Foros de Uruguay Militaria

Versión completa: Tambien es historia militar
Actualmente estas viendo una versión simplificada de nuestro contenido. Ver la versión completa con el formato correcto.
Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26
HMS Seal
La captura del submarino Británico por 2 hidroaviones Alemanes

[Imagen: image007wz.jpg]

El 29 de abril de 1940 el submarino británico minador HMS Seal, de la clase Grampus, zarpa de Immingham con destino al Skagerrak, con la mision de minar los estrechos del obligatorio paso para la navegación alemana; llevaba a bordo 50 minas. 
El 4 de mayo, a las 2.30 hs. es avistado en superficie por un Heinkel He-115 que se lanza al ataque; el Seal hace una inmersión de emergencia y se estabiliza a 90 pies (27 metros).
Resulta con leves daños causados por una de las bombas lanzadas por el Heinkel. Más tarde esa mañana, el capitán, Rupert Lonsdale, avista varios buques ligeros antisubmarinos buscándolo en el área; a las 9.00 hs. el Seal comienza a sembrar sus minas en el sector asignado y completa su misión en 45 minutos.

[Imagen: seal.jpg]

Perseguido por buques cazasubmarinos y lanchas torpederas, cuando maniobra para poner rumbo a casa, se mete en un campo de minas enemigas; uno de los hidroplanos de la nave engancha el cable de una mina y a las 18.30 hs. la corriente empuja la mina contra el buque y ésta detona, dañando severamente al Seal.
El submarino se asienta en el fondo del estrecho. Hay vías de agua y la quilla se clava profundamente en el lecho marino. La tripulación comienza frenéticamente las reparaciones.

Después de cuatro intentos, y con el aire de a bordo casi irrespirable, Lonsdale logra llevar su nave a la superficie. Son la 1.30 del 5 de mayo.
A duras penas, a pocos nudos, el Seal se pone en movimiento. Lonsdale sabe que no llegará a casa; envía un mensaje al Almirantazgo : " Me dirijo a la costa sueca. " .
Su única opción era llegar a las aguas de la neutral Suecia. Los papeles confidenciales son destruídos; el ultrasecreto ASDIC es desmantelado y sus piezas, arrojadas al mar.
A las 2.30 es avistado por dos Arado Ar-196, que se lanzan a un furioso ataque con bombas y fuego de cañón; Lonsdale, en cubierta, con otros miembros de la tripulación, intentan repeler el ataque, pero las dos ametralladoras Lewis están inutilizadas. 

Sin poder escapar, totalmente indefenso y con varios hombres heridos, Lonsdale no tiene otra opción que rendirse. El mantel blanco de la mesa del comedor de oficiales ondea en el mástil del Seal.
El leutnant zur zee ( teniente ) Schmidt ameriza osadamente su hidroavión al costado del submarino y le ordena al capitán que nade hasta él. Lonsdale, que ese día cumple 35 años, se arroja al agua y obedece. El otro Arado permanece volando en círculos sobre el maltrecho submarino.

[Imagen: seal.jpg]

La tripulación aguarda en cubierta hasta la llegada del buque cazasubmarinos UJ-128, a las 6.30. 
El HMS Seal, único submarino británico capturado durante la guerra, es remolcado hasta Frederikshavn.
El Seal fue reparado brevemente en Frederikshavn y luego fue remolcado a Kiel. El Almirante Carls creía que el Seal podría volver a ser operativo, aunque tres submarinos alemanes mejores fueran construidos por el mismo costo. El equipo y armamento eran completamente incompatibles y no era posible, obviamente, conseguir repuestos. No obstante, las reparaciones se hicieron y en la primavera de 1941 fue comisionado en la Kriegsmarine como U-B al comando del capitán de fragata Bruno Mahn.

El submarino tenía muy poco valor como equipo militar para la Kriegsmarine, por lo que fue principalmente usado para propaganda y para entrenamiento de tripulaciones.
Krupps demoró hasta bien entrado 1942 para realizar algunas reparaciones, pero pronto se vio que los costos eran desorbitados, siendo retirado de servicio en 1943 y abandonado en un rincón del astillero de Kiel. Fue alcanzado por fuego aliado en un bombardeo, el mismo que hundió el crucero pesado Admiral Hipper, y se hundió.
Lo único que los alemanes obtuvieron de la captura de este submarino fue que aprendieron de los sistemas de disparo de los torpedos ingleses, copiándolo, e introduciéndolo en los torpedos de la Kriegsmarine.

