05-05-2016, 12:03 AM
4 de mayo de 1980
El 4 de mayo de 1980, en Ljubljana, Yugoslavia; fallece el líder nacionalista yugoslavo Josip Broz, Tito, máximo referente político de ese país en la segunda mitad del siglo XX y uno de los líderes del movimiento de la “Tercera Posición”. Si bien siempre estuvo vinculado desde su juventud a los ideales socialistas y se identificó con varias revoluciones, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial cuando su nombre empezó a ser conocido por toda Europa.
En esa guerra, organizo milicias rurales bajo el nombre de “Partisanos Yugoslavos” que desde 1941 comenzaron a provocar problemas en las fuerzas de ocupación alemanas. Fue en 1943 cuando Tito y sus hombres escaparon de milagro de una ofensiva gigantesca alemana en Serbia y que por un estrecho paso lograron escapar burlando a los Ustachas croatas y las SS alemanas.
Desde allí y reclutando en diferentes regiones, Tito fortaleció a sus guerrilleros conformando un auténtico ejército regular de 800.000 hombres hacia 1944. Con el avance soviético en el Este hacia 1944, el ejército rojo coordino sus movimientos con los guerrilleros yugoslavos quienes en pocas semanas expulsaron a los alemanes de Yugoslavia, quedando Tito como el máximo representante político con el deber de refundar a Yugoslavia como nación.
En 1945 conformo la República Federativa Socialista de Yugoslavia de la cual se convirtio el presidente de la misma. Tito seria cuestionado por ser autoritario durante décadas pero el balance historico es que fue el unico que logro mantener unificada una region que fue historicamente un hervidero para Europa.
Tito debió unificar un país conformado por bosnios, croatas, macedonios, serbios, eslovenios, bosnios, montenegrinos y minorías griegas y turcas; mientras en las cuestiones religiosas por regiones existian mayorias musulmanas o cristianas pero conviviendo en el mismo pais. Tito fue el único capaz de mantener unificado todo ese conjunto y la única forma era con una mano firme.
En 1948, Stalin y los países satélites del bloque soviético condenaron su régimen por no aceptar al Stalinismo como una doctrina marxista, lo que le valió ser expulsado y excluido del bloque soviéticos. Tito, apoyado enormemente por el pueblo yugoslavo resistió las presiones soviéticas y se acercó a las potencias occidentales, recibiendo por ello dinero y armamento. Hábil, negocio con diferentes países asiáticos y también latinoamericanos, liderando el movimiento de “Tercera Posición”, no englobados dentro de los comunistas, ni de las potencias capitalistas.
Al fallecer Tito, sería solo cuestión de años, para que todo lo que había mantenido unificado el explotara en pedazos surgiendo una guerra civil en los Balcanes que comprometió distintos grupos étnicos y religiosos.