Foros de Uruguay Militaria

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LA ESTUPIDEZ HUMANA ES INFINITA
Este individuo fue el mismo que denunció al Tte Gral Mermot por unos dichos, denuncia que no tuvo consecuencias.

Diputado evalúa denunciar a Manini Ríos
El diputado por el Partido por la Victoria del Pueblo, Luis Puig, dijo que evalúa denunciar al comandante del Ejército, Guido Manini Ríos, por haber recordado en un tuit el asesinato por la guerrilla tupamara en 1972 del coronel Artigas Álvarez, hermano del luego dictador, Gregorio Álvarez.

lunes, 30 julio 2018
Introduzca el texto aquí
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Luis Puig. Foto: Archivo

Manini Ríos había explicado a El País que "permanentemente estamos recordando y este fue un caso más". En el tuit Manini Ríos escribió: El 25 de julio de 1972 ( N de R: en realidad fue un mes antes) hace 46 años, caía asesinado el coronel Artigas Álvarez, en presencia de su hija, de 9 años".

Puig considera que Manini Ríos "viene teniendo una escalada de declaraciones reivindicando el terrorismo de Estado" y "demuestra que no hay un proceso de democratización real en la jerarquía de las Fuerzas Armadas". El legislador oficialista le dijo al portal Ecos que "el mejor homenaje que le puede hacer es callar, y si de verdad quiere hablar de esos años que hable de los desaparecidos y diga dónde están los cuerpos de decenas de ejecutados por esa gente que usted homenajea". "Usted está homenajeando a un torturador en jefe", agregó el diputado.

El tuit del comandante, según él explicó, fue hecho a título personal y no fue replicado en la página web del Ejército. Recordó que los 18 de mayo el arma recuerda a los caídos en servicio.

Big Grin Big Grin Big Grin
Que tipo más ridículo.

Lo peor es que no hay oposición ya que los blancos vienen metiendo la pata todos los días

Ayer leí que Alonso plantea subir la edad jubilatoria a los 65 años, por más que sea lo que se deba hacer, no es momento para decirlo, antes de las votaciones !!.
Este payaso es diputado?, en primer lugar reconoce que NO HA LEIDO EL PROYECTO DE LEY. Y despues sale con una sarta de disparate incluso teniendo como referencia de sus dichos al ex coronel Licandro, un marxista resentido.

DIP. EDUARDO RUBIO: “LO QUE SE VIENE ES UNA INVASIÓN YANQUI

La agenda parlamentaria y los principales temas políticos manejados por el diputado del Movimiento 26 de Marzo-Unidad Popular, Eduardo Rubio, en este resumen semanal que ofrece La Juventud.Rubio, titular de la Lista 326 repudió la solicitud del gobierno para que el Parlamento autorice la llegada de contingentes militares de EEUU y el resto de los participantes de la Cumbre del G20 que se realizará en Buenos Aires. Además abordó los resultados electorales de Brasil, la corrupción en nuestro país y la realidad de ASSE, la canasta para jubilados y el in-controlable crecimiento del desempleo.

CUMBRE G20
En esa carrera de ver hasta dónde llega la entrega, (el viernes) nos sacudió otra noticia que va a ser parte de un debate parlamentario. Viene la Cumbre del G20 a Buenos Aires; va a estar Putin, Donald Trump “El magnífico” y resulta que vaya a saber por qué razón Uruguay se va a transformar en la plataforma operativa de los contingentes militares que van a venir a cuidar a estas personas. 

Te hablan de los contingentes en plural pero en realidad lo que viene es una invasión yanqui, 3 ó 4 aviones, 2 aviones de carga con combustible, con maquinaria, 2 aviones espías con radares, no sé cuántos centenares de efectivos militares a Uruguay. Pero si el encuentro es en Argentina, ¿por qué nos agarran de pinta a nosotros? ¿Otra vez ocupación militar? Será porque ya está armado acá, debe ser por eso digo yo. Otra vez plataforma operativa del Comando Sur de los EEUU. 