[Imagen: zlaxdt.jpg]
El trágico naufragio del HMS Birkenhead, origen del protocolo de salvamento «las mujeres y los niños primero»


[color=var(--entry-header-text--secondary__Color)][Imagen: HMS-Birkenhead.jpg?fit=850%2C543&ssl=1][/color]


Naufragio del HMS Birkenhead (Charles Dixon)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons


Las mujeres y los niños primero. Todos conocemos esa frase que sintetiza un protocolo de salvamento en caso de desastre. Ahora bien ¿cuándo empezó esa costumbre? ¿En qué circunstancias se originó?
Para saberlo hay que remontarse a mediados del siglo XIX, a un dramático episodio que, en algunos aspectos, recuerda la tragedia del Titanic y en otros la del Indianápolis: el naufragio del HMS Birkenhead.
El HMS Birkenhead era un barco de vapor, uno de los primeros con casco de hierro con que contó la Royal Navy. Fue diseñado como fragata con el nombre de HMS Vulcan, aunque se readaptó para transporte de tropas (porque se estableció que todas las fragatas fueran de hélice), pasando a adoptar el nombre del lugar donde se ubicaba el astillero en que fue construido.
Tenía aparejo de bergantín (dos mástiles con velas cuadras y cangreja más bauprés) pero además contaba con una pareja de máquinas de vapor de 564 caballos de potencia que movían sendas ruedas de paletas situadas a cada costado del buque. Medía 64 metros de eslora por 6 de manga y desplazaba 1918 toneladas. Su interior estaba dividido en 8 compartimentos estancos, una docena si se cuentan los mamparos que separan las salas de máquinas.
Asimismo, estaba armado con un par de cañones de 96 libras (uno a proa y otro a popa) y 4 de 68 libras en los costados. Botado el 30 de diciembre de 1845, al año siguiente realizó su singladura inaugural a Plymouth alcanzando una velocidad de 12 nudos.




[Imagen: HMS-Birkenhead-1.jpg?resize=830%2C564&ssl=1]Estampa del barco/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons

A lo largo de 1846 navegó por las costas británicas e incluso colaboró en el rescate de un navío encallado; nadie imaginaba que tiempo después el propio HMS Birkenhead protagonizaría un accidente peor. Fue en el invierno de 1852, cuando zarpó de Portsmouth con la misión de trasladar a África del Sur soldados de una decena de regimientos que debían reforzar a las tropas coloniales que luchaban en la guerra contra los xhosa. Había fusileros, lanceros,highlanders, casacas verdes…
Muchos oficiales que preveían una estancia larga en aquel destino viajaban con sus familias. En total iban a bordo entre 630 y 643 personas bajo el mando del capitán Robert Salmond, un marino cuya familia estaba ligada a la profesión desde tiempos de Isabel I. El 23 de febrero atracaron brevemente en Simonstown, cerca de Ciudad del Cabo, para reaprovisionarse; luego reemprendieron la marcha hacia su destino final, la Bahía de Algoa, al este del Cabo de Buena Esperanza.

Salmond recibió la orden de llegar lo antes posible, por lo que, aprovechando que el mar estaba en calma y el cielo despejado, procuró navegar lo más cerca posible de la costa -a unas 3 millas- a una velocidad aproximada de 8 nudos. Entonces se produjo el desastre.
En la madrugada del 26 de febrero, con sólo el turno de guardia al mando y mientras se sondeaba la profundidad, el HMS Brikenhead chocó con un arrecife denominado, bien gráficamente, Danger Point: con el mar agitado suele quedar al descubierto pero, paradójicamente, cuando está tranquilo queda oculto bajo la superficie.
El capitán acudió corriendo a cubierta y ordenó rápidamente una maniobra para desengancharse del afloramiento la roca, pero el resultado fue aún peor porque el agua penetró violentamente por el boquete del casco, desestabilizó al buque y éste volvió a estrellarse contra la roca partiéndolo y destrozando los mamparos; cientos de soldados alojados a proa murieron ahogados en sus literas sin apenas tiempo de darse cuenta de lo que ocurría. Sin embargo, sólo era el comienzo de la catástrofe.
[Imagen: HMS-Brikenhead-3.jpg?resize=830%2C458&ssl=1]


