(01-29-2016, 05:25 PM)el_francotirador escribió: [ -> ]Hay formas y formas de expresarlo. El buque nunca estuvo a punto de zozobrar o encallar.... Pero el rescate se agradece claro esta
OK, ahora se hizo la aclaracion como corresponde, en un
COMUNICADO y de manera
INSTITUCIONAL.
O sea que la entrada de agua no causó daño al motor.
Puede ser ?
Todos sabemos que si pasa agua al cilindro, rompe ya que no comprime.
Estaria bueno recibir Diesel S10, el mejor que hay, pero que ANCAP no entrega a la Armada con excusas varias. Vergonzoso!!
NAVEGANTE
(01-29-2016, 09:43 PM)Krody escribió: [ -> ]O sea que la entrada de agua no causó daño al motor.
Puede ser ?
Todos sabemos que si pasa agua al cilindro, rompe ya que no comprime.
Y romper no rompio porque ya esta de nuevo en servicio...
(01-29-2016, 09:54 PM)navegante escribió: [ -> ]Estaria bueno recibir Diesel S10, el mejor que hay, pero que ANCAP no entrega a la Armada con excusas varias. Vergonzoso!!
NAVEGANTE
Si se hace publico (de alguna forma) tal vez aparezca.
Yo no sé con que criterio se maneja la armada para determinar si hubo peligro o no, pero de lo que tratan de convencer al público no tiene sentido.
Un buque al garete sin máquinas, con el combustible contaminado, con fuertes vientos, derivando hacia una zona sin información batimétrica, en esa parte del continente!!!!
No hubo peligro de zozobrar porque el rescate...perdón, la "asistencia" estaba cerca.
No hubo peligro de zozobrar porque el viento no arreció.
No hubo peligro de zozobrar porque la asistencia llegó antes de derivaran hacia una zona que le pudiera abrir un rumbo en el casco.
Y bueno un poco agrandada por parte de Chile y desagrandada por parte de Uruguay
Solidridad entre armadas
El 'Latauro' chileno rescata al 'Vanguardia' uruguayo tras quedarse sin motores durante un temporal en la Antártida
30/01/2016 | MontevideoGabriel Porfilio
Un buque de la Armada de Uruguay fue rescatado en la noche del pasado día 24 de enero tras quedarse sin motores durante sus operaciones en la Antártida. Los hechos sucedieron en medio de un temporal, lo que obligó al buque a reclamar ayuda. El barco afectado fue el buque de apoyo y salvamento uruguayo ROU 26 'Vanguardia' y la avería ocurrió en la sala de máquinas y durante un temporal, con el consiguiente peligro, por lo que se solicitó asistencia por los cauces oficiales.
El remolcador de la Armada Chilena 'Lautaro' acudió a la zona para asistir al buque uruguayo, logrando tirar un cable y remolcar al 'Vanguardia' hasta una zona segura.
Cabe destacar la profesionalidad de todos los participantes en esta acción conjunta, tanto rescatadores como rescatados, ya que si bien la maniobra fue durante una tormenta y se tuvo que afrontar viento y oleaje severo, la nave uruguaya nunca afrontó ningún riesgo de zozobrar o encallar como se dijo inicialmente en algunos medios locales e internacionales, sino que simplemente presentó un problema en sus motores debido a la contaminación de combustible provocado por la degollación de un venteo que como consecuencia permitió el ingreso de agua al tanque de combustible. Esta situación motivó que los motores dejaran de funcionar por lo que el buque solicitó asistencia para su remolque. En el correr del día el problema fue resuelto y la nave uruguaya ya se encuentra lista para realizar un segundo cruce a la Antártida.
Si bien operar en una de las zonas mas inhóspitas del mundo acarrea riesgos para cualquier buque, es de destacar que la Armada Uruguaya opera con medios anticuados y al borde de la obsolescencia y, aunque los que son enviados a la Antártida se encuentran en el mejor estado de alistamiento posible, sin duda el enfrentarse a los riesgos naturales de la zona en buques con cinco décadas de antigüedad agudizan los riesgos presentes.
Según el comunicado oficial de la Armada de Chile, en menos de 45 minutos, "el 'Lautaro' zarpó de emergencia para auxiliar al buque en peligro, enfrentando una navegación con vientos de 30 nudos, equivalentes a 60 km/hora, marejadas y una ventisca (mezcla de viento y nieve) que permitía una visibilidad de 300 yardas, es decir, poco más de 200 metros".