Es una cosa que la verdad nosotros no hemos visto el proyecto de ley que presenta el Poder Ejecutivo de pique, de entrada con estos antecedentes no van a contar con nuestro voto.Si el G20 es en Argentina que vayan a Argentina, porque además tal cual lo decía el Gral. Víctor Licandro cuando vino Bush al Uruguay invitado por Tabaré Vázquez a comer el asadito en Anchorena con Mujica, con Vázquez y todo el Consejo de Ministros de los corderos que donó la Princesa D’Arenberg, dice que los donó, pero capaz los vendió. 

Era toda la ficha completa. En aquel momento decía el Gral. Licandro durante (36) horas fuimos un país ocupado militarmente por el ejército de los EEUU, me parece que vamos a repetir la misma historia. 
Pocos problemas tenemos nosotros para que nos enchufen todavía esto. Lo único que por dig-nidad tendríamos que decir que no, señores no tenemos nada que ver, no somos parte del G20, no estamos en el G20 y no queremos tropas extran-jeras ocupando nuestro territorio. Una respuesta digna. Vamos a ver en el parlamento si suma-mos algún voto en esta defensa de la soberanía nacional.

Big Grin Big Grin Big Grin
Invasión jaja

Hasta Trump o Putin es mejor que lo que tenemos jaja

Que ridículos, no podemos seguir con esta gente, ojala el pueblo reaccione el año próximo
El “factor militar” 
Cnel. ® Luis Eduardo Maciel Baraibar

El “factor militar”
Sr. Director:
Los diputados Luis Puig (PVP) y Gerardo Núñez (PCU), el abogado Pablo Chargoñia (PCU), la exfiscal Mirtha Guianze (estrechos vínculos con el MLN) y el periodista Samuel Blixen (PCU) se reunieron en el periodístico Mañana Activa de Radioactiva FM, para tratar el siguiente tema: “El factor militar. El rol de las FF.AA. en Uruguay”. De la tribuna, formaron parte conspicuos militantes de organizaciones sociales, quienes en representación de las mismas, también aportaron sus opiniones sobre el asunto.

Partiendo de hechos, que para los analistas indican una “enorme incidencia de las Fuerzas Armadas en la política nacional” (¿?), realizaron una suerte de apreciación de situación del “factor”, que tanto preocupa.

Sus conclusiones expresaron críticas a “la fuerza política” y a los gobiernos progresistas, así como sus habituales agravios a las FF.AA. y particularmente al Ejército.

La Dra. Mirtha Guianze puso sus cartas boca arriba, afirmando: “En todos estos años no se penetró al Ejército con ideas de izquierda, estos siguen pensando que el enemigo es la izquierda…”. Sí, señora, usted tiene razón. No solo no lo lograron, sino que estimo no va a ser tan fácil lograrlo, pues es tal como usted lo ha dicho: “Los militares están en su mejor momento”. Respecto a que “la institución militar hoy es una cueva de gorilas”, le diré que su metáfora es un tanto exagerada. Podría decirse que la institución es una cantera de hombres y mujeres: buenos, fuertes, valientes, leales y abnegados, cuyo norte es “servir a la patria”, y no al gobierno de turno.

El diputado Luis Puig expresó: “… el Estado ha sido colonizado por las FF.AA.”, concepto imposible de entender, dado que ninguna de las acepciones del vocablo colonia permite relacionar coherentemente Estado-FF.AA. Por su parte, el diputado Gerardo Núñez mostró preocupación por “… el papel ascendente del militarismo en la sociedad uruguaya, y su efecto regional”, justificando este horripilante diagnóstico con argumentos un tanto livianos y entreverados: se refiere al voto de la ley para el patrullaje militar en zonas de frontera; afirma que la Guardia Republicana es una Policía militarizada, que usa armamento militar para una guerra urbana” (¿?). Asimismo, agrega que “… se intenta legitimar al Ejército, con tareas de ayuda en desastres naturales, preguntándose: “¿Por qué no apelar a los trabajadores, como sucedió con el tornado de Dolores…?” (¿?). 