Otra visión del naufragio/Imagen:oldwirral

Efectivamente, la parte delantera quedó semisumergida en pocos minutos. Entretanto, los soldados habían formado en cubierta y fueron divididos en tres secciones: la primera, unos sesenta hombres, para colaborar en las bombas de achique; la segunda, para soltar los botes salvavidas; y la tercera, reunida en la cubierta de popa para hacer contrapeso e intentar elevar la proa, que no se había desgajado totalmente.

Las bombas resultaron inútiles ante el volumen de agua que iba inundando el interior. Lo de los botes fue aún peor porque la pintura solidificada en los tornos impedía girarlos y además los dos esquifes grandes, con capacidad para 150 personas cada uno, se habían perdido, por lo que únicamente se pudieron bajar 3 barcas. Pese a todo, se cumplió a rajatabla la orden de evacuar primero a las 7 mujeres y los 13 niños.
Los supervivientes contaron luego su tremenda experiencia, resaltando que en todo momento la tropa permaneció agrupada y tranquila, en silencio absoluto, de manera que únicamente se oían los gritos del capitán dando instrucciones y los cascos de los caballos retumbando por el entablado antes de que les cortasen sus ataduras y les arrojasen al mar para que intentaran nadar hasta la costa. Los cohetes de señales disparados no sirvieron de nada al no haber otros barcos en la zona.
Entonces la situación empeoró de forma súbita porque las máquinas seguían impulsando las ruedas de paletas y empujando al barco contra el arrecife y, como el Birkenhead había quedado atravesado, terminó escindiéndose totalmente en dos. La proa se hundió en un instante y la popa quedó flotando temporalmente, en espera de su inevitable final.


[Imagen: HMS-Brikenhead-2.jpg?resize=830%2C1178&ssl=1]Evacuación del barco (Thomas Hemy)/Imagen: dominio público en Wikimedia Commons


Era el momento de conceder el sálvese quien pueda pero Salmond pensó que, una vez en el agua, los soldados intentarían subir a los botes con el consiguiente riesgo de volcarlos y así se lo explicó al teniente coronel Seton, de los Royal Highlanders, quien sable al hombro les ordenó alinearse y que permanecieran firmes; en una impresionante e increíble demostración de valor, sólo 3 desobedecieron.
Así, 25 minutos después del primer impacto, lo que aún quedaba del HMS Birkenhead empezó a hundirse con sus ocupantes impávidos a bordo para dar tiempo a que las lanchas se alejaran lo suficiente. Engullida la popa por el mar, medio centenar de hombres consiguieron agarrarse a uno de los mástiles (que sobresalía de la superficie gracias a que seguía en pie y a la poca profundidad) y otros trataban de sujetarse a alguno de los mil restos que suelen quedar en la superficie en esos casos; algunos fueron capaces de nadar hasta tierra, pero la mayoría murieron al estrellarse contra las rocas o ahogados, sobre todo los oficiales que se empeñaron en mantener sus abrigos con los bolsillos llenos de dinero y no pudieron escapar del efecto succión (lo que dio pie a la leyenda de que había un tesoro a bordo).

Eso los que tuvieron suerte, puesto que la Bahía de Algoa está muy cerca de Gansbaai, un lugar muy conocido hoy por ser uno de los hábitats favoritos del tiburón blanco; fueran de esa especie o no, decenas de escualos se dieron un festín aquella madrugada, con preferencia por los náufragos que se habían despojado de su ropa para tener más libertad de movimientos o no habían tenido tiempo de vestirse.