La maniobra de acople apenas duró 20 minutos y, durante el remolque, "las condiciones meteorológicas empeoraron al aumentar el viento con rachas de 85 km/hora". Según la Armada chilena, tras un rato de remolque el 'Vanguardia' "logró poner en servicio el motor de babor, permitiendo cooperar con el remolque y así aumentar la velocidad a cuatro nudos. Finalmente, y luego de ingresar entre los hielos a Caleta Potter, el buque auxiliado fondeó a las 21 horas de forma segura".
Foto: Armada de Chile
No son noticias de la Armada, pero hace a la Armada:
OPINIÓN RELATO
El alejado costado marino
Por Valentin Trujillo
Enero 30, 2016 05:00
TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS
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Uruguay vive la mayor parte del año de espaldas al mar. En verano nos enteramos de que hay un mundo ignorado que entra en contacto con nosotros
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Los uruguayos son terrícolas. A pesar de que en el rastreo de cada familia compatriota haya por lo menos un antepasado que atravesó el océano, y que reafirma el dicho tan cierto como jocoso de Washington Reyes Abadie que apuntó que "los uruguayos descendemos de los barcos", con el paso de las décadas han sufrido una especie de olvido del mar.
En su amplia mayoría ignoran buena parte de lo que sucede en esa otra mitad líquida de su porción del planeta. Claro, cuando llega el verano y una linda parte de la población huye hacia las costas
Ser tan terrícola tiene sus puntos flacos, porque en el mar, aunque no lo sepamos, también esta una parte de la identidad.
Este reciente episodio de la "aparición" (casi surrealista) del llamado bagre sapo en las costas de Maldonado, un animal con claras reminiscencias prehistóricas, cuando los reptiles anfibios poseían una amorfidad que los acercaba a los peces y a algunos pájaros, es un rasgo de esta ignorancia. Salvo los duchos en cuestiones acuáticas, se desconoce buena parte de las fauna costera del Uruguay, tanto en nivel fluvial como en el litoral atlántico.
Cada verano aparece una nueva especie que conmueve a propios y extraños, a turistas y a locales, con sus características y sus particularidades. Un par de años atrás fue la llamada "fragata portuguesa", una pequeña medusa de larguísimos y venenosos tentáculos que es capaz de atravesar los siete mares del globo a pesar de sus (en principio) escasas posibilidades de movimiento. Otras veces son grandes cetáceos que quedan varados en los bajos de aguadulce del río ancho, y que (por suerte!) algunos músicos vernáculos incluyen en las letras de sus canciones. Algunos recuerdan que entre agosto y setiembre aparecen las ballenas francas, de tan famosos pasado colonial y de austera presencia en la actualidad.
La espalda vuelta hacia el mar tiene otros problemas; por ejemplo, gastronómicos. El paladar terrícola del uruguayo (criado a campo, pasturas y carnes rojas) no solo ignora buena parte de la oferta marina, sino que rechaza algunas de las especies. Incluso prefiere productos extranjeros congelados al pescado fresco oriental.
El rechazo y la desconfianza cultural al mar también se produce en la navegación. Con una franja de costas tan amplio es por lo menos extraño que en Uruguay los deportes marinos sean tan raros. Además existe un factor de prejuicio económico hacia las actividades de vela y de navegación, que no siempre se condice con la realidad. "El mar es para los ricos" parece decir la ley invisible que rige muchas cabezas en este país. Es una lástima, porque el mar está ahí para todos, con democrática apertura. Y los clubes náuticos no cuestan más que los clubes donde se practican otros deportes de tierra.
A nivel académico, cualquier estudiante que desee profundizar en sus investigaciones sobre el mar debe emigrar. Salvo muy honrosas excepciones, ni la literatura ni el cine uruguayos se han percatado de la enorme presencia azul, verde o amarronada y revuelta (depende de las corrientes) que reposa o ruge frente a nuestras narices.
Tampoco los medios poseen información importante sobre las costas, específicamente en verano para los bañistas, como la temperatura del agua o incidencia de las corrientes en las playas. No sé si Meteorología lleva esos registros.
Por suerte, siempre existen excepciones. Si no, díganles eso a los pescadores que trabajan y viven desde las riberas del río Uruguay y las embravecidas costas oceánicas de Rocha. A los surfistas más ortodoxos. A los navegantes solitarios que buscan el sol en el horizonte. A los biólogos marinos y otros científicos, a los integrantes de la Armada y a todos quienes por una u otra razón se sienten atraídos hacia la inmensidad marina de alguna forma: en busca de inspiración artística, como paseo de relax, como fuente de aire limpio frente al estrés de la cotidianidad.