También se refirió al tema de la “caja militar”, como “evidencia el peso de las FF.AA. en el diseño de las políticas de Estado. No pudimos bajar el tope, de 150 a 139…”. Y el diputado remata, señalando que lo que pretende el Partido (Comunista), es “democratizar el uso de las armas para el pueblo”. “No estamos en contra de la existencia de un Ejército, pero queremos uno, con otras características al del actual” (¿?), ejemplificando con el proceso cubano, en el que Fidel Castro “depuró” (léase “purgó”) las FF.AA., una vez consolidada la revolución. Finaliza su intervención aclarando: “… mi discurso no es contra las FF.AA., pero sí hago una lectura de clases”. Perfectamente entendible, consecuente con la doctrina marxista, el joven diputado sueña con las “milicias populares”.

El Dr. Pablo Chargoñia (PCU), representando a Familiares de Detenidos Desaparecidos, define a las FF.AA. como “… un territorio de facto (…) son un poder fáctico”, y habló sobre la existencia de “un bloque de impunidad, en el que el Poder Judicial besa las manos de los acusados…”. Atacó al presidente del Centro Militar, calificándolo de “imbécil moral”; le cayó al extinto ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro tildándolo de “ministro miliquero”; y acusó al Sr. Cte. J.E., general Guido Manini Ríos, de “… cinchar, para probar al sistema…”. Ante la pregunta de Samuel Blixen, sobre si las FF.AA. eran necesarias, contestó: “Sí, para las clases dominantes...”. Y si para el doctor Chargoñia, el Estado es la “clase dominante”, tiene toda la razón, pues las FF.AA. son parte de las naciones: de la nuestra, de la cubana y de la suiza. 

No en vano, las ciencias políticas identifican, entre otros, al “factor militar” como uno de los componentes del potencial nacional. Ahora, le diré, doctor, que en las democracias no existen “clases dominantes, ni clases dominadas”. Esos términos son meros artilugios dialécticos gramscistas, que maneja su partido para envolver a las masas y a pseudointelectuales incautos. Fueron las FF.AA. las que cuarenta años atrás impidieron que hoy fuésemos otra Cuba, y sin lugar a dudas serán esas mismas FF.AA. (no ideologizadas) las que no consentirán que seamos otra Venezuela.

El periodista Samuel Blixen fungió como articulador, no sin tirar un palo que otro a la Justicia y a las FF.AA. ¿Por qué preocupa tanto a la izquierda, a esta izquierda analista, el “factor militar”? Quizá porque, tal como lo expresara la Dra. Guianze (con llamativa sinceridad), los militares estamos en nuestro mejor momento.

Debieren preocuparse también (y mucho), por analizar el factor psicosocial, pues: la salud, la educación y la seguridad pública son responsabilidad y sostén de todo Estado, de cualquier gobierno. El Ejército nunca estuvo con la moral tan elevada, tan fuerte, tan cohesionado y tan bien comandado como lo está hoy.

Cnel. ® Luis Eduardo Maciel Baraibar

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Las Fuerzas Armadas y los “mercaderes del odio”
Opinión Febrero 3, 2019 - 12:00 am  Tiempo de lectura: 5 min



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Durante los últimos días del año 2018, el comandante en jefe del Ejército, general Guido Manini Ríos difundió el siguiente mensaje en su cuenta de la red social Twitter: “...saludo al soldado que se esfuerza por cumplir la misión asignada de la mejor forma, a pesar de las dificultades, de su bajo salario (...) y de la acción de los mercaderes del odio, de los que viven de la división y del enfrentamiento entre orientales...” En pocas horas, Manini Ríos fue atacado por distintas figuras del Frente Amplio, atribuyéndole a sus palabras una finalidad supuestamente política o electoral a sus palabras, algo que le está expresamente prohibido a todos los militares. A modo de ejemplo, el coordinador de la bancada del Frente Amplio, el diputado Jorge Pozzi --perteneciente al Movimiento de Participación Popular-- sostuvo que Manini Ríos tenía “intenciones políticas y que debería esperar a pasar a retiro o solicitar la baja”. 