[Imagen: HMS-Birkenhead-4.jpg?resize=830%2C538&ssl=1]El hundimiento del Birkenhead (Thomas Hemy)/Imagen: National Army Museum


Por la mañana llegó al lugar la goleta Lioness, que únicamente encontró 193 personas con vida; The Times publicó que eran 113 soldados, 6 marines, 54 marineros, 7 mujeres, 13 niños, un civil y 8 caballos, aunque es imposible saberlo con seguridad porque el libro de registro se fue al fondo.
Todos los oficiales navales fallecieron, incluyendo al capitán, al que los supervivientes elogiarondurante el juicio que se llevó a cabo para clarificar los hechos (a bordo del legendario HMS Victory, por cierto).

El heroico comportamiento demostrado por todos se convirtió en un ejemplo para el mundo, dedicándoseles multitud de distinciones y honores en muchos sitios; Rudyard Kipling también escribiría décadas después un emocionante poema: «To stand and be still/to the Birken’ead Drill/is a damn tough bullet to chew» dice uno de sus versos más emblemáticos.
Actualmente, un faro avisa de la peligrosidad del lugar pero el legado más importante de aquella fatalidad ha sido el protocolo de evacuación prioritaria para mujeres y niños


https://www.labrujulaverde.com/2017/03/e...os-primero
Desconocía esta historia.
Muy british
¡Gracias!
(05-20-2019, 09:02 PM)Voluntario2 escribió: [ -> ]Desconocía esta historia.
Muy british
¡Gracias!

Tremendamente british!!!

[Imagen: stand_firm_lion_artist_tom_propaganda_po...vr_307.jpg]

Big Grin Big Grin Big Grin
El Día D en números: 156.000 soldados, 11.590 aviones y 6.939 buques para invadir Normandía y liberar Europa

Los violentos combates en las playas, el 6 de junio de 1944 fueron sólo la conclusión de una extensa, compleja y dificultosa empresa de organización de una cantidad de pertrechos de guerra nunca antes visto. Cuáles son las cifras que ilustran esta "batalla de material" que marcó el inicio del fin del dominio alemán sobre el Frente Occidental

Por Germán Padinger, 6 de junio de 2019



[Imagen: Normandia.jpg]
Una imagen contundente sobre el Día D en Playa Omaha: mercantes en el mar, buques de desembarco en la costa, camiones en la playa y globos de barrera

¿Es la guerra un arte o una ciencia? ¿Son las batallas definidas por las acciones específicas de hombres y mujeres involucrados en los combates, o por el contrario la victoria o la derrota dependen del trabajo de la asignación y acumulación de recursos? ¿Existe, quizás, un punto medio?

Este jueves se cumplen 75 años del Día D, el desembarco el 6 de junio de 1944 y en las playas de Normandía de una fuerza compuesta mayormente por estadounidenses, británicos y canadienses que marcó el principio del fin de la Segunda Guerra Mundial en el Frente Occidental.

La Operación Overlord, y específicamente Neptune, su fase inicial en la costa normanda, constituye hasta la fecha el desembarco más grande y complejo realizado en la historia de la guerra. "La de Normandía fue sin duda una batalla de material, y los soldados pudieron ver en todo momento el efecto de esto", expresa el historiador alemán especializado en la Segunda Guerra Mundial y doctor por la Universidad Ludwig-Maximilians en Munich, Peter Lieb, en relación al uso masivo de armamento y material de guerra.



[Imagen: DIA-D-Info-MAPA11.gif]
Infografía: Marcelo Regalado/Germán Padinger

El Día D fue una verdadera pesadilla de organización y cooperación, que implicó primero la llegada de millones de soldados estadounidenses a las islas británicas, meses de entrenamiento junto a las tropas británicas y numerosos ensayos navales, el posterior despliegue de flotas de barcos y aviones nunca antes vistas y finalmente el traslado de cientos de miles de personas desde el sur de Inglaterra a través de un canal hostil repleto de minas hasta el noroeste francés, convertido en fortaleza.

Pero al final, la arriesgada operación tuvo éxito. Sólo en el Día D desembarcaron 156.115 soldados en las costas normandas, incluyendo 23.400 tropas aerotransportadas (paracaidistas y en planeadores) y 132.600 regulares, de acuerdo a datos del Museo de la Historia del Día D en Portsmouth, Inglaterra, y el US National Archive (Archivo Nacional de Estados Unidos).

