideo.
            Cuando, pasado un tiempo, se fueron a buscar estas armas, ya no se encontraban allí. Habían sido "mejicaneadas" (término lunfardo que significa robo entre ladrones) por otros integrantes del Coordinador. Más tarde, las armas fueron devueltas al MLN y se supo que los ladrones habrían sido Mario Robaina Méndez y Carlos Rivera Yic.
            El Coordinador ya no era un ámbito de confianza, por lo que varios grupos se separaron del mismo.
 
            Posiblemente fue por esta época que la lucha por los cañeros se transformó en algo más.
            En el Documento1,de enero de 1967, los tupamaros sintetizaron así sus tesis:
            "4. Descartamos la posibilidad de tránsito pacífico hacia el poder en nuestro país (pensamos en términos de años y no de siglos) 
            "5. La única vía para la revolución socialista será la lucha armada. No hay casi posibilidades de radicalización de la lucha de clases que no desemboque en la violencia. Las verdaderas soluciones para nuestro país implican un enfrentamiento directo y violento con la oligarquía y sus órganos de represión. La lucha armada no sólo es posible en el Uruguay, sino imprescindible: única forma de hacer la revolución. 

            (...)
            "7. La lucha armada no será solamente instrumento para el asalto al poder burgués, sino que, como el resto de América Latina, será el mejor instrumento para crear condiciones revolucionarias. 
            (...)
            "14. La tarea fundamental de hoy es la construcción de un aparato armado. 
            "15. El pueblo realmente disconforme con las injusticias del régimen y que desea un cambio, optará mucho más fácilmente por el camino directo que encarna la organización armada y por su acción revolucionaria que, por el improbable y remoto camino que se ofrece por medio de proclamas, manifiestos o acción parlamentaria" (45)
 
            En junio de 1965 vuelven a reunirse los grupos del Coordinador, en una casa del balneario Parque del Plata.
            En sesión plenaria, los grupos del Movimiento de Apoyo al Campesino, el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (MIR) y representantes de los cañeros, resuelven la creación de una organización denominada inicialmente «Tupamaros» y la creación de su Comité Ejecutivo, el que estaría formado por Raúl Sendic Antonaccio, Eleuterio Fernández Huidobro, Tabaré Rivero Cedrés y un cuarto miembro, perteneciente al MIR. Finalmente, los maoístas decidieron separarse de los Tupamaros.
            La denominación Movimiento de Liberación Nacional- Tupamaros, se adoptó recién en diciembre de 1966.
            Poco después, la organización se dividió en Células, de las cuales existían entonces 5: Célula A (Héctor Amodio Pérez); Célula B (Tabaré Rivero Cedrés); Célula  C (Gabino Falero Montes de Oca); Célula D (Heraclio Jesús Rodríguez Recalde) y Célula D (Leonel Martínez Platero). El total de efectivos de los tupamaros era de unos 50.
 
            El 15 de agosto de 1965, en horas de la noche, una violenta explosión destrozó el portón de entrada de "Bayer Químicas Unidas Ltda.", ubicada en la esquina de las calles Yaguarón y Paysandú.
            En el lugar, efectivos de la Seccional 3a encontraron panfletos con la siguiente leyenda:
            "Mueran los yankis asesinos del Vietnam frente a la intervención asesina en Vietnam. Los pueblos oprimidos se unen para aplastar al enemigo común. La Bayer empresa nazi ayuda con gases tóxicos a la intervención de los «gringos». Fuera los gringos liberticidas. Viva el Vietcong. Viva la revolución. Tupamaros" (46).
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Citas:

(40) Alfonso Lessa; La Revolución imposible; Editorial Fin de Siglo; Uruguay; 2002; Pág. 61 y 62. 

(41) Carlos Quijano; Contra cualquier malón; Marcha; 12 junio 1964. Attac Uruguay.
http://www.uruguay.attac.org/Quijano/malon_1964.htm

 (42) Eleuterio Fernández Huidobro; Op. Cit.; Pág. 93.
 
(43) Ídem; Pág. 113.

(44) Ídem; Pág. 114.

(45) Coronel Sergio Luis D'Oliveira; Op. Cit,; Pág. 208 y ss.

(46) El Día; 10 agosto 1965, Pág. 1. Pasado reciente.           
http://www.pasadoreciente.com/hechos/Recorte%20Portada%20El%20Dia%20Violenta%20Explosion%20Quimicas%20Unidas%20Bayer.jpg
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[b]Otras Fuentes:[/b]

Comando General del Ejército; Testimonio de una Nación Agredida; División de Publicaciones y Ediciones de la Universidad de la República; Montevideo; 1978.

Di Segni, Rosanna y Mariani, Alba; Los blancos al poder; Enciclopedia Uruguaya; 59.
http://www.periodicas.edu.uy/o/Enciclopedia_uruguaya/pdfs/Enciclopedia_uruguaya_59.pdf 


RE: El Robo al Tiro Suizo (1963) - Pablo 1983 - 08-30-2016

Muy interesantes aportes Danny, los sigo de cerca! Big Grin