La actitud del Frente Amplio hacia las Fuerzas Armadas no es nueva y está cargada de un cúmulo de prejuicios que se arrastran desde la época de la dictadura, un período que claramente nuestro país ha dejado atrás. A pesar de los años transcurridos y de que nadie discute que las Fuerzas Armadas están subordinadas al poder civil y al Presidente de la República como su máxima autoridad, aún existen quienes se empeñan en generar una corriente de odio hacia las mismas, tratando de mantener lo más abiertas posibles las heridas del pasado, recurriendo para ello al apoyo de organizaciones nacionales e internacionales que le garantizan exposición en la prensa y por supuesto viajes al exterior con importantes viáticos y hospedajes en hoteles que claramente no pueden calificados como “cárceles del pueblo”. 

Detrás de la justa y necesaria defensa de los derechos humanos en todo el mundo existe también, en muchos casos, un submundo de prebendas y favores que como suele suceder --y bien lo saben quienes hacen uso de ellos-- son un camino de “ida y vuelta” donde “hoy me das y mañana te doy”. 
En este marco, resulta imposible olvidar las declaraciones de la hoy vicepresidenta Lucía Topolansky, quien sostuvo que se necesitaban unas Fuerzas Armadas afines ideológicamente al Frente Amplio, para que “nunca más se repita la historia de la dictadura”. Ante estas declaraciones, el diputado Javier García (Partido Nacional) expresó que “está diciendo a aquellos oficiales que quieren ascender ‘ya saben qué tiene que hacer, para entrar ya saben qué fidelidad deben tener’. Deben dejar la fidelidad a la Constitución, a la ley, para abrazar la fidelidad de un partido político. 
La verdad que desde el restablecimiento de la democracia yo no había escuchado una cosa de este tenor”. La declaraciones de Topolansky dejan en claro las verdaderas intenciones del Frente Amplio: transformar a las Fuerzas Armadas en un grupo de represión al servicio de ese partido político para sofocar, tal como sucede actualmente en Venezuela, Cuba o Nicaragua, cualquier manifestación de personas u organizaciones que no piensen como esa fuerza política. 

Se trata de un viejo sueño de la izquierda latinoamericana que tanta sangre y dolor han dejado a lo largo de nuestro continente, tanto en los paredones cubanos de fusilamiento con parodias previas de juicios o en la “tatucera” de la estancia “Espartaco”, donde el 21 de diciembre de 1971 el Movimiento de Liberación Nacional (MLN – Tupamaros) asesinó cobardemente al peón Pascasio Báez administrándole una inyección de pentotal, acción que estuvo a cargo de quienes hoy ocupan altos cargos en el Gobierno Nacional. 

En la misma línea que Topolansky, el diputado del Partido Comunista Gerardo Núñez ha confesado que lo que pretende ese partido es “democratizar el uso de las armas para el Pueblo” destacando que “nosotros no estamos en contra de la existencia de un Ejército, pero queremos uno con otras características al actual”. Como ejemplo de lo que debería ser el Ejército Uruguayo, Núñez mencionó el proceso cubano donde Fidel Castro “depuró” las filas castrenses luego de la Revolución de 1959 en una acción que calificó como “la destrucción burocrática militar” y con la cual obviamente está de acuerdo. Así pues, queda en claro la concepción que el Frente Amplio tiene de las Fuerzas Armadas y de sus integrantes: destruir la actual estructura de las mismas para poder transformarlas en un “ejército popular” que sea comandado desde los comités de bases y sirva como fuerza de choque tal como lo hicieron en Haití los tristemente célebres “Tontons--Macoutes” del dictador François Duvalier, como forma de controlar cualquier descontento o protesta social. 

La prédica contra las Fuerzas Armadas tiene en el Pit Cnt otro vocero incansable y como lo ha señalado el integrante de la Comisión de Derechos Humanos de la central sindical, Raúl Olivera, “el factor militar es un elemento del Estado, del capitalista y del socialista y siempre hay que desconfiar de él”. Por su parte el diputado por el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP), José Luis Puig, cuyos ataques a las Fuerzas Armadas son constantes y de larga data, ha sostenido que “el Estado ha sido colonizado por las Fuerzas Armadas”. 