De este total, 73.000 soldados eran estadounidenses (15.500 aerotransportados y 57.500 regulares), 61.715 británicos (7.900 aerotransportados y 53.815 regulares) y 21.400 canadienses.

Este enorme contingente fue llevado por mar desde numerosos puertos en el sur de Inglaterra por una flota de 6.939 buques de todo tipo. Entre estos había 1.213 buques de guerra, destacándose los acorazados HMS Rodney,  HMS Rodney y USS Nevada, 736 naves auxiliares, 864 barcos mercantes y un total de 4.126 buques y lanchas de desembarco de todo tipo.



[Imagen: Dwight-Eisenhower-y-Bernard-Montgomery-1920.jpg]
Los líderes aliados: Comandante en Jefe Supremo de la Fuerza Expedicionaria aliada, general Dwight D. Eisenhower (EEUU) y el Comandante del 21° grupo de ejército, general Bernard Montgomery (RU) (Grosby)

Esta gigantesca flota pocas veces reunida estaba operada por 195.700 marinos: 112.824 británicos, 52.889 estadounidenses y 4.988 pertenecientes otros países miembros de la alianza.

Aunque para junio de 1944 la marina de guerra alemana, la Kriegsmarine, estaba casi desaparecida, la Luftwaffe, fuerza aérea, aún seguía siendo una amenaza, especialmente para los buques en el Canal de la Mancha. De esta forma asegurar la superioridad aérea durante toda la operación una prioridad, y los aliados desplegaron 11.590 aeronaves que realizaron 14.674 misiones sólo el 6 de junio.

Entre estos figuraban 2.395 aviones de transporte, en especial los C-47 Skytrain, y 867 planeadores destinados a las tropas aerotransportadas. Los restantes 8.328 consistían en una impresionante flota de cazas y bombarderos, entre los que destacaban los P-47 Thunderbolt y B-17 Flying Fortress de Estados Unidos, y los Hawker Typhoon, Supermarine Sptifire y Avro Lancaster de los británicos.



[Imagen: desembarco-Normandia-05.jpg]
Bombarderos medianos estadounidenses B26 Marauder sobre Normandía. Llevan las rayas blancas y negras en las alas que identifican a los aviones que participaron de Overlord

Frente a esto, las fuerzas alemanas desplegadas para defender las playas en Normandía llegaban a 40.000 soldados pertenecientes en su mayoría a divisiones "estáticas", es decir confinadas a tareas de guarnición y defensa, en muchas ocasiones con escaso entrenamiento e incluyendo a numerosos extranjeros voluntarios o forzados a pelear por el Tercer Reich. En tanto la Luftwaffe contaba con 815 cazas y bombarderos, de los cuales se estima que la mitad estaban operativos y lograron lanzar apenas un puñado de misiones durante el Día D.

Las fuerzas alemanas destinadas a la defensa de toda la costa francesa eran, sin embargo, superiores a este contingente en número y calidad, pero gracias a una campaña de engaño de parte de la inteligencia aliada y necesidades estratégicas estaban desperdigadas por toda la costa o mantenidas en reserva, y se creía que el foco del desembarco estaría en el Paso de Calais, al noroeste de Francia.  

"Es realmente notable que el vasto asalto, planeado desde hacía tanto tiempo, cayera por sorpresa sobre el enemigo tanto en lo referente a la fecha como el lugar", ilustró el entonces primer ministro del Reino Unido, Winston Churchill, en sus memorias publicadas en la posguerra.


[Imagen: Gerd-Von-Rundstedt-y-Erwin-Rommel-1920.jpg]
Los líderes alemanes: Comandante Supremo del Oeste, mariscal Gerd von Rundstedt, y el comandante del Grupo de Ejércitos B, general Erwin Rommel (Grosby)

Overlord comenzó en la noche del 5 de junio con dos grandes operaciones aerotransportadas. En el oeste de Normandía, 15.500 paracaidistas y tropas a bordo de planeadores de Estados Unidos fueron lanzadas en las afueras de Carentan y Sainte-Mère-Église, mientras que 7.900 soldados aerotransportados británicos descendieron en torno a Ranville y Merville en el este. El objetivo era asegurar los flancos de la invasión y controlar puentes estratégicos tanto para permitir el paso de tropas aliadas como para frenar contraataques alemanes, y tuvieron resultados mixtos.

Por la mañana temprana del 6 de junio (entre las 6:30 y 7:25 am) las tropas regulares asaltaron la costa a bordo de sus lanchas de desembarco. Estados Unidos lo hizo en el oeste en las playas designadas Utah (23.250 soldados) y Omaha (34.250), el Reino Unido en Gold (24.970) y Sword (28.845), y Canadá en Juno (21.400).

Para el final del día los aliados habían consolidado una llamada "cabeza de playa", una porción de la costa en su poder y defendible, y comenzaba el desembarco de aún más hombres, tanques, camiones y todo tipo de pertrechos. Para el 11 de junio, es decir el "Día D + 5", había ya 326.547 soldados, 54.186 vehículos y 104.428 toneladas de suministros en las playas, y pronto la cantidad de soldados superaría el millón y se daría inicio a una nueva ofensiva aliada que llevaría al quiebre del frente alemán, el cerco de sus ejércitos en Falaise y la carrera hacia la liberación de París, que llegaría en agosto de 1944.


Ampliar esta imagen.
[Imagen: invasion-en-Normandia-a-color-SF-20.jpg]
Tropas canadienses en la Playa Juno (National Archives of Canada)

¿Cuánto costó establecer esta "cabeza de playa" desde la cual se lanzaría luego la concatenación de ofensivas que llevarían hasta Berlín, en coordinación con los soviéticos en el este?

Según las últimas cifras relevadas por la US National D-Day Memorial Foundation (Fundación Nacional Estadounidense en Memoria del Día D), las bajas aliadas llegan aproximadamente a 10.000, incluyendo muertos, desaparecidos y heridos. Entre estos, la cantidad de caídos en combate asciende a 4.414, un número superior a las estimaciones anteriores, y que podría también subir en el futuro.

Estados Unidos fue el que más bajas sufrió entre los aliados, especialmente debido a los problemas surgidos en el asalto a Omaha (la marea dispersó a los atacantes y se perdieron casi todos los tanques anfibios, y la defensa alemana fue superior a lo esperado). En total se reportaron 6.603 bajas de todo tipo, entre estas 2.501 muertos.



[Imagen: Normandia-Magnum-Omaha-beach.jpg]
Los aliados sufrieron unas 10.000 bajas en el Día D

El Reino Unido sufrió 2.700 bajas, entre estas 1.449 muertos. Y Canadá registró 946 bajas, entre estas 391 muertes. Hubo además otros 73 muertos de otras nacionalidades.

Las bajas alemanas son más difíciles de calcular, pero se estima un número de entre 4.000 y 9.000 muertos, desparecidos, heridos y prisioneros.

"Como en cualquier otra guerra, en Normandía la infantería pagó el mayor precio. Esto puede ser ilustrado por la siguiente estadística. Entre los estadounidenses, solo el 10% de los hombres movilizados sirvieron en la infantería, pero ésta constituyó en Normandía el 90% de las pérdidas", indica Lieb en su libro Operación Overlord: la invasión de Normandía y la liberación de Europa Occidental, publicado en 2015

Aunque para cada uno de los hombres que pelearon en los ejércitos de todos los países intervinientes no hubo momento más dramático ni sufrimiento mayor que el experimentado aquel día, que no debería ser nunca olvidado, es importante destacar que estas bajas fueron menores de las esperadas por el Alto Mando aliado y limitadas en relación a la enorme cantidad de personal movilizado para el "Día D".



[Imagen: Into-teh-Jaws-of-Death-Normandia.jpg]
Tropas estadounidenses descienden de las lanchas de desembarco y se aproximan a Omaha

Lo peor estaba por llegar. Durante toda la campaña en Francia, desde Normandía hasta París y luego la retirada alemana, entre el 1 de junio y el 30 de agosto, se estima que aliados sufrieron unas 200.000 bajas (83.045 británicos y canadienses, y 125.847 estadounidenses) y los alemanes otras 240.000, de acuerdo al historiados británico Antony Beevor en su libro El Día D: la batalla de Normandía. También se calcula que 20.000 civiles franceses murieron atrapados en los combates y bombardeos.