Afortunadamente, la realidad de las Fuerzas Armadas uruguayas es muy diferente al sombrío panorama que los legisladores del Frente Amplio pretenden imponer en los medios de prensa y en la consciencia de todos los uruguayos. Mientras estos legisladores frenteamplistas cobran altos sueldos y disfrutan en sus cómodos despachos del Palacio Legislativo de sus sillones, aire acondicionado y secretarios que pagamos todos los uruguayos, los efectivos militares recorren el país en tareas mucho menos cómodas y peor remuneradas. Sin importar el día o la hora, los militares levantan basura cuando la “élite sindical” se niega a hacerlo, levantan puentes de emergencia, evacúan familias afectadas por las inundaciones o preparan comidas que serán entregadas a quienes más lo necesitan, colaboración con el Ministerio de Desarrollo Social (Mides), préstamo de carpas o la realización de trabajos para la erradicación de mosquitos Aedes Aegypti, por nombrar tan solo algunas de las múltiples y sacrificadas tareas que nuestros soldados cumplen en beneficio de la comunidad sin preguntarle a los ciudadanos que reciben esa ayuda a qué partido votan, ni mirar la letra chica del “contrato laboral” para ver si esas acciones están comprendidas entre las tareas que les corresponden. 

En muchas de estas actividades estos efectivos militares son reconocidos pública, sincera y cálidamente por quienes se benefician de las mismas, personas humildes como esos propios efectivos y con sus mismas necesidades económicas y de vivienda. Llueve o truene, la tarea debe cumplirse porque de ello dependen muchos ciudadanos que si no fuera por las Fuerzas Armadas no recibirían ayuda de ninguna clase, porque muchos de los que las atacan en la prensa y en el Parlamento no serían capaces de tomar una pala o manejar una camión bajo el sol ardiente para hacer esas mismas tareas. 

Como sucede en tantos aspectos de la vida nacional, los uruguayos debemos evitar que se siga instalando entre nosotros la tan famosa “grieta” para dividirnos y crear falsos enfrentamientos y disputas donde no has hay. La estrategia de “dividir para reinar” no es nueva y la izquierda latinoamericana la impulsa desde siempre con renovadas energías a través del accionar de figuras como Evo Morales, Cristina Fernández, José Mujica o Lula da Silva. 

A pesar del intento de los múltiples ataques (“facho”, “rosadito”, etcétera) que reciben diariamente en las redes sociales o en sus lugares de trabajo quienes no votan al Frente Amplio, nuestro país necesita de todos (incluyendo a las Fuerzas Armadas) para superar sus graves problemas de seguridad, educación y salud pública. Porque “pueblo” no es sinónimo de izquierda, comunismo o Frente Amplio: también hay “pueblo” de centro y de derecha, aunque les cueste entenderlo a quienes se adueñaron del término para reforzar la imagen de “buenos” --de izquierda-- y “malos” --de derecha--. Es algo que los “mercaderes del odio” y los impulsores de la “grieta” deberían entender de una vez por todas

https://www.eltelegrafo.com/2019/02/las-fuerzas-armadas-y-los-mercaderes-del-odio/

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Aplauso
Se deberia de volver a pedir "Certificado de fe democratica"

[Imagen: Ek7vmYAWMAE9FsJ?format=jpg&name=large]

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Nada nuevo de ésta gente, basta con leer las propuestas que impulsaban tanto para las nacionales cómo para las departamentales. Por suerte quedan cada vez menos de éste tipo de grupos radicales, tanto de una ideología cómo de la otra. Se ve reflejado claramente en los votos obtenidos en las últimas elecciones (19.728) y el otro radical de izquierda, el Partido de los Trabajadores (1.387).
(10-22-2020, 10:09 PM)Terminus escribió: [ -> ]Se deberia de volver a pedir "Certificado de fe democratica"

[Imagen: Ek7vmYAWMAE9FsJ?format=jpg&name=large]

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Mentirían seguro !
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