¿Pivote de la historia?

"Entre junio y agosto de 1944 ejércitos compuestos por más de un millón de hombres lucharon en el noroeste de Francia para decidir el destino de Europa", señala el historiador británico Stephen Badsey en su libro Normandía 1944.

"De vencer los aliados, los cuatro años de ocupación de Francia llegarían a su fin y con ellos la posibilidad de victoria de Adolf Hitler. Si los alemanes forzaban un 'empate', podrían volcarse hacia el Frente Oriental y concentrarse en frenar a la Unión Soviética. En el peor de los casos podían lograr un un armisticio, en el mejor ganar la guerra", indica el doctor en Historia por la Universidad de Cambridge y especialista en conflictos armados.



[Imagen: invasion-en-Normandia-a-color-SF-7.jpg]
Dos soldados canadienses tras capturar una bandera nazi (National Archives of Canada)

"El resultado dependería de lo que ocurriera en Normandía: difícilmente podremos hallar en la historia un episodio más dramático", considera.

Aunque lo cierto es que el Frente Oriental, donde alemanes y rusos peleaban desde 1941, opacó en todo sentido al Occidental durante la Segunda Guerra Mundial, por cantidad de tropas participantes, extensión de territorio, número de muertos y duración, esto no resta importancia a la Operación Overlord, como destaca Badsey, aunque la coloca en su contexto.

De hecho, el dictador soviético Josef Stalin estaba demandando a sus circunstanciales aliados británicos y estadounidenses la apertura de un segundo frente que pudiera desviar la atención alemana al menos desde 1942, cuando la situación rusa era desesperada.



[Imagen: Cumbre-Roosevelt-Stalin-Churchill-en-Crimea-1945.jpg]
La cumbre entre Franklin D. Roosevelt, Joseph Stalin y Winston Churchill en Yalta, en 1945

"Nadie debería olvidar, que de todo esto depende la posibilidad de salvar millones de vidas en las regiones ocupadas de Europa occidental y Rusia y de reducir los enormes sacrificios que realizan los ejércitos soviéticos, en comparación con los cuales deberíamos considerar modestas las pérdidas de las tropas angloamericanas", expuso Stalin en una carta a Churchill en junio de 1943, citada por Antony Beevor.

En ese mismo año, finalmente los líderes de los tres grandes, Franklin Delano Roosevelt (Estados Unidos), Churchill (Reino Unido) y Stalin (Unión Soviética), se reunieron en Teherán para sellar el compromiso angloestadounidense de invadir Europa Occidental, controlada por Alemania desde 1940, mientras lo soviéticos aumentaban la presión en Oriente.

Overlord ocurrió finalmente un año después, cuando la situación soviética ya no parecía tan desesperada y el Ejército Rojo había pasado a una ofensiva en el este que ya no frenaría. Pero sin la necesidad de destinar enormes ejércitos a la defensa de la Francia ocupada, Alemania parecía aún tener chances de forzar un estancamiento del Frente Oriental. Pero eso nunca ocurrió.

Fuente:infobae.com
EL OSO DE LA GUERRA
[Imagen: 64383454_1289864881175861_27207992086374...e=5DC5FD05]


Cuando leen el título lo primero que se nos viene a la cabeza es "El oso soviético", pero no. Esta historia en particular y única de la SGM, es sobre un oso que sirvió en las filas polacas. Si, un oso soldado.
En 1942, muchos soldados y deportados polacos, fueron liberados de los campos de Siberia, en la URSS, y viajaron a medio Oriente para unirse al Segundo Cuerpo de Ejército polaco, que lucharía bajo el mando británico. 
Mientras viajaban para llegar a destino, miembros de la 22° Compañía de Transporte, División de Artillería, se topó con un niño al cuál le dieron algunas golosinas y bebida, este transportaba un bolsa y ante la curiosidad de los polacos, mostró que dentro del mismo había un cachorro de oso, que había quedado huérfano por culpa de unos cazadores. 

La mala condición del osito, hizo que los polacos se lo compraran por unos dólares y empezaron a alimentarlo con una mamadera de leche condensada para empezar a levantar la salud de la nueva mascota. Y le dieron un nombre, Woltej. 

[Imagen: NINTCHDBPICT000436469575.jpg]

Desde el principio se convirtió en un miembro popular de la Compañía y pasó la mayor parte de su tiempo con los soldados del 4 ° Pelotón. Dos de sus amigos más cercanos fueron dos jóvenes soldados, Dymitr Szawlugo y Henryk Zacharewicz, que serían presentados en muchas de las fotos y tomas de películas tomadas de Wojtek. A menudo lo encontraban en el área de la cocina y comía todo lo que le daban de comer e incluso le gustaba la cerveza y el vino junto con cigarrillos que solo aceptaría cuando se encendiera. Tenía la costumbre de beber de una botella de cerveza o vino y cuando estaba vacío, miraba en la botella esperando pacientemente por más. Solía tomar una bocanada de un cigarrillo encendido y luego tragarlo.


[Imagen: 5baa9402be201251618b456b-750-375.jpg]

Mientras el ejército polaco se preparaba para entrar en la zona de guerra en Italia durante 1943, el problema que enfrentaban los soldados polacos era la cuestión del estatus de Wojtek. A los animales no se les permitió acompañar al ejército durante la lucha. Al darle al oso su propio libro de pagos, rango y número de serie, no habría dudas de que estaba en la lista de soldados. Hubo un pequeño problema durante el embarque antes de cruzar el mar Mediterráneo, pero con sus documentos ordenados, Wojtek estaría en camino.

Durante la lucha, Woltej llevaba cajas de municiones, algunas de las cuales pesaban más de 100 libras, desde camiones de suministros hasta posiciones de artillería en las líneas del frente. Trabajó incansablemente, día y noche, llevando suministros a sus amigos que luchaban valientemente contra el enemigo. Nunca descansó, nunca dejó caer una sola armadura de artillería, y nunca mostró ningún temor a pesar de que su posición estaba bajo constante fuego enemigo y fuertes bombardeos. 


[Imagen: 0104_B3_Art_Wojtek_ENG-e1474303827676-80...0x1024.jpg]



Sus acciones fueron tan inspiradoras para sus compañeros soldados que, después de la batalla, la insignia oficial de la 22ª Artillería fue cambiada a una imagen de Woltej con un montón de munición de artillería. 

[Imagen: Wojtek_soldier_bear.jpg]

La guerra terminó en mayo de 1945 y los soldados polacos finalmente fueron enviados a través de Europa a Berwick Upon Tweed en Inglaterra, donde se alojaron en Winfield Camp. A medida que los soldados pasaban por un proceso de desmovilización, se despedían de Wojtek, muchos sabían que nunca volverían a verlo, ya que sus viajes los llevarían a partes distantes del globo. Wojtek encontró un hogar en el zoológico de Edimburgo, donde se convirtió en una atracción popular con muchos visitantes, incluidos ex militares polacos que hablarían con él en su idioma. Su muerte en 1963 fue recibida con tristeza por aquellos que lo conocieron y fue reportada en periódicos y estaciones de radio. Sus hazañas y aventuras no han sido olvidadas con numerosas cuentas escritas, monumentos conmemorativos y estatuas.


[Imagen: 5305348_eb3de364_original.jpg]

[Imagen: images?q=tbn:ANd9GcQNw9dcgp3rxcsNzo3tBlW...eqLaUKQuPX]
¡Que curiosa e interesante la historia del Oso!
A veces los animales tienen una química especial con los humanos.
Este parece ser un caso de esos.
(06-15-2019, 01:27 AM)Voluntario2 escribió: [ -> ]¡Que curiosa e interesante la historia del Oso!
A veces los animales tienen una química especial con los humanos.
Este parece ser un caso de esos.

Mi perro tiene quimica y fisica!! Un adorable pastor aleman, rompehuev...como ninguno, pero fiel, cariñoso, muy cariñoso y muy guardian.
El que tenga alguna vez un pastor aleman nunca querra a otro tipo de perro. 

Big Grin Big Grin Big Grin
Yo tengo un cocker y es una raza también adorable...
En el fondo creo que todos los perros son adorables para sus dueños.
El pastor aleman nace ya sabiendo lo que debe hacer y lo que no
Páginas: 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26